4.05.10

Primer jueves

Al igual que aviso a los feligreses de mi parroquia real, hago lo mismo con los de mi parroquia virtual: Pasado mañana es primer jueves de mes. Y, encima, en plena Pascua.

Todos saben que el Papa decidió convocar un Año Sacerdotal, con motivo del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars. Este “Año” comenzó el pasado 19 de junio y se extenderá hasta el próximo 11 de junio.

La Penitenciaría Apostólica, en un decreto de 25 de abril de 2009, anunció las indulgencias que se otorgan por esta razón: “A todos los fieles realmente arrepentidos que, en una iglesia u oratorio, asistan con devoción al sacrificio divino de la misa y ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, y cualquier obra buena realizada ese día, para que los santifique y los modele según su Corazón, se les concede la indulgencia plenaria, a condición de que hayan expiado sus pecados con la penitencia sacramental y hayan elevado oraciones según la intención del Sumo Pontífice:

Leer más... »

3.05.10

Mayo en el blog: Una carencia no identificada

“Sin embargo, en un momento de duda, de confusión de cierto desajuste anímico todo pudo irse al traste, el junior tenía una laguna en su vida de fe, una falla que no sabía cuál era, una carencia que no identificaba, y, que el viejo maestro supo encontrar: María".

Nueva entrega de “Mayo en el blog", a cargo de Norberto. ¿Sospechan ustedes a quién se refiere el texto que encabeza este post? Lean, pues…

Leer más... »

2.05.10

Mayo en el blog: Más que Tú sólo Dios

Debemos esta nueva aportación a Flavia. La memoria de un viaje a Tierra Santa se une a la contemplación del misterio de la Anunciación y a la aplicación a la propia vida de un consejo de María: “Haced lo que Él os diga".

MÁS QUE TÚ SÓLO DIOS, SÓLO DIOS

Suave y luminosa mañana en Nazaret, muy temprano, a finales de aquel mes de abril durante mi primera visita a Tierra Santa. Lo primero que hacemos, nada más bajar del autocar, es cantar el Magníficat, mientras nos dirigimos a la Basílica y nos invaden sentimientos de veneración profunda y acción de gracias. No hablamos mucho, no podemos, aquí el silencio sobrecogido adquiere carta de naturaleza, pero es un silencio muy gozoso, esperando que la Madre nos reciba, porque sabemos que Ella nos espera. Veo la conmoción en el rostro de algunas personas del grupo, y recuerdo una frase del Cardenal Ratzinger: “La figura de María ha conmovido el corazón de la gente[…] La mariología hace latir el corazón de la cristiandad”.

Leer más... »

1.05.10

Mayo en el blog: Apenas nada

Para los lectores habituales de “La Puerta de Damasco” no es una novedad saber que, entre los comentaristas, contamos con un excelente poeta. Eduardo nos envía, como contribución a “Mayo en el blog”, un poema, “Apenas nada”, en el que la búsqueda se encuentra, por así decirlo, con el hallazgo. La figura de María atrae al poeta y la búsqueda se convierte en contemplación, entrega y súplica: “Déjame estar con Él, déjame, llena de gracia”.

Leer más... »

Señal importante, diferencia esencial

Homilía para el V Domingo de Pascua (Ciclo C)

El evangelio del cuarto domingo de Pascua nos introduce en el coloquio de Jesús con los suyos en la última cena. El Señor apunta a lo esencial: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros” (Jn 13,34-35).

Dios es quien hace “nuevas” todas las cosas (cf Ap 21,5), quien hará bajar del cielo a la humanidad renovada, a la nueva Jerusalén, cuando ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor. Y mientras aguardamos la instauración plena del Reino de Dios, el Señor nos propone vivir en conformidad con esta novedad que Él ha inaugurado y que Él llevará a la plenitud.

Dios es el modelo y la medida del amor. Vivir el mandamiento “nuevo” significa, ante todo, acoger el amor del Padre al Hijo, que se derrama en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Dios nos ha amado primero (cf Jn 4,10) y, en consecuencia, “no nos impone un sentimiento que no podamos suscitar en nosotros mismos. Él nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este ‘antes’ de Dios puede nacer también en nosotros el amor como respuesta” (Benedicto XVI, Deus caritas est, 17).

Leer más... »