Una semana de blog
No es un ejercicio al que uno deba dedicarse a diario, pero de vez en cuando viene bien. Por realismo, por búsqueda de “evidencias”, por calcular el interés que despierta lo que se escribe.
Del lunes pasado a este lunes, la implacable positividad del contador me dice lo siguiente: El post más seguido ha sido el más polémico, del 31 de mayo, “¿Qué hacía ese médico en un oficio dominical?”. Puedo prometer y prometo, que diría un famoso político, que, al escribirlo, no buscaba más que expresar mi zozobra sobre un hecho. Se ve que mi inquietud, para mostrar el acuerdo o el desacuerdo, fue compartida por muchos.
El segundo lugar lo ocupa una especie de corolario de ese post: “No se puede matar en nombre de la vida”. En este artículo hacía explícitas las premisas que, implícitamente, se intuían con claridad en el primero. Pero, en tiempos confusos, no está de más explicar hasta lo obvio.
El post del día 2 de junio, sobre el Sagrado Corazón de Jesús, digamos que “vivió de las rentas” de los dos que antecedieron. Discretas posiciones para los días siguientes. Los temas: los padrinos, los católicos sin dogma, el progresismo y el “bautismo” oficiado por Zerolo. Algunos de estos posts, transformados en “cartas al director”, han aparecido en diversos medios de ámbito regional o incluso nacional.
Y, lamentablemente, una caída en picado con el último post, sobre “La gloria de la eterna Trinidad”.
¿Qué quieren que les diga? Que tomo nota. Aunque ese ser notario de la realidad no nuble mi jerarquía de preferencias. Un saludo,
Guillermo Juan Morado.
8 comentarios
La gloria de la Trinidad no es conflictiva, Dios la gestiona magníficamente, ya sabemos bastante en qué consiste y lo que no sabemos apenas podemos ni concebirlo.
En cambio, qué hacía un abortista pertinaz en un oficio luterano era una pregunta muy interesante. Una vez sabemos que los luteranos en EEUU son pro-aborto entendemos más sobre el mal en el mundo, nuevas formas de maldad, etc...
Escribir sobre el mal siempre es más interesante que sobre la beatitud. La beatitud es solo interesante cuando aparece como un heraldo, un pequeño testimonio, un signo de contradición en un contexto de oscuridad: por eso nos gustan las historias de conversos.
¿cuantos que leen prosa leen poesía?
¿cuantos, que se interesan en la doctrina catolica, se interesan en la liturgia?
Dios mismo lo sabe: el mundo es épica, y la mayor parte de la Biblia también. Es el género que mejor describe lo que pasa en un mundo caído, que está gimiendo por los dolores de parto del mundo nuevo.
Los Ortodoxos dicen que hay una prueba irrefutable de la existencia de Dios: el ícono de la Trinidad de Andrei Rublev.
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