Trono de la Sabiduría
Día 29: Trono de la Sabiduría
“Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lucas 2,19).
La Iglesia venera a María como “Trono de la Sabiduría”: “Dichosa eres, santa María, Virgen sabia, que mereciste llevar en tu seno la Palabra de la verdad; dichosa eres, Virgen prudente, que has elegido la parte mejor”, canta una antífona de la Liturgia.
María es Madre y discípula de la Sabiduría del Padre. San Bruno de Asti, comentando el evangelio de San Lucas, escribe: “Oh Madre sapientísima, la única digna de un Hijo semejante, que meditaba todas estas palabras en su corazón y nos las conservaba, guardándolas en su memoria, para que después, al enseñarlas, narrarlas y anunciarlas, fuesen puestas por escrito, proclamadas en todo el mundo y anunciadas a todas las naciones”.
El sabio es aquel que juzga rectamente sobre las cosas divinas. La sabiduría humana se adquiere por el estudio. Pero existe también la sabiduría como don del Espíritu Santo; un saber sobre Dios que brota, como explica Santo Tomás de Aquino, de la compenetración o connaturalidad con Él. Este don proviene de la caridad, que nos une a Dios. En la Virgen vemos reflejada esta sabiduría que mana de la experiencia de Dios, de la intimidad con Él.
También nosotros, como Adán y Eva, sentimos la tentación de comer del fruto del árbol de la ciencia para ser como dioses, sabedores del bien y del mal (cf Génesis 3,5). Pero se trata de una quimera, de un querer lo imposible. El saber que orienta la vida viene de Dios y, si lo buscamos, lo encontraremos, como lo encontraron los pastores y los Magos. Éstos “vieron al Niño con María, su Madre, y postrándose, le adoraron” (Mateo 2,11). La adoración es la “parte mejor”, la verdadera escuela de la sabiduría, la fuente de la experiencia auténtica; el espacio donde se abre el camino de la prudencia y la senda de la vida.
Oración
Padre Santo, Dios eterno, que quisiste poner el trono real de tu Sabiduría en santa María virgen, ilumina a tu Iglesia con la luz de la Palabra de vida, para que resplandezca con la fuerza de la verdad y alcance gozosa el pleno conocimiento de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
6 comentarios
Cuando Dios quiso hacer al ser humano a su imagen y semejanza lo dotó de razón. A veces se critica el uso de la razón, la búsuqueda de verdades "científicamente" como si eso fuera probar la fruta del árbol prohibido. Siendo así que si Dios hubiera querido una Creación sumisa por completo, no nos habría dado la facultad de conocer. La sabiduría humana no sólo es respetable sino que creo que hacemos bien en "postrarnos" ante nuestras propias facultades humanas de conocimiento porque son únicas y excelentes en la Creación, y queridas por Dios.
La sabiduría como don del E.S. "que brota de la experiencia, de la intimidad con Él" es intransferible,no es comunicable, ¿qué se puede decir de ese conocimiento si es intimor intimo meo?
Supongo que mañana será en último post del Mayo Virtual. No sé si nos preparas una despedida discreta o una gran "traca final" (perdón por el símil, pero entiendes). De todos los posts de esta serie, el que más leo y releo incluso varias vecs al día es el del día 26. Aunque ese día sólo dejé un comentario agradecido pero más bien insulso, quiero que sepas que ese texto me conmueve, me interpela, hasta me sobrecoge y me produce "temor y temblor", y aun así, reconforta.
Me faltan aún 2 días de Mayo, ya que voy con retraso...
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