Stephen Hawking y Dios
El famoso científico Stephen Hawking, sucesor de Newton en la cátedra Lucasiana de Cambridge, tiene la virtualidad de plantear el problema de la relación entre Creador y creación o, dicho de otro modo, entre Dios y el mundo. No es poco, teniendo en cuenta el espeso ambiente de silencio que reina en nuestros pagos en lo que a Dios se refiere. En Inglaterra las cosas son de otro modo. Allí el debate entre ciencia y religión es un debate vivo y, generalmente, de gran altura intelectual.
“La ciencia no deja mucho espacio a Dios”, dicen que dijo. Y, si de ciencia hablamos, tiene razón. La ciencia practica lo que se suele denominar el “naturalismo metodológico” o, incluso, el “ateísmo metodológico”. En sentido estricto, Dios no es objeto de la ciencia, porque Dios no es un objeto más entre los objetos del mundo. Y ni siquiera es un objeto, sino un Sujeto libre, imposible de analizar en un laboratorio o de encajar en un perfilado modelo cosmológico.
No obstante, la ciencia la hacen los científicos. Y los científicos son hombres. Con sus grandezas y con sus miserias. También con sus dudas y con sus errores. Más allá de su ámbito de conocimiento, lo que diga un científico vale tanto como lo que diga cualquier otra persona. Un científico, en cuanto tal, no tiene necesariamente una especial competencia en filosofía y en teología.
Dicen los que saben del tema que, pese a las conclusiones ideológicas que extrae Hawking, su cosmología resulta de gran interés desde la perspectiva teológica, ya que plantea un cosmos plenamente racional. Algo así – podríamos interpretar teológicamente - como si el Logos dejase impresas sus huellas en la creación. Leeremos a Hawking con interés. El puesto de Dios no peligra.
Guillermo Juan Morado.
8 comentarios
"¿Qué es lo que insufla fuego en las ecuaciones y crea un universo que puede ser descrito por ellas? El método usual de la ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a las preguntas de por qué debe haber un universo que sea descrito por el modelo".
Cualquier crítica a S. Hawking debiera tener presente estas palabras suyas.
Como ya he dicho en otra parte, http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=16&title=zapatero_a_tus_zapatos&more=1&c=1&tb=1&pb=1#c17071,
no se dan cuenta de que el alcance científico de sus descubrimientos no llega más que al punto desde donde se puede concluir la no necesidad de Dios, o su existencia.
Esa es una de las garantías del éxito de la física. Si la inteligencia del hombre es resultado de un simple proceso evolutivo, al estilo de vernos a nosotros mismos como unos "monos listos", ¿como es que podemos explicar fenómenos físicos de manera racional que se producen a miles de años luz de nuestro ambiente evolutivo?... una pregunta interesante.
Un saludo.
Que el puesto de Dios no peligra, como se habla en el post, es cierto como lo ha sido siempre en Ciencia. De hecho, en casi todos los avances científicos del pasado, los que encontraron un aparente muro en la fe y hoy pertenecen ala historia como algo plenamente asumido, dejaron intacto a Dios. Pero a los seres humanos nos aproximaron a Él.
Nada en ciencia hace sino confirmar que podemos seguir creyendo o no creyendo en Dios. Por mi parte, siempre he creído, sentido y pensado lo priemero a propósito de cada progresión en el conocimiento del Universo creado a la medida de nuestra capacidad para entenderlo.
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