Sacerdocio y castidad
En mi vida había oído hablar del Padre Alberto Cutié. Hoy protagoniza muchas portadas, parece que por unas fotografías comprometidas con una mujer, de las que han sido testigos – implacables, pero profesionales – los paparazzi. Sí extraña que, siendo famoso – como dicen que es – , el P. Cutié se arriesgase a ser fotografiado por periodistas en una playa de Miami. ¿Imprudencia? ¿Improvisación? ¿Cálculo? El tiempo lo dirá.
La Literatura es pródiga a la hora de imaginar, de novelar, de narrar, aventuras amorosas de sacerdotes. Pensemos en dos ejemplos. El primero, La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, con un personaje tan intrigante como el magistral de Vetusta, D. Fermín de Pas. No es sólo el amor erótico lo que mueve al magistral, sino más bien un afán de posesión, de destacar, de superar sus humildes orígenes, intentado “ser alguien”. De ahí su satisfacción al verse reconocido y respetado: “Era una especie de placer natural, pensaba de Pas, el que sentía comparando sus ilusiones de la infancia con la realidad presente. Si el joven había soñado cosas mucho más altas, su dominio presente parecía la tierra prometida a las cavilaciones de la niñez”.
El otro ejemplo proviene de la novelística en lengua portuguesa, El crimen del padre Amaro, de Eça de Queirós. También en este caso, el sacerdote cede a la voluntad de dominio. Su crimen no es tanto la infidelidad a una promesa, sino, sobre todo, el haber puesto los medios para deshacerse del fruto de su relación con Amélia, la joven de la que se enamora. Ni Clarín ni Eça de Queirós son padres de la Iglesia. Pero la Literatura suele testimoniar algo de la vida. De ahí le viene su fuerza.
El celibato es un don de Dios. Y, como todo don, puede ser acogido o rechazado, total o parcialmente. Pero si el celibato no es para todos, la castidad sí lo es. Para casados y para solteros, para sacerdotes y para laicos. “La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf Si 1, 22)”, dice el Catecismo.
Una pedagogía de la libertad humana. No nacemos libres, sino que tenemos que aprender, poco a poco, con caídas, con errores, a llegar a serlo. Cada uno a su modo, según su estado de vida. Que un sacerdote se enamore de una mujer es, humanamente, comprensible. Pero también es comprensible, y deseable, y exigible, que aprenda a entregarse a sí mismo con todas las consecuencias, llegando a ser “ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios”.
Ojalá que si tenemos noticia de alguna debilidad humana, y entre ellas están las debilidades de los sacerdotes – no las únicas, por otra parte - , no caigamos en la tentación de rebajar los ideales. Sería lo fácil, quizá, pero no sería lo justo.
Guillermo Juan Morado.
22 comentarios
La clave está en apoyarse en hábitos prudentes, prevenir es mejor que curar. Por lo que cuenta fray Nelson el tema tenía mucho que ver con el nivel de "estrellato" con que contaba el cura. Por suerte o por desgracia, en España ya no hay curas con nivel de "estrellato", y los curas rockeros de aquí suelen ser ortodoxos y conscientes de su pequeñez.
En cuanto al sacerdote que peca contra el sexto, puede que entre los que se muestran escandalizados haya cierto grado de hipocresía y más aún de poca formación. Cierto que la falta puede ser mayor por el mal ejemplo pero la naturaleza humana es así.
Lo más importante de todo sería convencer a la gente, que la observancia de la castidad es posible.
Saludos
Las ordas relativistas y progres nos bombardean constantemente con que respetar el acto sexual es propio de otros tiempos, que lo que se lleva a ahora es el mantener relaciones por doquier y con quien sea, es decir, desproveer de amor a la relación sexual.
Para entender perfectamente que significa la castidad, sería buena la lectura de la enciclica de Benedicto XVI "Deus caritas est". El amor de Dios impregna toda la vida del ser humano, y que acto más amoroso que el permitir al hombre ser transmisor de la vida mediante el acto sexual.
http://apeles.blogspot.com/2009/05/carta-abierta-al-padre-alberto-cutie.html
Personalmente estoy en contra del celibato obligatorio, el celibato lo han mantenido inalterable durante los 2000 años de cristianismo, nuestros vererables y siempre estimados, y con gran sentido común: los ortodoxos y casi todos los ritos católicos con excepción del latino.
Considero que la Iglesia actúa de forma equivocada en este tema.
Yo por ejemplo soy laico, sí salgo con una chica y llegue en público a lo que ha llegado Alberto Cutié, es lo más lógico, ahora bien si eres cura o fraile y llegas sólo a esto pues la comidilla.
CONCLUSION: CELIBATO OPCIONAL COMO EL RESTO DE LOS RITOS CATOLICOS Y LOS HERMANOS ORTODOXOS.
http://www.google.es/search?as_q=siglo+bienes+hijos+iglesia&hl=es&num=10&btnG=Buscar+con+Google&as_epq=celibato+obligatorio&as_oq=&as_eq=&lr=&cr=&as_ft=i&as_filetype=&as_qdr=all&as_occt=any&as_dt=i&as_sitesearch=&as_rights=&safe=images
1.-Al principio se casaban los que querían, incluso los obispos: (celibato opcional).
2.-Cisma: año 1054. La part latina erre que erre (hasta hoy).
3.-El celibato obligatorio es una mera disposición, pesada carga para muchos. Y que sube más el remdio que la enfermedad con este tipo de disposiciones incumplidas por muchos sistematicamente siempre.
Si un esposo le es infiel a su esposa, nadie debate sobre la conveniencia de la fidelidad esponsal. A nadie se le oucrre decir que debería ser eliminada. Pero si es un sacerdote el que es comete un error, pues el celibato debe ser eliminado. Lo siento no lo entiendo.
Deberíamos ser mas agradecidos por el don del celibato.
lo recibo diariamente,conozco el "caso Cutié",así como
su reacción.Como intuía,ya que conozco,muy de cerca,situa-
ciones semejantes,la cosa no es un accidente aislado,viene
de lejos,véase http://www.elnuevoherald.com/
ultimas-noticias/story/444828.html.
La castidad del célibe,por el Reino de los Cielos,es
posible y deseable, como así lo anuncia el Señor en el
Evangelio;si Alberto Cutié se ha enfriado,por una parte,y
calentado por otra no es atribuible a ningún procedimiento
,decreto o disposición administrativa.La carta de des-
cargo que publica es muy reveladora:en primer lugar se
expresa en tercera persona,no pide perdón porque no está
arrepentido,hace un crónica sobre el hecho,su hecho.
Así mismo aboga por una "revaluación" del celibato,pero
no reivindica el matrimonio cristiano del presbítero,¿como
va a hacerlo si es fornicario?.
El pecado se perdona,si hay arrepentimiento,pero la cínica
desvergüenza es otra cosa.
Andrea,totalmente de acuerdo contigo.
P.S.El rectángulo de comentarios no tiene cerrado el lado
derecho,los corta y no salen completos.
El imponer el celibato obligatorio a los seculares motivado especialmente por cuestiones económicas, no ha cuajado nunca ni lo puede es un imposible.
Otra cosa es la riqueza que ya tenemos entre monj@s y religios@s, los cuales emiten los votos de pobreza, castidad y obediencia.
Maciel además hacía emitir otro voto, derogado por el sabio y santo BXVI, consistente en que no se revelase su doble vida y/o incoherencias de otros miembros de su fundación. ¡Vivir para ver!
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