Mayo virtual: María Auxiliadora
Día 24. Auxilio de los cristianos
“Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús” (Apocalipsis 12,17).
La batalla, las persecuciones, las dificultades no son ajenas a la vida de los cristianos y al peregrinar de la Iglesia por este mundo. San Pablo exhorta a Timoteo a pelear “el noble combate de la fe” (1 Timoteo 6,12). La Biblia atestigua que, desde los orígenes del género humano, se ha establecido una batalla entre la Mujer y la Serpiente (cf Génesis 3,15); entre el Dragón y la Mujer vestida de sol, coronada con doce estrellas (cf Apocalipsis 12).
En todos los combates, siempre se trata del mismo enemigo, el Diablo, que se opone a los proyectos de Dios y lucha contra aquellos de los que Dios se sirve para realizarlos. La Virgen - que personifica a Israel y a la Iglesia - es, la “gran señal que apareció en el cielo”, la Mujer vestida de sol, la Madre del Salvador, que vence el combate de la fe acogiendo la Palabra de Dios y poniéndola por obra.
En las dificultades, María es invocada como “Auxilio de los cristianos”. Ya San Juan Damasceno, en el siglo VIII, se dirigía a la Virgen, diciendo: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. A raíz de la batalla de Lepanto se popularizó la advocación de “Auxilio de los cristianos”. En esa ocasión, el Papa Pío V regaló al rey de España, Felipe II, la primera imagen de María Auxiliadora. Pío VII, en 1816, estableció su fiesta, el 24 de mayo, para agradecer a Nuestra Señora la ayuda que le había prestado frente a la persecución napoleónica.
Pero se debe sobre todo a San Juan Bosco y a los Salesianos la difusión universal de la devoción a María Auxiliadora: “Acudid a María Auxiliadora y sabréis lo que son milagros”, decía Don Bosco. Por su intercesión, pedimos a Dios perseverar en la fe, caminar seguros en medio de las dificultades del mundo y alcanzar, así, la Jerusalén del cielo.
Oración
Oh Dios, que has constituido a la Madre de tu amado Hijo en madre y auxiliadora del pueblo cristiano, concede a tu Iglesia vivir bajo su protección y alegrarse con una paz duradera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
7 comentarios
Parece que no han sido capaces de hincarle el diente. Quizás las razones estén en este post.
Con los años, el profe de Religión de un instituto en el que trabajé, era cura en una parroquia salesiana, éramos muy amigos y bauticé allí a mi hijo pequeño, en su parroquia. La parroquia se llama María Auxiliadora. Como no hacemos mucho gasto en las celebraciones ni fotógrafos ni grandes banquetes, hicimos las fotos nosotros, con una cámara cutre. Las fotos quedaron bastante oscuras y mal. La única foto verdaderamente impresionante del bautizo es una en la que el sacerdote sostiene a mi bebé, elevándolo en actitud de ofrenda a la imagen de María Auxiliadora. Esa foto la enmarqué y siempre que paso ante ella me sale sin pensarlo un "protege a mi niño" interior. Supongo que unas actitudes y otras (las que me hacen rechazar un tipo de culto que siempre me ha pareccido demasiado "folklórico" y tendente a la superstición, y la actitud contraria, inconsciente pero auténtica, de sentir que la Virgen es protección maternal) por más que haya una evidente contradicción, viniendo de una misma persona, serán ambas verdaderas. Por lo menos, ambas son sinceras.
Otro día te cuento una historia curiosa acerca de la Inmaculada Concepción.
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