Los pastorcitos de Fátima
Fátima, se ha escrito, es “sin duda la más profética de las apariciones modernas”. En 1917, tres pastorcitos de Aljustrel, no podrían inventar, sin intervención sobrenatural, un mensaje que, sólo a raíz de acontecimientos posteriores – la segunda Guerra Mundial, los daños causados por el comunismo a la fe cristiana - , ha desvelado su pleno sentido.
La fuente principal para saber qué pasó en Fátima siguen siendo las “Memorias” de la Hermana Lucía. No sólo las apariciones del Ángel o de la Virgen son detalladas por la mayor de los tres pastores, sino que también Lucía, con indudable talento literario, describe ambientes, costumbres, paisajes y personajes.
El libro de Manuel Fernando Sousa e Silva, “Los pastorcitos de Fátima”, (Editorial Homolegens, Madrid 2008, 415 págs, 20 euros.) constituye una buena introducción a la cuestión de Fátima; así como una buena guía de lectura y de interpretación de las “Memorias” de Lucía.
El libro está articulado en siete capítulos. En el primero, nos presenta a la familia de los pastorcitos: el matrimonio formado por Olimpia de Jesús y Manuel Pedro Marto, padres de Francisco y de Jacinta, y el matrimonio formado por Antonio dos Santos y María Rosa Ferreira, padres de Lucía. El capítulo segundo, se centra en los pastorcitos: Lucía, Francisco y la encantadora Jacinta.
El capítulo tercero se ocupa de las apariciones del Ángel, en 1915 y 1916. El cuarto, de las apariciones de la Virgen en Cova Da Iria: el 13 de mayo, el 3 de junio, el 13 de julio, los acontecimientos de agosto, con la aparición en los Valinhos, el 13 de septiembre y el 13 de octubre, cuando se produce el llamado “milagro del Sol”.
El capítulo quinto estudia el testimonio del mensaje por parte de los pastorcitos, deteniéndose en el modo de afrontar la enfermedad y la muerte los dos niños más pequeños, Francisco y Jacinta. El capítulo sexto está dedicado a los caminos de Lucía, que se hace primero Religiosa Dorotea en Galicia y, posteriormente, Carmelita en Portugal. El último capítulo trata sobre la beatificación de Francisco y de Jacinta.
Una lectura de gran interés, que aconsejo a todos. No faltan hechos que parecen remontarnos a los primeros siglos del cristianismo, a las historias de las persecuciones, como cuando las autoridades encerraron en la cárcel a estos niños tan pequeños, mezclados con delincuentes comunes. En el penal, los amenazaron con freírlos en aceite – amenaza que los guardianes se cuidaron bien de presentarla como creíble - si no revelaban el “secreto” que la Virgen les habría comunicado. Sufrieron así un verdadero martirio, mostrando los tres niños que estaban dispuestos a dar la vida por la fidelidad a la palabra dada a la Virgen.
Guillermo Juan Morado.
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