Juan Manuel de Prada: Brujas on the waves
Brujas on the waves
JUAN MANUEL DE PRADA Sábado, 18-10-08
NOS habían parecido hijas de una imaginación calenturienta aquellas descripciones de los aquelarres que hallamos en las crónicas medievales, donde las brujas perpetran sacrificios de niños y se enardecen embadurnándose con su sangre, hasta alcanzar un éxtasis demoníaco. Ahora, a la vista de ese barco abortista que ha atracado en Valencia, comprobamos que aquellos cronistas no exageraban: las brujas, en efecto, existen, y celebran aquelarres, y sacrifican niños, y se embadurnan gozosamente con su sangre, para hacerse dignas ante los ojos de su dueño. Las hemos visto recibir al barco abortista con cánticos, como si estuvieran exultantes de júbilo; y vaya si lo estaban: pues nada regocija tanto a los siervos del demonio como comprobar que su dueño se enseñorea del mundo. Las brujas que recibían con agasajos al barco abortista exultaban de felicidad porque han convencido a otras mujeres para que se incorporen a su aquelarre; pero, sobre todo, porque el mundo sobre el que se derraman las tinieblas está tan ofuscado que ya no puede reconocer la verdadera naturaleza de ese aquelarre.
Los cronistas medievales nos enseñaban que una mujer se convierte en bruja cuando la posee el demonio. ¿Y cómo posee el demonio a una mujer? Los cronistas medievales responderían que manteniendo con ella trato carnal; pero aceptar tal aserto nos obligaría a presuponer que el demonio carece de gusto, o que es capaz de aceptar despojos que un perro rechazaría. Un demonio que accediese a mantener trato carnal con las brujas que recibieron al barco abortista se convertiría, de regreso al infierno, en diana de los escarnios de toda la cofradía demoníaca. Hemos de pensar, pues, que el demonio actúa mediante una argucia que no exija prestaciones físicas tan ignominiosas; y su argucia se llama resentimiento. Esas brujas están llenas de resentimiento; tan llenas que, si las pinchásemos con un alfiler, explotarían como bolsas de pus. ¿Y qué provoca su resentimiento? Las personas sin valores, en su fuero íntimo, codician los valores que no alcanzan, como la zorra de la fábula codicia el racimo de uvas; aunque su alma esté envenenada por el hálito del mal, siempre guardan dentro de sí un residuo de nostalgia del bien. Como ese bien es inalcanzable para su alma corrompida, empiezan por despreciarlo rencorosamente, como la zorra de la fábula desprecia el racimo inalcanzable, convenciéndose de que las uvas están verdes. Más tarde odian ese bien, lo odian con minuciosidad y encono, y finalmente tratan de invertirlo, haciendo pasar el mal que las corrompe por bien, haciendo pasar sus contravalores por valores verdaderos. Esas brujas odian que otras mujeres sean amadas, odian que otras mujeres amen el fruto de sus entrañas, odian que otras mujeres amen las delicias de la maternidad, odian la virtud y el bien que ellas nunca podrán alcanzar. Pero, en lugar de expresarlo sin ambages, su resentimiento demoníaco les inspira subterfugios que tratan de colar como valores; y que, en un mundo sobre el que se derraman las tinieblas, son efectivamente aceptados como valores. Y así, se ponen la careta del feminismo compasivo, y nos dicen que sólo anhelan que otras mujeres tengan «derecho a decidir», que puedan ejercer una «maternidad responsable» y no sé cuántas baboserías más. Cuando lo único que desean es una satisfacción; y ya se sabe cómo los resentidos -los poseídos por el demonio- hallan satisfacción y consuelo: infectando a los demás con el virus que a ellos los corrompe; en este caso, haciendo a otras mujeres partícipes de su crimen, incorporándolas a su aquelarre.
Deberíamos esforzarnos en reconocer, bajo la apariencia de las cosas, su naturaleza verdadera. Este episodio del barco abortista no es sino un avatar más de aquella batalla entre la mujer y el dragón que nos relata el Apocalipsis. Esas brujas posesas son instrumentos de la eterna enemistad entre la estirpe del demonio y la estirpe de la mujer; y, junto a esas brujas, las autoridades que permiten que la estirpe de la mujer sea perseguida, y la sociedad que vuelve la espalda a persecución tan ensañada. Todos danzando en el mismo aquelarre, todos embriagados de sangre, hasta alcanzar un éxtasis demoníaco.
www.juanmanueldeprada.com
19 comentarios
¿Dónde atracó el "Barco de la Muerte"? ¿De qué partido es la alcaldesa de Valencia? ¿De qué partido es el presidente de la comunidad autónoma de Valencia?
¿A qué partido vamos a seguir votando todos, Juan Manuel de Prada incluido, "Todos danzando en el mismo aquelarre, todos embriagados de sangre, hasta alcanzar un éxtasis demoníaco..."?
Ha sido un bonito brindis al sol para tranquilizar nuestras conciencias. Mientras tanto, el legislador, apoyado por los DOS grandes partidos, prosigue sin pausa su tarea de construir la "civilización de la muerte". Una "civilización de la muerte" en la que no caben ni los enfermos crónicos, ni los niños nonatos, ni las víctimas del terrorismo.
Hasta que nos llegue a nosotros también la hora de remar -o de que "nos remen"- "mar adentro", brindemos todos juntos en la asamblea: "¡Ave, don Juan Manuel, bonito artículo el suyo!".
Creo que a Prada se le ha ido la mano tanto como a las que denomina"brujas". Son mentes confundidas por una situación de siglos donde tan sólo eran las madres de sus hijos. Ni siquiera podían disponer de sus bienes, pasaban a manos del varón.
Muy misógeno Prada. También hay abortistas hombres, irresponsables, gracias a la naturaleza que les exime de
las consecuencias de sus actos.
No, no es un artículo afortunado, por mucho que el barco de la muerte sea una vergüenza para todos los españoles de bien.
Saludos
Puede haber medicos que sean varones y que hagan abortos a "mujeres", lo mismo que hay "mujeres" que hacen abortos a mujeres, pero hasta ahora, el estar encinta es privilegio de la mujer.
Y es la mujer la que se presta a ello.
Asi que vamos ya a dejarnos de tonterias y ha llamar a las cosas por su nombre. tanto feminismo, tanto feminismo para lo que queremos y para lo que no, no.
La corrupción de lo mejor es lo peor. La destrucción del alma de la mujer es lo peor que puede pasar a la sociedad.
A pesar de toda la mitología alrededor de la afirmación "nosotras parimos, nosotras decidimos", la verdad parece ser más bien "si nos preñan, abortamos; bien calladitas, no molestamos".
El número de abortos y de familias desestructuradas parece aumentar proporcionalmente a la cobardía, la irresponsabilidad y el egoísmo de los hombres (con genes XY), que cada vez parecen más incapaces de enfrentarse a las consecuencias de sus actos y a las circunstancias en las que se desenvuelve su vida, quedando cada vez más reducidos al triste papel de zánganos, inútiles una vez cumplida su misión.
Como hombre (con genes XY), estoy irritado y ofendido por el papel que me asigna esta sociedad basada en el "género". Yo no tengo género: tengo sexo. Soy un hombre, y como tal procuro comportarme, con responsabilidad, honor, dignidad y valentía.
No soy un "macho alfa". Soy un esposo padre de familia. Mi misión es defender a los míos y enfrentarme a las responsabilidades derivadas de mis actos y de las circunstancias que me ha tocado vivir.
El aborto no sólo es cosa de "brujas". También es cosa de "brujos" y cobardes. Y tanto unos como otros son hombres (con genes XY). En este artículo el sr. de Prada no dice nada acerca de ellos.
Creo que algo así es lo que quería decir Carmen. Si es así, estoy de acuerdo con ella.
Para más información véanse las pp.15-48 del libro de Pío Moa: «La sociedad homosexual y otros ensayos», Madrid: Criterio Libros, 2001, 321pp, 12.50€, ISBN: 978-84-9543-708-2
"Una de las tres mujeres que ayer abortaron en el barco defendió la despenalización total de la interrupción voluntaria del embarazo y el derecho de la mujer «a elegir libremente». Mamen, de unos 40 años y madre de dos hijas de 14 y 12, aseguró que la maternidad «es maravillosa si es responsable y algo elegido». Tras el aborto, de vuelta a aguas españolas, Mamen dijo que se encontraba bien. «El mar estaba muy tranquilo y la gente era muy amable», explicó. La mujer dio su apoyo a la campaña, porque las mujeres «deben tener la oportunidad de elegir, y que no sea una tercera persona, un psiquiatra, quien decida si tienes o no problemas». Mamen aboga por que en España haya una despenalización total del aborto y la legislación en este sentido sea como la holandesa".
A los padres los relegan. Esta campaña asquerosa, en la que colaboran hombres y mujeres, está liderada por supuestas "feministas".
Estas mujeres abortistas con su siniestro teatro de muerte son hijas de unas circunstancias, como todos los criminales, como todos los pecadores. Siempre hay circunstancias que, si no atenúan, sí explican cómo se gestan ciertas abominaciones. Pero cuando se trata de algo abominable, hay que llamarlo abominable.
Y para ser "prácticos" están los ciudadanos simples y los políticos. LOs escritores hacen literatura, y los escritores comprometidos; literatura comprometida. De la que hace pegar un salto en el cómodo sillón del lector.
Lo práctico es no dar imagen tan de chiflados o tan de energúmenos como las propias abortistas. Y, desde luego, para atraer a la causa antiabortista, hay que eliminar todas las imágenes de hipocresía.
Tenemos trabajo por delante, pero vale la pena y somos triunfadores. Felicito al Sr. de Prada que con su habitual maestría describe la situación, cruda pero cierta.
Aplaudo a Prada por hacer "su oficio" en la socidad así de bien: es escritor, periodista, literato católico, ergo comprometido, así que tiene que tratar el tema y puede y debe hacerlo de ese modo. Fuera de este contexto, este "tremendismo", además de carecer de genio y trabajo literarios, suele ser contraproducente.
Por cierto, y ya que etamos en este tema: hace unos años (seis, siete, hace ya tiempo), en el dominical de ABC, Prada escribió un artículo magistral acerca de las investigaciones genéticas. Lo recorté, pero lo perdí, lo he buscado en internet, pero no consigo localizarlo. Era excelente y me gustaríasaber si alguien lo recuerda, lo conserva o sabe localizarlo. Acababa diciendo que a los científicos, médicos, políticos, etc. que esgrimen como razón para prácticas inmorales el "progreso", no hay que hablarles con razones morales, sino hacer sonar el tintineo de unas monedas dentro de una bolsa, porque a esas "razones" suelen mostrarse mucho más receptivos.
Me gustaría recuperar el artículo. Todo él era excelente y ahora está tan vigente o más que hace seis o siete años.
Y quería añadir que, si bien es la mujer quién tiene el don de la maternidad y quién aborta, el hombre tiene mucho que decir. ¿Cuántos hombres hay que no se han enterado que podrían haber sido padres? El hijo no es sólo de la mujer, también lo es del hombre y creo que tiene mucho que decir. En el tema del aborto no se le consulta en nada, quizás muchos abortos no se producirían si se exigiese el consentimiento expreso del padre. Cuando se producen los divorcios, al padre se le exigen unas responsabilidades y su incumplimiento genera sanciones penales. ¿Por qué en el tema del aborto se excluye al hombre?
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