Estrella del mar
La Virgen María es invocada como “Estrella del mar” (Stella Maris). Santo Tomás de Aquino escribe: “También se llama a María Santísima Estrella del mar, porque de la misma manera que por la estrella se dirigen los navegantes al puerto, así, por medio de María se dirigen los cristianos a la gloria”.
En los Evangelios, Jesús manifiesta su poder divino dirigiéndose a los suyos caminando sobre el mar (Mc 6,49s), o calmándolo, con una palabra que lo exorciza: “¡Calla! ¡Enmudece!” (Mc 4,39s). En el libro del Apocalipsis, al describir el trono de la gloria de Dios, se menciona “una especie de mar transparente como el cristal” (Ap 4,6). Es decir, en la nueva creación desaparecerá el mar en cuanto abismo o fuerza de desorden para transformarse en símbolo de una paz luminosa en el universo renovado.
Siguiendo a la Estrella, mirando a María, los peligros de la navegación de nuestra vida pueden sortearse y el mar del sinsentido, de la agitación interior, de la tentación, del desaliento, se convierte, por su intercesión, en esa paz del espíritu que nos da, en esperanza, el cielo: “Si la sigues, no te desviarás; si recurres a ella, no desesperarás, si la recuerdas no caerás en el error” (San Bernardo).
Al final de su encíclica sobre la esperanza, el Papa Benedicto XVI se dirige a María con estas palabras: “Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo. Indícanos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino” (Spe salvi 50).
¡Enséñanos a creer, a entregarnos entera y libremente a Dios, a esforzarnos por conocer y hacer siempre su voluntad! ¡Enséñanos a esperar, a dilatar nuestro corazón para, desechando el egoísmo, ansíe únicamente el amor; a superar con confianza las pruebas de la vida! ¡Enséñanos a amar, a permanecer anclados en el amor de Dios, a vivir en el gozo, en la paz, en la misericordia! Ave maris Stella, ¡Salve Estrella del mar, Santa Madre de Dios y siempre Virgen, feliz Puerta del cielo! Monstra te esse matrem. Muestra que eres Madre, presentando nuestras súplicas a Aquel que, naciendo por nosotros, aceptó ser Hijo tuyo.
Guillermo Juan Morado.
3 comentarios
Poca gente se acuerda que el himmno todavia hoy de la marina española esta compuesto por Jose Maria Peman.Suena un poco franquista...pero da igual...es vibrante..."rompen las olas"...
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