Lecturas. Carmelo Dotolo. Dio, sorpresa per la storia
Carmelo Dotolo, Dio, sorpresa per la storia. Per una teologia post-seculare, Editrice Queriniana, BTC 199, Brescia 2020, ISBN: 978-88-399-0499-7, 280 páginas.
Carmelo Dotolo (1959) es profesor ordinario de teología de las religiones en la Pontificia Universidad Urbaniana, de Roma. Entre sus preocupaciones, destaca el deseo de poner de relieve la responsabilidad del cristianismo, su credibilidad, en nuestra época. La obra que presentamos está precedida de otras dos con las que forma, en el proyecto del autor, una especie de tríptico: Un cristianesimo possibile. Tra postmodernità e ricerca religiosa (Queriniana, Brescia 2007) y Teologia e postcristianesimo. Un percorso interdisciplinare (Queriniana, Brescia 2017).
En Dio, sorpresa per la storia, Dotolo plantea la relevancia de proponer de nuevo la cuestión de Dios en su significado para hoy: ¿Interesa aún Dios? Lo prioritario en nuestra época parece ser la optimización de la imagen del Yo; la autodeterminación y la autorrealización. La cultura ha dejado, sí, un espacio a la religión, pero sin exigir ya la nostalgia del Otro, del Absoluto, de Dios.
Estamos en una época post-secular en la que el proceso de secularización es discutido, en la que la pluralidad cultural debe ser articulada con la interculturalidad, y en la que los procesos de modernización han de ser separados de las dinámicas de secularización. La categoría de post-secularidad o post-secularismo indicaría la necesidad de reequilibrar una interpretación que tiende a colocar periféricamente la vivencia religiosa en determinados códigos simbólicos.
Para Dotolo, la teología cristiana no debe fundar su pensamiento sobre la religión, sino sobre Dios. El cristianismo propone un repensamiento de lo religioso, ya que el evento de Jesucristo, su kénosis, ha introducido una novedad en la relación entre Dios y el hombre. Dios es Jesucristo. Este es el dato sorprendente que Jesús introduce en la historia: el ser mismo de Dios se implica en la realidad del mundo y de la condición humana. El “en sí” de Dios se expone al “para sí” que cada hombre puede experimentar, aceptar o negar: “Esta es la impensable desmesura de la propuesta cristiana que libera a Dios de formas de teísmo metafísico o religioso” (p. 21). Para exponerse al Dios cristiano es necesario, asimismo, exponerse a la “antinomia trinitaria”, que convoca a una diversidad que no sustrae la diferencia, sino que consiente un acceso a la verdad del hombre en la historia de Dios.
El ensayo está articulado en cinco capítulos: 1. ¿Qué religión? Hipótesis post-secular y heurística de la secularización. 2. En lucha con Dios. Temas in-actuales de la investigación atea contemporánea. 3. ¿Sin Dios? Entre religiones, espiritualidad y mística. 4. La diversidad de Dios. La paradoja del monoteísmo bíblico. 5. El Dios sorprendente. Intinerarios del decir-Dios. El volumen termina con unas consideraciones conclusivas y una amplia bibliografía.
Se trata de un texto denso, muy argumentado, en el que el análisis y la reflexión sobre la cultura actual se enhebra con la teología. Al final de cada capítulo, el autor proporciona un resumen de las principales ideas que pueden configurar una “teología post-secular”. Se agradece este resumen, que permite seguir el hilo de la exposición de un modo más claro. Estos son los títulos de estas líneas propositivas: I. Hermenéutica teológica de la secularización e imagen de Dios. II. Plantear de nuevo la excedencia de Dios. III. La paradoja cristiana del etsi Deus daretur. IV. Repensar la unicidad del nombre de Dios. V. Redescubrir la originalidad del Dios cristiano.
La originalidad del Dios cristiano está vinculada a la encarnación, a un Dios-hombre que remite a un Dios lejano pero aproximable. El cristianismo inscribe la pensabilidad de Dios en la figura de su darse, en la paradoja de una fenomenología de la encarnación, asumiendo el escándalo interpretativo que la muerte de Jesús introduce en el discurso sobre Dios. Pensar el etsi Deus daretur significa configurar la experiencia religiosa según la diferencia anunciada por el cristianismo en la correlación entre mística, ética y política, sin disociar la mística de la secuela de Cristo. El evento de la encarnación propicia una nueva hermenéutica del monoteísmo, leyendo el nexo entre Dios e historia. La teología post-secular está llamada a tematizar la novedad de la diferencia cristiana, sabiendo que en el evento histórico de Jesús se desvela la esencial realidad de Dios y del hombre: Dios es misterio personal de relación, cuya interpretación se hace posible desde la condición filial de Jesús, el Hijo. El misterio relacional de Dios (Padre-Hijo-Espíritu) permite tematizar el origen en el signo de la creación, sugiriendo una visión de futuro como modo de abrir la historia transformándola, y manteniendo abierto el deseo de Dios según la medida imprevisible del Espíritu.
En definitiva, Dios representa una “cuestión abierta”, susceptible, en el actual panorama socio-cultural, de una diversa interpretación. Es posible, no obstante, hablar de Dios como recurso y sentido para el hombre. Dotolo propone, a este fin, un recorrido: Dios, una alteridad que empuja a investigar; redescubrir el paradigma del amor; habitar la vida como hoja de ruta del cristianismo, generando una ética creativa del ágape.
Dios es, nos dice Dotolo, sorpresa constante: “el hombre está caracterizado por una identidad abierta: la eventualidad del encuentro con Dios es una posibilidad real y significativa para poder nutrir la vida y hacerla florecer […] es más que una hipótesis porque se asoma como itinerario del advenimiento histórico de Jesucristo que constituye lo esencial de la verdad de Dios y del hombre. Aquí el desvelamiento de Dios se da en su inalcanzable originalidad, ofreciendo al hombre el coraje de rasgar el velo de lo impensable y de lo inaudito, para ir más allá de la idea común de Dios vehiculado por un genérico teísmo” (p. 239-240).
Un libro, sin duda, que hace pensar y que permite un diálogo con buena parte del pensamiento contemporáneo y, más en concreto, de la teología.
Guillermo Juan Morado.
P.S. He visto que la editorial Queriniana ha elencado esta modesta reseña de mi blog en la nota de las recensiones publicadas sobre el libro de C. Dotolo. Para mí es un honor.
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