Carta a mis feligreses (II). Sobre la celebración pública de la santa Misa

Estimados amigos:

Les invito, ante todo, a rezar, a dar gracias a Dios por tantas cosas buenas que hay en nuestras vidas y a pedir con insistencia filial que, cuanto antes, podamos volver a la normalidad. Les invito a pedir por los difuntos. Por los enfermos. A interceder unos por otros.

Muchos, lo sé, preguntan: ¿Cuándo volveremos a tener la celebración pública de la Santa Misa? Saben que, cada día, en el altar de nuestro templo parroquial se ha celebrado y se sigue celebrando la Eucaristía, confiando en el admirable misterio de fe de la comunión de los santos.

Si las circunstancias lo permiten, podríamos comenzar la celebración pública el próximo miércoles 13 de mayo (insisto, si las circunstancias lo permiten). Es una buena fecha, la memoria de Nuestra Señora de Fátima. Si es posible, la Santa Misa se celebrará ese día a las 19.30 horas.

Nos piden, desde el Obispado, a los párrocos que seamos muy cuidadosos. Voy a detallar un poco en qué consiste este cuidado:

  1. Todos deben saber que están dispensados por nuestro Sr. Obispo del cumplimiento del precepto dominical.
  2. Si vienen a la iglesia parroquial de san Pablo, tienen que ayudarnos a no sobrepasar el aforo señalado. En este momento, se limita a 57 personas. Han de sentarse donde se les indique. Debemos mantener una distancia de seguridad de 2 metros. A la entrada de la iglesia habrá gel desinfectante y se pide que no se toquen ni se besen las imágenes u otros objetos de culto. Es recomendable, que traigan, además, el propio gel hidroalcohólico de bolsillo.
  3. Es muy recomendable comulgar en la mano, sin guantes en ese momento, y usar mascarilla (en el momento de comulgar, no hay que quitar la mascarilla, solo bajarla). No obstante, al final de la distribución de la Sagrada Comunión en la mano, podrán comulgar en la boca los fieles que así lo deseen.
  4. Es necesario seguir las indicaciones del sacerdote y de las personas que colaboran con el orden de las celebraciones. Debemos evitar las agrupaciones de personas, tanto al entrar como al salir del templo.
  5. Las personas que tengan síntomas de enfermedad vírica (fiebre, tos, diarrea, dificultad respiratoria) han de quedarse en casa. También los que hayan estado en contacto con enfermos de COVID-19 en los últimos 15 días.
  6. Las personas mayores o enfermas de otras dolencias pueden, si lo ven oportuno, permanecer en casa.
  7. Si el aforo del templo estuviese completo (en nuestro caso es de 57 personas), no se podría entrar.

Sobre todo, necesitamos, los párrocos y los miembros del Consejo Parroquial de Pastoral, dos cosas: apoyo y comprensión.

Con los colaboradores que me ayudarán a organizar mínimamente todo esto, deseo reunirme, si es posible según las disposiciones de las autoridades sanitarias, el próximo lunes, día 11, a las 19.30 horas.

Poco a poco, con mucha prudencia, iremos caminando hacia la normalidad plena. En principio, tras haberlo consultado con algunos colaboradores, creo que lo más prudente es tener la celebración pública de la Santa Misa, a partir del miércoles 13, los lunes, miércoles, sábados y domingos.

Lunes, miércoles, sábados, a las 19.30.

Domingos, a las 12.30.

Pido apoyo y comprensión, porque no resulta factible, así de golpe, asegurar la perfecta desinfección del templo todos los días. Mi deseo es facilitar, razonablemente, la participación de los fieles en la Santa Misa todos los días. Iremos poco a poco.

Que Dios nuestro Señor y su santísima Madre nos ayuden. Nos encomendamos, asimismo, a la intercesión de san Pablo y de san Roque.

Muchas gracias a todos por su proximidad y por su oración. Muchas gracias también a los lectores de “La Puerta de Damasco".

 

Guillermo Juan Morado.

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