50 años del decreto "Presbyterorum Ordinis"
Instituto Teológico de Vigo
Clausura del Curso de Formación Teológica para Sacerdotes
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo,
Sres. Profesores,
Rvdos. Sres. Sacerdotes,
Sres. Alumnos,
Sres. y Sras,
- Siempre resulta grato inaugurar un curso pero, si lo pensamos bien, más significativo es clausurarlo. Una apertura equivale al enunciado de un proyecto, de un designio, del pensamiento de ejecutar algo. Clausurarlo supone haber concluido ese proyecto. Y tenemos hoy la satisfacción de constatar que, en efecto, el plan trazado se ha llevado a cabo. No calificamos si con mayor o menor éxito; solo levantamos acta de que se ha llevado a cabo, que no es poco.
- Y este curso de Formación Teológica para Sacerdotes no ya es ni el primero, ni el segundo, sino el tercero. Creo, pues, que se trata de un proyecto y de un resultado bastante consolidados, cuyos efectos se pueden contrastar. La petición de que el Instituto Teológico, afiliado a la Facultad de Teología de Universidad Pontificia de Salamanca, se ocupase de la actualización doctrinal de los sacerdotes partió del Sr. Obispo y en esta tarea se ha embarcado tanto la Junta de Gobierno como el Claustro de Profesores del Centro, contando con la colaboración de la Vicaría para el Clero. No quiere decir que antes no existiese esta responsabilidad, que siempre ha estado presente, sino que en estos últimos años se nos ha encomendado.
- Nuestra idea es clara: Combinar de manera sistemática materias de fondo – este año hemos abordado dos de ellas: Sagrada Escritura (“El Evangelio según san Marcos”) y Teología Espiritual (“Santa Teresa de Jesús, maestra de Espiritualidad”) - con cursos monográficos más breves que completen las respectivas materias de fondo con otras cuestiones de interés y de actualidad. Y así, en este apartado, hemos tratado diversos temas: La exhortación apostólica Evangelii gaudium, los oficios diocesanos, las nuevas técnicas de información y comunicación social en la acción pastoral, y la problemática relativa al matrimonio y la familia.
- A la hora de seleccionar estos cursos hemos intentado estar atentos a los planes de acción pastoral de la Diócesis, así como a las enseñanzas e impulsos que proceden del Papa y de la Iglesia universal.
- Se impone, por nuestra parte, agradecer el enorme esfuerzo y la disponibilidad de los profesores que han impartido los cursos. E, igualmente, la participación y la asistencia – un poco irregular, pero no exenta de cierta continuidad – de los asistentes. Nos hacemos cargo de las dificultades, de las múltiples tareas a las que un sacerdote debe atender, pero pensamos que merece la pena no rebajar la oferta formativa, aunque sea exigente.
- Para este acto de clausura la Junta de Gobierno ha pensado en conmemorar los 50 años del decreto Presbyterorum Ordinis del Concilio Vaticano II sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, promulgado por el papa Pablo VI el 7 de diciembre de 1965. Para desarrollar esta lección contamos con la ayuda del Prof. Dr. D. Juan Carlos Sendón Fojo, de cuya generosidad hemos abusado en este curso – y ello se debe a su reconocida competencia no solo en temas de matrimonio y familia, sino también en la teología del Orden Sacerdotal -. D. Juan Carlos sabe lo que dice y sabe decir lo que sabe. Y ese es un mérito digno de elogio, ya que el buen maestro ha de poder comunicar lo que ha aprendido.
- En este decreto conciliar se lee lo siguiente: “los obispos han de preocuparse de que algunos se dediquen a un conocimiento más profundo de la Teología para que nunca falten maestros idóneos para enseñar a los seminaristas, para ayudar a los demás sacerdotes y fieles a adquirir los conocimientos necesarios y para favorecer en las ciencias sagradas un sano progreso, tan necesario a la Iglesia” (PO 19). En este texto se resume perfectamente la finalidad de nuestro Instituto: enseñar idóneamente a los seminaristas, ayudar a los demás sacerdotes y proporcionar también un apoyo para la capacitación teológica de los laicos – y de ahí la puesta en marcha del “Aula de Teología para laicos” -. Y todo orientado a un “sano progreso", que no es otro que el avance en el camino de la santidad.
Agradezco la presencia de todos ustedes. Me gustaría añadir que, como expresión y complemento de todas estas tareas, merece la pena valorar la contribución de la revista Telmus.
Muchas gracias.
Guillermo Juan Morado.
Director del Instituto Teológico de Vigo.
24 de marzo de 2015.
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