Felicidades, Don José Rico
A medio día de hoy se hacía público el nombramiento de D. José Rico Pavés como auxiliar del obispo de Getafe. Me parece una excelente noticia. No del todo inesperada porque, de un modo o de otro, D. José Rico venía siendo “preconizado” desde hace ya algún tiempo. De hecho, y esto constituye un indicio a tener en cuenta, sus inmediatos predecesores en la Secretaría de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, de la Conferencia Episcopal Española, son obispos: Mons. Martínez Camino y el cardenal Cañizares.
Aunque la sorpresa sea pequeña, la alegría es grande. D. José Rico es un sacerdote muy inteligente, muy bien preparado, trabajador, humilde, piadoso, y, sobre todo, muy buena persona. De su capacitación teológica dan fe los varios libros y numerosísimos artículos que ha publicado. Asimismo, ha recorrido muchas de las diócesis de España pronunciando conferencias. En la mía, en Tui-Vigo, ha estado al menos en dos ocasiones invitado por el Secretariado Bíblico. Sus conferencias son claras, didácticas y siempre profundas.
También he podido constatar el impulso que, como director del Instituto Teológico “San Ildefonso” de Toledo, ha dado a ese Centro que, hoy, es ya una extensión de la Facultad de Teología de San Dámaso, de Madrid. Podría dar, además, pero esto no viene a cuento en el blog, testimonio de la amabilidad con la que siempre me ha tratado en las ocasiones en que he visitado “San Ildefonso”.
¿Para qué un obispo auxiliar? La última razón de la existencia de este ministerio es una sola: “el bien de la grey del Señor”. Así lo enseña el decreto “Christus Dominus” del Concilio Vaticano II. Puede darse el caso de que “el Obispo diocesano, o por la excesiva amplitud de la diócesis, o por el subido número de habitantes, o por circunstancias especiales del apostolado, o por otras causas de distinta índole no puede satisfacer por sí mismo todos los deberes episcopales, como lo exige el bien de las almas”.
No es, pues, una tarea fácil ser obispo. Tampoco lo es ser obispo auxiliar. Se requiere, para desempeñar este cargo, ser muy consciente de quien se es y de lo que no se es. Yo creo que al obispo de Getafe le ha tocado la lotería. Y no solo a él, sino también a esa iglesia particular y, en suma, a toda la Iglesia.
D. José Rico sabrá cumplir su misión. Y lo hará con la competencia, con la laboriosidad y con la discreción que lo caracterizan.
Yo, lo repito, me alegro mucho. Una pequeña muestra de su carácter es que hoy, al poco de conocer su nombramiento, le envié un e-mail de felicitación. A las pocas horas, me contestaba con la caballerosidad y la sencillez de siempre.
¡Qué Dios le ayude a llevar adelante su tarea!
Guillermo Juan Morado.