¿Teología feminista?
Nunca he tenido muy claro lo del “feminismo”. En un sentido muy amplio, el feminismo pide para las mujeres iguales derechos que para los hombres. Creo que, en este punto, nada se puede objetar. Los derechos corresponden a la persona y la persona humana puede ser varón o mujer, sin que el sexo suponga, en este aspecto, ninguna ventaja o desventaja.
Si un hombre puede votar en unas elecciones, una mujer también. Si un hombre puede decidir libremente si casarse o no, una mujer también. Y viceversa. Y soy consciente de no distinguir, para estos fines, entre derechos políticos y derechos humanos. Ellos y ellas, o ellas y ellos, han de poder ejercer tanto unos derechos como otros. Con absoluta libertad y sin discriminación de ningún tipo.
Sin embargo, el sexo no es un mero accidente. Somos varones o mujeres. El sexo forma parte de nuestra naturaleza. Y la naturaleza comprime y a la vez hace posible el despliegue de nuestra libertad. Sería absurdo rebelarse contra el hecho de no poder volar. El ser humano no tiene alas y, en consecuencia, no puede volar como pueden volar las aves. Tampoco puede vivir en el mar, como los peces.
Un varón no puede reivindicar el derecho a ser madre, a dar a luz, porque sencillamente no puede serlo. Su naturaleza no se lo permite. Ni una mujer puede apelar a un Tribunal Internacional de Derechos Humanos porque nazca con dos cromosomas X en lugar de con un cromosoma X y otro Y. Podrán inventarse miles de subterfugios, pero las cosas, al final, son como son.
En el ámbito de la teología, el feminismo – un término muy vago – hizo, hace ya tiempo, su irrupción. Entre otras razones, porque algunas mujeres empezaron a ver con desconfianza a la Iglesia y a las confesiones cristianas. ¿No serían las “Iglesias” – permítaseme el plural – una de las causas de la subordinación de la mujer? ¿Acaso no eran las “Iglesias” responsables, en cierto modo, de que la mujer fuese considerada como una propiedad del varón, como un peligro o como una figura idealizada y, a la vez, necesitada de protección?
La causa de la teología feminista se organizó, en primer lugar, como una protesta. Una crítica contra todo y contra todos; en concreto, contra la tradición cristiana como sospechosa de encubrimiento de los intereses de los poderosos – ante todo, los hombres- frente a los débiles – las mujeres, pero no solo ellas, sino ellas como símbolos por antonomasia de los oprimidos -.
En segundo lugar, y el orden no es estrictamente cronológico, como una reivindicación de la memoria. Se trataba, y se trata, de hacer emerger el protagonismo de las mujeres en la historia, también en la historia del cristianismo. Y es verdad que no se puede negar que ha habido – y que hay – santas y mártires, sabias y emprendedoras, mujeres que han sido protagonistas y que han alcanzado los más altos niveles de vida cristiana.
Un tercer aspecto concierne a la propuesta estrictamente teológica. A muchas teólogas feministas no les gusta, por ejemplo, que se hable de Dios como “Padre”. Prefieren, algunas de ellas, hablar de Dios como “amigo”, apostando así por la reciprocidad y por la interdependencia no competitiva ni jerárquica.
En sus peores ejemplos, la teología feminista – o las teologías feministas, ya que no hay una línea sola – puede derivar en una especie de eco-feminismo que apueste, más o menos, por una especie de culto a la Madre-Tierra. Pero no sería justo juzgar una línea de pensamiento por sus versiones más extrañas. Yo creo que es una tendencia a tener en cuenta dentro del pensamiento teológico. Y que ha hecho, y puede seguir haciendo, buenas aportaciones.
No obstante, una duda me asalta. ¿Hablaríamos hoy de una biología feminista o de una matemática feminista? Si la teología es la ciencia de la fe, ¿caben estos adjetivos? Lo planteo como una mera cuestión a dilucidar.
Guillermo Juan Morado.
72 comentarios
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Y también hemos tenido Doctoras de la Iglesia, donde se ve que en el campo de la Teología, el genio femenino puede alcanzar las cumbres más altas.
He allí el gran regalo de ser una mujer hecha y derecha, como Dios manda.
Y por supuesto nuestra Señora la mejor de todas, es en ella la que debemos mirar.
¡Vivan las mujeres Santas! intentaremos llegar con la misericordia de Dios y vuestra oración.
Gracias por el tema
Bonne nuit.
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Sigue habiendo gente que responde rotundamente sí a esas preguntas, prescindiendo del plural, por supuesto: la Iglesia es la causante y responsable de la subordinación de la mujer al varón.
No hace falta que aquí, entre nosotros, que sí sabemos historia, desmintamos semejante leyenda. Fue la Iglesia la que dignificó a la mujer en un mundo en el que mujeres y niños valían poco más o menos lo que un animal.
Pero sí es cierto algo: en los tiempos no remotos, en tiempos de una Igleisa bien instalada y frecuentemente aliada con el poder, la Iglesia fue no LA responsable, claro, pero no menos responsable que otras instancias. Y, desde luego, no movía un dedo para denunciar injusticias flagrantes de subordinación injustísima.
No usan el "y" sino el "contra" o el "frente", en ese sentido es claramente demoníaca, y no se puede llamar "teología", porque ni estudia a Dios y mucho menos proviene de Él.
Hace poco Mn. Munilla ponía el acento en la ideología de género (i.e. Subproducto o incluso origen emotivo del feminismo) como raíz de tanto problema moral que tenemos.
Esta apostasía y degeneración de Occidente tiene su causa en una especie de segundo pecado de Eva, en el que el demonio le susurra "serás como los hombres", y de ahí la esquizofrenia familiar, "de género" etc que padecemos.
El feminismo ha conseguido solo en España que multitudes de mujeres asesinen a sus propios hijos en sus propios vientres.
A eso anadir una generación de mujeres secas que no dan vida, que han perdido el sentido del pudor, de la pureza y que solo están dispuestas a aceptar "someterse" -por dinero- a varones extraños (sus jefes en el trabajo), pero abominan de escuchar el mandato evangélico de "someterse" -por amor- a sus propios maridos.
Dada la fundamental importancia de la madre en la educación de los hijos (los que viven) esa actitud vital se trasmite desesperando en que la siguiente generación pueda arreglarse.
Es un escándalo, y un dato muy ilustrativo de nula aatención de nuestros pastores al problema, que naciones católicas como Italia y España tengan niveles de natalidad inferiores incluso a paises protestantes.
Nuestros pastores están listos para el martirio si llegase de mano de un nuevo laicismo violento, pero les tiemblan las piernas si tienen que repetir las cosas que la Palabra de Dios dice sobre el papel de la mujer en la familia y en la Iglesia.
Causa mucha vergüenza ver a los pastores avergonzarse de la Palabra de Dios delante de cuatro feministas alteradas.
Por eso Dios levanta cosas como el Camino o el Opus, para gritarles al resto a ver si viendo ven y oyendo oyen.
GJM. Creo que habría que matizar...
para mí que el feminismo más radical se alimenta aún de la existencia de hombres con discursos como el de Catholicus.
A veces en "Infocatólica" estos temas dan más para el chascarrillo o el exabrupto, y no es tan frecuente encontrar alguna reflexión profunda como la de hoy, y sin que haga falta ni la descalificación ni el aplauso incondicional.
Entiendo que actualmente para la Iglesia Católica este tema no es nada cómodo, y más bien provoca bastantes incomodidades.
En el siguiente enlace se puede escuchar a Teresa Forcades, autora de un estudio sobre el tema, que insiste mucho sobre los aspectos críticos de esta teología feminista.
http://www.youtube.com/watch?v=UIjog9Z0KTI
El feminismo fue necesario en una época en la que se negaba en derecho al voto a la mujer, a quien desposeían de su herencia por matrimonio, dejándola sujeta a la potestad del varón como si fuera menor de edad. Se le negaba el acceso a las Universidades. ¿O es que no tenemos memoria?.
En ese sentido hay muchos países donde sigue existiendo esa visión de la mujer, poco menos que incapaz de pensar por sí misma. Sólo por eso ya vale la pena que existan reflexiones de pensamiento entorno a una teología feminista, es decir que reivindique que Dios no somete a nadie sino que convierte la pareja en una unión de hombre y mujer libres que se unen por amor.
Pero efectivamente la teología trata de Dios y Jesús vino a poner las cosas en su sitio, ambos tienene la misma dignidad a los ojos de Dios. Sin embargo, sólo hay que leer a algunos para que tengas gans de apoyar cualquier teología feminista.
Y conste que yo no estoy del lado de muchas teólogas que se han subido al carro del pensamiento crítico perdiendo el sentido común.
Habrá mujeres que se vuelvan locas con sus jefes, y otras muchas situaciones de todo tipo, pero lo habitual en un empleado, sea mujer u hombre, es que desempeñe su trabajo de forma honrada, sin sometimientos a los que no ha lugar. Lo que sí sería deseable en este ámbito es que, ante una situación de acaso, se tuviera la misma consideración con el hombre que con la mujer, algo que actualmente, creo, no se produce. Y en situaciones así es en las que se ve lo dañina que es esa ideología de género a la que te referías.
Igualmente vemos en esta generación de mujeres secas un sentido muy incrustado de considerar esclavitud el tener hijos, el dar vida, el entregarse por completo al hogar, al punto de despreciar a otras mujeres, que al parecer ni piensan por ellas mismas ni tienen dignidad por no estar obsesionadas con aparentar ser "como los hombres".
Todos los equilibrios y la armonía del orden puesto por Dios están deshaciéndose, y así vemos los pecados antiguos de maltrato a la mujer que continúan al tiempo que aumentan las mujeres solas, los divorcios, el gusto por lo erótico, el malhablar, los abortos, traumas y demás.
Una gran parte de ello se debe a la ocultación de grandes verdades y mandatos presentes en la Palabra de Dios.
Y esto solo se arregla evangelizando de nuevo.
Es ridiculo querer evangelizar un evangelio amputado de verdades simples pero fundamentales para la felicidad de la misma mujer, del hombre, de los hijos y de las familias.
Claro que todo tiene matices, pero hablamos de ideas fuerza, de actitudes de fondo, radicalmente opuestas al Evangelio que habla de Amor, servicio y entrega y no de vanidades y sueños inalcanzables ("seréis como los hombres").
Causa tristeza ver a mujeres poco menos que esquizoides porque han interiorizado una actitud donde toda autoestima les parece venir de poder "hablar de tu a tu" con los hombres en sus mismos términos. Así como si el hombre y la mujer fuésemos iguales u ocupásemos el mismo lugar en el orden dispuesto por Dios.
Mientras los pastores no quieran tomar al toro por los cuernos, seguiremos en el mismo hoyo existencial.
Porque una cosa son los paganos, pero es que en este tema dentro de la Iglesia apenas se observan diferencias.
Ya digo menos natalidad que en paises protestantes y mujeres que se casan en edades cercanas al término de su capacidad maternal (y hasta de la efímera belleza de juventud) en proporciones nunca vistas y superiores a paises "infieles".
En pocos países como España el veneno del feminismo ha penetrado tan profunda y destructivamente como en la España aun católica de los 70 y 80.
Y eso no es posible que pase sin culpa de nuestros pastores.
No creo que en 6000 años sumen 60.000 asesinatos gratuitos de hombres a mujeres, que son los "varones" asesinados anualmente por las mujeres de hoy.
Un gran logro que el lugar más peligroso del mundo sea hoy por hoy el vientre de una mujer.
Dicen en su panfletillo de un congreso teológico de sólo mujeres: "Lo femenino ha sido enormemente infravalorado y oprimido tanto entre los hombres como en las mujeres, aunque de forma diversa. Hay que rescatar lo femenino y buscar un desarrollo distinto de lo masculino para que la Humanidad cambie..."
Cierto, muy cierto, totalmente de acuerdo. Y negarlo o minimizarlo sería de locos. Es así la historia y la muy reciente también.
¡Pero vale ya! Estamos en otro momento Estamos ya en el momento de hacer Teología o Arte o Biología molecular juntos, varones y mujeres, y no de hacer teología o arte, o biología "feministas".
Las que se aferran a ese "paradigma" feminista, además de desvariar por derroteros ya sin salida, frenan más que hacen avanzar la emancipación de la mujer. De hecho la frenan, la frenan enormemente con su encasillamiento, más que otros factores sociales que se supone que combaten.
Muy agradecidos todos (y tooooodas) a lo que de bueno haya hecho el feminismo por la emancipación de la mujer. Pero ahí debe parar ya la cosa, porque, a estas alturas, esa jerga que llaman "crítica", tan añeja, manoseada, gastada y tramposa me irrita tanto como las jergas de iluminados, con sus mismas trampas excluyentes.
Porque unos y otros, "ultrasectariosconservadores" y "ultracríticoprogres", en apraiencia en extremos opuestos, son lo mismo: sectarios excluyentes con sus propios cultos y diccionarios crípticos que, encima, dicen trabajar por una Iglesia que atraiga a todos (y a tooooooodas), etc.
Cada día le veo menos sentido peyorativo al adjetivo "oficialista". Al oficialismo sólo le sobra burocracia, diplomacia formalista, aparato (que no es poco sobrar) pero cada vez que se desvía alguien acaba en -ismos peligrosisísmos. Uno de ellos la teología feminista.
Quieras admitirlo o no, la realidad de la mujer sigue siendo una realidad de opresión. En muchos matrimonios la mujer es la parte menos beneficiada y acaba teniendo una dependencia del marido, esta crisis (esto está perfectamente acreditado) afecta de mayor manera a la trabajadora joven (y no tan joven), en la propia Iglesia la mujer no es respetada como se debería (teniendo en cuenta que son la mitad de la Iglesia y madres o esposas de la otra mitad). Repito, no lo hago por confrontar con nadie, ellas tan solo quieren dar una visión femenina de Dios en una Iglesia donde por tradición y por motivos históricos muy concretos solo se ha oído la voz de los hombres y desde una perspectiva machista que humillaba (humilla) a la mujer, no porque engrandezca al hombre sino que porque ridiculiza, minimiza o sataniza a la mujer (y puedo coger citas de teólogos de la Iglesia Católica que hasta dudan de que la mujer tenga alma y sea la mayor fuente de tentaciones para el hombre).
También me parece pretencioso hablar solo del aborto como una conquista de la mujer, también fue conquista de la mujer el voto femenino, el trabajo de la mujer, el simple hecho de que puedan hacer una empresa sin tener que pedir permiso al marido, independencia económica y ruptura con unos esquemas absurdamente estereotipados. También habría que ver si el aborto es “culpa” del feminismo o como todo en esta vida no es culpa de alguien si no consecuencia de algo, ese algo puede ser la poca información sobre la educación sexual, falta de aprecio sobre la vida y responsabilidad sobre la misma, un ritmo de vida acelerado y una realidad social que hace que tener un hijo no sea una bendición si no que sea un sacrificio. La Iglesia, y esto lo digo por todos los incluidos, debería castigar menos y dar alternativas más creíbles al aborto que una absurda excomunión que encima queda perdonada si te confiesas en la JMJ. Por favor, seamos un poco más serios en este punto y hagamos de ello un compromiso ético y no una bandera ideológica.
Lo que vengo a señalar es la cuestión cultural y mental que impera hoy: no pasa nada por "someterse" a un hombre ajeno (el jefe) siempre que sea por dinero. Ahora recuérdale el mandato evangélico de "someterse" al esposo, por Amor, y verás la que te encuentras...
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Comenzare diciendo que coincido con la apreciacion de Jordi Borros. Me ha gustado la mesura y el tacto del escrito. Ademas quiero añadir que tanto por formacion como por profesion soy cientifico.
Hoy en dia se abusa del termino "ciencia" entendiendolo mas bien como un conocimiento o un estudio riguroso y racional. Pero es evidente que el caracter de las ciencias naturales que usan el método cientifico y de falsacion, asi como el método experimental, dificilmente se puede asociar a las llamadas ciencias humanas y sociales.
Desde esta perspectiva es obvio que no tiene ningun sentido hablar de "biologia feminista" o "matematica feminista", porque el objeto del estudio es independiente del genero del que lo estudia . Otro asunto de naturaleza diferente seria estudiar una especie de sociologia de la ciencia desde un punto de vista feminista, de la mujer, o como se le quiera denominar, es decir, analizando el problema del papel de la mujer en la ciencia.
Desde ese punto de vista si que entiendo que la Teologia Feminista es otra cosa, y que merece ser estudiada como de hecho se esta haciendo en casi todas las confesiones religiosas.
Permitanme un par de lecturas interesantes:
"Las Pioneras. Las mujeres que cambiaron la sociedad y la ciencia desde la Antiguedad hasta nuestros dias. Rita Levi-Montalcini (Premio Nobel de Medicina) y Giuseppina Tripodi. Editorial Critica. 2011"
"Meditar con mujeres santas. Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). Ediciones Chronica. 2011"
San Vicente Ferrer
"Verás muchos cambios en la iglesia. Los cristianos que recen serán pocos. Muchas almas caminan hacia el infierno. Las mujeres perderán el pudor y la vergüenza. Satanás tomará su forma para hacer caer a muchos. En el mundo habrá crisis comunes."
Teresa Musco
"Cuarenta años antes del año 2000, el demonio será dejado suelto por un tiempo para tentar a los hombres. Cuando todo parecerá perdido, dios mismo, de improviso, pondrá fin a toda maldad. La señal de estos eventos será: cuando los sacerdotes habrán dejado el hábito santo y se vestirán como gente común, las mujeres como hombres y los hombres como mujeres".
Santa Brígida de Suecia
"Los hombre se someterán al espíritu de la edad. Ellos dirán que si hubieran vivido en nuestros días, la fe hubiera sido simple y fácil. Pero en sus tiempos, ellos dirán, que las cosas son complejas, y que la Iglesia debe ser actualizada de acuerdo a los tiempos y sus problemática. Cuando el mundo y la Iglesia sean uno, entonces esos días habrán llegado"
San Antonio Abad
"La falsedad caracterizará ese tipo de hombres que se basaran en juicios para emitir sentencias de acuerdo a las leyes: entre el padre y su hijo, las litigaciones subsistirán. Los clérigos de la Santa Iglesia serán adictos a la oración y la injusticia. Las mujeres abandonaran sus sentimientos de delicadez , y habitaran con hombres fuera del matrimonio"
San Senanus
"En verdad, el motivo que impulsa a las mujeres a llevar vestimenta de hombre es siempre el de imitar - no, la de competir con el hombre quien se considera más fuerte, menos atado y más independiente. Esta motivación muestra claramente que la vestimenta masculina es la ayuda visible para llevar a cabo una actitud mental de ser ‘como un hombre’. En segundo lugar, desde que el hombre ha sido el hombre, la ropa que una persona lleva condiciona, determina y modifica los gestos, actitudes y conducta de la persona. Tan es así que con solo llevar puesta la ropa, el vestir llega a imponer un estado de ánimo especial dentro de la persona.
Permítanos agregar que una mujer que siempre lleva puesta ropa de hombre, más o menos indica que ella está reaccionando a su feminidad como si fuese inferior [a lo masculino], cuando de hecho es sólo diverso. La perversión de su sicología es claramente evidente.
Estas razones, sumadas a muchas más, son suficientes para advertirnos de cuán equivocadamente piensan las mujeres al llevar ropa de hombre.
.....Si la sicología femenina es cambiada, ¿hay alguna reciprocidad imaginable cambiada entre marido y mujer? O ¿hay alguna verdadera educación imaginable en los niños, que es tan delicada en su procedimiento, tan entrelazada de factores imponderables que la intuición de la madre y lo instintivo juegan una parte decisiva en esos primeros años tiernos? ¿Qué podrán estas mujeres darles a sus hijos cuando ellas habrán usado pantalones durante tanto tiempo y su auto estima estará determinada más por su competir con los hombres que por su función como mujer? "
Cardenal Siri, 1960
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Y en otro sentido: A derechos iguales se corresponden obligaciones las mismas.
- Y aún en este utòpico derecho a la eterna supervivencia terrenal, tan ambicionado por aquellos que no tiene otro lugar de residir: ¿Tiene el hombre la obligación de parir si la naturaleza no le ha dado el derecho de ser preñado?
-Y si la fémina sea mujer o hembra, en este su pretendido derecho anti machista no pare: ¿habrá supervivencia en la continuidad de especie feminista?
- Por muy irritante que parezca: Lo dicho, la naturaleza así es, muy previsora ella sí; La mujer por amor o por violencia preñada, parir o reventar le queda. Sabemos que hoy día queda el aborto "terapeútico.." sí. Pero esto que mata el sentimiento del alma, es peor que parir.
No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al Señor tu Dios cualquiera que hace esto.
I Timoteo 2:9-10 :
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
I Pedro 3:3-5:
3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así se ataviaron en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos.
Estimada Yolanda, atendiendo a su anterior comentario, matizo lo siguiente: como la Iglesia somos y han sido todos los bautizados, seguro que encontrará en ella, durante esos tiempos que menciona, miembros que denunciaron dichas injusticias, incluso, que hacían lo posible por superarlas. De hecho, como usted apropiadamente apunta, mucho ha tenido que ver la Iglesia con el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano y en especial de la mujer… Saludos
¿Qué es lo que aporta la mujer en cuanto tal al conocimiento de una parte de la realidad? A mi juicio, nada; como tampoco un varón por el hecho de ser varón. La confusión, como usted ha descrito con acierto, reside en confundir construcción de conocimiento con reivindicación, memoria o sensibilidad afectiva.
El problema de base se halla en que tras una labor sistemática de destrucción ("deconstrucción" para los hueros y pedantes estructuralistas franceses) de la identidad femenina como expresión de una naturaleza atemporal y precultural, ¿qué significa ser mujer? Ante todo, se dice, es una "construcción"; no es un realidad natural dada. ¿Y sobre qué construímos esa realidad femenina completamente independizada de toda dimensión natural? Y aquí confluyen para responder a este enigma todos los errores intelectuales, morales y espirituales de los dos últimos siglos, en torno a la idea de liberación, principalmente el marxismo y el pansexualismo, procedente de ciertas corrientes psicoanalíticas.
Hoy la mujer, intentando construirse a sí misma para independizarse de una supuesta (según ello/as) naturaleza, a la que categorizó como elementos o factores de su sometimiento social y cultural de siglos, ha devenido en... ¿qué?
¡Y Dios los creo, hombre y mujer los creo!. Los desvarios y depropósitos que algunos han hecho suyos, son el caldo de cultivo del femenismo más radical.
Por lo demás, creo que hemos mejorado mucho. Gracias a Dios podemos tener una buena pléyade de científicas y médicos y abogadas, etc. Que hacen un papel estimable en la sociedad. Gracias a cuya sensibilidad, no pocas influyen en la buena marcha de la sociedad.
Hay pecados que son estructurales además de personales. No pecaron sólo las mujeres, sino también los hombres que las incitaron al aborto. Sin embargo iban a la cárcel ellas. Así que no justifiquen lo que no es de derecho.
Podriamos hablar de los pecados de la Iglesia que los tiene y son numerosos. Su silencio ante abusos como la esclavitud se salva por aquellos miembros de la Iglesia que abominaron del maltrato a los indígenas.
Pues por lo mismo hoy hay hombres que se saben cómplices de una sociedad donde la mujer era maltratada por las leyes injustas. Y apoyaron el cambio de leyes que permitió el derecho al voto.
Hoy también tenemos leyes injustas. Y así ha sido siempre. Rectificamos cuando vemos que caminamos hacia un precipicio peligroso. Pero no decimos las sandeces que escribe Catholicus y encima sacadas de contexto y atribuidos a otros.
GJM. Les ruego que no hagan alusiones personales...
interesantísimo comentario, pero cometes un error: intentar razonar con Catholicus; como ves, es un coleccionista de citas descontextualizadas pasadas por su particular exégesis ofensiva, machista y agresiva, ajena,por cierto, al Magisterio y en particular muy distante de la Mulieris Dignitatem.
migcelalimon:
cierto que las ciencias humanas y sociales no son comparables a las ciencias exactas y a las de la naturaleza; el método y el objeto permitiría, pues, que no exista una matemática feminista pero sí una sociología feminsita, por ejemplo. De acuerdo.
Pero eso me trae a la cabeza una curiosidad. Soy coleccionista de libros antiguos, sobre todo libro de texto antiguo. Los libros de texto no son libros de ciencia, sino más bien pedagogía de cualquier ciencia, es cierto. Pero tengo un libro de título increíble: Matemáticas para niñas. De hace unos 120 años. Por el nivel, parece dirigido a niñas de unos 10 años. Revisado el libro, la materia no se diferencia en nada de la que hay en otros libros, salvo por un prólogo infame y ridículo, y algún que otro comentario absurdo y prescindible de cara al aprendizaje del área del triángulo o la suma de fracciones, por ejemplo. Bueno, es una curiosidad, sí, nada más. Pero 120 años es poco en la historia humana. Es significativo.
Sevi Llano: sí, completamente de acuerdo. Mi propia madre, mi abuela y mis tías eran de esas católicas, muy conservadoras y tradicionales por lo demás, pero que "denunciaron dichas injusticias, incluso, que hacían lo posible por superarlas". En sus reducidas posibilidades, fueron ellas quienes, sin bajar un ápice la exigencia del catolicismo, nos instaron a no aceptar injusticias absolutamente intolerables contra las mujeres, y que aún se vivían en mi infancia y hace tan sólo 35-30 años.
Así, hay "boxeadoras", "jugadoras de fútbol" y...hasta se fingen films de "Cow - girls".¿Se podrá llegar a algo más ridículo?
Muchas se enojan, porque el predicador dice sólo: "Queridos hermanos". Con semejantes reclamos, para ser equitativos, habría que expresar: "Queridos hermanos y queridas hermanas, que habéis venido a este templo y esta iglesia, para escuchar este sermón y esta homilía, sobre el Evangelio y la Buena Nueva..."
¿Qué pasa que el hombre no debe someterse a la mujer por Amor?. Ya me dirás en qué basas tu afirmación, salvo en una misoginia que hay que erradicar para poder proteger a la mujer de depredadores como tú.
mira qué le digo a Óptimus acerca de Catholicus. Pues nada, eso. Además es casi monotemático, es su tema favorito: dspreciar y ofender a las mujeres amparándose por igual en las Sagradas Escrituras que en revelaciones privadas. No nos dejemos ofender por su discurso machista delirante. Se le ignora y ya está. Ni depredador le llames, ¿qué va a depredar con esa mentalidad?
No obstante, una duda me asalta. ¿Hablaríamos hoy de una biología feminista o de una matemática feminista? Si la teología es la ciencia de la fe, ¿caben estos adjetivos? Lo planteo como una mera cuestión a dilucidar.
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Habida cuenta de que en la dimensión cúbica transitoria como es ésta la universal. Ciertamente, no solo se puede sino que se debe de hablar de de una matemática feminista, que como intermedio anterior, ordene la jerarquía de lo elementos que componen este Universo a fin de poner a cada cual y a acada cosa en su sitio.
Dicho de otro modo: La "biología feminista", matemáticamente vista y medida, es anterior a la "biología machista" en la medida que esta medida es condiderada como fecto evolutivo de creación. Sea: el hombre propiamente dicho como tal, dentro del todo proceso evolutivo de la especie cracionista, es más evolucionado que la mujer propiamente dicha como tal.
Mas aún dentro del universaal proceso evolutivo de la especie creacionista: Toda "biología machista" que como tal se vea y se sienta; Antes de ser visto y sentido como hombre, se ha visto y sentido en "biología feminsista".
Y cabe diferenciar al hombre y a la mujer como tal de otras especies que parecen pero que en génecis, como el de estos no lo son. Sea los que como relata el Génesis fueren salidos del proceso evolutivo creacionista del barro de la Tierra. Contra otros que hay y parecen pero no son de este génesis Tierra.
Sí no se escandalicen: Jesús habla; Y de estos descendientes de extraterrestres que en mayoría pueblan el planeta Tierra, dice: "Muchos serán los llamados y pocos los escogidos." Y aquí el eterno dilema del conocerse a sí mismo como fuene de sabiduría que solo los hijos de Dios sienten.
Dentro de la escala evolutiva creacioista de este nuestro Universo que a tenor de la herencia genéticas recibieren, más y mejor se permite acercarse al conocimiento de Dios;
-Primero éstá el Hombre racional resposable; después está la Mujer racional responsable; Después el macho símil humano responsable, después la hembra símil mujer responsable; Después el animal macho símil responsable e irresponsable, después la hembra,... etc.
-Ni menos considero a San pablo que sea un misógino, como algunas féminas pretenden.
será una hartura ese sermón, y yo he sido la primera en decirlo (mira más arriba), pero cada vez que aprezcan tipos como los que siguen apareciendo, no sé si "una panda de mongolitos que no se han enterado de este repetitivo discurso", pero sí alguno que otro tan repetitivo o más que el discurso feminista, reivindicando barbaridades, se entiende que Carmen y cualquier mujer salte en su asiento.
Como por aquí ya andamos acostumbrados a ese trollmisógino, nos mordemos un poco la lengua y lo ignoramos, pero es insufrible el señor este, intérprete directo de la palabra de Dios para avalar que las mujeres han de estar bajo su pie y, además, felices y dichosas.
No se trata de que sea distinto matar a un hombre que a una mujer; en ambos casos, asesinato es e igualmente condenable. De lo que se trata es de todo lo que ocurre hasta que se las mata, como se las mata y como dejan los cadáveres (sí, también esto es importante); todo lo que eso indica. Como ejemplo, Ciudad Juarez. En este caso, y dadas las características y sin olvidar la gran violencia que allá existe, que atañe a todos, sí se puede hablar de feminicidio.
De la misma manera es feminicidio el caso de los abortos de fetos de sexo femenino, abortados simplemente por ser mujeres, etc...como pasa en la India o en China; en todos estos casos se habla de feminicidio por ser asesinatos selectivos en razón del sexo.
Un cordial saludo.
Habréis visto todos varias noticias últimamente que hablan de mujeres que se declaran "en huelga de sexo" como "medida de presión" hacia sus maridos. No es exactamente a lo que me refería en el párrafo anterior, pero es revelador de en qué poco se tienen algunas mujeres -por modernas que se crean- haciendo semejantes anuncios.
Sobre el sinsentido de una teología feminista (o "masculinista", es igual) ya han hecho hincapié Eduardo y Luis. Creo que migcelalimon hace referencia a algo distinto y no del agrado de las feministas de hoy, pues es más una división temática que no una alteración del objeto de estudio. Se resaltan ciertos aspectos, pero sin desvirtuar el fondo.
Como en las escuelas estudiaban antes niños y niñas por separado, se seguía esa pedagogía. Conservo un libro de mi tía que es una "historia de la cultura española contada a las niñas" en el que se ponen de relieve hechos y vicisitudes de diferentes reinas y santas, con las que, se supone, debían sentirse más concernidas las niñas, extrayendo las oportunas lecciones para su vida. Haciendo abstracción de la visión de la mujer que se tenía y otra serie de manipulaciones, creo que esa manera de presentarlo es aceptable. Con el caso de las matemáticas que cuenta Yolanda ya sí que me parece más raro.
En la Iglesia, para variar, nos encontramos seres del pleistoceno inferior que repiten cosas que en otros ambientes harían sonrojar.
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Ya, pero es que también en la Iglesia hay seres -muy pocos, pero por aquí ha pasado uno- del Plioceno. Con esos no hay más remedio que empezar con el discurso del Pleistoceno, a ver si así hacemos carrera de ellos.
En todo caso, Fray Juan, el dimorfismo sexual, idependientemente de a qué niveles se dé (finalmente, siempre, en toda especie sexuada se da a niveles cromosómicos) no justifica de ninguna manera el sometimiento atroz al que se ha sometido secularmente a las mujeres,
Concedo illationem, sed nego maiorem.
Tendrías que especificar mejor la frase "sometimiento secular atroz". Si hacemos un análisis comparativo, vemos que la estratificación de género no evoluciona diacrónicamente, sino que varía sincrónicamente entre sociedades. Es obvio; en sociedades agrícolas hay una mayor estratificación de género por la mayor importancia y escisión que se da a los roles públicos y a los privados, cosa que no suele darse tanto en sociedades de recolectores. Asimismo hay mayor tendencia a sociedades patrilineales cuando hay fuerte presión demográfica sobre los recursos, así como guerra frecuente.
Hay mitos sueltos por ahí que nos hacen pensar en las sociedades industriales avanzadas como el mejor mundo de los posibles, y por lo tanto que la razón de cierta estratificación de género abusiva se debe a estados mentales de la antigüedad. Aparte de ser esto puro etnocentrismo, es falso. Los grupos familiares expandidos en sociedades matrilineales, o matrifocales aumentan notablemente el rol femenino frente a sociedades industriales occidentales donde los matrimonios aislados, los abandonos por parte del marido, la idea de que los hijos son cosas "de la madre" (no como en otros ámbitos que incluso las hermanas de la madre asumen un rol materno) no solo contribuyen a esas situaciones que criticas sino que empobrecen a la misma mujer.
Evolucionismo cronológico-cultural, no, please.
Ni se trata que se sea afable, refugio de delicadeza etc
Tampoco se trata que no sean vociferantes, malhabladas como los hombres ni que vistan como marimachos ni imiten las formas varoniles etc, por Catholicus ni por el Cardenal Siri...
Y etc, etc.
Se trata de que todas esas cosas las hagan por ese que está en la Cruz, al que llaman Señor, al parecer dependiendo de según qué.
Todas esas cosas las ordena Dios por el propio bien de la mujer, porque lo sentenciado en el Génesis y lo que la naturaleza impone no se puede cambiar, sopena de acabar desequilibradas y esquizoides.
Y ese es el asunto que vemos día a dîa en toda la sociedad, en todos los datos sociológicos y en cualquier foro: un desequilibrio existencial que lleva hasta el absurdo de escandalizarse del Evangelio en algunas cristianas part time.
Y si los pastores no quieren hablar, pues hablan las piedras.
O las teólogas fieles, así como Carmen, no nuestra forera imaginativa, sino la iniciadora del Camino Neocatecumenal. Qué cosas hace Dios.
Si es teología especulativa (tratado sobre Dios), no tiene sentido (como no tiene sentido hablar de una matemática feminista).
Ahora bien, si se trata de aludir a las dimensiones sociológicas, lingüísticas, etc., mediadas históricamente en el trabajo de los teólogos (y las teólogas), sí puede plantearse que tenga sentido como "teología crítica" o de "praxis teológica feminista", más que otra cosa.
Eso del feminicidio es impuesto por el feminismo, como lo es en España la "violencia de género", que siempre han sido delitos pasionales, por la evidente razón de que los maltratadores no matan a las mujeres por ser mujeres (no darían a basto en la calle) sino a sus parejas.
El hombre pega a la mujer porque es más débil fisicamente, no por "ser" mujer, de la misma manera que ya desde el colegio el fuerte pega al débil.
Las injusticias, por sentido común, las comete el fuerte hacia el débil.
Pero al hacerlo parecer "de género" el feminismo ahonda en su cosmovisión que impone a la mujer siempre más voluble a las modas y a lo imperante, una actitud permanente de hombre CONTRA mujer.
El demonio edifica sobre injusticias ciertas, pero las aumenta con astucia y llega a convencer a la doble víctima de que en realidad ha mejorado.
Las mujeres creen que se han liberado, cuando lo cierto es que ahora llevan doble de fardo, siguen siendo mujeres y a veces madres y esposas (aunque decayendo) y además trabajadoras.
Y como bien advertía el Cardenal Siri nunca serán como los hombres. El empeño solo puede crear desequilibrio emocional y esto destrozará la sociedad, pues la mujer es fuente de vida.
Si Dios ha dispuesto que el varón sea el principio activo y la mujer el pasivo, ya pueden leerse 700 Cosmopolitan que eso no va a cambiar.
La cuestión es cuando nuestros pastores dejarán de avergonzarse de estos temas y no dejarán que sean solo los laicos (Kikos y Cármenes incluidos) los que hablen como las piedras y recuerden la Palabra de Dios.
JUAN PABLO II SOBRE LA DIGNIDAD Y LA VOCACIÓN
DE LA MUJER CON OCASIÓN DEL AÑO MARIANO.
La Carta comienza con estas significativas palabras:
Un signo de los tiempos
1. "LA DIGNIDAD DE LA MUJER y su vocación, objeto constante de la reflexión humana y cristiana, ha asumido en estos últimos años una importancia muy particular. Esto lo demuestran, entre otras cosas, las intervenciones del Magisterio de la Iglesia, reflejadas en varios documentos del Concilio Vaticano II, que en el Mensaje final afirma: «Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga».(1) Las palabras de este Mensaje resumen lo que ya se había expresado en el Magisterio conciliar, especialmente en la Constitución Pastoral Gaudium et spes(2) y en el Decreto Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares.(3)
Tomas de posición similares se habían manifestado ya en el período preconciliar, por ejemplo, en varios discursos del Papa Pío XII (4) y en la Encíclica Pacem in terris del Papa Juan XXIII.(5) Después del Concilio Vaticano II, mi predecesor Pablo VI expresó también el alcance de este «signo de los tiempos», atribuyendo el título de Doctoras de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús y a Santa Catalina de Siena,(6) y además instituyendo, a petición de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en 1971, una Comisión especial cuya finalidad era el estudio de los problemas contemporáneos en relación con la «efectiva promoción de la dignidad y de la responsabilidad de las mujeres».7 Pablo VI, en uno de sus discursos, decía entre otras cosas: «En efecto, en el cristianismo, más que en cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto especial de dignidad, del cual el Nuevo Testamento da testimonio en no pocos de sus importantes aspectos (...); es evidente que la mujer está llamada a formar parte de la estructura viva y operante del Cristianismo de un modo tan prominente que acaso no se hayan todavía puesto en evidencia todas sus virtualidades».(8)
Los Padres de la reciente Asamblea del Sínodo de los Obispos (octubre de 1987), que fue dedicada a «la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo a los veinte años del Concilio Vaticano II», se ocuparon nuevamente de la dignidad y de la vocación de la mujer. Entre otras cosas, abogaron por la profundización de los fundamentos antropológicos y teológicos necesarios para resolver los problemas referentes al significado y dignidad del ser mujer y del ser hombre. Se trata de comprender la razón y las consecuencias de la decisión del Creador que ha hecho que el ser humano pueda existir sólo como mujer o como varón. Solamente partiendo de estos fundamentos, que permiten descubrir la profundidad de la dignidad y vocación de la mujer, es posible hablar de la presencia activa que desempeña en la Iglesia y en la sociedad.
Esto es lo que deseo tratar en el presente Documento. La Exhortación postsinodal, que se hará pública después de éste, presentará las propuestas de carácter pastoral sobre el cometido de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, sobre las que los Padres sinodales han hecho importantes consideraciones, teniendo también en cuenta los testimonios de los Auditores seglares —tanto mujeres como hombres— provenientes de las Iglesias particulares de todos los continentes".
La dimensión simbólica del «gran misterio»
25. En el texto de la Carta a los Efesios encontramos una segunda dimensión de la analogía que en su conjunto debe servir para revelar «el gran misterio». Se trata de una dimensión simbólica. Si el amor de Dios hacia el hombre, hacia el pueblo elegido, Israel, es presentado por los profetas como el amor del esposo a la esposa, tal analogía expresa la condición «esponsal» y el carácter divino y no humano del amor de Dios: «Tu esposo es tu Hacedor (...), Dios de toda la tierra se llama» (Is 54, 5). Lo mismo podemos decir del amor esponsal de Cristo redentor: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3, 16). Se trata, por consiguiente, del amor de Dios expresado mediante la redención realizada por Cristo. Según la carta paulina, este amor es «semejante» al amor esponsal de los esposos pero naturalmente no es «igual». La analogía, en efecto, implica una semejanza, pero deja un margen adecuado de no-semejanza.
Lo anterior se pone fácilmente de manifiesto si consideramos la figura de la «esposa». Según la Carta a los Efesios la esposa es la Iglesia, lo mismo que para los profetas la esposa era Israel; se trata, por consiguiente, de un sujeto colectivo y no de una persona singular. Este sujeto colectivo es el pueblo de Dios, es decir, una comunidad compuesta por muchas personas, tanto mujeres como hombres. «Cristo ha amado a la Iglesia» precisamente como comunidad, como Pueblo de Dios; y, al mismo tiempo, en esta Iglesia, que en el mismo texto es llamada también su «cuerpo» (cf. Ef 5, 23), él ha amado a cada persona singularmente. En efecto, Cristo ha redimido a todos sin excepción, a cada hombre y a cada mujer. En la redención se manifiesta precisamente este amor de Dios y llega a su cumplimiento el carácter esponsal de este amor en la historia del hombre y del mundo.
Cristo entró en esta historia y permanece en ella como el Esposo que «se ha dado a sí mismo». «Darse» quiere decir «convertirse en un don sincero» del modo más completo y radical: «Nadie tiene mayor amor» (Jn 15, 13). En esta concepción, por medio de la Iglesia, todos los seres humanos —hombres y mujeres— están llamados a ser la «Esposa» de Cristo, redentor del mundo. De este modo «ser esposa» y, por consiguiente, lo «femenino», se convierte en símbolo de todo lo «humano», según las palabras de Pablo: «Ya no hay hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gál 3, 28).
Desde el punto de vista lingüístico se puede decir que la analogía del amor esponsal según la Carta a los Efesios relaciona lo «masculino» con lo «femenino», dado que, como miembros de la Iglesia, también los hombres están incluidos en el concepto de «Esposa». Y esto no puede causar asombro, pues el Apóstol, para expresar su misión en Cristo y en la Iglesia, habla de sus «hijos por quienes sufre dolores de parto» (cf. Gál 4, 19). En el ámbito de lo que es humano, es decir, de lo que es humanamente personal, la «masculinidad» y la «femineidad» se distinguen y, a la vez, se completan y se explican mutuamente. Esto se constata también en la gran analogía de la «Esposa», en la Carta a los Efesios. En la Iglesia cada ser humano —hombre y mujer— es la «Esposa», en cuanto recibe el amor de Cristo Redentor como un don y también en cuanto intenta corresponder con el don de la propia persona.
Cristo es el Esposo. De esta manera se expresa la verdad sobre el amor de Dios, «que ha amado primero» (cf. 1 Jn 4, 19) y que, con el don que engendra este amor esponsal al hombre, ha superado todas las expectativas humanas: «Amó hasta el extremo» (Jn 13, 1). El Esposo —el Hijo consubstancial al Padre en cuanto Dios— se ha convertido en el hijo de María, «hijo del hombre», verdadero hombre, varón. El símbolo del Esposo es de género masculino. En este símbolo masculino está representado el carácter humano del amor con el cual Dios ha expresado su amor divino a Israel, a la Iglesia, a todos los hombres. Meditando todo lo que los Evangelios dicen sobre la actitud de Cristo hacia las mujeres, podemos concluir que como hombre —hijo de Israel— reveló la dignidad de las «hijas de Abraham» (cf. Lc 13, 16), la dignidad que la mujer posee desde el «principio» igual que el hombre. Al mismo tiempo, Cristo puso de relieve toda la originalidad que distingue a la mujer del hombre, toda la riqueza que le fue otorgada a ella en el misterio de la creación. En la actitud de Cristo hacia la mujer se encuentra realizado de modo ejemplar lo que el texto de la Carta a los Efesios expresa mediante el concepto de «esposo». Precisamente porque el amor divino de Cristo es amor de Esposo, este amor es paradigma y ejemplo para todo amor humano, en particular para el amor del varón.
No está de más recordar "Dei Verbum" 12:
"Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuanta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. Es deber de los exegetas trabajar según estas reglas para entender y exponer totalmente el sentido de la Sagrada Escritura, para que, como en un estudio previo, vaya madurando el juicio de la Iglesia. Por que todo lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura, está sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de interpretar la palabra de Dios".
La «novedad» evangélica
24. El texto se dirige a los esposos, como mujeres y hombres concretos, y les recuerda el «ethos» del amor esponsal que se remonta a la institución divina del matrimonio desde el «principio». A la verdad de esta institución responde la exhortación «maridos, amad a vuestras mujeres», amadlas como exigencia de esa unión especial y única, mediante la cual el hombre y la mujer llegan a ser «una sola carne» en el matrimonio (Gén 2, 24; Ef 5, 31). En este amor se da una afirmación fundamental de la mujer como persona, una afirmación gracias a la cual la personalidad femenina puede desarrollarse y enriquecerse plenamente. Así actúa Cristo como esposo de la Iglesia, deseando que ella sea «resplandeciente, sin mancha ni arruga» (Ef 5, 27). Se puede decir que aquí se recoge plenamente todo lo que constituye «el estilo» de Cristo al tratar a la mujer. El marido tendría que hacer suyos los elementos de este estilo con su esposa; y, de modo análogo, debería hacerlo el hombre, en cualquier situación, con la mujer. De esta manera ambos, mujer y hombre, realizan el «don sincero de sí mismos».
El autor de la Carta a los Efesios no ve ninguna contradicción entre una exhortación formulada de esta manera y la constatación de que «las mujeres (estén sumisas) a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer» (5, 22-23a). El autor sabe que este planteamiento, tan profundamente arraigado en la costumbre y en la tradición religiosa de su tiempo, ha de entenderse y realizarse de un modo nuevo: como una «sumisión recíproca en el temor de Cristo» (cf. Ef 5, 21), tanto más que al marido se le llama «cabeza» de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, y lo es para entregarse «a sí mismo por ella» (Ef 5, 25), e incluso para dar la propia vida por ella. Pero mientras que en la relación Cristo-Iglesia la sumisión es sólo de la Iglesia, en la relación marido-mujer la «sumisión» no es unilateral, sino recíproca.
En relación a lo «antiguo», esto es evidentemente «nuevo»: es la novedad evangélica. Encontramos diversos textos en los cuales los escritos apostólicos expresan esta novedad, si bien en ellos se percibe aún lo «antiguo», es decir, lo que está enraizado en la tradición religiosa de Israel, en su modo de comprender y de explicar los textos sagrados, como por ejemplo el del Génesis (c. 2).(49)
Las cartas apostólicas van dirigidas a personas que viven en un ambiente con el mismo modo de pensar y de actuar. La «novedad» de Cristo es un hecho; constituye el inequivocable contenido del mensaje evangélico y es fruto de la redención. Pero al mismo tiempo, la convicción de que en el matrimonio se da la «recíproca sumisión de los esposos en el temor de Cristo» y no solamente la «sumisión» de la mujer al marido, ha de abrirse camino gradualmente en los corazones, en las conciencias, en el comportamiento, en las costumbres. Se trata de una llamada que, desde entonces, no cesa de apremiar a las generaciones que se han ido sucediendo, una llamada que los hombres deben acoger siempre de nuevo. El Apóstol escribió no solamente que: «En Jesucristo (...) no hay ya hombre ni mujer», sino también «no hay esclavo ni libre». Y sin embargo ¡cuántas generaciones han sido necesarias para que, en la historia de la humanidad, este principio se llevara a la práctica con la abolición de la esclavitud! Y ¿qué decir de tantas formas de esclavitud a las que están sometidos hombres y pueblos, y que todavía no han desaparecido de la escena de la historia?
Pero el desafío del «ethos» de la redención es claro y definitivo. Todas las razones en favor de la «sumisión» de la mujer al hombre en el matrimonio se deben interpretar en el sentido de una sumisión recíproca de ambos en el «temor de Cristo». La medida de un verdadero amor esponsal encuentra su fuente más profunda en Cristo, que es el Esposo de la Iglesia, su Esposa.
GJM. A ver, rogaría que no se hagan alusiones personales. Si no cumplen esta petición, simplemente me dedicaré a lo que no me gusta: borrar comentarios.
Todo asesinato de un ser humano es un homicidio, pero dentro de este, se tiene que diferenciar entre los distintos tipos que existen. Una cosa es el crimen pasional, otra el crimen por violencia doméstica y otra, el feminicidio.
Respecto a los dos primeros, el psicólogo criminalista Vicente Garrido, señala lo siguiente:
“¿Son todos los homicidios entre parejas “crímenes pasionales”?. De las 53 mujeres muertas a manos de sus maridos o parejas, 34 (64%) habían sufrido violencia física o psíquica de forma habitual…Es decir, en muchos casos los asesinatos de mujeres vienen precedidos por la violencia física o psíquica, o ambas…¿Qué se entiende, entonces, por “crimen pasional”?. Si con ello se quiere significar improvisación y ofuscación, no parece ser el caso. La gran mayoría de los homicidios de mujeres son premeditados, son buscados y queridos por sus autores. Deberíamos llamarles “crímenes de posesión”, y no de pasión: cuando el homicida decide el ataque final ya hacía tiempo que tal hecho “era inevitable”. No era su pasión amorosa la que lo guiaba, sino su egocentrismo desmesurado, consistente en creer que hay personas que le pertenecen a uno, aunque ellas no quieran…”.
Garrido, V.; “Amores que matan. Acoso y violencia contra las mujeres”. Ed. Algar. p. 65.
En el tema del feminicidio, este término se acuñó a raíz de los asesinatos de mujeres y niñas en Ciudad Juarez, que presentaban tal brutalidad que llama la atención. El feminicidio no es el asesinato sin más de una mujer; el feminicidio, en este caso, presenta unos rasgos que permite caracterizarlos como de odio contra la mujer; así es significativo la amputación –aún en vida- de senos y/o el ensañamiento en órganos genitales y otras características. Por esa razón se han barajado, entre las posibilidades, de que se tratara de algún tipo de ritual de algunas bandas, para que un individuo fuera admitido en ella, e incluso se ha considerado la existencia del algunos grupos satánicos (por la monumental violencia, ensañamiento, características, etc…de estos crímenes), ya que parece más que el sadismo de unos psicópatas (que sin duda lo son).
Fernández, Marcos-Rampal, Jean Christophe; “La ciudad de las muertas”. Ed. Debate. 2008.
Gonzáles Rodriguez, Sergio; “Huesos en el desierto”. Ed. Anagrama. 2005.
Washington Valdez, Diana; “Cosecha de mujeres”. Ed. Océano. 2005.
Bowdwn, Charles; “Ciudad del crimen”. Ed. Debate. 2011.
Por otra parte, el aborto selectivo de fetos por y en razón del sexo, tanto en China como en India, es una noticia que ha aparecido en Infocatólica, en concreto la última hace un par de días; igualmente el tema ha sido comentado en algún blog, como en De Lapsis.
Un cordial saludo.
Sobre lo que dice JAP, no creo que el autor del blog haya cometido un error al dedicar un post al tema. Creo que el simple hecho de la participación en el post (a mi es el único en mucho tiempo, en este blog, que me ha empujado a participar en la conversación) de tantas intervenciones. Creo que el autor lo aborda con respeto, aunque evidentemente no comparto todo lo que dice, aunque algo de razón pueda tener. No creo que sea una tontería de una izquierda inoculada en la Iglesia (Por favor, seamos serios y dejemos a parte la política de todo esto) sino que es una reflexión teológica que (por la tradición de la Iglesia y su historia) requiere de un comportamiento aperturista para poder tratarla, aunque sea de manera crítica, sin decir los tópicos de siempre (izquierda, derecha, fachas... y esas cosas que se dicen...). Creo que el autor hace bien en hablar de ello, crear debate, y le agradezco mucho la libertad de expresión que está dejando.
Aclaro que hace unos días me hicieron una tomografía y descubrieron que allá en mi cerebro tengo una isquemia, y seguramente por allí pasaba esa cuestión de las "diferencias de género", porque sigo sin entender qué hace más lindo o más feo abortar a un varón que a una nena y qué hace más virtuoso o más nefando tirar a un barranco un cadáver con el cabello más corto o más largo (por no hablar de otras diferencias anatómicas más específicas).
Del mismo modo, ignoro, desconozco y me pasan completamente de largo todos estos asuntos de la teología feminista/machista y de si Dios es hombre o mujer y si el discípulo amado era Juan o María como decía Dan Brown.
Desde mi humilde e isquémico punto de vista, este asunto no es más que otra forma de vender loncheras rosadas y azules para el regreso a clases, cuando todos estaríamos tan contentos con una loncherita amarilla si no hubiera alguien inventando "feminicidios" sin necesidad.
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La única imagen que quiero tener en mi cabeza es aquella que le pueda sugerir a Dios.
Mi hermana Carmen ha dedicado toda su vida a Evangelizar, se ha desgastado por Cristo y contra viento y marea no ha perdido ni el ardor ni el celo desde joven.
Esta generación de mujeres tan secas como la higuera, tan necias como las novias cansadas de esperar y tan ávidas de novedades como de la obsesión de su imagen externa debería fijarse en mujeres como Carmen, cuya única preocupación es ser fiel en todo a la Palabra de Dios.
Si alguna además cree que lo puede hacer mejor, más guapa y con mejor pico, adelante. Pero ya te digo que se equivoca quien no anda sino preocupada de colmar su propio ego mirándose el ombligo de su supuesta intelectualidad.
Son profetas lo que se necesita [editado]
Dios provoca así a los necios, es marca de la casa.
Los Santos Padres y una miriada de Obispos fieles así lo han discernido.
GJM. Debe cuidar el lenguaje....
No es precisamente la MD la que se echa en falta . Podría usted referirme a la web del Vaticano y decirme que no es cierto que los pastores no hablen del tema, y darme el link de la Humanae Vitae como demostración de que los pastores sí hablan de eso....
Yo no digo que no se publiquen las encíclicas, digo que no se predican luego. Y precisamente se silencian los puntos claves. Digo "claves" porque son los silenciados frente a la degeneración de costumbres que inunda el espacio público.
Y digo más, digo que los pastores se avergüenzan de la Palabra de Dios delante de los hombres (i.e. los zarpazos de cuatro féminas), en particular de una docena de versículos similares y hasta más profundos y "duros" que esos que le he citado de, por ejemplo, San Pablo.
Son parte del Evangelio, de la Buena Nueva y hacen mucha falta para mantener el orden divino.
Bendiciones.
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Omitiré el nombre y usted me comprenderá por ello, pero yo he sido testigo en una fiesta mayor de la Iglesia tachar de formulación "machista" (literalmente) esa aseveración de San Pablo por parte del Obispo de la diócesis desde el mismo púlpito. Y mi testimonio es verdadero.
Si quiere Pater hablamos del pudor y el respeto dentro de la Iglesia. Si quiere podemos hablar del velo que las cristianas llevaban hasta los 60 y qué dice la Palabra de Dios al respecto, de las razones por las cuales el orden divino dispone el trabajo profesional preferentemente al varón y la dedicación al esposo preferentemente a la mujer. Qué dice el Génesis al respecto, qué dice San Pablo al respecto. Porqué el varón se descubre en la Iglesia y porqué la mujer debe cubrirse, porqué a la mujer no se le concede el ministerio del magisterio dentro de la Iglesia, porqué Dios detesta particularmente a las mujeres malhabladas, vociferantes, deslenguadas o faltas de toda delicadeza femenina (igual servía de ayuda a algunas contertulias) y otra docena de etc. más.
Y si todo eso está "descontextualizado" o su sentido literal es cristalino.
No me remita al Magisterio, lo conozco, soy yo quien dice que el Magisterio se predica amputado o no se predica directamente o, para colmo, se cuasi blasfema contra el mismo Espíritu Santo delante de los hombres sin que nada pase, sin que los propios pastores "fieles" salgan a clamar "consumidos por el celo de la Casa del Padre"
Y las consecuencias sociales están a la vista, el destrozo de esta generación no puede ser mayor.
La moral o el mismo Evangelio no sirven de nada sino se incrustan en las costumbres del pueblo. Hay que "enseñar a obedecer" el Evangelio.
Bendiciones.
Contésteme si es tan amable teniendo especial cuidado en cumplir eso mismo, la Dei Verbum 12, justo eso que dice.
Comenzando por el Principio de los Principios, el mismo Génesis hasta el final del Evangelio, pasando por San Pablo, y siguiendo la interpretación perenne de los Padres de la Iglesia, de los Doctores, del Magisterio, del Denzinger hasta el día de hoy (o de antes de ayer).
Dicen por ahí algunas mujeres de este foro que algunas de las citas de la Palabra de Dios están descontextualizadas, así como si mi intención fuese la de prostituir el Evangelio, y por ello denigran e insultan a quien ose repetirlas.
Con esa Dei Verbum 12, con toda esa Tradición como tesoro, podría usted ilustrarnos con otras citas más para aclararnos si están o no "descontextualizadas" o, si por contra, según el mismo Catecismo recuerda, hay que entenderlas primeramente en su sentido literal.
"El celo de tu Casa me consume", dijo uno.
Dios le bendiga.
Todo asesinato de un ser humano es un homicidio, pero dentro de este, se tiene que diferenciar entre los distintos tipos que existen. Una cosa es el crimen pasional, otra el crimen por violencia doméstica y otra, el feminicidio
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- Sin complejos de victimismo eximente, ciertamente hay que diferenciar.
-Y aquí otro crimen, el más orrendo de todos, no solo porque dadas sus características de crimen contra el más inocente del ser, intrinsecamente, lo es; Sino porque muy a menudo, éste crimen, está legalizado por la "criminal ley de las mujeres pro aborto": es el crimen contra el nasciturus .
Y dado que los hombres no abortan, ni estos pueden provocar abortos si la mujer no quiere. En lógica cicunstancia de compensación, todo complejo de victimismo de la mujer contra su compañero debería quedar anulado.
Almenos qué, a la mujer se le dé un trato menor de responsabilidad en el asunto. Y en este caso ya empezamos a entendernos sobre jerarquías de obligacones y derechos "feministas y maculinistas".
1. "LA DIGNIDAD DE LA MUJER y su vocación, objeto constante de la reflexión humana y cristiana
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Reformulo:
"Un signo de los tiempos
1. "La dignidad de la mujer y SU VOCACIÓn, objeto constante de la reflexión humana y cristiana etc, etc"
Usted sabe tan bien como yo Pater que nadie discute hoy la "dignidad de la mujer", sino la otra parte. Sin embargo usted señala la que no se discute y obvia la que sí se discute.
¿Por qué Pater?¿Por qué hace usted eso?, ¿para agradar a Dios o a los hombres?
Dios le bendiga.
«un destino común, aquí en la tierra, no hay campo de la actividad humana que deba permanecer cerrado a las mujeres. Sus horizontes se extienden a todos los ámbitos de la política, el trabajo, las artes, los deportes, pero SIEMPRE en subordinación a las funciones primarias que la naturaleza le ha adjudicado».
Pio XII
LA ESPOSA ES EL SOL DE LA FAMILIA
Pío XII, Alocución a los recién casados
(Discorsi e radiomessaggi, 11 de marzo de 1942: 3, 385-390)
La esposa viene a ser como el sol que ilumina a la familia. Oíd lo que de ella dice la sagrada Escritura: Mujer hermosa deleita al marido, mujer modesta duplica su encanto. El sol brilla en el cielo del Señor, la mujer bella, en su casa bien arreglada.
Sí, la esposa y la madre es el sol de la familia. Es el sol con su generosidad y abnegación, con su constante prontitud, con su delicadeza vigilante y previsora en todo cuanto puede alegrar la vida a su marido y a sus hijos. Ella difunde en torno a sí luz y calor; y, si suele decirse de un matrimonio que es feliz cuando cada uno de los cónyuges, al contraerlo, se consagra a hacer feliz, no a sí mismo, sino al otro, este noble sentimiento e intención, aunque les obligue a ambos, es sin embargo virtud principal de la mujer, que le nace con las palpitaciones de madre y con la madurez del corazón; madurez que, si recibe amarguras, no quiere dar sino alegrías; si recibe humillaciones, no quiere devolver sino dignidad y respeto, semejante al sol que, con sus albores, alegra la nebulosa mañana y dora las nubes con los rayos de su ocaso.
La esposa es el sol de la familia con la claridad de su mirada y con el fuego de su palabra; mirada y palabra que penetran dulcemente en el alma, la vencen y enternecen y alzan fuera del tumulto de las pasiones, arrastrando al hombre a la alegría del bien y de la convivencia familiar, después de una larga jornada de continuado y muchas veces fatigoso trabajo en la oficina o en el campo o en las exigentes actividades del comercio y de la industria.
La esposa es el sol de la familia con su ingenua naturaleza, con su digna sencillez y con su majestad cristiana y honesta, así en el recogimiento y en la rectitud del espíritu como en la sutil armonía de su porte y de su vestir, de su adorno y de su continente, reservado y a la par afectuoso. Sentimientos delicados, graciosos gestos del rostro, ingenuos silencios y sonrisas, una condescendiente señal de cabeza, le dan la gracia de una flor selecta y sin embargo sencilla que abre su corola para recibir y reflejar los colores del sol.
¡Oh, si supieseis cuán profundos sentimientos de amor y de gratitud suscita e imprime en el corazón del padre de familia y de los hijos semejante imagen de esposa y de madre!
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Con el corazón en la mano...¿Cuantos pastores se atreven a decir cosas como esas (que parafrasean las, al parecer, "descontextualizadas", citas de la Escritura?.
¿Cuantos pastores Pater están dispuestos a sugerir y recordar meditar sobre el motivo de y la procedencia de la mujer desde el Génesis y por tanto SU VOCACIÓN según el orden divino?.
¿Cuantos pastores están dispuestos a sugerir siquiera que la mujer encuentra su mayor "gloria" cristiana sirviendo y teniendo a su esposo como centro de su vida ("como al Señor"), subordinando a ello TODO lo demás?.
Cite usted y haga suyo ese discurso de Pio XII, al que se refiere la DH, y una conocida "parroquiana" de por aquí estará tirándose de los pelos un par de días.
Abnegación, delicadeza, sencillez, recogimiento, afectuosidad, ingenuidad, modestia. Lo mismo que dice la Escritura lo dice el Santo Padre.
Ahora relea usted a las féminas de este mismo foro suyo y explíqueme en qué se asemejan a mujeres cristianas.
Y empeoran día tras día.
Bendiciones.
Lamento lo que la pasa y deseo y rezo para que tenga una pronta recuperación.
Respecto al otro tema, es que no es una cuestión del feminismo; es una cuestión de criminología.
Un cordial saludo.
Me estaba refieriendo en concreto a los que aquí se han mencionado; por supuesto que existen muchos más tipos de crímenes y desde luego, el aborto también lo es.
Por otra parte, ningún crimen queda compensado con otro crimen.
Unn cordial saludo.
Si cree que mi respuesta a Gaby no es adecuada, por la razón que sea, puede borrarlo con toda tranquilidad, que por mí ningun problema (y este también, claro).
Un cordial saludo y gracias.
GJM. No, no creo que haya que borrarlo.
Por otra parte, ningún crimen queda compensado con otro crimen
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Ana sigues sin entenderme. Yo no he dicho que un crimen pueda compensar otro crimen.
-Lo que yo digo es que si la mujer no criminaliza el crimen mayor como fuere el aborto; causa primera y principa de la degradación humana. Ésta no tiene derecho de réplica ni escandalizarse, ni menos hacerse la víctima contra otros acosos menores de fuerza bruta.
-
Vamos a ver. El aborto es un crimen tremendo, y creo que aquí todos estamos de acuerdo en eso. Los otros, también son crímenes, y no son menores. Todos son importantes y no se pueden banalizar; todos deben ser denunciados y combatidos. Por desgracia las mujeres que son asesinadas, no pueden hacerse las víctimas, ya que están muertas...son víctimas, y ahí están los cadáveres atrozmente mutilados para demostrarlo.
Un cordial saludo.
Les dejo un enlace donde la conferencia espiscopal de estados unidos apoya a los matrimonios, con sentido común, nada de texto farragosos para justificar lo injustificable. Haciendo suyo el lema de que hombre y mujer los creo y se deben mutuo respeto y tienen ambos como cabeza a Cristo.
http://www.romereports.com/palio/la-conferencia-episcopal-americana-ofroce-consejos-a-matrimonios-en-su-web-spanish-4803.html
Las variaciones de los textos citados llenas de enrevesadas interpetaciones. Son lamentables. Prefiero los discursos de Benedicto XVI que ha aprendido a comunicarse con claridad. Los otros están hechos para expertos en incóginitas que ellos se desvelan unos a otros ocultando la verdad. Por mucho que sean de obispos y Papas. Es mi opinión.
Saludos a todos.
GJM. Lamentablemente, este tema se ha desbordado en los comentarios. Lo ideal es referirse a los documentos pontificios, empezando por los más recientes, para tener una perspectiva global de la enseñanza católica.
No voy a dedicarle más tiempo a este post.
Y agradecería a los comentaristas que pasasen página.
Saludos.
Desde mi humilde opinión de mujer católica, madre, esposa y abogada, creo que tenemos un excelente modelo a imitar de Mujer valiente, libre, fuerte, audaz, sencilla, tierna, caritativa, sabia, prudente, en la persona de la Virgen María. Dios se valió de Ella para engendrarse en el mundo y salvarlo del pecado.Recomiendo la recopilación de artículos de Gilbert K.Chesterton sobre la mujer y la familia. Edición a cargo de José R.Ayllón. Buenas tardes
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