Ha estado muy bien
La visita del papa a España ha sido para los católicos un motivo de gozo. No cabe más que alegrarse cuando el mensaje del Evangelio es proclamado con claridad, con firmeza, con amabilidad y con enorme respeto hacia todos. Y estas cualidades caracterizan el estilo de Benedicto XVI. Bueno, en realidad, caracterizan sin más el estilo cristiano.
El papa no se presenta como un líder “apocalíptico” (permítaseme la licencia en el lenguaje), que anuncie la inminente “cólera” de Dios, sino como un testigo, como un maestro y como un pastor. Y creo que en ese orden. Es un testigo porque lo que dice se corresponde con lo que vive. Es un maestro, porque a lo largo de toda su vida ha pensado la fe, sin renunciar ni al saber ni al creer. Es un pastor, porque para este ministerio ha sido elegido por Cristo y por su Iglesia.
Benedicto XVI es muy claro. Sabe por qué y para qué ha venido a España: “Vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos, interesados por Cristo o en busca de la verdad que dé sentido genuino a su existencia. Llego como Sucesor de Pedro para confirmar a todos en la fe, viviendo unos días de intensa actividad pastoral para anunciar que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Para impulsar el compromiso de construir el Reino de Dios en el mundo, entre nosotros. Para exhortar a los jóvenes a encontrarse personalmente con Cristo Amigo y así, radicados en su Persona, convertirse en sus fieles seguidores y valerosos testigos”, decía en Barajas.
El papa es, asimismo, firme y valiente a la hora de proclamar la verdad cristiana. Una verdad que le sobrepasa y le sobrecoge: “Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios. Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de cultivar y embellecer la obra de la creación. Dios quiere un interlocutor responsable, alguien que pueda dialogar con Él y amarle. Por Cristo lo podemos conseguir verdaderamente y, arraigados en Él, damos alas a nuestra libertad” (Plaza de Cibeles, 18-VIII-2011).
Es amable, delicado en el trato, capaz de dar las gracias, de valorar los gestos de los demás: “He pensado mucho en vosotros en estas horas que no nos hemos visto. Espero que hayáis podido dormir un poco, a pesar de las inclemencias del tiempo. Seguro que en esta madrugada habréis levantado los ojos al cielo más de una vez, y no sólo los ojos, también el corazón, y esto os habrá permitido rezar. Dios saca bienes de todo” (Cuatro Vientos, 21.VIII.2011).
Y es un hombre respetuoso, que, sin renunciar a nada esencial, sabe valorar a los que no creen y no piensan del mismo modo: “es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida. Un testimonio valiente y lleno de amor al hombre hermano, decidido y prudente a la vez, sin ocultar su propia identidad cristiana, en un clima de respetuosa convivencia con otras legítimas opciones y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a las propias” (Barajas, 18.VIII.2011).
No ha sido cicatero el papa a la hora de elogiar a España – cosa que a los españoles nos cuesta mucho hacer - : “España es una gran Nación que, en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica”.
Sin duda, hemos de aprender mucho del papa. En el fondo y en la forma.
¡Gracias a Dios por esta visita!
Guillermo Juan Morado.
17 comentarios
Bonne nuit.
Una cosa que me hizo pensar bastante porqiue me causó impacto (entre otros muchos impactos):
Yo, ya lo sabéis, tengo la fijación de cómo acercar a los alejados y cómo no alejar más a los que ya andan el la puerta giratoria. Quizá porque me muevo entre alejados y porque yo anduve mucho tiempo en la puerta giratoria, esa es mi idea más tenazmente insistente.
Pero claro, ¿no es mucho más urgente confirmar a los que hay en esas edades difíciles en que cualquier seducción de las peorers vanidades se los puede arrebatar a la Iglesia y, entonces, ellos mismos sería ya nuevos alejados?
“es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida. Un testimonio valiente y lleno de amor al hombre hermano, decidido y prudente a la vez, sin ocultar su propia identidad cristiana"
Sí, lo urgente es eso.
Un placer, en cualquier caso, hablar con usted.
Cuando vociferaban el somos la juventud del Papa, mimujer y mi camarilla gritabamos somos los maduritos de este Papa.
Salud
Han sido unos magníficos días de gracia, un regalo que ni imaginando lo mejor lo habría imaginado así.
El Via Crucis, una tarde admirablemente bella, gozando de la belelza de la fe.
Y, bueno, se fue el papa y, mientras el avión despegaba, acababa el evento y empezaba un después.
Cualquier otra cosa que se haya arrimado luego al rebufo de las JMJ es ajeno a ellas. Más vale,a demás, verlo así.
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GJM. Sí, sin duda.
Será bien educado, pero no es tonto.
GJM. Luis, no lo he felicitado por su santo, lo hago ahora. Un abrazo.
Y genial la nota especial que Su Santidad Benedicto XVI envió a los kikos congregados.
Y más genial todavía ver a Mn. Rouco decir que ese acto era exactamente el recoger los primeros frutos de la JMJ.
Pero bueno, no habíamos quedado que lo importante de las JMJ son los frutos que se recogen después?.
En fin, que la realidad no vaya a destrozarnos los prejuicios vitales contra los hermanos? en la Fe.
Jesús que tropa....
claro, claro ¿y por qué había de quedarse el Papa a ningún post evento macrovocacional instanstaneista masivo?
Las JMJ tenían un programa claro:
-primero los DED
-luego, desde el martes, los dís de JMJ en Madrid
-finalmente, la visita del Papa que culmina el día 21
Y se acabó.
Luego, pues es una pena que se tome el mismo escenario que acaba de usar el Papa para otros fines, en el mismo lugar, al día siguiente, fuera de programa pero de modo que cualquier person a ajena lo identificara con las JMJ y con el Papa... ¡¿y cómo no, si en el post-evento macrovocacional instanstaneista masivo había un decorado de fondo con obispos y cradenales de figurantes?! Bueno, alguno tuvo suerte y no fue mero figurante ¡y tuvo la suerte ser incluso telonero del star predicador!
Pero no hablamos de eso, sino de las JMJ, un acontecimiento de gracia, un acontecimiento de y con el Papa. Lo otro (lamentable que se use la parafernalia y lugares de las JMJ papales y se ponga como adornos coloridos y vistosos para el escenario a obispos y cardenales) es otro tema.
Y ahora ...a estudiar portugues,envio enlace,la letra es impresionante.
http://www.youtube.com/watch?v=Jb7LTOMJ3Qg&feature=related
Que sabio es el Santo Padre, siempre me ha impresionado su mirada atenta para todos.
Gracias por el vídeo. Aprovecho para poner otro dedicado a las consagradas, que tanto bien nos hacen con su atención y su oración constantes:
http://youtu.be/EE5ixuMNopg
Esta visita ha sido, en efecto, un don de Dios, un auténtico regalo del cielo, para toda la comunidad católica, y muy en especial para la española. Casi ocho años de zapaterismo nos ha dejado estragados, indignados, agotados, exhaustos y apenas sin ánimo si no fuera por nuestra fe. Ha sido demasiada la náusea que hemos debido de digerir. Pero la venida del Papa en estas circunstancias ha sido mucho más que una suave brisa de verano aliviadora de la canícula; más se parece al vendaval que se desató en la Vigilia.
Para mí ha resultado consolador y reconfortante. El pensamiento del Papa, como su estilo, es claro y a la vez preciso. Los énfasis de su pontificado ya son conocidos: búsqueda de la Verdad como una de las máximas formas de la caridad, denuncia del relativismo imperante, diálogo con la razón desde la fe y desde la propia razón iluminada por aquélla, etc. Novedades, pues, en su discurso, ninguna. Ni es preciso que las haya, pues la novedad de anunciar a Cristo es en sí misma mayor hoy quizá que en ningún otro tiempo. Y de tal anuncio, después de tantos años de maltrato y vejaciones, ha surgido una profunda renovación en los corazones y, ojalá, en nuestras vidas. Ha estado muy bien, desde luego.
En Madrid se han dado cita jóvenes alegres, esperanzados que, sin duda, han sembrado las semillas de una sociedad mejor, y que se han comprometido a ser apóstoles de Cristo y a dar testimonio con sus vidas. Esta JMJ ha sido un ejemplo de cómo el santo pastoreo del Sumo Pontífice ha tenido un firme respuesta de su multitudinaria grey. Gracias Santo Padre por reafirmarnos en la fe.
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