Él viene en persona
Homilía para el Tercer Domingo de Adviento (Ciclo A)
Textos: Is 35,1-6.10; Sal 145; St 5,7-10; Mt 11,2-11.
El anuncio del profeta: “Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará” (cf Is 35,1-6.10), se cumple con la llegada de Jesucristo. Las obras que el Señor realiza testimonian su condición mesiánica: “los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia” (Mt 11,5).
Enviando a sus discípulos a encontrarse con Jesús, Juan Bautista, el Precursor, busca confirmarlos en la fe: “Miró, pues, en esto Juan, no a su propia ignorancia, sino a la de sus discípulos y los envía a ver sus obras y sus milagros, a fin de que comprendan que no era distinto de Aquel a quien él les había predicado y para que la autoridad de sus palabras fuese revelada con las obras de Cristo y para que no esperasen otro Cristo distinto de Aquel de quien dan testimonio sus propias obras” (San Hilario).
La cercanía del Señor, su proximidad inaudita, engendra en el corazón del cristiano la alegría: “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito: estad alegres. El Señor está cerca” (Flp 4,4.5). San Pablo, que da este mandato, no careció en su vida de sufrimientos y de tribulaciones. No obstante, vivió y mandó vivir la alegría. Como comenta Benedicto XVI: “Si el amado, el amor, el mayor don de mi vida, está cerca de mí, incluso en las situaciones de tribulación, en lo hondo del corazón reina una alegría que es mayor que todos los sufrimientos” (3-10-2005).
Caminar hacia el encuentro de Cristo que viene equivale a descubrir su presencia cerca de nosotros, en medio de nosotros, para ver “la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios”. Su presencia es oculta, pero real, y sus obras siguen hablando en favor de Él. También hoy los ciegos dejan de serlo cuando descubren la Luz. También hoy los paralizados por el miedo son capaces de andar. También hoy los estigmatizados por el mal quedan limpios y los muertos por el pecado resucitan a la vida de la gracia. También hoy el Evangelio es anunciado a los pobres.
“El Señor está cerca”. Nos visita cada día con la fuerza de su palabra, con el vigor de sus sacramentos, con la potencia regeneradora de la vida cristiana. Necesitamos, como recomienda el apóstol San Pablo, paciencia y firmeza, no sólo para aguardar su última venida, sino para tomar conciencia de su venida cotidiana. Paciencia para esperar que la semilla del Evangelio fructifique de verdad en nuestras vidas, sin desalentarnos por no poder cosechar ya lo que todavía necesita ser regado por la lluvia, y firmeza para no dejarnos abatir por lo que, en apariencia, desmiente la cercanía de nuestro Dios: el dolor, la enfermedad y el sufrimiento.
La salvación es Dios y Cristo nos trae a Dios. De esta certeza mana la alegría que debemos compartir con los demás: “La alegría es el verdadero regalo de Navidad; no los costosos regalos que requieren mucho tiempo y dinero. Esta alegría podemos comunicarla de un modo sencillo: con una sonrisa, con un gesto bueno, con una pequeña ayuda, con un perdón […] En especial, tratemos de llevar la alegría más profunda, la alegría de haber conocido a Dios en Cristo” (Benedicto XVI, 18-12-2005).
La Virgen es la “Causa de nuestra alegría”: “Junto a Cristo, Ella recapitula todas las alegrías, vive la perfecta alegría prometida a la Iglesia”, escribía Pablo VI. Que Ella nos ayude a hallar en todas las circunstancias la presencia de Jesús.
Guillermo Juan Morado.
17 comentarios
En su sufrimiento,Jesus hablaba a las mujeres de Jerusalem,prometio el Paraiso a uno de sus compañeros de crucifixion,pidio perdon para sus asesinos,y no condeno a los que le abandonaron.
...paciencia y firmeza, no sólo para aguardar su última venida, sino para tomar conciencia de su venida cotidiana. Paciencia para esperar que la semilla del Evangelio fructifique de verdad en nuestras vidas, sin desalentarnos por no poder cosechar ya lo que todavía necesita ser regado por la lluvia, y firmeza para no dejarnos abatir por lo que, en apariencia, desmiente la cercanía de nuestro Dios: el dolor, la enfermedad y el sufrimiento.
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Pues eso: además, el dolor, la enfermedad y el sufrimiento sólo demienten la la cercanía de nuestro Dios muy muy muy en la apariencia, muy en lo superficial. Sólo quienes se has tomado la vida como una constante afirmación de sí mismos en forma de reivindicación obsesiva de sus "derechos" a un bienestar puramente superficial puede empeñarse también en creer que el dolor desmiente la cercanía de Dios.
Su presencia es oculta, pero real, y sus obras siguen hablando en favor de Él.
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Padre sus palabras me hacen meditar sobre la cercanía de Dios: que a través de Cristo se hace real y el gran tesoro que tenemos los que creemos en El. Cristo es la perla de gran valor del evangelio. Quién la encuentra halla la alegría, la satisfacción, la esperanza, la ilusión. O como decía Koko mirar con la mirada de Dios lo que nos rodea.
Además me ha aclarado ese pasaje de Juan el bautista que no entendía. Pues si antes decía que Jesús era el Cristo ¿como después manda a sus discípulos para preguntarle si lo era realmente?
Gracias Don Guillermo.
Hoy en la misa el Sacerdote decía: Mirad pero mirad todo con los ojos del amor.
Es curioso, pero coincidió con esta cita que nos regala el Páter del Santo Padre.
“Si el amado, el amor, el mayor don de mi vida, está cerca de mí, incluso en las situaciones de tribulación, en lo hondo del corazón reina una alegría que es mayor que todos los sufrimientos”
¿Cómo se puede sufrir con alegría??... sino es con la esperanza de su amor.
En mi parroquia le cantarán las mañanitas a las 7:30 de la mañana del día de hoy a Nuestra Señora, rezaremos los laúdes, misa y chocolate con churros, esto ya es tradicional, es entrañable.
Voy a descansar a ver si no me quedo dormida.
Es cayendo un chaparrón en Madrid tan fuerte, pero es agradable escuchar el ruido que hace la lluvia.
Que él Señor riegue nuestra tierra en sequía y lo haga fructificar.
Gracias César por tus palabras del post anterior , me he reido mucho con Cyrano y el duelo con Amfortas :)
Bonne nuit
Perdón que me extendido mucho.
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Ya lo creo,sobre esa hora suelo llegar a casa,así que me acordaré rezando completas de tus parroquianos. Gracias a Dios que mañana si puedo ir a misa y este finde que libro,lo digo en serio,cada vez que me tocan jornadas maratonianas como las que llevo desde el sábado,noto que me falta algo,lo más importante.
Rezaré por vuestra evangelización del sábado con fervor.
Sabiendo que el mundo material se desvanecerá, no se debe otorgar demasiado valor en las cosas terrenales. Sabiendo que la Palabra de Dios nunca perecerá en el tiempo, la hacemos nuestra con su infinito valor eterno.
Sabiendo que estamos en una morada temporal, que aquí no tenemos residencia permanente, la vigilancia en espera del Señor para conducirnos a la ciudad celestial es un antídoto para la apatía de corazón y mente que, en ocasiones, puede manifestarse por nuestro estilo de vida.
Un espíritu expectante se inspira en la oración. Un espíritu que "vela" está lleno de esperanza y de ilusión para encontrase con Él
"Vigilancia" y "orar", ambos términos se encuentran juntos.
Y de todo lo anterior, de la cercanía del Señor emana la alegría del corazón.
Thank you, pater, por la homilía
Sabiendo que el mundo material se desvanecerá, no se debe otorgar demasiado valor en las cosas terrenales. Sabiendo que la Palabra de Dios nunca perecerá en el tiempo, la hacemos nuestra con su infinito valor eterno.
Sabiendo que estamos en una morada temporal, que aquí no tenemos residencia permanente, la vigilancia en espera del Señor para conducirnos a la ciudad celestial es un antídoto para la apatía de corazón y mente que, en ocasiones, puede manifestarse por nuestro estilo de vida.
Un espíritu expectante se inspira en la oración. Un espíritu que "vela" está lleno de esperanza y de ilusión para encontrase con Él
"Vigilancia" y "orar", ambos términos se encuentran juntos.
Y de todo lo anterior, de la cercanía del Señor emana la alegría del corazón.
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¿Magistral,hermoso,verdadero!
Sin duda, algo ha fallado en la comunicación. No pasa nada.
Buenas noches.
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Con absoluta seguridad es un fallo de comunicación.
Sigo sin entender NADA.
Ruego sensatez y que repasemos un poco dónde ha podido fallar a comunicación.
Una vez más, ruego a don Guillermo, a los demás, y a mí misma (me pongo manos a la obra YA) que reconsideremos la situación y examinemos el canal de comunicación para localizar el fallo.
Sea cual sea, nada debería ser más fácil para esta parroquia virtual que disculpar yerros -si los hubiere-, yerros que, con toda seguridad, nadie es consciente de haber cometido.
También es muy interesante lo que dice el Papa.
http://www.abc.es/20101212/sociedad/papa-201012121214.html
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