Principio de no contradicción
Según un principio clásico, llamado de “no contradicción”, una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido.
Si yo digo que “el aborto es un derecho” y mantengo que esa proposición es verdadera, no puedo decir, a la vez y en el mismo sentido, que “el aborto no es un derecho”. Si en lugar de la palabra “aborto” utilizo un subterfugio, el principio en cuestión sigue siendo conculcado.
Los llamados “Cristianos socialistas”, o, como mínimo, algunos de ellos, se empeñan, día sí y día también, en desafiar la Lógica. Y, sin duda, el Cristianismo. Si desafían o no el socialismo, ni lo sé ni me importa.
Otra versión más popular del principio dice: “Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible”. Pues, en efecto, hay cosas que, por coherencia, son, simultáneamente, imposibles: Estar en Misa y repicando, o creer en Dios y ser ateo. O se hace una cosa o la otra. O se mantienen unas creencias o no se mantienen.
Bastante sería con que los “cristianos socialistas” reivindicasen el derecho a existir, llamasen a la puerta de nuestra tolerancia, reclamasen nuestro respeto. Estamos dispuestos a dispensárselo, el respeto, incluso a los ilógicos o a los a-lógicos. Pero su pretensión va, lamentablemente, más allá. Nos dicen, pretenden decirnos, que lo blanco es negro, que lo negro es blanco, que lo que es un derecho no es un derecho.
Y, claro, ante esa demanda, uno no puede más que sublevarse, que decir: “Basta ya”. Déjennos en paz. Sigan su camino y permítannos seguir el nuestro. Ganen sus votos a base de leyes de aborto, divorcio express y demás componendas, pero no intenten ganarlos a base de bulas, comuniones y “compostelas”.
Gobiernen para sus votantes y olvídense – para mal ya lo hacen – del Catecismo, de la doctrina y de las encíclicas. Tal como está el panorama, una de dos: O son ustedes cristianos o – disyunción exclusiva – son socialistas. “Tertium non datur”. Y, si se empeñan en sostener lo contrario, habrán de dar pruebas más contundentes. Que no vulneren la Lógica y que no afrenten el sentido común.
Guillermo Juan Morado.
179 comentarios
Pero esto es lo que hay. "Oye, si cuela, cuela", deben decirse entre ellos. Y lo malo es que a no pocos colará. Y a otros, de una fidelidad perruna, les parecerá muy bien la "distinción", como todo lo que diga y haga El Partido (así, en mayúsculas).
Esto parece una tomadura de pelo.
La diócesis es la diócesis.
El Obispo es el Obispo.
¿Exención? ¿Por qué? ¿De qué? ¿Para qué?
Dice el párroco de Vallecas, José María Urío:
José Bono de "una ‘rara avis', un alto funcionario del Estado, el tercero en el rango, que se proclama católico y que no tiene ningún reparo en confesar paladinamente su fe. Y en los tiempos que corren esa autoproclamación no supone decididamente ninguna ventaja política
¡Ja!
¿Cómo que no hay ventaja en proclamar tu fe, como Bono. Vaya si la hay: la proclamas como político de relumbrón, te cargas públicamente esa fe y encima te ponen el altarcito los tuyos.
Encima, eso.
En serio, me he planteado ir en persona a alguna de sus "charlas" o reuniones en ciertas parroquias de Madrid, lo que pasa es que me temo a mi mismo. No sé cómo reaccionaría in person. Nada que sea maleducado, of course, pero sé que pediría "explicaciones".
Es lo que me impide ir por el momento. Pero confieso que todo esto, en españa, me tiene algo inquieto.
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Bueno, Marcos, obviamente, no se acogen a nada del "Magisterio"
Muy triste e indignante todo este asunto. Pero cada país tiene los gobernantes que se merece.No hay más nivel... Así estamos. Si usan el truco de proclamarse católicos, es porque les ha funcionado y creen que les seguirá funcionando. Y seguro que tienen razón.
Es que el pater ha sacado hoy TRES posts y se pierde uno, ¿verdad?
Me ha hecho gracia la ¿ingenuidad? de Marcos preguntando a qué parte del ¡¡¡magisterio!!! se acogen estos cristianos.
Los del SAIn me parecen unos idealistas bienintencionados, pero sin posibilidad de conseguir escaños.
De verdad que lo que he escrito va en serio. No es ingenuidad. Estoy hablando de sacerdotes, no de laícos que sean socialistas pro-aborto. A esos ya les conozco bien, demasiado bien.
Yo quisiera tener una charla con uno de los sacerdotes como el padre Angel. Sé en qué parroquias están y llevo dándole vueltas un tiempo. Necesito, en serio, una charla de tu a tu. Preguntarles sinceramente, como laíco católico, lo que he planteado en mi anterior mensaje.
No creo que se nieguen a hablar con un feligrés aunque me desplace a otro barrio. Lo que sucede, es que tengo pavor, terror de cómo me lo tomaría. Porque es un gran problema: Jamás sería descortés con un sacerdote, pero no sé cómo me afectaría lo que me contestara.
Así que, si me decido, ya veremos...
Ya hablaremos, Marcos. No defienden el aborto, así, claramente, abiertamente. Todos se declaran antiabortistas. Todos, si se les pregunta, lo dicen rotundamente: antiabortistas; G. Faus, Lamet,Lucía Caram, etc. Pero defienden que a Bono no se le niegue la comunión.
Hasta hoy entendía más o menos esta postura.
Hasta hoy.
Es por eso por lo que quiero charlar con ellos. No tanto por la disparatada postura pro-Bono-comunión
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¿Tal vez los del Instituto Borja de Bioética (sic)?
Cf. http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=4485
Cf. http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=4546
El comentario de Conchi me parece atinadísimo.
No sé si estamos comenzando los tiempos finales aunque un gran teólogo francés me dice que hay serios indicios de ello. Pero lo que sí sé es que, desde que existe el cristianismo, JAMÁS el aborto se había presentado como algo buenísimo y como un derecho. Es el peor ataque a la vida y a la mujer. Eso a mí me dice muchísimo.
El Magisterio es muy claro al respecto. Y, o se le obedece tal cual es, o no se está en la Iglesia católica.
historicqmente el PSOE ha sido marxista y para llevar adelante esa revolución(Largo Caballero) tenían que hacer desaparecer la Iglesia: mártires del siglo XX a montones.
Hoy esa política es inviable, por lo tanto hagamos quedesaparezca la Iglesia: vaciar de contenido sobrenatural la vida social de Europa y de los Europeos, y de paso facilitamos la entrada de otra religión. La que tenemos más cerca es el islam. El Coran marca la pauta de comportamiento público y privado y ya está Conclusión: todo lo que huele a PSOE tengo mis reparos , venga de quien venga , y en este aspecto el Sr Bono no me sirve de ningún ejemplo
Salud
Si vas a uno de esos sacerdotes sólo para hablarles de eso se lo van a tomar a mal, y no sin razón. En una charla lo puedes plantear educadamente, como tú dices, pero me figuro que se te acabarán echando encima no tanto los conferenciantes como el auditorio entero. Pero, en fin, al menos alguien puede que vea en ti buenos modales y esto le haga preguntarse algo.
Por otro lado, y en esto no vais a estar de acuerdo ninguno, este asunto del "pecado público" me parece bastante complejo. No nos engañemos, puede que alguien esté buscando, escudándose en lo de Bono, un escarmiento más general. A menor escala que el de los herejes del siglo XVI, pero escarmiento al fin y al cabo. Digo esto porque, en el momento en que se niegue la comunión a Bono, me extrañaría que no hubiera algún sacerdorte un tanto desaprensivo que se viera impelido a no dar la comunión a según qué personas. Porque el concepto de pecado público no le veo muy bien acotado. Los motivos para no dar la comunión podrían incrementarse, ciertamente, con el consiguiente desquiciamiento que esto provocaría en los fieles.
Desde este punto de vista, se entendería la ardiente y desproporcionada defensa que hacen algunos de Bono. No sé, tal vez adviertan de los peligros que esto pudiera conllevar. Desde luego, no creo que Rouco o Martínez Camino sean lo que se dice de ellos. Más bien los veo como personas bien juiciosas y moderadas, pero puede no lo sean tanto algunos de los que les incitan a hacer esto o lo otro.
Feliz día de Reyes a todos.
No veo de qué se escandalizan, es la Iglesia la primera en matizar y reinterpretar lo que le interesa o conviene, por uno u otro motivo.
5º mandamiento," No matarás", está bastante claro ¿ no ?.
CIC-2267 "La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de
muerte..."
CIC-2321 "La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la vida de otro o del bien común."
Como dice el blogger, "Pues, en efecto, hay cosas que, por coherencia, son, simultáneamente, imposibles".
No estoy comparando el aborto con nada, sólo expongo lo que yo veo como una contradicción y que, como también dice el blogger, aunque se recurra a un subterfugio,"el principio en cuestión sigue siendo conculcado".
Un saludo.
Su argumento es tan demagógico y "bobo" que no sé si vale la pena comentarlo. Pero me fastidia que ( ojalá me equivoque ) nadie le vaya a contestar en el blog, así que lo haré yo.
Sí, coherencia 0, como la que muestran los que están contra el aborto, pero apoyaron la invasión de Irak ( pero claro, al final casi todos los muertos han sido adultos y encima abrazaban una falsa religión, ¿ verdad ? ).
¿ Le parece inapropiada la comparación, quizás injusta ?. Pues eso.
La legítima defensa es otra cosa. ¿ Te dejarías matar o que matasen a tu familia sin defenderte hasta dejar a tu agresor fuera de combate, aunque no fuese tu intención quitarle la vida ?
Respecto a la guerra de Irak, el propio Papa Juan Pablo II clamó contra ella en la Plaza de San Pedro, abarrotada de peregrinos.
No repita tópicos progres, de moda en los sesenta.
Es doctrina católica firme y aceptada que la pena de muerte administrada por la legítima autoridad es lícita. Que deba ser restrictiva, prudencialmente disminuida, que no sea conveniente hoy en día, que si hay otros medios o penas se recurra a ellos, todo lo que quiera.
Pero cualquier católico que sostenga la ilicitud in genere y absoluta de la pena de muerte aplicada por el Estado se coloca fuera de la doctrina catolica.
El problema es que la demagogia de ciertos cristianos, incapaces de defender los principios, lleva a una "defensa de la vida" como valor supremo que no es católica sino budista. El cristianismo enseña claramente que se debe preservar la vida de los inocentes, incluso defendiéndose hasta el extremo.
No debatamos con los progres ateos en su mismo terreno, desde el progresismo cristiano, porque perdemos. No confundamos la guerra justa y la legítima defensa con el aborto. Como dijo el cardenal Ratzinger, son dos cuestiones muy diferentes.
Pero cualquier católico que sostenga la ilicitud in genere y absoluta de la pena de muerte aplicada por el Estado se coloca fuera de la doctrina catolica.
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Pues es así. Jamás, en ningún caso, se puede legitimar la muerte de un inocente. Pero defenderse de una agresión injusta no es inmoral. La pena de muerte debe ser evitada, en la práctica. Pero no se puede decir que, en sí misma, sea injusta.
Excelente párrafo, don Guillermo. En realidad, es lo que pensamos los católicos a quienes no nos gusta la pena de muerte. No discutimos su licitud en la ley - al menos no es eso lo que yo discuto -, sino el riesgo que a veces conlleva su estricta aplicación.
Respecto a los argumentos, yo no pretendía aportar ninguno, simplemente he expuesto lo que me parecen contradicciones en los suyos ( de ustedes ), así que si usted no los considera como tales, pues será buena cosa, ¿ no ?.
Por eso soy más joven que Usted.
Cordialmente
Pero la pena de muerte, al menos, se le aplicaría a un criminal tremendo, no a un inocente. Y el niño no nacido es inocente.
Menos mal que es educativo y que don Guillermo tiene más paciencia que un santo, esa es la verdad.
Don Guillermo, además de ser educado, es un buen lector y un amante de la literatura. Jugamos con ventaja los filólogos acá.
Gracias por la información.
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No lo creo; pero si es así... me coloco fuera.
Pero no la liemos: obedece, Flavia, y no lo afirmes...
Tineo, usted asume en su comentario "Pero la pena de muerte, al menos, se le aplicaría a un criminal tremendo, no a un inocente", por un lado que el hombre puede disponer de la vida en función de lo que se considere justo y por otro lado que la Justicia del hombre es infalible.
Un saludo.
¡Estuviste recorriendo Oviedo en 1985! Ese año comencé yo mi licenciatura en Oviedo. A lo mejor nos cruzamos por la calle y todo, yo con mis papeles de novato universitario y tú con tu ejemplar de la Regenta. Además, entonces la Facultad de Filología estaba a cien metros de la catedral, uno de los escenarios fundamentales de la obra.
Qué cosas.
Pues yo estoy contra el aborto y contra la pena de muerte. A favor de la vida siempre.
Pero la pena de muerte, al menos, se le aplicaría a un criminal tremendo, no a un inocente. Y el niño no nacido es inocente.
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Ah claro, yo también estoy en contra de la pena de muerte. Pero no puedo decir que sea absolutamente ilegítima, ya que uno tiene el derecho, y hasta puede tener el deber, de defenderse de un agresor injusto.
Lógicamente, jamás nadie, nunca, puede matar a un inocente. Y ahí radica la maldad intrínseca del aborto.
Y si estoy completamente en contra de la pena de muerte es por la misma razón: puede correrse el riesgo de matar a un inocente.
Por otra parte, creo que es obvio que no hace falta recurrir a esa pena en una sociedad moderna. Y que, aun siendo legítima en teoría, no acaba de ser del todo conforme con la dignidad de la vida humana.
Me parece oportuno decir también que la vida es un bien. Como tal, no tiene connotaciones morales. En cambio el deber de respetar la vida - absolutamente, la del inocente - sí es una obligación moral.
La "Regenta" como novela es magistral. Aunque es verdad que ningún personaje es del todo bueno... Pero tampoco se les justifica en su maldad, creo yo. Ni se les demoniza.
Todos somos un poco así, creo, medio buenos y medio malos.
No suponga lo que yo asumo como cierto. Estoy contra la pena de muerte. Luego añadí, en modo condicional, que, en todo caso, la pena de muerte se APLICARÍA (salvo errores de la justicia humana, claro está) a un criminal, un asesino, genocida... Para mí, el hombre no es el dueño absoluto de su propia vida, y menos de la de los demás.
Ergo, no me atribuya esas dos "asunciones".
Una curiosidad, Sr. Gallizo: ¿Usted está a favor o en contra del aborto?
Ay, ay, ay, que hacemos un auto de fe virtual cualquier día!
Pero, como estamos en contra de la pena de muerte, sólo podríamos quemarla "in efigie".
òó y quien dijere lo contrraio, miente (SPH)
cualquier católico que sostenga la ilicitud in genere y absoluta de la pena de muerte aplicada por el Estado se coloca fuera de la doctrina catolica.
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No lo creo; pero si es así... me coloco fuera.
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Bueno, tal cual se afirma la proposición sería salvable en un tribunal (benigno) de la Inquisición. No dice que la pena de muerte en sí misma sea absolutamente ilegítima, sino que se añade "aplicada por el Estado" (que, por otra parte, sería la única autoridad que podría aplicarla). Con buen espíritu jesuítico sería casi salvable la tesis...
pero Ana Ozores, en medio de esas voluntades poderosas que la zarandeaban, podía elegir, era libre para comportarse de una determinada manera o de otra. ¿O tenía Clarín una visión determinista del comportamiento de sus personajes? ¿Llega Clarín a ser radicalmente naturalista en la Regenta?
Tan poco libre, tan arrastrado por las circunstancias, tan inmaduro, tan movido por su afán de sobresalir, de compensar su origen humilde?
(SPH).
Ay, ay, ay, que hacemos un auto de fe virtual cualquier día!
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Las quemaduras in efigie ¿duelen?
Lo siento, pero esa doctrina "firme" igual es menos fiorme ahora que parece que decimos que quizá, a lo mejor, tal vez, oye... puede que en la actualidad ya no haga falta, etc etc etc
Será doctrina de la que sí se puede cambiar
Con la pena de muerte, sucede que no hay posibilidad de rectificación una vez ejecutada la sentencia, así que su comentario "la pena de muerte se APLICARÍA (salvo errores de la justicia humana, claro está) a un criminal, un asesino, genocida...", tiene ese gravísimo inconveniente.
Un saludo.
Don Fermín me cae bastante bien, por muchas razones. Pero de pena, nada. No deja de ser un " niño de mamá ".
Y sobre todo, en el fondo del debate: ¿ de qué sirve leer tanto - ambos, el Magistral y La Regenta eran grandes lectores - si luego cae uno como una mosca en un panal de miel ? Sobre este aspecto tuvimos un gran debate en el seminario universitario.
Ya en broma: ¿Y Obdulia Fandiño?
Yolanda: En la práctica, hoy, la Iglesia Católica es enemiga de la pena de muerte. Es verdad que hay razones doctrinales en contra (de conveniencia, en el sentido clásico de este argumento), pero no hay razones que, en principio, condenen la pena de muerte como absolutamente mala, siempre y en todos los casos. No las hay. Ha habido desarrollo doctrinal? Quizá, pero muy orgánico.
Hala, queda libre de la quema "in efigie".
Un poco similar - inferior literariamente, a mi juicio - es la novela de Eça de Queiroz, "El crimen del Padre Amado". Pero cabría plantear la misma pregunta.
En resumen: nuestra libertad está condicionada, pero no podemos ampararnos en esas "condiciones" para dejar de decidir. Hay un margen, creo que siempre, o casi siempre, en el que depende de nosotros no aumentar el mal.
Con los años, el conocimiento de la justicia civil y el crecimiento del Leviatán moderno, me fui haciendo egoìstamente abolicionista. No tenía ninguna gana de que el Juliano Felsenburgh de turno nos cocinara por cristianos el día que llegue el medio Tiempo.
Ahora, soy moderadamente abolicionista. Reservaría la pena de muerte para los casos de delitos aberrantes, confesos y flagrantes, sin margen alguno de duda.
Otra que es un bicho verdadero, y más lista que la pánfila Obdulia, es Visita, siempre con su reserva de bombones...
El reo que acepta la pena de muerte como expiación de su crimen entra directamente al Cielo, sin Purgatorio, asimilándose a un bautismo tal aceptación. Bastante mejor que pudrirse en una cárcel durante treinta años, sometido a los diversos avatares violatorios y degradantes de la convivencia carcelaria.
Entiendo que la sensibilidad antrópica se conmueva màs ante una limpia ejecución con un reo besando el crucifijo como ocurrió con Santa Teresita, pero a mí me conmueve más ver a los presos de Prison Break.
En cualquier caso, la buena doctrina es la que se ha expuesto. Como el juramento, la pena de muerte es lícita. Las valoraciones jurídico-existenciales sobre su conveniencia varían aquí y ahora, el juicio de licitud sobre el objeto de un acto moral in genere no. Es lo que dice en forma ininterrumpida hasta el Catecismo incluido, malgré las enormes presiones que el "espíritu del Concilio" intentó para reformar la doctrina católica en este aspecto, fracasadas finalmente.
De lo contrario estariamos asistiendo, en lenguaje newmaniano, a un desarrollo anormal (mutagénico) de la moral catolica. Eso es incompatible con la indefectibilidad de la Iglesia.
Y temo muchísimo las sentencias de los tribunales.
Además, a los mártires se les aplicó la pena de muerte.
Y es preciso, además, clamar en favor de la sacralidad de la vida humana (eso sí, sin simplificar los argumentos).
Obdulia Fandiño es tonta-mala, o sea, de la peor especie. El Magistral demuestra su inteligencia al no dejarse atrapar por esa bicha. Era un hombre de gustos exquisitos. Voy a ser sincera: hay " algo " en el Magistral que me encanta, y es su respeto absoluto a Ana. ¡ Chapeau !
Otra que es un bicho verdadero, y más lista que la pánfila Obdulia, es Visita, siempre con su reserva de bombones...
Editar... ¡Eliminar! 06/01/10 9:08 PM
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Jajajajajja.
Muy agudo, el comentario y muy gracioso. Me ha hecho reír muchísimo. Ser tonta y mala - o tonto y malo - es el colmo, sí.
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Vale, vale, pero que lo sea sobre el papel y que lo pongan en el Catecismo bien claro.
El Magistar... víctima y verdugo, como todos, pero más verdugo..
Y Flavia, Ana cae en las garras de Álvaro y habría caído en las de cualquiera que le diera un poco de algo remotamente parecido a amor.
Desde luego, la libertad es "graduable". Ana es menos libre que el magistral. El fallo de Ana está atenuado hasta casi la "inimputabilidad". Los fallos del Magistarl, no. Tampoco era un niño de mamá. La mamá era una bruja, francamente.
Pero el supuesto anticlericalismo de muchas obras del XIX, a veces no es tanto anticlericalismo en bruto y sin matices, sino crítica de las "vocaciones forzadas". Hasta Galdós tiene obras anticlericales junto a otras en las que alaba al clero vocacional.
Por eso (atención: procedo a aparentar que le hago la pelota, pater, pero no es así, que ya soy abadesa y no aspiro a más prebendas), por eso -decía- siempre digo que la criis de vocaciones actual tiene su lado positivo.
Esta escasez nos garantiza tener pocos pero buenos curas. Será falibles como todo el mundo , pero ninguno va obligado a hacerse cura, ni buscando una salida profesional, ni una carrera brillante, ni el brillo mundano, ni satisfacer a su mamá...
Ahora el que es cura, es buen cura porque lo es voluntaria, consiente y meditadísimamente.
Pues no tengo tiempo ahora para buscar por el portal su opinión sobre el aborto. Un acto, en el que, por cierto, una vez "ejecutada la sentencia" tampoco hay posibilidad de rectificación.
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Que los personajes de la regenta nos hagan debatir hoy sobre su bondad o maldad, sobre si nos dan pena o no, si son medio buenos y medio malos, etc., significa que la obra está viva y suscita lecturas diversas, una prueba de su validez como obra de ficción literaria.
PD: Yolanda está DENTRO de la Iglesia también en sus ideas sobre la pena de muerte. Estoy seguro de ello, aunque desconozco lo que puede ser un "desarrollo doctrinal muy orgánico".
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Bueno, eso de la "sacralidad de la vida humana" habría que analizarlo, es uno de esos slogans modernoso-eclesiásticos de propaganda juanpablista que habría que revisar, porque despuès vienen las confusiones: si la vida humana es sagrada y digna con prescindencia de cualquier consideración, no puedo dispararle ni al violador que està por atacar a mi hija. Son argumentos oportunistas, montados en la demagogia del pensamiento antrópico moderno. De allì las confusiones de comparar guerra justa y legìtima defensa con aborto, etc.
Contra esto, claramente el Aquinate establece que quien atenta contra la vida humana se despoja de su dignidad, haciendose irracional e indigno y puede ser ejecutado. Algo bastante más claro que las consideraciones pelagianas de que "toda vida humana es sagrada", lo que es de algùn modo cierto y de algùn modo falso.
Màs sagrado es que no violen sistemáticamente a los presos, y no veo a tanto abolicionista luchando contra las condiciones degradantes de las càrceles de alta seguridad en todas las sociedades modernas.
Vale la pena mirar la temporada de Prison Break, y después que me cuenten sobre la pena de muerte.
Es el mismo problema señalada por la minorìa de la comisión preparatoria de la Humanae Vitae. Esto no es un club de futbol, que cambia de camiseta y de jugador. Està en juego la indefectibilidad e infalibilidad de la Iglesia, que no se puede equivocar en ninguna cuestión de fe y de moral. Quod ubique, quod semper, quod ab omnibus.
Lo puedes encontrar explicado en tu Newman.
En la forma, en desacuerdo.
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El día en que Usted estè de acuerdo conmigo en las formas, Pater, me voy a alarmar: me estarìa reblandeciendo. Usted es el guelfo, no yo.
Ya sabe, Pater, que soy impresentable. Además estoy viendo los capítulos de Prison Break, así que mi sensibilidad antrópica está marcada por la serie yanqui.
Y la escena del columpio, para rescatar a la Fandiño ( a ver, quién sino esa tonta se iba a quedar colgada... ) es genial. ¡ Lo que nos reímos en clase comentándola !
"En lo alto de la escalera, en el descanso del primer piso, doña Paula, con una palmatoria en una mano y el cordel de la puerta de la calle en la otra, veía silenciosa, inmóvil, a su hijo subir lentamente con la cabeza inclinada, oculto el rostro por el sombrero de anchas alas.
Le había abierto ella misma, sin preguntar quién era, segura de que tenía que ser él. Ni una palabra al verle. El hijo subía y la madre no se movía, parecía dispuesta a estorbarle el paso, allí en medio, tiesa, como un fantasma negro, largo y anguloso.
Cuando De Pas llegaba a los últimos peldaños, doña Paula dejó el puesto y entró en el despacho. Don Fermín la miró entonces, sin que ella le viese.
Reparó que su madre traía parches untados con sebo sobre las sienes; unos parches grandes, ostentosos.
«Lo sabe todo» pensó el Provisor. Cuando su madre callaba y se ponía parches de sebo, daba a entender que no podía estar más enfadada, que estaba furiosa. Al pasar junto al comedor, De Pas vio la mesa puesta con dos cubiertos. Era temprano para cenar, otras noches -488- no se extendía el mantel hasta las nueve y media; y acababan de dar las nueve.
Doña Paula encendió sobre la mesa del despacho el quinqué de aceite con que velaba su hijo.
Él se sentó en el sofá, dejó el sombrero a un lado y se limpió la frente con el pañuelo. Miró a doña Paula.
-¿Le duele la cabeza, madre?
-Me ha dolido. ¡Teresina!
-Señora.
-¡La cena!
Y salió del despacho. El Provisor hizo un gesto de paciencia y salió tras ella. «No era todavía hora de cenar, faltaban más de cuarenta minutos... pero ¿quién se lo decía a ella?».
Doña Paula se sentó junto a la mesa, de lado, como los cómicos malos en el teatro. Junto al cubierto de don Fermín había un palillero, un taller con sal, aceite y vinagre. Su servilleta tenía servilletero; la de su madre no.
Teresina, grave, con la mirada en el suelo, entró con el primer plato, que era una ensalada.
-¿No te sientas? -preguntó al Provisor su madre.
-No tengo apetito... pero tengo mucha sed...
-¿Estás malo?
-No, señora... eso no.
-¿Cenarás más tarde?
-No, señora, tampoco...
El Magistral ocupó su asiento enfrente de doña Paula, que se sirvió en silencio.
Con un codo apoyado en la mesa y la cabeza en la mano, De Pas contemplaba a su señora madre, que comía de prisa, distraída, más pálida que solía estar, con los grandes ojos azules, claros y fríos fijos en un pensamiento que debía de ver ella en el suelo".
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Jajajajjajajaa.
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Bueno, bueno, a ver si nuestras oraciones dan fruto! Paciencia!
Pero Clarín fue respetuoso con el secreto sacramental y no nos narra la confesión en sí, aunque desperdiga muchísima información sobre lo que Ana y D. Fermín pudieron hablar.
Qué bruja!
Sí, verdadera bruja en grado superlativo.
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No hay "simplificación" posible.
Simplificación es llamar juamplablista al abolicionismo absoluto basado en que todo ser humano es imago Dei.
La rivalidad Álvaro- Fermín... muy simbólica. Ella, víctima de esa rivalidad.
Flavia; el Magistral es víctima de su madre más que de Ana. Si el es víctima de Ana, como tú dices, sin el concurso de la voluntad de ésta, es que don Fermín es víctima de otras obsesiones.
Malo, malo, Álvaro. Don Fermín, vaya, es un personaje con matices, humano de verdad. Ana, espléndidamente trazada, es la más creíble; es justamente como debe resultar un ser humano criado en una infancia sin mimos ni calor maternos. Sólo puede salir una Ana Ozores, con sus ensoñaciones.
Añádase a eso el bovarismo reinante en las mujeres hiperlectoras de la época. ¿Qué iban a hacer una Ana Ozores, una Emma Bovary, una Anna Karenina sino leer, soñar... y caer?
De nada debe estar uno más desprendido que de eso. Es una tentación sutil.
“El Magistral se sentía como estrangulado por la emoción. La Regenta hablaba ni más ni menos como él la había hecho hablar tantas veces en las novelas que se contaba a sí mismo antes de dormirse."
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=39891
sbre tu comentario de las 9:21 PM, recuerdo un larguísimo debate en casa-Bruno este verano.
Ese tema es una de mis grandes objeciones: admito que si el magisterio se desdice...mala cosa. Pero aceptar lo que de ningún modo puedo entender ni asentir sin mentirm a mí misma, sin despreciarme a mí misma como deshonesta, ¿cómo se me puede exigir?
Y punto. Hoy ni una palabra más sobre esto.
Pater:
Sobe la tentación sutil del penitente como "presa", del servicio de la confesión como dominio... ¿cuánto ha hav bido de eso en el pasado? Hoy, algún residuo habrá. Pero en el pasado...¿cuántas razones se proporcionaron al anticlericalismo a cuenta de ese "sutil tentación"?
Uno de los aciertos psicológicos (uno de los muchísimos) de Clarín. Qué penetración: "las novelas que se contaba a sí mismo antes de dormirse..." La emoción estrangulándole al ver realizada la novela...
Yo pienso que sí, que don Fermín también fue víctima de Ana. Muy sutilmente, porque la tenía idealizada... y luego la ve caer con don Álvaro, que además era un necio y un cretino de marca. Ella ni siquiera le veía al Magistral como un buen y verdadero amigo, sino simplemente como a una especie de solucionador de problemas. Me da muchísima lástima esa relación.
De todas formas, La Regenta me parece - es opinión personal mía - mucho más gran obra que Madame Bovary. La figura del Magistral engrandece la obra.
Para leer sobre Clarín
http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/clarin/estudiosinvest.shtml
Cuando Ana se perdía en estas y otras reflexiones parecidas, se oyó la voz de Obdulia que daba grandes chillidos pidiendo socorro. Los que tomaban pacíficamente café bajo la glorieta, acudieron al extremo de la huerta.
-¿Dónde están? ¿dónde están? -preguntaba asustada la Marquesa.
-¡En el columpio! ¡en el columpio! -dijo el médico don Robustiano.
Era un columpio de madera, como los que se ofrecen al público madrileño en la romería de San Isidro, aunque más elegante y fabricado con esmero; en uno de los asientos, que imitaban la barquilla de un globo, en cuclillas, sonriente y pálido, don Saturnino Bermúdez, como a una vara del suelo inmóvil, hacía la figura más ridícula del mundo, con plena conciencia de ello, y más ridículo por sus conatos de disimularlo, procurando dar a su situación unos aires de tolerable, que no podía tener. En el otro extremo, en la barquilla opuesta, que se había enganchado en un puntal de una pared, restos del andamiaje de una obra reciente, ostentaba los llamativos colores de su falda y su exuberante persona Obdulia Fandiño agarrada a la nave como un náufrago del aire, muy de veras asustada, y -452- coqueta y aparatosa en medio del susto y de lo que ella creía peligro.
-No se mueva usted, no se mueva usted -gritaba don Víctor, haciendo aspavientos debajo de la barquilla, y probablemente viendo lo que a Obdulia , en aquel trance a lo menos, no le importaba mucho ocultar.
-No te muevas, no te muevas, mira que si te caes te matas... -decía Paco, que buscaba algo para desenganchar el columpio.
-Tres metros y medio -dijo el Marqués que llegó a tiempo de dar la medida exacta del batacazo posible, a ojo, como él hacía siempre los cálculos geométricos.
El caso es que ni don Víctor, ni Paco, ni Orgaz podían por su propia industria arbitrar modo de subir a la altura de aquel madero y librar a Obdulia .
-Tuvo la culpa Paco -decía Visitación, ceñidas con una cuerda las piernas, por encima del vestido-. Empujó demasiado fuerte, para que se cayera Saturno y, ¡zas! subió la barquilla allá arriba y al bajar... se enganchó en ese palo.
Obdulia no se movía, pero gritaba sin cesar.
-No grites, hija -decía la Marquesa, que ya no la miraba por no molestarse con la incómoda postura de la cabeza echada hacia atrás-; ya te bajarán...
Probó el Marqués a encaramarse sobre una escalera de mano de pocos travesaños, que servía al jardinero para recortar la copa de los arbolillos y las columnas de boj. Pero el Marqués, aun subido al palo más alto no llegaba a coger la barquilla del columpio, de modo que pudiera hacer fuerza para descolgarla.
-Que llamen a Diego... a Bautista... -decía la Marquesa.
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-¡Sí, sí; que venga Bautista!... -gritaba Obdulia recordando la fuerza del cochero.
-Es inútil -advirtió el Marqués-. Bautista tiene fuerza pero no alcanza; es de mi estatura... no hay más remedio que buscar otra escalera...
-No la hay en el jardín...
-Sabe Dios dónde parecerá...
-¡Por Dios! ¡por Dios!... que ya me mareo, que me caigo de miedo.
Entonces don Álvaro, a quien Ana había dirigido una mirada animadora y suplicante, se decidió. Rato hacía que se le había ocurrido que él, gracias a su estatura, podría coger cómodamente la barquilla y arrancarla de sus prisiones... pero ¿qué le importaba a él Obdulia ? Podía hacer una figura ridícula, mancharse la levita. La mirada de Ana le hizo saltar a la escalera. Por fortuna era ágil. La Regenta le vio tan airoso, tan pulcro y elegante en aquella situación de farolero como paseando por el Espolón.
-¡Bravo! ¡bravo! -gritaron Edelmira y Paco al ver los brazos del buen mozo entre los palos de la barquilla del columpio.
-¡No me tires! ¡No me tires! -gritó Obdulia que sintió las manos de su ex-amante debajo de las piernas. Visita le dio un pellizco a Edelmira a quien ya tuteaba. La chica se fijó en la intención del pellizco porque se había fijado en el tratamiento. ¡Le había llamado de tú!
-Esté usted tranquila; no va con usted nada -respondió don Álvaro... ya arrepentido de haber cedido al ruego tácito de Anita.
Empleaba largos preparativos para colocar los brazos de modo que hiciera la fuerza suficiente para levantar el columpio a pulso... Al intentar el primer esfuerzo, -454- que desde luego reputó inútil, pensó en la cara que estaría poniendo el Magistral.
-¡Aúpa15!... -gritó abajo Visitación para mayor ignominia.
-¡No puede usted, no puede usted!... ¡no lo mueva usted, es peor!... ¡Me voy a matar! -gritó la Fandiño.
Los demás callaban.
-¡Estate quieta! -dijo en voz baja, ronca y furiosa don Álvaro, que de buena gana la hubiera visto caer de cabeza.
E intentó el segundo esfuerzo sin fortuna.
Aquello no se movía. Sudaba más de vergüenza que de cansancio. Un hombre como él debía poder levantar a pulso aquel peso.
-Deje usted, deje usted, a ver si Bautista -dijo la Marquesa-... ¡demonio de chicos!
-Bautista no alcanza -observó otra vez el Marqués-. Otra escalera... que vayan a las cocheras... Allí debe de haber...
Don Álvaro dio el tercer empujón... Inútil. Miró hacia abajo como buscando modo de librarse de parte del peso. En el otro cajón, debajo de sus narices, en actitud humilde y ridícula, vio a don Saturnino en cuclillas, inmóvil, olvidado por todos los presentes. Mesía no pudo menos de sonreír, a pesar de que le estaban llevando los demonios. Con deseos de escupirle miró a Bermúdez, que le sonreía sin cesar, y dijo con calma forzada:
-¡Hombre! ¡pues tiene gracia! ¿Ahí se está usted? ¿usted se piensa que yo hago juegos de Alcides y se me pone ahí en calidad de plomo?...
Carcajada general.
-Sí, ríanse ustedes -clamó Obdulia - pues el lance es gracioso.
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-Yo... -balbuceó Bermúdez- usted dispense... como nadie me decía nada... creí que no estorbaba... y además... creía que al bajarme... pudiese empeorar la situación de esa señora... alguna sacudida.
-¡Ay, no, no! no se baje usted -gritó la viuda con espanto.
-¿Cómo que no? -rugió furioso don Álvaro-. ¿Quiere usted que yo levante este armatoste con los dos encima y a pulso?
-Es... que... yo no veo modo... si no me ayudan... está tan alto esto...
-Una vara escasa -advirtió el Marqués.
Paco tomó en brazos a don Saturno y le sacó del cajón nefando.
-Ahora -dijo- nosotros te ayudaremos, empujando desde aquí abajo...
-Eso es inútil -observó el Magistral con una voz muy dulce-; como el madero aquel se ha metido entre los dos palos de la banda... si no se alza a pulso todo el columpio... no se puede desenganchar.
-Es claro -bramaba desde arriba el otro; y probó otra vez su fuerza.
Pero Bermúdez pesaba muy poco por lo visto, porque don Álvaro no movió el pesado artefacto.
El elegante se creía a la vergüenza en la picota, y de un brinco, que procuró que fuese gracioso, se puso en tierra. Sacudiendo el polvo de las manos y limpiando el sudor de la frente, dijo:
-¡Es imposible! Que se busque otra escalera.
-Ya podía estar buscada...
-Si yo alcanzase... -insinuó entonces el Magistral, con modestia en la voz y en el gesto.
-Es verdad, dijo la Marquesa, usted es también alto.
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-Sí llega, sí llega -gritó Paco, que quiso verle hacer títeres.
-Sí, alcanza usted -concluyó Vegallana padre-. Como tenga usted fuerza... Y aquí nadie le ve.
Lo difícil era subir a lo alto de la escalera sin hacer la triste figura con el traje talar.
-Quítese usted el manteo -observó Ripamilán.
-No hace falta -contestó De Pas, horrorizado ante la idea de que le vieran en sotana.
Y sin perder un ápice de su dignidad, de su gravedad ni de su gracia, subió como una ardilla al travesaño más alto, mientras el manteo flotaba ondulante a su espalda.
-Perfectamente -dijo metiendo los brazos por donde poco antes había introducido los suyos Mesía.
Aplausos en la multitud. Obdulia comprimió un chillido de mal género.
Doña Petronila, extática, con la boca abierta, exclamó por lo bajo:
-¡Qué hombre! ¡Qué lumbrera!
Sin gran esfuerzo aparente, con soltura y gracia, el Magistral suspendió en sus brazos el columpio, que libre de su prisión y contenido en su descenso por la fuerza misma que lo levantara, bajó majestuosamente. Somoza, Paco y Joaquín Orgaz ayudaron a Obdulia a salir del cajón maldito. El Magistral tuvo una verdadera ovación. Paco le admiró en silencio: la fuerza muscular le inspiraba un terror algo religioso; él había malgastado la suya en las lides de amor. Tenía bastante carne, pero blanda. Don Álvaro disimuló difícilmente el bochorno. «¡Mayor puerilidad! pero estaba avergonzado de veras». Además, él, que miraba a los curas como flacas mujeres, como un sexo débil especial a causa del traje talar y la lenidad que les imponen los cánones, acababa -457- de ver en el Magistral un atleta; un hombre muy capaz de matarle de un puñetazo si llegaba esta ocasión inverosímil. Recordaba Mesía que muchas veces (especialmente con motivo de las elecciones en las aldeas) había él dicho, v. gr.: «Pues el señor cura que no se divierta, que no abuse de la ventaja de sus faldas, porque si me incomodo le cojo por la sotana y le tiro por el balcón». Siempre se le había figurado, por no haberlo pensado bien, que a los curas, una vez perdido el respeto religioso, se les podía abofetear impunemente; no les suponía valor, ni fuerza, ni sangre en las venas... «Y ahora... aquel canónigo, que tal vez era un poco rival suyo, le daba aquella leccioncita de gimnasia, que muy bien podía ser una saludable advertencia».
La gratitud de Obdulia no tenía límites, pero el Magistral creyó necesario buscárselos mostrándose frío, seco y dándola a entender que «no lo había hecho por ella». La viuda, sin embargo, insistió en sostener que le debía la vida.
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Jajajajjajajajaja.
E intentó el segundo esfuerzo sin fortuna.
Aquello no se movía. Sudaba más de vergüenza que de cansancio. Un hombre como él debía poder levantar a pulso aquel peso.
Lo que dice la Marquesa, ese " ya te bajarán " no tiene tampoco desperdicio. Sólo le faltó añadir " anda y que te zurzan ", ja, ja, ja...
Huy, don Guillermo, lo que hubiera usted disfrutado en esas clases y en el seminario de la universidad, donde las carcajadas hacían época...
-Es verdad, dijo la Marquesa, usted es también alto.
-456-
-Sí llega, sí llega -gritó Paco, que quiso verle hacer títeres.
-Sí, alcanza usted -concluyó Vegallana padre-. Como tenga usted fuerza... Y aquí nadie le ve.
Lo difícil era subir a lo alto de la escalera sin hacer la triste figura con el traje talar.
-Quítese usted el manteo -observó Ripamilán.
-No hace falta -contestó De Pas, horrorizado ante la idea de que le vieran en sotana.
Y sin perder un ápice de su dignidad, de su gravedad ni de su gracia, subió como una ardilla al travesaño más alto, mientras el manteo flotaba ondulante a su espalda.
¿Cómo es posible que Tulkas juzgara La regenta como lo hizo ayer?
Recuerdo cada frase relativa a don Álvaro preocupado por componer la figura (o por si se le descomponía) con verdadero desprecio.
Doña Petronila, extática, con la boca abierta, exclamó por lo bajo:
-¡Qué hombre! ¡Qué lumbrera!
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Jajajajjajaja.
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Genial, Clarín.
Dice usted "[...]porque estaría reconociendo que se ha equivocado en los últimos 2000 años. Ergo, carecería de la nota de indefectibilidad."
Pues eso mismo.
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jajjajaja, ni Scarlett O´Hara, vamos
Al final, el magistral es el que compone una figura grácil que hace rechinar los dientes al donjuán de Álvaro.
"La gratitud de Obdulia no tenía límites, pero el Magistral creyó necesario buscárselos mostrándose frío, seco y dándola a entender que «no lo había hecho por ella». La viuda, sin embargo, insistió en sostener que le debía la vida".
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Y Ana, moviendo todo, casi como un motor inmóvil, sólo con su mirada dirigida a Álvaro.
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Jajajjajajaa.
El duelo de machitos y Obdulia, luciéndose (a ella qué, lo hiciera o no por ella?). Y Ana, pudiendo mostrarse triunfante, discreta.
Bueno, pues a final de curso, tuvo la nobleza de confesar que su opinión había cambiado completamente gracias a los comentarios de texto. Y fue un alumno participativo y francamente bueno. ¡ Qué importante es la misión de los profesores !
Don Guillerno no tiene nuestra especialidad, pero está clarísimo que sí tiene su espíritu. Además, por ser sacerdote es pastor de almas y por eso comprende perfectamente los problemas de los personajes.
El Magistral miró al beneficiado sin sonreír, pinchándole con aquellas agujas que tenía entre la blanda crasitud de los ojos. Humilló los suyos don Custodio y pasó cabizbajo, confuso, aturdido en dirección al coro. Era gruesecillo, adamado, tenía aires de comisionista francés vestido con traje talar muy pulcro y elegante. El cuerpo bien torneado se lo ceñía, debajo del manteo ampuloso, un roquete que parecía prenda mujeril, sobre la cual ostentaba la muceta ligera, de seda, propia de su beneficio. Este don Custodio era un enemigo doméstico, un beneficiado de la oposición. Creía, o por lo menos propalaba todas las injurias con que se quería derribar al Provisor, y le envidiaba por lo que pudiera haber de cierto en el fondo de tantas calumnias. De Pas le despreciaba; la envidia de aquel pobre clérigo le servía para ver, como en un espejo, los propios méritos. El beneficiado admiraba al Magistral, creía en su porvenir, se le figuraba obispo, cardenal, favorito en la corte, influyente en los ministerios, en los salones, mimado por damas y magnates. La envidia del beneficiado soñaba para don Fermín más grandezas que el mismo Magistral veía en sus esperanzas. La mirada de este fue en seguida, rápida y rastrera, al confesonario de que salía el envidioso. Arrodillada junto a una de las celosías vio una joven pálida con hábito del Carmen.
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Una frase logradísima.
Entró en el coro, y se lo dijo a Glocester. El Arcediano aspiraba a esta sucesión particular; creía pertenecerle por razón de su dignidad el honor de confesar a doña Ana Ozores. «Con el Obispo no había que contar; el Deán era un viejo que no hacía más que comer y temblar; en una procesión de desagravios cuatro borrachos le habían dado un susto, del que sólo se repuso su estómago; digería muy bien, pero no discurría; no pensaba más que lo suficiente para seguir vegetando -59- y asistiendo al coro; tampoco había que contar con él. El Arcipreste renunciaba a la Regenta, ¿pues qué dignidad seguía? la suya; la jerarquía indicaba al Arcediano. Se trataba, pues, de un atropello, de una injusticia que clamaba al cielo, y no podía clamar al Obispo, porque este era esclavo de don Fermín». Esta opinión de Glocester la aprobaba don Custodio; no tenía el beneficiado la pretensión excesiva de coger para sí tan buen bocado, pero quería que a lo menos no se lo comiera su enemigo. Adulaba a Glocester y le animaba a luchar por la justa causa de sus derechos. Glocester, halagado, y con color de remolacha, dijo al oído del confidente:
-¿Será libre elección de esa señora? -Y separándose un poco, para ver el efecto de su malicia, miró al beneficiado con ojos llenos de picaresca intención, mientras los carrillos cárdenos e hinchados delataban un buche de risa, próxima a derramarse por las comisuras de los labios.
-Puede ser -contestó don Custodio, subrayando las palabras, para darse por enterado de la intención del otro.
Mientras el Arcipreste profanaba los cuatro lados de la cruz latina, que era sacristía, con el relato mundano de la vida y milagros de Obdulia Fandiño, Glocester, sonriendo, pensaba en los motivos que podía tener el Magistral para oír a don Cayetano, en vez de correr al confesonario al pie del cual le esperaba la más codiciada penitente de Vetusta la noble.
Se juraba a sí mismo el Maquiavelo del cabildo no abandonar el puesto sin saber a qué atenerse.
Bueno, no deseo hablar del tema, pero ya saben que casi todos los personajes han sido localizados en la realidad, y sabemos a quién se refería Clarín. Pero de eso no voy a decir ni pío. Ni pío. Que cada cual busque en bibliotecas o enlaces ( eso de " links " non mi piace molto... )
Pues no lo ven, Yolanda. Tú sabes perfectamente que la literatura necesita ser comentada, debatida, explicada, valorada en su circunstancia histórica... De ahí la importancia de los comentarios de texto, y de basar en ellos las clases. Recuerdo a un alumno mayor, que el primer día de clase se me acercó y me dijo: " Mire, lo siento, pero a mí la poesía me parece, además de cursi, una completa inutilidad. Así que sus comentarios de texto anunciados me parecen perder el tiempo. "
Bueno, pues a final de curso, tuvo la nobleza de confesar que su opinión había cambiado completamente gracias a los comentarios de texto. Y fue un alumno participativo y francamente bueno. ¡ Qué importante es la misión de los profesores !
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No sé, lo creo que los profesores de Literatura son "mediadores": Tienen un tesoro que ofrecer, sólo deben abrir el apetito de los alumnos, y proporcionarles unas pocas claves para que disfruten del festín.
Vamos, más o menos como los curas. Mejor obra que el Evangelio, no hay.
Afecta a todos, en mayor o menor medida. Ergo...
Vamos, más o menos como los curas. Mejor obra que el Evangelio, no hay.
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Ooooh, qué comparación tan grata pero excesiva.
El festín del que pueden disfrutar nuestros alumnos y de hecho disfrutan los mejores no es comparable con la que ustedes ofrecen como mediadores.
Pero bueno, yo, con qu tres o cuatro alumnos al año se entreguen al disfrute del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz... doy por bien empleado mi ministerio..., perdón, mi labor docente.
Muchas gracias.
Me retiraré a mis aposentos, a soñar mis novelas, como D. Fermín, jajajjajaa.
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Dice el novelista Luis Landero que "la literatura no se enseña, se contagia". Y parte de razón tiene. O toda. Por eso no es comprensible un profesor de literatura al que no le guste leer. Y haberlos haylos.
¡Jajajajajajajaj, ahi has estado grande, abadesa!
Ya, con el último rinconcito de purgatorio, me conformo.
¡ Qué horror, pobres alumnos !
¿ Sabéis lo que una alumna mayor soltó un día en clase ? No lo olvidaré jamás, porque hasta lo comenté en la sala de profesores. Yo les decía a los alumnos que deberían leer más. Y esa alumna dijo: " Pues eso repítaselo a sus colegas, porque en clase se nota muchísimo qué profesores leen o no leen ".
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ya, ya, durante diez minutos y luego a pedirse en el cielo el sitio que pedía la madre de los Zebedeos.
Que no digo yo que no lo merezca porque el pater seguro que es capaz de beber el mismo Cáliz que Nuestro Señor...
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Prison Break por presión de mi primogénito. Doctor House, por pasión.
Así nos deseamos buenas noches con humor.
Que Dios acompañe vuestros sueños.
Ah, y no nos hagas adivinanzas con la edad, que un día la confesaste en público y añadiste: no se fén deuna mujer que dice su edad, jajjaaja. ¿No eres de fiar, eh?
- Gobernantes que respaldan la pena capital.
- Gobernantes (o dictadores) que han iniciado guerras donde han muerto miles de inocentes, han practicado la tortura o han desaparecido a opositores políticos. Estoy seguro que su memoria guarda ejemplos muy significativos. ¿Ha hecho la ICAR algo contra esto, o se han dedicado a pasear con dichos gobernantes por los jardines vaticanos?
- Vivir en palacios y en un régimen de riqueza que clama a los ojos de Dios.
Le pregunto: ¿Están ustedes dispuestos ha hacerlo con todos, o solo con aquellos con los que se puede sacar tajada?
Queremos ser Jueces, pero lo realidad es que somos humanos.
Os deseo un FELIZ REGRESO A CLASE, dispuestos a seguir sirviendo a Jesucristo.
¿ Tardísimo, anoche ? Pues sí... estuve " chateando " con varias de las nuestras, de América del Sur.
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Para este blogger, también.
Un lujo, y un placer, coincidir con personas que saben de Literatura. ¡Se aprende mucho!
Por eso de las afinidades, me incliné por la Filosofía.
Pero las otras dos titulaciones quedan como especialidades muy queridas por mí.
Yo llevo años pensando que me gustaría, si pudiera, estudiar Teología...
¡Eh, esas risas...! ¡A ver por qué no!
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Por algo será que aquí se congregan unos cuantos filólogos y docentes especializados en Literatura.
Y la Literatura sigue ahí, como un recurso al alcance, como una fuente de gozo. Incluso, sin titulación específica.
Lo del Derecho es otra historia. Pero me interesa mucho, también.
Sólo un consejo: no te equivoques al elegir Facultad, elige bien, porque hay de todo, como pasa en todos los estudios. Naturalmente y por este medio no voy a nombrarte Facultades, pero don Guillermo también podría aconsejarte. Y no importa si tardas más años de los reglados. El caso es hacerlo. Se te abrirá un mundo.
Pues envíame alguna sugrencia.
¿Tardar YO, la Abadesa Plenipotenciaria, más años de los reglados? Usted no sabe con quién está hablando, señor... (SPH)
Oye, que igual me decido. Hace seis o siete años que doy vueltas a la idea. Carlos me decía: estás chiflada, pero si eso es lo que quieres, venga, ponte a ello en vez de quejarte de no tener tiempo para nada, hazlo.
Como no tengo más ambiciones que el saber, ¿por qué no?
A mí no me ha parecido un acierto que ahora se estudie Filología Hispánica fuera de la Filología Románica, lo digo francamente.
Pero mientras uno es joven... ¡ ánimo !
Al final, opté por Filosofía.
Cosas que hace uno.
A mis 43 años, ya no sé. Creo que he hecho estudios reglados de sobra. Más me vale ahora estudiar por mi cuenta.
Dije sobre La Regenta que es vomitiva porque me lo parece.
No en el plano estético, que es el que valoráis aquí.
El mismo radar que se menciona en otro post para valorar la bondad de los sacerdotes buenos es el que me alerta a mí sobre este libro.
"Resentimiento" sería su súbtítulo, pero por parte del autor.
Del corazón se te podría decir lo que decía Bécquer a una amada insensible:
Rima LXXVII
Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón..., es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.
(SPH, eh, no te mosquees)
Pues eso, cardiólogo vale, pero a Clarín no lo entendiste con el "corazón".
"Resentimiento" anticlerical, anticonservador, antiburgués... ¿Ahí te quedaste?
No, no, Clarín era un "progresista" en su época, pero no lo entendamos de manera superficial. En La Regenta hay toda uan mirada bondadosa hacia las miserias humanas y hacia la persona individualmente considerada.
De no ser así, de ser puro resentimiento, ni Flavia, ni Tineo ni yo estaríamos coincidiendo en que es uno de los mejores (entre cuatro o cinco, no más) monumentos de nuestra historia literaria.
Como tal, como elemento integrante del derecho a la legítima defensa de un grupo humano (el derecho individual es indubitable), ante crímenes de extraordinaria gravedad, cuya autoría está claramente constatada y en situaciones en las que no hay otra salida más que aplicarla, ¡aplicada sea!
Lo cual no quiere decir que en caso, por ejemplo, de referendum, yo votara a favor. Votaría en contra:
a-Por las dificultades enormes que implica definir qué es un delito de extraordinaria gravedad, constatar de manera indudable la autoría en todos los casos (y en todos sus tipos) y porque la historia nos demuestra la instrumentalización de esta herramientra de la justicia para fines espúreos y también la falibilidad de la justicia humana:
"when I got Mary Jones, a young woman of nineteen who come up to Tyburn with a infant at her breast, and was worked off ("ahorcada") for taing a piece of cloth off the ounter o shop in Ludgate Hill, and putting it dow again when the shopman see her; and who had never done any harm before, and only tried to do that in consequence of her husband having been pressed three weeks previous, and she being left to beg, with two young chldren - as was PROVED upon the trial." - Dickens, Barnaby Rudge -
b-Porque al grupo humano en el que nos ha tocado vivir no le hace falta hacer uso de esta herramienta de la legítima defensa en ningún caso.
Yo también soy anticlerical, anticonservador y antiburgués.
Pero lo que no soy es anti-humano ni resentido. En el libro no hay ni compasión, ni bondad, ni misericordia, ni amor ál prójimo.
Odiarlo todo, sólo por el placer de odiarlo.
¿No lo entendí bien cuando lo leí? Puede ser, no obstante.
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y en situaciones en las que no hay otra salida más que aplicarla
¿?
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Pues léelo de nuevo sin prejuicios
La primera vez que lo leí, a los 13-14 años..
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¿Y dices que tenías pocos prejuicios?
Hijo, lo que no tenías era capacidad de juicio ni, me temo, una profe como Flavia, Tine o yo, ejem, ejem, ejem
Fíate de nuestro juicio.
Necesité a Gracián y su Criticón para quitarme el mal sabor de boca.
Aparte de que no fue ese mi único acercamiento a la novela de Clarín.
Puedes recurrir, no obstante a otro argumento: "tampoco has desarrollado capacidad de juicio desde entonces..." o algo por el estilo.
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Bueeeeeeeeeno, pues la frase no la he dicho yo: tú lo has dicho. A ver si va a ser eso...
;)
Pero al menos el inglés traza un par de personajes honrados, coherentes, sufridores, victoriosos a través del dolor y en cierto sentido... redentores.
Porque lo que es evidente es que los personajes de Clarín carecen de madurez psicológica: no son capaces de tomar las riendas de sus vidas en ningún caso. Don Álvaro quizá.
Pero son éstas las dos únicas pegas que le pongo: inmadurez psicológica y naif-ismo moral de los personajes de la Regenta. Pero no niego que esté bien escrita.
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Bien, ¿y si tratara precisamente de eso? ¿y si residiera ahí su grandeza y su quid de cuadro de la realidad de aquella España encapsulada en múltiples Vetustas.
Me voy a limpiar la cocina, Tulkas, con música de fiondo eso sí, no se puede permanecer eternamente en el Monte Tabor...
Pues si se tratara precisamente de eso habría que encuadrarlo en la novela fantástica, o fantasiosa, pero no realista.
Flavia:
Puedes tener razón en parte, pero mi opinión de las otras cosas que leí por aquélla época (Fortunata y Jacinta, Don Quijote, El Criticón, El Señor de los Anillos, Anna Karenina -creo-, La Celestina) no ha cambiado un ápice, luego no creo que fuera dificultad de apreciación.
A mí eso me ocurrió - y en el fondo me sigue ocurriendo - con La Celestina. Me pareció desagradable hasta no poder más, y absolutamente humillante para las mujeres ( tiene frases que demuestran esto objetivamente ). Reconozco su grandeza artística, sí, pero suscribo totalmente la opinión atribuida a Cervantes: " Libro a mi entender divino si encubriera más lo humano ". Sin embargo, es un excelente reflejo de una crisis propia del final de una época y el comienzo de otra: los personajes no tienen ni la menor conciencia de pecado. Recuerdo la opinión de Marcel Bataillon respecto a Calixto: " Obseso ridículo ". Tal cual.
La obscenidad de La Celestina, muy evidente,no es ajena por ejemplo a Shakespeare, pues si hago caso a las notas a pie de página de mi edición ("Shakespeare complete works / The Royal Shakespeare company") no hay página sin doble sentido sexual, aunque para mí, pr las dificulades que implica el inglés del autor, no es demasiado explícito.
A mí no me agrada La Celestina porque la muerte de Calixto y Melibea es absurda, desafina totalmente con elresto del ambiente cómico de la obra y tampoco crea una tragedia creíble. Tan desafinante como el suicidio de Romeo y Julieta, pero fíjate que para el muy cuidadoso S. (quizá católico) Romeo y Julieta nunca cometen fornicación.
Bueno, que se me pira... Calixto no es un "obseso" es simplemente un adolescente enamorado. La mejor antología de los ensueños del adolescente enamorado es el capítulo "Dora" de David Copperfiel de Dickens (¿quién que lo lea no se sabe retratado en los ensueños e imaginaciones de David?). Que mueran no es lógico.
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