Cristianismo y religiones: Dominus Iesus
5. La Declaración “Dominus Iesus”
5.1 Contexto
En el contexto de este vivo debate sobre la relación entre el cristianismo y las demás religiones hemos de situar la “Dominus Iesus".
Previamente, en 1996, la Comisión Teológica Internacional reflejó su posicionamiento sobre este tema en un documento titulado “El cristianismo y las religiones” (5). A propósito de la cuestión de la revelación afirma:
“El concepto teológico de la revelación no puede confundirse con el de la fenomenología religiosa (religiones de revelación, aquellas que se consideran fundadas en una revelación divina). Solamente en Cristo y en su Espíritu, Dios se ha dado completamente a los hombres; por consiguiente, sólo cuando se da a conocer esta autocomunicación, se da la revelación de Dios en sentido pleno. La donación que Dios hace de sí mismo y su revelación son dos aspectos inseparables del acontecimiento de Jesús” (6).
5.2 Carácter y fuentes del documento
Formalmente, la Dominus Iesus es una Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ratificada y confirmada por el Papa. Su contenido versa “sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia".
Un análisis de las notas pone de relieve el peso del magisterio del último Concilio: la Constitución Lumen Gentium es la más citada - veintidós veces - ; le sigue la Dei Verbum -citada siete veces - ; la Gaudium et spes - seis veces - ; el decreto Unitatis redintegratio - diez veces - ; el decreto Ad gentes - siete veces - ; y las declaraciones Nostra aetate -citada cinco veces - y Dignitatis humanae - dos veces -.
El Magisterio de los últimos pontífices está también muy presente: se cita una vez a Pío XII; dos veces a Pablo VI; veintidós veces la encíclica Redemptoris missio de Juan Pablo II; siete veces la Fides et ratio; tres veces la encíclica Ut unum sint y tres veces la exhortación Ecclesia in Asia.
El Catecismo de la Iglesia Católica es citado siete veces. En siete ocasiones se mencionan documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe y dos veces la Instrucción Diálogo y anuncio, del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Otras fuentes del documento son: el Símbolo de la fe, el Concilio I de Nicea, el Concilio I de Constantinopla, el Concilio de Calcedonia, el de Trento, el Vaticano I, San León Magno, Bonifacio VIII, Lateranense IV.
Los Padres de la Iglesia y escritores eclesiásticos citados son: S. Ireneo - cinco veces -; San Justino - cuatro -; San Gregorio Magno; San Agustín (3); San Cipriano (3); la Didaché, Orígenes, Tertuliano, San Atanasio. Además, se cita una vez a Santo Tomás de Aquino.
5.3 Estructura
La Declaración está estructurada de la siguiente manera:
Introducción.
I: “Plenitud y definitividad de la revelación de Jesucristo".
II. “El ´Logos encarnado´ y el Espíritu Santo en la obra de la salvación.
III. Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Jesucristo.
IV. Unicidad y unidad de la Iglesia.
V. La Iglesia, Reino de Dios y Reino de Cristo.
VI. La Iglesia y las religiones en relación con la salvación.
Conclusión
5.4 Contenido
5.4.1 Introducción
- La misión de la Iglesia y el diálogo interreligioso
En la Introducción (nn. 1-4), la Declaración parte del mandato misionero dado por Jesucristo a sus discípulos (cf Mc 16, 15-16; Mt 28, 18-20). La misión universal de la Iglesia encuentra su punto de partida en este mandato y encuentra su contenido - tal como recoge el Símbolo de la fe - en la proclamación del misterio trinitario de Dios y de la Encarnación, evento de salvación para toda la humanidad.
La misión evangelizadora de la Iglesia ha de tener en cuenta las tradiciones religiosas del mundo. En este sentido, se advierte que la práctica del diálogo interreligioso se perfila como un elemento integrante - nunca sustitutivo - de la misión ad gentes.
- Motivo y finalidad de la Declaración: corroborar las verdades de la fe de la Iglesia
En el número 3 encontramos expuesto el motivo y la finalidad de la Declaración. Ésta pretende contribuir a un discernimiento necesario en la búsqueda de respuestas a cuestiones nuevas que surgen a raíz de la práctica y profundización teórica del diálogo entre la fe cristiana y otras tradiciones religiosas:
En esta búsqueda, la presente Declaración interviene para llamar la atención de los obispos, de los teólogos y de todos los fieles católicos sobre algunos contenidos doctrinales imprescindibles, que puedan ayudar a que la reflexión teológica madure soluciones conformes al dato de fe, que respondan a las urgencias culturales contemporáneas (n.3).
La finalidad de la Declaración “no es la de tratar en modo orgánico” la problemática de la unicidad y universalidad salvífica de Cristo y de la Iglesia, ni “el proporner soluciones” a las cuestiones teológicas abiertas.
Positivamente, el documento quiere “exponer nuevamente la doctrina de la fe católica al respecto"; “indicar algunos problemas fundamentales que quedan abiertos” y “confutar determinadas posiciones erróneas o ambiguas".
Para ello, la Declaración “retoma la doctrina enseñada en documentos precedentes del Magisterio, con la intención de corroborar las verdades que forman parte del patrimonio de la fe de la Iglesia” (n.3).
- El peligro del relativismo y del pluralismo religioso
El anuncio misionero de la Iglesia es puesto en peligro, afirma el documento, por teorías de tipo relativista que tratan de justificar el pluralismo religioso. En consecuencia, se retienen superadas verdades que afectan a la concepción de la revelación y de la fe - el carácter completo y definitivo de la revelación en Cristo, la naturaleza de la fe cristiana, la inspiración de la Escritura - ; a la cristología y a la soteriología - la unidad personal del Verbo con Jesús de Nazaret, la unidad de la economía del Verbo y del Espíritu Santo, la unidad y universalidad salvífica del misterio de Cristo -; y, consecuentemente a la eclesiología - la mediación salvífica de la Iglesia, la inseparabilidad entre Reino de Dios, Reino de Cristo y la Iglesia, la subsistencia de la única Iglesia de Cristo en la Iglesia católica - (cf n. 4).
Las raíces de estas afirmaciones se explican en base a la asunción de algunos presupuestos filosóficos y teológicos: pensar que la verdad divina es inefable e inaferrable; la actitud relativista en relación a la verdad; la contraposición radical entre mentalidad lógica y simbólica; el subjetivismo; la dificultad para comprender y acoger en la historia la presencia de eventos definitivos; el vaciamiento metafísico del evento de la Encarnación; el eclecticismo, así como la tendencia a interpretar la Escritura fuera de la Tradición y del Magisterio (cf n. 4).
Sobre la base de tales presupuestos se elaboran “algunas propuestas teológicas en las cuales la revelación cristiana y el misterio de Jesucristo y de la Iglesia pierden su carácter de verdad absoluta y de universalidad salvífica, o al menos se arroja sobre ellos la sombra de la duda y de la inseguridad” (n. 4).
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5. Cf COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, Documentos 1969-1996, Madrid 1998, 557-604.
6. Ibid., 591-592.
Guillermo Juan Morado.
42 comentarios
Por cierto, Yolanda, ¿qué tal la salud de su padre?
Mi padre ahora tiene conectado a sus úlceras un aparatejo extraño que le hace no sé qué -siemto ser imprecisa pero es un nombre imposible y su función, más aún- y con el que podría mejorar una temporadita antes de perder la pierna sin remedio. Ya no le pueden hacer otro by-pass, lleva tres y la pierna está hecha un amasijo de úlceras impesionante. Si da resultado, unos mese más con pierna. Si no da resultado, le amputan en pocos días.
Gracias.
Así que, a rezar. Hoy le han bajado la morfina porque le dolía menos. Es algo. Serán las oraciones de ambos hemisferios de Infocatólica.
Bueno, como usted tiene lectores incansables, no se preocue por cansarlos. A veces ca,bián unas horas de lugar y ya está. Ahora andan muchos enredando con la tibieza de la mani del 17-O y se entretienen más.
Pero si ven conglóbulas, reales o aparentes, allá que van. Mucho cita al CVII la DI, no sé si será de fiar...
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jajajjajajaja.
Rezaremos, seguiremos rezando, por su padre.
Todo el texto, rodeado ciertamente del almibarado y circiterista estilo postconciliar, procura reprimir la deriva errónea de todas las diversas corrientes que han introducido en la Iglesia Catòlica ciertos errores y desviaciones, y que se han plasmado en un vasto plexo de heteropraxis litúrgica del cual varios actos del Pontificado de Juan Pablo II fueron la cúspide, a niveles nunca vistos -episcopales y pontificales-, salvo el Renacimiento con la adopción de ciertas ritualidades paganas, felizmente depuradas prontamente por la Sede Apostolica tan pronto como fue ocupada por personas dignas.
Es un correctivo no sólo de las desviaciones groseramente heterodoxas de Kung, de Rahner y de los periti conciliares devenidos rebeldes, sino del "Espíritu del Concilio", al que claramente rectifica. Sería un error verla como un desarrollo pacífico, es una intervención enérgica del Magisterio frente a una creciente y difusa herejía. En este sentido, los teologos progresistas percibieron la ruptura con el "Espíritu del Concilio" y rechazaron unánimemente el Documento, denunciándolo como un retroceso.
Se advierte claramente el estilo ratzingeriano, que no concede una sola de las posiciones a la heterodoxia, intentando rescatar lo rescatable. Pero la orientación del documento es claramente correctiva, destaca particularmente todo lo que el Concilio omitió declarar sobre las religiones y cierra todo camino para una interpretación errónea.
Es un cappolavoro magistral, aunque necesariamente un poco deshonesto, y esto ha sido advertido con razon por los teologos progres. Decir con la mayor naturalidad que los errores condenados siempre lo han sido, en medio del clima ecumaníaco del pontificado de JP II, como si nadie tuviera la culpa del indiferentismo, suscita en los herejes cierta indignación. Lo mismo ha pasado con el discurso sobre el Espíritu del Concilio y la hermenéutica de la continuidad. Ratzinger, que no es gallego pero que mereceía serlo, es muy sutil. Y esa sutileza no engaña a los progresistas.
Los conservadores y los oficialistas de la continuidad automática y el discurso conformista, que habitualmente no entienden nada, por el contrario, se dedicaron a decir que en realidad DI estaba en una línea perfecta de continuidad con el discurso al uso postconciliar. Esto es falso, a poco que se haga el trabajito que se tomó Romano Amerio: recolectar las declaraciones del Osservatore, de la Jerarquía, señaladamente los encargados del diálogo interreligioso, sistematizarla y confrontarla con la doctrina tradicional.
Era otra religión.
no cuadra
Ratzinger es un genio. En eso, completamente de acuerdo.
Para Luis: Me queda pendiente reivindicar todo lo de JP II, un Papa, para mí, absolutamente admirable. A ver cómo hago para lo del Corán, pero algo se me ocurrirá. Saludos.
Yo no he dicho nada de genio. Ahora bien, me basta que sea vuestro el juicio al respecto para aceptarlo (¿genio es más que "inteligentísimo" -como M. Camino- sí, verdad?)
Lo de JPII en general no lo tienbe difícil, padre. Lo del Corán, páselo de largo o despáchelo con un aliquando bonus dormitat Homerus.
Trabajo para Hércules, Pater.
No, de ningún modo. Un buen teologo sí, un hombre brillante sí. Genio no, de ningún modo.
En cualquier caso, no ha habido genios durante las dos últimas centurias en la Sede Apostólica. Todos bastante mediocres intelectualmente, pero muy muy aplicados. Creo que el último Papa más inteligente es mi querido Lambertini, Benedicto XIV. Ratzinger, seguramente, supera la media del IQ pontificio, sin dudas.
Como soy absolutamente parcial, no voy a hablar de los (pocos) defectos intelectuales de Ratzinger, pero son evidentes, sí señor.
Igual, soy un sectario de él, sello mis labios.
No los diré, porque seguramente coincidirías y no quiero darte gusto.
Rezo por tu padre a San Francisco.
toto corde.
Un papa muy ilustrado. Por cierto, confirmó este Papa el culto a San Telmo.
Con un buen sentido católico inamovible, distante de la beatería y de la demagogia con el mundo por igual.
Ortodoxo hasta la médula.
Un hombre vital, absoluto aborreceder del puritanismo, el jansenismo y las beaterías. Otorgaba indulgencias a quien dijera malas palabras en su presencia.
"Si quieren elegir a un santo, elijan al cardenal X. Si quieren elegir a un coglione, elijanme a mí".
Lo tuyo con el Benedicto XIV ¿es por el IQ, por el apellido, por lo poco clerical, por...?
Al leer la biografía que trae el P. Guillermo, si no te fijas en las fechas, las primeras líneas se diría que hablan de ti, luis.
En general, de un Papa hay que esperar algo más que un braniz de ilustración.
Arte dificilísimo que no transmitió a muchos de sus sucesores.
la Compañía.
Esta confirmación oficial del culto fue el resultado de un cuidadoso proceso instruido en Tui a partir de 1728, siendo Obispo don Fernando Ignacio, y presentado en la Congregación de Ritos el 23 de enero de 1740. La sentencia de la Congregación dice: “Debe confirmarse en el caso y para los efectos, la sentencia del Obispo de Tui, dada sobre el culto público tributado a dicho Bienaventurado, desde tiempo inmemorial, que es el caso exceptuado de los decretos de Urbano VIII, de santa memoria, si pareciere bien a Nuestro Santísimo Señor”. Esta sentencia fue confirmada, como hemos señalado, por Benedicto XIV en la fecha indicada.
Ya ve, algo del Papa Benedicto XIV con repercusión directa en esta humilde diócesis de Tui.
Quommodo sedet sola Civitas.
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Pues sí, es un lujo. Sin nostalgia y sin pena.
También la presencia de fray Pedro en los calendarios de iglesias locales, con el correspondiente rezo litúrgico, es un hecho significativo. Para la diócesis de Tui se señala como día de su fiesta el lunes siguiente a la Octava de Pascua.
En 1529, se trasladaron los restos de San Telmo a una capilla cercana a una de las puertas de la catedral y, cincuenta años después, el Obispo Diego de Torquemada le construyó otra capilla, más suntuosa, al lado de la puerta lateral de la catedral que da a mediodía. Se le conoce como capilla del “Cuerpo Santo”, donde desde entonces se veneran sus reliquias.
El Papa Pío IX declaró y confirmó a San Telmo como patrono principal de la diócesis de Tui el 12 de diciembre de 1867.
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En otra ocasión, contaré más cosas de San Telmo.
En ese otro librito, que ya ha salido, también hay datos sobre la vida del santo.
Gracias por confirmarnos con la Dominus Iesus, la doctrina conciliar sobre las religiones, que algunos tergiversan y otros de signo opuesto anticonciliar rechazan erigiéndose en árbitros de lo católico.
Yolanda,
Seguimos en ello.
Saludos cordiales, y paz y bien a las personas de buena voluntad.
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