En este desierto de Dios
La expresión que encabeza este post no es mía. La ha empleado esta mañana Benedicto XVI en un discurso dirigido a un grupo de obispos de Brasil: “En este desierto de Dios, la nueva generación siente una gran sed de trascendencia”.
Sin Dios, sin pensar en Él, sin abrir a Él los límites de nuestra existencia, la vida humana se encuadra en un marco despoblado, pedregoso, de escasa vegetación. Nuestra cultura poscristiana ha ido, más o menos, resistiendo la desertización. Ha hecho un poco lo que hacen, a veces, los herederos irresponsables de inmensas fortunas. Durante un tiempo se permiten dilapidar lo que han recibido, basándose en una especie de pretensión quimérica que les convence de que la bolsa del tesoro no tiene fondo. Pero sí lo tiene. Y todo, al final, si no se repone, se agota.
La gran aportación de la cultura cristiana ha sido la idea de “persona”. Un concepto – no digo una palabra - que, como tal, no existía antes de ese fecundo encuentro entre el saber griego y el saber derivado del Evangelio. “Sustancia individual de naturaleza racional”, decía Boecio. La persona humana es un individuo irrepetible de la especie; un “alguien” y no un “algo”; un ser único, singular, y no un mero eslabón de una cadena de congéneres. El mensaje cristiano ha visto el fundamento de la dignidad del hombre en el hecho de haber sido creado “a imagen y semejanza de Dios”; llamado, pues, desde el origen, a ser interlocutor de Dios.
Con el avance del desierto se ha desechado, como si fuese un inútil bagaje mitológico, esta rama fecunda, esta raíz nutricia. Hoy es “persona” no quien ha sido llamado por Dios a entrar en diálogo con Él, sino exclusivamente quien así es considerado por el derecho positivo; es decir, por lo que establecen las leyes vigentes, sometidas al vaivén de las mayorías y de las minorías, de los intereses declarados y de los pactos inconfesables.
Algunos miembros de la Iglesia, dice el Papa en el discurso que ha dado pie a esta reflexión, interpretaron “la apertura al mundo, no como una exigencia del ardor misionero del Corazón de Cristo, sino como un paso a la secularización”. Se podría pensar que, maravillados por los brotes nuevos que emergían del árbol frondoso, se despreocuparon de procurar que esos brotes se mantuviesen unidos a las ramas, al tronco y a la raíz. Y espléndidos son, es cierto, los retoños de la igualdad, de la solidaridad, de la libertad. Pero son renuevos, que pueden morir fácilmente si falta el agua, si la savia no los irriga.
Tal fue la fascinación que estas promesas ejercieron sobre algunos que, convencidos de que el futuro se puede construir sin el pasado, y que la ciudad del hombre supera a la ciudad de Dios, dejaron de hablar de “ciertas verdades fundamentales de la fe, como del pecado, de la gracia, de la vida teologal y de los novísimos”. La consecuencia fue totalmente contraria a lo que se había previsto: no sólo no se acercaron al hogar común los que estaban lejos, sino que se fueron incluso los que moraban dentro.
El Papa invita a los cristianos, así al menos lo interpreto yo, a ser cristianos. A convencerse, de verdad, de que el anuncio del Evangelio es un elemento útil e indispensable para construir una sociedad digna del hombre. Ojalá escuchemos esta llamada y opongamos resistencia a los proyectos absurdos que, vilipendiando la vida humana y la dignidad de la persona, únicamente conseguirán que avance el desierto.
Guillermo Juan Morado.
185 comentarios
Estamos llamados a nacer del Espíritu, y eso no tiene nada que ver con lo que muchos van predicando por ahi.
Buenas noches.
Y también si se los tapa para que no les dé el sol, si se siegan o arrancan. No se puede volver atrás o la Iglesia siempre seguirá siendo vista como enemiga de la justicia social y aliada de los poderosos.
A mí me parece que el análisis de que la gente ha perdido la fe por el progrerío ("La consecuencia fue totalmente contraria a lo que se había previsto: no sólo no se acercaron al hogar común los que estaban lejos, sino que se fueron incluso los que moraban dentro") no cuela ya. La gente se había ido ya, se ha ido yendo a medida que los estados se han separado de la Iglesia y han dejado de identificar delito y pecado.
Recuperar a las masas no se hará con la Teología de la Liberación, pero menos aún regresando a la amenaza del Infierno. Cuando el castigo eterno iba precedido de un castigo terrenal que afectara a la libertad o al bolsillo parecía que se tomaba en serio en pecado. Ahora que sólo queda el castigo eterno... "¡Largo me lo fiáis!", se dice uno. ¿Cuánto importaba la salvación a los excomulgados por comprar las tierras desamortizadas por Mendizábal. Importaba más la propiedad Y hubo que perdonar a los compradores suspendiendo su excomunión.
Es un ejemplo entre miles, pero tan cercano y significativo de esa vergonzosa alianza con el dinero que, como pretendamos volver al lenguaje del pecado y dl infierno, me temo que no lo va a escuchar nadie. Y de eso no le van a echar las culpas a los teólogos de la Juan XXIII también, ¿no?
Sólo hay un lenguaje posible, y es el de Cristo.
"""El “sistema de referencia” para María, y para la Iglesia, es siempre el mismo; es Jesucristo, el Señor. La Iglesia, al menos en la concreción vital que formamos todos los cristianos, en el día a día de nuestra existencia, en nuestros trabajos y en nuestros descansos, será tanto más creíble para los que estén llamados a creer - es decir, para quienes no se resistan a ello – cuanto más seamos de Cristo"""
No se trata de no "falar de certas verdades fundamentais da fé, como do pecado, da graça, da vida teologal e dos novíssimos", ya que el propio Cristo habló de ello. Ni menos dejar de hablarlo para contemporizar con el mundo. Pero como pretendamos volver a colocar al pecado, al purgatorio, al infierno y al diablo en la centralidad del mensaje de la Iglesia sin la referencia central al Cristo de la Misericordia, apañados estamos. Esos tiempos no van a volver, por fortuna. Eso fue lo que realmente echó a la gente de la Iglesia.
Echar la culpa a quienes se equivocaron desde mediados del siglo XX ignorando a quienes ya lo habían arruinado todo en el XIX es muy ruin.
La predicación "creíble" será la que haga ver que "somos de Cristo", que logre "hacer que la belleza de su rostro resplandezca ante los hombres" , será aquella que ponga su centro en el hecho de que Dios es infinitamente misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad y que si llevara cuenta de nuestros pecados, no lo podríamos resistir (pero por fortuna no lleva tanto esa cuenta como la de nuestros nombres y nuestros corazones).
Una apologética que mostrara a la Iglesia fundada por Cristo: el Cristo Jesús que evita la lapidación de la adúltera, que cena con publicanos y pecadores, que se deja agasajar por una pecadora, que llama como apóstol a un publicano, que va a alojarse a casa de Zaqueo, que pone como ejemplo al padre que perdona y celebra al hijo pródigo, que se sienta a prometer agua viva a la samaritana, que... que invita, claro, cómo no, a la conversión, y lo hace buscando amorosamente al caído, al pecador, al abrumado por las solicitudes de este mundo, al alejado, a la oveja perdida, al confuso, al errado, al egoísta, al libertino, al desesperado.
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Después de tantas risas estos días, a lo mejor me he pasado de seriedad. Como vengo de contemplar un ring en el que "debaten los mamíferos machos de alto rango" (luis dixit) creo que se me ha pegado algo de agresividad. Enseguida me la sacudo de encima y vuelvo a ser tooooda dulzura, como es habitual en mí, je je. :)
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Pues eso, volver a la centralidad de Cristo y del Evangelio, sin reducciones de ningún tipo. Sin miedo a quedar bien con el mundo y sin la obsesión, absurda, de ir en contra del mundo, sólo por el gusto de hacerlo.
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I do not understand
entonces estamos de acuerdo, pero no me coloquen el pecado los novisimos de nuevo en el centro del kerigma.
Si por responder a los excesos de algunos regresamos a los tiempos en eque se fraguó la ruina y con los métodos de aquella fragua...
Pues eso
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Es otro blog en el que hablan individuos que se autodefinen como "mamíferos machos de alto rango", lo cual explica su proclividad al adulterio. reconocen que bien no está pero claro, hay que entender que son "mamíferos machos de alto rango"
Olvídelo.
Lo mencionaba sólo porque si eso puede hacer entender el adulterio, también a mí se me entenderá que al leerles se me contagie momentáneamente la agresividad de los "mamíferos machos de alto rango". Discúlpeme si he sido descortés, es por tratar con mamíferos machos de alto rango.
Pero ya se me ha pasado. Olvídelo, please.
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No es eso; se trata de analizar críticamente si no se han marginado del anuncio cristiano aspectos esenciales.
Vale, sí son imporantes, pues claro.
Pero durante siglos eso fue lo que marginó, ¿qué digo "marginó"? ¡ocultó! lo verdadermante esencial: Dios nos ama, Dios es infinitamente misericordioso, no tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos y Jesú no era un telepredicador de condenas contra los pecadores.
Sí, es evidente que se han marginado del anuncio cristiano aspectos, yo no los veo tan esenciales,pero pertenecientes a nuestra doctrina y ala predicación del mismo Jesús.
Y también es evidente que la insistencia secular sólo en los aspectos machaconamente negativos NO ES nuestro verdadero sistema de referencia: Jesucristo, el Señor. Por favor, no regresemos a eso.
Y la Iglesia será tanto más creíble cuanto más seamos de Cristo: el que predica al Dios de las Bienaventuranzas y al Dios de la Misericordia.
Aunque no es nada precisamente alegre, me despido con esto que es su-bli-me, im-prezionante, que diría jesulín:
http://www.youtube.com/watch?v=gqPz5B-TA1w&feature=related
Hasta mañana
Non solum... sed etiam!!!
Y eso no es "reducir".
Ni pretendo que no haya un mensaje escatológico que obviamente SÍ HAY e importa.
Reléame, lo de más arriba, la copia de lo del post sobre El rostro de la Iglesia. Si no es tan difícil entender que no puede ser andar atronando a la gente con lo que Jesús no quiso atronar...
Para "tremendidades" el enlace de Mozart que le pongo.
me propuse no llegar a as 12 aquí en el ordena y acaban de sonar... me voy.
ups! me dejo un zapato, no importa... Hasta mañana.
Cuando el hombre ha tenido la experiencia del desierto, entonces brilla en él como una luz; es como un manantial por el que brota el agua vivificante de la Trinidad. Con su palabra y su ascesis, ayuda a otros a despojarse de si mismos y a llenarse de Dios.
Sólo el que ha tenido la experiencia del desierto, puede volver, como Juan Bautista, el primero de los ascetas, al mundo a anunciar al Cordero de Dios que quita el Pecado del mundo.
el brote nuevo no puede existir sin el árbol dos veces milenario de la Iglesia, es la savia que corre por sus ramas viejas y retorcidas lo que lo alimenta. Pobres de aquellos que despreciando el árbol, se quedan con el brotecito,s eparándolo de él; pobres de aquellos que pretendan vivir un "CRISTIANISMO NUEVO" que no esté alimentado con la savia de la Tradición.
Lo que dice Yolanda no creo que deba oponerse a esto. Otra cosa sería que, por ejemplo, en el caso de la confesión, los sacerdotes no se mostraran como el padre de la parábola del hijo pródigo. Pero no es eso lo que sucede. O al menos no en general.
Pues mi vida no es despoblada, ciertamente no es pedregosa y es tan verde como una selva. Sera que lo que usted afirma no es asi, al menos, no para todos. Yo a usted tambien le deseo toda la felicidad del mundo. :)
Ayer me fui no sólo sin zapato sino mosqueadilla con lo de la "ética para buenas personas", (así con el tonillo despectivo que soléis darle y, cómo no, precedido del "reducirse a"), rondándome en la cabeza. Y no diré que me haya quitado el sueño. Pero vueltas sí que le di.
Ahora no tengo tiempo de escribir algo medio serio. Pero luego, prepárese, saque toda su artillería "conservadora" (advertido queda de que los tópicos del "buenismo" y de que la Iglesia no "se reduce" a una ONG, no me aguantan el primer asalto).
Y aunque no sea sub specie hilaritatis, con buen humor sí.
http://www.youtube.com/watch?v=swkT07TP-mo
Y si no, teclee "requiem lacrimosa", de acuerdo que es muy conocido, pero me impresiona tantas veces como lo escuche. Es sublime.
Mejor escucharlo de fondo cuando se habla de novísimos.
Por supuesto coincido con el P Guillermo en que se trata de anunciar el Evangelio COMPLETO, y Jesús también habló de posibilidad de condenarse, pero dejó más clarito todavía que nos examinarían de amor, y encima dijo que habría sorpresas pues los que aman al prójimo pueden no ser conscientes de que en él están amando a Jesucristo. De modo que no se trata de ser bautistas más que en el sentido de que Juan Bautista señalaba a Jesús. Lo que hay que hacer es propiciar el encuentro personal con Jesucristo y proclamar su palabra ante todo.
Me parece muy interesante el tema de los novísimos: profundizar, a la luz del Evangelio, en la relación que existe entre la gratuidad del amor eterno de Dios y la libertad del hombre, creo que es una experiencia intelectual y espiritual apasionante.
Se trata de la voluntad, de la gracia, de la verdad, de la libertad, del amor, del conocimiento, ...
Nada menos que de la relación definitiva entre las tres personas divinas y cada persona humana.
No entiendo a qué viene tanto miedo.
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No sabía que me trataba de "vos", en plural mayestático...
No creo que sea difícil compartir el fondo del post: Los valores de la Modernidad, privados del suelo nutricio de la fe, amenazan ruina.
" El hecho de que ya, Hoy, entre nosotros, está presente el Hoy de Dios, que hemos sido salvados y estamos sentados junto al Padre y recibimos la gracia como arras de la bendita luz de gloria que consumaremos en el Cielo. "
Sí, es cierto... PERO no olvidemos que para que se haga efectivo cada uno de nosotros tiene que hacerlo propio, admitirlo, cogerlo como un maravilloso regalo. Si no, sería como cheque de valor cuantioso que rompemos y echamos a la basura. Cristo me ha salvado, estamos ya salvados y nos ha sentado a su lado junto al Padre, leemos en la Biblia. Pero también leemos lo que les ocurre a quienes lo rechazan. ¡ Es el misterio de la libertad humana !
Sin embargo, aunque defiendo cuanto he dicho, sé también que no debo juzgar. Sólo Dios sabe lo que sucede entre él y un ser humano cuando éste agoniza; y sólo Él sabe también lo programados y condicionados - ojo, no " determinados " no regresemos ahora al siglo XIX - que estamos, aunque esto no anula gran parte de nuestra libertad.
Y no lo olvidemos, el Evangelio es clarito respecto al Juicio final: habrá sorpresas.
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Jajajaja, bueno, no era ni el vos mayestático ni el voseo americano. Si no le decpciona,le confesaré que era un vulgar vosotros de tuteo plural. ¡Miserable de mí!, se me escapó un tuteo incluyéndole en la "carcundia" general.
Ruego me disculpe y
téngase por no dicho, que parece que últimamente está de moda desdecirse con esa expresión y yo aquí, en eso de las buenas formas, iré de fashion victim.
Creo que, en esto, estaríamos todos de acuerdo.
Ya me parecía a mí que Yolanda se refería con la segunda persona del plural a los "carcas" en su conjunto. Aunque, al ser ella muy literaria, también podía ser una especie de deferencia hacia D. Guillermo como sacerdote. :D
Bueno, no es el tema, pero como hay varios comentarios que también se salen, pues...
Flavia:
¡¿estás en "feisbuc" y aún no me has dado un toque...?! Ya te vale... te buscaré yo, aunque no sé si me mereces (jaja) ; además te debo una foto y ahí las hay. Que yo a ti te conozco de cara y tú a mí no.
Si, yo tengo unas amistades que... ya ya
Se odiarían mutuamente si seconocieran un "bando" y otro.
Y yo, me río un montón con unos y otros.
Facebook: otra caída de fashion victim ;) Pero una bendición, las redes, internet en genral, una bendición, una bendición, una bendición
1- La manía de echar la culpa de esta general dfección de la IC al progrerío; y de la prosperidad de éste a l posconcilio. Y descalificarlo todo con lo de la "ética para buenas personas".
Entonces yo niego esas premisas. Como ya he dicho mucahs veces sin dejra escapar ocasión, la defección ha sido lenta, larga y empieza en la Ilustración(siempre habrá antecedentes de todo en los fenicios, pero como diría Manrique, "vengamos a lo de ayer"). Y conforme la sociedad civil se separa de la amenaza de ls castigos eternos, la gente deja de tener miedo y... abandona el inhóspito lugar al que sólo les ataba el miedo.
Ese inhóspito lugar ha sido la IC, desde la Ilustración atrincherada en posturas más "ultra-contra-todo" y predicando amenazas, infiernos, purgatorios casi eternos en el mejor de los casos, obsesionada con el sexto mandamiento (se ve que como es el más difícil para los mamíferos machos de alto rango y éstos copan las instancias superiores de las que emana la predicación de la Iglesia, el sexto ocupó la centralidad deel pecado).
2- El concilio -o mejor, su mal entendimiento- ha dado frutos de todo tipo y, entre ellos, algunos muy malos. A mi juicio, uno de los peores frutos son ciertos "movimientos" que huelen a secta que envenenan pero que la IC aplaude porque "sujetan" mucho, atan y mantinen dentro de la IC por muy bárbaros que sean. Otro mal fruto: que el marxismo se infiltarra en sectores bienintencionados.
Hasta ahí estaremos algo de acuerdo (seguro que eusted ciertos movimientos le parecen maravillosos, pero quitando eso, en lo demás estaremos más o menos de acuerdo).
3-Pero ¿no incluye el cristianismo una ética para buenas personas?
De tanto ridiculizar la expresión y asimilarla a new ages y "buenismos", algunos parece que le han dado la vuelta a la expresión y han convertido la ortodoxia, directamente, en una ética para malas personas.
Esta expresión, que tanto me ha costado introducir es lo que ayer pensé cuando dijo usted lo de "¿se reduce a...?". No, no "se reduce". pero incluye una ética par ser buenos.
Cuando hace 26 meses entré por primera vez en RD, me sausté al ver la contundencia de los juicios, el ánimo persecutorio, condenatorio y permanenetem,ente chillón y ofensivo de la mayoría de los que se autodenominaban blogs católicos conservadores u ortodoxos.
Entonces y luego en ReL y ahora aquí, me dije: lo peor de los ortodoxos es que son MALOS, decididamente MALOS, muy, pero que muy malos, rematadamente malos, indecentemenet malos.
Contesto antes de que me lo digan al "pues anda que tú" que se estará oyendo en Vigo, Buenos Aires o Segovia. Yo no presumo de ortodoxa. No presumo de buena. Ni voy amenazando a los demás con el infierno si son malos: para eso, hay que ser misericordioso como nuestro Padre que está en lso cioelos es misericordioso.
4- ""El Evangelio es clarito respecto al Juicio final"", dice Flavia. Sí, es clarísimo: Mateo 25 habla de una moral de buenismo y una ética para buenas personas que apesta a progrerío de ONG. Y no digamos el Sermón del Monte: Mateo 5 a 8 asusta de buenismo y el "no os preocupéis por qué comeréis...¿no veis la aves...?", puf, puf, puf, no sé si es New Age, hippismo o José Antonio Labordeta con la mochila por los caminos vcantando "Habrá un día en que todos..."
Volviendo a la seriedad. El Reino de Dios es la Buena Noticia. Y el reino lo merecemos según se nos juzgue como se dice en Mateo, 25.
Porque tuve necesidad de cánones y me dictasteis 2157; porque estuve desnudo y vestisteis a los santos de la catedral; porque tuve hambre y escribisteis cientos de tomos de Teología; estuve preso y me echasteis varios cerrojos más, no se escaparan mis palabras y las oyera alguien...
5- Es cierto que una moral de ONG atrae a casi nadie a la Iglesia, para eso están las ONGs , aunque las católicas curiosamnete son las mejores. Pero lo que no atrae es la amenaza, la condena, el miedo y la terrible imagen de hipocresía de la Iglesia de los últimos siglos. Y los ortodoxos os empeñáis en regresar a eso. Que encima NO CONSTITUYE LA CENTRALIDAD DE LA BUENA NOTICIA DEL REINO. LA misericordia, que Dios nos ama, que el padre bueno simepre abre los brazos al hijo perdido, es la centralidad de la Buena Noticia.
Los aspectos periféricos de la amenaza y el castigo se hicieron centrales porque funcionaba. ¿Era ése el "mesías mezquino" que necesitábamos y nos envía el Padre?
Mirad: a los cojos les amputamos la otra pierna, a los sordos les cegamos, a los ciegos les damos un capón para dejarlos tontos y a los pobres les anunciamos el infierno
A predicar el amor y la misericordia, a predicar que Jesús acoge a los cansados y agobiados, a buscar por los caminos a tullidos y leprosos, y a anunciar el Reino que herdaremos cuando en cada pobre, enfermo, preso o pecador abrumado veamos a Cristo y le acojamos. Lo demás, enredos para entretener a mamíferos machos de alto rango.
¿ Que no te conozco de cara ? ¡ Y hasta del anuncio del día de tu boda ! ( De veras, ji,ji... )
Ya te avisaré. Y no sé si cambiar mi foto de perfil. Tengo que hacerme más.
"""Los valores de la Modernidad, privados del suelo nutricio de la fe, amenazan ruina"""
100% de acuerdo.
A ver cómo los redimimos (a los valores de la modernidad, digo). Con la amenaza del infierno, fijo que no.
(Flavia, escríbeme un mail, que no te encuentro en facebook y no sé qué he puesto mal).
De tanto ridiculizar la expresión y asimilarla a new ages y "buenismos", algunos parece que le han dado la vuelta a la expresión y han convertido la ortodoxia, directamente, en una ética para malas personas.
Esta expresión, que tanto me ha costado introducir es lo que ayer pensé cuando dijo usted lo de "¿se reduce a...?". No, no "se reduce". pero incluye una ética par ser buenos.
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A ver, ¿cómo va a excluir, cómo no va a incluir, la ética cristiana el ser buena persona?
El fondo del post es: ¿Se sostiene una ética de las buenas personas, de la dignidad humana, del respeto a la vida, a la justicia, etc. en contra de su fundamentación teológica? ¿Se sostiene por mucho tiempo? ¿Dios es un enemigo o un garante de lo verdaderamente humano?
Si no llegamos a ese nivel, me da la sensación de que caricaturiza lo que digo, Yolanda.
El tema no es progres o conservadores. El tema es si el Cristianismo es un freno o un estímulo para la dignidad del hombre, si es algo necesario, si es importante, si tenemos más necesidad del Dios que viene a nosotros que de respirar.
Ése es el tema.
Cordialmente, profesora.
El anuncio del cristianismo es que todos somos pecadores, malas personas, y además indigentes metafísics y que con ser buenos tipos, humanistas, no nos salvamos, porque nuestras justicias son como trapos sucios, dice enérgicamente Isaías.
Y que necesitamos la gracia que nos justifica y nos hace santos y ahí sí, "buenas personas".
El cristianismo no busca hacernos buenas personas, busca hacernos dioses. Cristo no vino a enseñarnos a cumplir mandamientos, vino a que los muertos tengan vida. Y la vida de la Trinidad.
El problema es que el humanismo termina siendo inhumano. La clave del mensaje cristiano es teocéntrica.
Ya sé que la cosa no es progres sí/no. Vale. Y ya he dciho que estamos de acuerdísimo en lo esencial. pero prevengo, porque me horroriza, contra las pretensiones de los furibundos de volver a predicar a base de amenazas. Eso era. Y contra la culpabilización sistemática de los "progres" que al parecer son responsables de la defección en masa.
Dios me libre de caricaturizarle a usted. Si lo ha visto así, rehago o matizo lo que sea preciso. Se cuentan con los dedos de una mano (quizá un par de dedos de la otra) los conservadores que me hacen ver el rostro de Cristo a través de sus teclados y lo último que querría es molestarle, qué digo molestarle, ni tan siquiera incomodarle un poquito.
A mí me regresan a la Iglesia "los progres", cada vez que me marcho enfadada dando un portazo. Pero luego me mantengo dentro, por ellos y por gente como usted, y por verlos juntos en la misma Iglesia, la Iglesia en la que quiero fervientemente seguir estando y morir como hija suya (de la Iglesia)
Divinización sin humanización, no es posible. Ni lo contrario.
Dios se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios, no al revés. Y ese es el gran error del pretendido "humanismo cristiano" maritaniano.
""el cristianismo no es una ética para buenas personas, es un remedio para las malas"" ¿pues qué pasa que no acaba de remediar a algunos ortodoxísimos?
Os veré más tarde, voy a hacer cosas.
Padre, :(
LO que pasa es que no podemos elegir el Evangelio a trocitos según nos convenga. El Jesús que dice eso, es el mismo que dice: " A los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a Mí no siempre me tendréis." Y no rechaza al rico Mateo, ni al cobrador-de-más Zaqueo, ni al pobre y excluido leproso, ni a la marginada mujer sangrante...
No me gusta presentar el cristianismo como una ética para buenas personas. El cristianismo tiene como centro a Cristo, Hijo de Dios. El cristiano es el que se adhiere a Él y le sigue. Sin olvidar: " Sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando." Y de aquí se deduce una forma de vida muy exigente y especial. Pero basada en la relación con Él, porque " Sin Mí no podéis hacer nada ". Y eso es oración y comunión eclesial.
Es como yo veo las cosas. La Iglesia es mi casa, lo ha sido siempre y me siento muy a gusto en ella. A sido gracias a ella como he conocido a Jesús, y en la " iglesia doméstica " de mi familia.
El que es imagen de Dios invisible (Col 1,15) es también el hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adán la semejanza divina, deformada por el primer pecado. En él, la naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada también en nosotros a dignidad sin igual. El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado.
Cordero inocente, con la entrega libérrima de su sangre nos mereció la vida. En El Dios nos reconcilió consigo y con nosotros y nos liberó de la esclavitud del diablo y del pecado, por lo que cualquiera de nosotros puede decir con el Apóstol: El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gal 2,20). Padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y, además abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido.
El hombre cristiano, conformado con la imagen del Hijo, que es el Primogénito entre muchos hermanos, recibe las primicias del Espíritu (Rom 8,23), las cuales le capacitan para cumplir la ley nueva del amor. Por medio de este Espíritu, que es prenda de la herencia (Eph 1,14), se restaura internamente todo el hombre hasta que llegue la redención del cuerpo (Rom 8,23). Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales por virtud de su Espíritu que habita en vosotros (Rom 8,11). Urgen al cristiano la necesidad y el deber de luchar, con muchas tribulaciones, contra el demonio, e incluso de padecer la muerte. Pero, asociado al misterio pascual, configurado con la muerte de Cristo, llegará, corroborado por la esperanza, a la resurrección.
Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual.
Este es el gran misterio del hombre que la Revelación cristiana esclarece a los fieles. Por Cristo y en Cristo se ilumina el enigma del dolor y de la muerte, que fuera del Evangelio nos envuelve en absoluta obscuridad. Cristo resucitó; con su muerte destruyó la muerte y nos dio la vida, para que, hijos en el Hijo, clamemos en el Espíritu: Abba!,¡Padre!
GS 22.
Pues a mi me parece que se está deshojando la margasita: sí, no; sí no,...bueno sí
Y los humanistas ateos matándose de risa.
"Y sin embargo, obviando el carácter fundamental del enfrentamiento, (Pabo VI) piensa que gracias al Concilio el enfrentamiento no ha producido un choque, ni una lucha, ni un anatema, sino una simpatía inmensa: una atención nueva de la Iglesia a las necesidades del hombre. Y contra la objeción de que plegándose al mundo y casi corriendo hacia él, la Iglesia abdicaría de su propio camino teotrópico y entraría en la vía antropológica, el Papa opone que actuando así la Iglesia no se desvía en el mundo, sino que se vuelve hacia él.
Aquí viene al caso preguntarse: ¿se vuelve para unirse a él o para atraerlo hacia sí? Ciertamente, el oficio de veracidad propio de la Iglesia desciende de su oficio de caridad hacia el género humano. Incluso la crudeza de la corrección doctrinal tal como fue ejercitada en tiempos resulta monstruosa si se la separa de la caridad, pues tanto existe la caritas severitatis como la caritas suavitatis.
Pero la dificultad consiste en no traicionar a la verdad a causa de la caridad, y en acercarse a la humanidad moderna (inserta en un movimiento antropotrópico) no para secundar su movimiento, sino para invertirlo. No se dan dos centros de la realidad, sino un solo centro y sus epígonos. Y no estoy seguro de que en este discurso Pablo VI haya precisado suficientemente el carácter meramente mediador del humanismo cristiano, ya que la caridad no puede hacer aceptar como fin último, ni siquiera perfunctoriamente, el propio de la visión antropológica: el triunfo y endiosamiento del hombre.
La imprecisión del discurso es patente también en la adopción, de dos fórmulas contrarias: «para conocer al hombre es necesario conocer a Dios» y «para conocer a Dios es necesario conocer al hombre» (n. 16). Según la doctrina católica, hay un conocimiento de Dios accesible por vía natural a todos los hombres, y un conocimiento de Dios sólo revelado sobrenaturalmente. Y del mismo modo, hay dos conocimientos del hombre. Pero decir sin distinción que para conocer al hombre es necesario conocer a Dios y, viceversa, para conocer a Dios es necesario conocer al hombre, constituye no ya el círculo sólido reconocible (dada aquella distinción) en la fórmula católica, sino un círculo vicioso que impediría al espíritu encontrar un verdadero principio de movimiento para conocer al hombre y para conocer a Dios.
Todo el discurso en torno al hombre y a Dios puede después extenderse desde el conocimiento hasta el amor. De hecho el Papa dice que para amar a Dios hace falta amar a los hombres, pero no menciona que es Dios quien hace amable al hombre, y que el motivo del deber de amar al hombre es el deber de amar a Dios.
En conclusión, la esencia del discurso final es la nueva relación de la Iglesia con el mundo. Bajo este aspecto, el discurso final del Concilio es un documento de extrema importancia para quien quiera indagar las variaciones del Concilio y su sustancia oculta y potencial, que los desarrollos postconciliares irían actuando y descubriendo. Estos desarrollos están mezclados con los de las opuestas y coexistentes tendencias que operaban en el Concilio. Las iremos ahora rebuscando en el complejo, turbado y ambiguo desarrollo de la Iglesia postconciliar".
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Así es, la dignidad humana pertenece a todo hombre por el hecho de ser hombre. Porque todo hombre ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza. Porque con todo hombre se ha unido Cristo. Porque por todo hombre ha muerto en la Cruz.
¿A los réprobos condenados al Infierno también pertenece la dignidad humana?
Ese es un típico error postconciliar, la idea de que un hombre es digno haga o piense lo que haga o diga.
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"356 De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS 12,3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad:
¿Qué cosa, o quién, te ruego, fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella. Por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno (S. Catalina de Siena, Diálogo 4,13).
357 Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar".
Catecismo de la Iglesia Católica.
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Eso ya lo dice usted.
Hay uno que lo tiene claro.
Y un documento de la Iglesia es de la Iglesia, sean cuales sean los peritos que hayan colaborado.
Más Renacimiento y menos Barroco!
No niego los documentos, lo que advierto es que son insuficientes y equívocos. El libro de Romano Amerio está ahí, irrefutable e irrefutado. Con el mismo diagnostico que el perito conciliar Ratzinger, que se habrá arrepentido de sus compañías.
""No me gusta presentar el cristianismo como una ética para buenas personas""; pero es que es una ética para que seamos buenos, en vez de ... ¡malos! Es que por huir de los "buenistas" ¿nos va,os a hcer "malistas". Claro que no es sólo, sino también.
Y los ejemplos de el evnagelio que pones, son justo loq ue yo pongoi siempre. No voy a citarlo entero de cada vez que cito algo.
Pero voy a ver cómo desfago el entuerto de arriba y me explico mejor.
Dios no se ha hecho hombre para que el hombre se haga más hombre, se ha hecho hombre para que se haga Dios.
Me temo, padre, que he lanzado sobre su cabeza a través de este post, todas las objeciones que en realidad tengo contra el discurso de otros.
El tema dcel post y las refencias al discurso en Brasil del Papa, básicamente las suscribo. Pues claro.
Yo he ido a esta frase, a ésta precisamente:
""La consecuencia fue totalmente contraria a lo que se había previsto: no sólo no se acercaron al hogar común los que estaban lejos, sino que se fueron incluso los que moraban dentro"".
Y es contra contra esa frase y lo que da por supuesto contra lo que he ido. Para lo cual he puesto ejemplos que proceden más bien de otras fuentes que no son ni su blog ni usted. Eso es cierto. Aclarado lo cual, me reafirmo en que una vuelta a los errores (de la predicción de la Iglesia, se entiende) del siglo XIX, sería la puntilla definaitiva a la Iglesia.
Lo demás, ganas de hablar de lo que nadie que no se doctore tres veces en Filosofía entiende:
"""no traicionar a la verdad a causa de la caridad"""
"""los doucumentos del concilio son insuficientes y equívocos""".
Enredos, juegos de palabras, para decir lo imposible: que la verdad puede traicionarse a causa de la caridad ¡qué barbaridad!
El ser humano tiene la dignidad de ser creado por Dios a su imagen y semajanza. Sólo el dejar de ser humano en este mundo le privaría de tal dignidad: Y la libertad de caer en el error y aun de propagarlo es la libertad en la que se reconoce esa dignidad. por supuesto que nos es connatural la libertad, incluida la libertad para el error y para el pecado. Libertad que chocará con las demás libertades (que son individuales)pueden entrar, ciertamente, en conflicto.
(jaja, ya he visto lo que sale pinchando en "novisimos", buena idea)
"""es que el cristianismo no tiene por fin principal que seamos buenas personas"""
¿por qué me dices a mí eso, luis? es lo que tiene ser mamifero macho de rango superior: dificultades para la lectura comprensiva
Yolanda, no es doctrina católica. Aunque alguno crea que sí. La dignidad procede de la verdad, no de la libertad. La verdad libera, la libertad para el error esclaviza.
es perfectamente ortodoxo lo que he dicho pero si no lo fuera, igualmnete lo diría. tu respuesta es otro juego de palabras y provocaciones .
Juego en el que no caeré. No sigas intentándolo. Aquí se está bien y sin broncas. A cambio de que me dejes un poquito en paz y sin provocaciones, prometo no seguir repitiendo tu clasificaión zoológica.
toto corde pero YO no voy a entrar al trapo más.
DH, 2.
Al menos si la palabra "derecho" es lo que entendemos los cultores de la filosofía clásica.
Como dijo Pío XII, lo que no corresponde objetivamente a la verdad y la justicia no tiene derechos. Es la doctrina tradicional. Toda otra novedad, es, en términos newmanianos, desarrollo anómalo.
13:15:45, por Guillermo Juan Morado, 406 palabras
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He leído con gran interés la carta que Magdi Cristiano Allam dirigió al director de “Il Corriere della Sera”, carta en la que habla de su conversión al cristianismo, abandonando su anterior fe islámica.
Magdi Cristiano Allam tiene, como todo ser humano, derecho a la libertad religiosa y, en consecuencia, a abrazar libremente el Credo que, en conciencia, reconoce como la Verdad.
El Concilio Vaticano II expresa muy claramente este derecho: “Esta libertad [la libertad religiosa] consiste en que todos los hombres deben estar libres de coacción, tanto por parte de personas particulares como de los grupos sociales y de cualquier poder humano, de modo que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella, pública o privadamente, solo o asociado con otros, dentro de los debidos límites” (“Dignitatis humanae”, 2).
Parecería que, en una sociedad abierta, esta libertad estaría suficientemente garantizada, pero la realidad nos dice que no es así. Con frecuencia es una libertad vulnerada, de forma sutil, por la presión ejercida en ocasiones por un laicismo antirreligioso, o de forma violenta, sin excluir, como en el caso de Magdi Cristiano Allam, la amenaza de muerte.
La libertad religiosa está fundada en la dignidad de la persona humana y por ello este derecho debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, y no sólo reconocido teóricamente, sino también amparado en la práctica.
La conciencia es el cauce mediante el cual el hombre percibe y reconoce la voz de Dios y es la vía personalísima a través de la cual la persona busca la verdad. La libertad de la conciencia no es indiferencia hacia la verdad, sino ausencia de coacción externa a la hora de adherirse a ella firmemente con el asentimiento personal.
Un gran converso, el cardenal Newman, destacaba este carácter personal de la conciencia como vía de conocimiento: “No puedo pensar con otra mente que no sea la mía, como no puedo respirar con otros pulmones que no sean los míos. La conciencia está más próxima a mí que cualquier otro medio de conocimiento”. Dotada de una configuración esencialmente religiosa, la conciencia, afirmaba también el Cardenal inglés, es el “eslabón entre la creatura y su Creador”.
Guillermo Juan Morado.
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¿Por qué no existe? ¿Porque tú te pasaste dez años enseñándolo? ¿Y si hubieras estado diez años enseñando un error? En serio, si no exite tal derecho, ¿qué hacemos con quién se lo atribuye? ¿Cómo lo castigamos?
El problema es la ilegitimidad de confundir dos ámbitos, el de la justicia objetiva, y el de la conciencia. Por cierto que en el orden individual, la conciencia es el primer Vicario de Cristo, según Newman, y obliga aún cuando es errónea. Pero no es legítimo imponer el respeto a una conciencia errónea en el ámbito público. Aquí está la equivocación.
Es elemental que la conciencia en sí no es fuente de derechos. De lo contrario, bastaría con tener una conciencia errónea para hacer cualquier disparate.
Hay una lamentable confusión entre la conciencia como dictamen práctico de la razón, que obliga al individuo, con el derecho objetivo que emana de la razón considerada en su faz especulativa como receptora del bien moral objetivo.
Si hay conflicto, en el orden social, entre el dictamen práctico de la razón por un lado, y por el otro, el derecho, deberá primar, en ese orden político y jurídico esta última.
Hay miles de ejemplos: ¿qué prevalece, el dictamen erróneo de la conciencia de los padres que no quieren que su hijo reciba una transfusión de sangre por ser Testigos de Jehová, o el bien objetivo de salvar la vida del niño? He aquí un conflicto entre la conciencia (que es mandatoria para los padres, nadie lo discute) y el orden objetivo. Pues claro que prevalece el orden objetivo.
Esto lo explica bien Pío XII en su discurso a los juristas italianos.
"""no es legítimo imponer el respeto a una conciencia errónea en el ámbito público"""
¿qué sugieres hacer para no respetar "la conciencia errónea" en el ámbito público?
Lo mismo un envenenador que está convencido, de buena fe y en conciencia, de las bondades de su producto, que objetivamente envenena y quiere venderlo, en conciencia. Pues se lo prohibe, violentando su "conciencia".
Son cosas de sentido común. Lo que pasa es que nos llenamos la boca, desde el nacimiento del liberalismo, con las bonitas palabras "libertad, derecho de la conciencia, derechos humanos". El derecho es para hacer el bien, no para delinquir. Para difundir la verdad, no para envenenar las almas. Para mostrar la belleza, no para propalar obscenidades.
No porque los muchachos de Al Qaeda hayan obrado con conciencia errónea en las Torres pensamos que hayan tenido más o menos derecho a hacer lo que hicieron; no porque el psicópata crea con conciencia de buena fe que hay que matar dejamos de encarcelarlo; no porque el mentiroso mienta tanto que se termine creyendo la mentira consideramos menos falsa la mentira, y le damos derecho a propalarla.
La conciencia no otorga derechos. Sólo la recta conciencia es fuente de derechos objetivos, válidos socialmente. Toda la doctrina social catolica se ha estructurado siempre en torno a este principio.
Esto es demagogia liberal, no es cristianismo. El cristianismo siempre defendió el derecho de imponer el silencio a quien difunde el mal o el error, así como la conveniencia de tolerarlo si es posible. Pero tolerar no es reconocer un derecho.
Desde los Santos Padres hasta Pío XII, pasando por toda la doctrina del siglo XIX y XX. Incluyendo a Newman.
No hablamos de lo mismo. pero es que es muy difícil hablar cuando no se comparte el mismo código. "Derecho" significa algo para el común de los mortales y otrr cosa para luis.
Cuando hablamos de libertad y, en función de ella, derecho al error, hablamosde no perseguir a nadie por sus errores de conciencia...con la salvedad del daño que se haga a terceros, o lo del orden público, llámalo como sea, siempre que hablemos de lo mismo y nos entendamos.
¿Tiene derecho los Testigos de Jehová a creer que se salvarán 144.000 y ni uno más? Sí, claro.
¿Tengo derecho yo a intentar que cambien su fe? Sí, salvo a TJ menores, ya ves qué cosas.
¿Tienen derecho los mentirosos a mentir hasta el punto de creerse sus mentiras? Sí, mientras no perjudiquen con su mentira bienes materiales o morales protegibles.
Ahí si hablamos de los mismo. Y el Concilio.
Pero es que hasta hace nada era la Iglesia la que perseguía el error incluso aquel que no latera el orden público ni hace daño más que al que yerra.
Y a eso no se puede regresar.
Además de demagogia, hay mucha hipocresía. ¿O acaso alguien dijo que Monseñor Williamson tenía libertad o derecho en base a su conciencia, de sostener que no hubo Holocausto? ¿No dijo hasta el Papa que las sandeces que había dicho Williamson debìan ser retractadas?
¿No perseguimos a quienes tienen ideología nazi, sólo por difundirla? ¿No metieron preso a David Irving, sólo por escribir libros que dicen que no hubo matanzas de judíos?
La noción de verdad varía conforme la ortodoxia dominante, pero el principio de que no hay derecho a difundir el error, a lo sumo se tolera, permanece. Porque es un principio verdadero
Pues bien: no hay "derecho" al error. Se tolera cuando no lastima el orden pùblico. Pero no hay derecho.
Perfecto para predicar. Padre, la homilía del próximo sábado, como las lecturas el domingo son éstas:
Isaías 50:5-9
Salmo 116:1-6, 8-9
Santiago 2:14-18
Marcos 8:27-35
Yo ni me las miro, basta que usted meta por donde pueda que el principio filosófico del derecho a quivocarse, o al error, es el que está errado. Añada que """la salvedad del orden público es una filfa"""
Sus piadosos ancianas de la segunda y tercera filas agradecerá que aclare los principios filosóficos en los que sustentar el derecho al error. A mi párroco le voy a llevar esta sugerencia, que en misa el señor Eduardo, de 93 años, anda preocupado or su salvación a causa del tema de los principios filosóficos. Pero no sólo los ancianos, los niños de 12 ó 13 años andan a vueltas con que si hay un derecho o no lo hay aunque se tolere.
¿Y por qué lo toleramos, luis?
(por cierto y aunque me horrorice """No perseguimos a quienes tienen ideología nazi, sólo por difundirla"""; creo que no deberían ser perseguidos por difundir ideas; apología de la violencia etc, sí es perseguible, pero incluso ideas aberrantes como la inferioridad de razas, en tanto haya la libertad de contrarrrestarlas del mimo modo, no deberían ser perseguidas)
Por cierto, no reconozco el derecho al error, por lo que los nazis, los de Al Qaeda y todo aquel que propague ideologías peligrosas o llame a la violencia o al terror en forma meramente verbal, debe tener su lugar bajo el techo, unos cuantos meses, violando un poquito su conciencia espléndidamente errónea y su magnífica libertad de expresión.
Que una cosa es ser demòcrata y otra tonto.
El salmo del domingo me encanta, me gustaba mucho cuando era pequeña, lo cantábamos 8en castellano) pero con una músicca muy tremenda, eso de "me envolvían redes de muerte", era precioso.
Me quedo con la idea de que conjuguemos lo dicho por el papa en Brasil sobre "los retoños de la igualdad, de la solidaridad" y su interpretación de que """el anuncio del Evangelio es un elemento útil e indispensable para construir una sociedad digna del hombre. Ojalá escuchemos esta llamada y opongamos resistencia a los proyectos absurdos..." y Santiago 2, 14-18, por ejemplo, o el negarse a uno mismo y tomar la cruz.
2) ¿Es el Infierno una manifestación más del gran amor y respeto por parte de Dios hacia la condición libre de la persona humana? ¿Se manifiesta también ahí la misericordia de Dios?
Por eso Santo Tomás, cuando afirma la licitud de la pena de muerte, y ante la observación de que tal castigo viola la dignidad humana, sostiene que quien mata, se despoja, por el hecho mismo de matar, de esa dignidad, y al perderla, se hace "digno" de la pena.
Esto de la dignidad del hombre es una lamentable doctrina renacentista infiltrada en el humanismo de Maritain y comprada por su principal discípulo.
Creo que la doctrina catolica clásica, con su noción de ley natural y de Estado cristiano, resuelve su interrogante muy bien. Pío XII también da buenas claves de resolución, sin acudir a la "solución liberal".
En todo caso, una cosa es solucionar un problema práctico (no estoy loco para darle la potestad a Zapatero o a Kirchner de decir cuál es el bien o el mal), lo que León XIII llama "hipòtesis", y otra la doctrina, que es la "tesis". El Concilio confundió ambas.
Por otra parte:
"55. No debe sorprendernos: matar un ser humano, en el que está presente la imagen de Dios, es un pecado particularmente grave. ¡Sólo Dios es dueño de la vida! Desde siempre, sin embargo, ante las múltiples y a menudo dramáticas situaciones que la vida individual y social presenta, la reflexión de los creyentes ha tratado de conocer de forma más completa y profunda lo que prohíbe y prescribe el mandamiento de Dios. 43 En efecto, hay situaciones en las que aparecen como una verdadera paradoja los valores propuestos por la Ley de Dios. Es el caso, por ejemplo, de la legítima defensa, en que el derecho a proteger la propia vida y el deber de no dañar la del otro resultan, en concreto, difícilmente conciliables. Sin duda alguna, el valor intrínseco de la vida y el deber de amarse a sí mismo no menos que a los demás son la base de un verdadero derecho a la propia defensa. El mismo precepto exigente del amor al prójimo, formulado en el Antiguo Testamento y confirmado por Jesús, supone el amor por uno mismo como uno de los términos de la comparación: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (Mc 12, 31). Por tanto, nadie podría renunciar al derecho a defenderse por amar poco la vida o a sí mismo, sino sólo movido por un amor heroico, que profundiza y transforma el amor por uno mismo, según el espíritu de las bienaventuranzas evangélicas (cf. Mt 5, 38-48) en la radicalidad oblativa cuyo ejemplo sublime es el mismo Señor Jesús.
Por otra parte, « la legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro, del bien común de la familia o de la sociedad ».44 Por desgracia sucede que la necesidad de evitar que el agresor cause daño conlleva a veces su eliminación. En esta hipótesis el resultado mortal se ha de atribuir al mismo agresor que se ha expuesto con su acción, incluso en el caso que no fuese moralmente responsable por falta del uso de razón." (Evangelium vitae), 45
En el orden sobrenatural sí hay derechos inalienables. A nadie, bajo especie de pena, puede privárselo de los bienes espirituales. Pero sólo en ese orden.
Ergo, el derecho a la vida no es inalienable.
Ergo... hay derechos humanos inalienables.
Esto, para su comentario: 08.09.09 @ 20:43
Yo me refiero al derecho a la vida, si es inalienable en términos absolutos, que es lo que estamos discutiendo, en relación con la dignidad humana. Y aquí Santo Tomás aclara la falsedad de la noción de dignidad humana e inalienabilidad de la vida:
." El hombre, al pecar, se separa del orden de la razón, y por ello decae en su dignidad, es decir, en cuanto que el hombre es naturalmente libre y existente por sí mismo; y húndese, en cierto modo, en la esclavitud de las bestias, de modo que puede disponerse de él en cuanto es útil a los demás, según aquello del Sal 42,21: El hombre, cuando se alzaba en su esplendor, no lo entendió; se ha hecho comparable a las bestias insensatas y es semejante a ellas; y en Prov 11,29 se dice: El que es necio servirá al sabio. Por consiguiente, aunque matar al hombre que conserva su dignidad sea en sí malo, sin embargo, matar al hombre pecador puede ser bueno, como matar una bestia, pues peor es el hombre malo que una bestia y causa más daño, según afirma el Filósofo en I Polit. y en VIII Ethic."
Caramba, Padre, doble trampita, le agregó al mensaje de las 20.45 "de un ser humano inocente", que antes no estaba. Asì cualquiera...
Editar... ¡Eliminar! 08.09.09 @ 20:56
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A ver, Luis, juguemos limpio:
Su comentario de las 20.43, fue el que fue.
Sí rectifiqué el mío de las 20.45. Especificando lo que quería decir.
Pero en nada altera el comentario ANTERIOR suyo de las 20.30.
No me diga que hago trampas.
Padre, no hay ningún derecho, en el orden natural, inalienable. Todos los derechos se pueden perder por la conducta indigna de quien se despoja de ellos. Aún hoy, el derecho a la libertad, sagrado en la sociedad liberal hasta el punto que se dice que vale más que la vida, se pierde por un delito.
En el orden sobrenatural sí hay derechos inalienables. A nadie, bajo especie de pena, puede privárselo de los bienes espirituales. Pero sólo en ese orden.
Editar... ¡Eliminar! 08.09.09 @ 20:43
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Ahí, sin especificar nada, sin excluir a los inocentes, usted dice que "no hay ningún derecho, en el orden natural, inalienable".
Como usted mismo reconoce con acierto más tarde, esa afirmación no es del todo correcta, porque debía decir que no incluye a los inocentes.
Por cierto, siempre he enseñado en la Universidad que nunca es lícito tomar una vida inocente, aunque se hunda el mundo.
""...el desvarío de sostener que la dignidad humana procede de ser un simple ser humano""
¿quién dijo "simple"? Tú nada más. Ser humano es ser imago Dei. Yo no soy un "simple" ser humano: soy Hija de Dios, nada menos.
Las trampas te las haces tú solo, luis. Es lo que tiene emitir tantas t y tantas frases tajantes, rotundas, categóricas: alguna nos sale con autotrampa.
"Padre, no hay ningún derecho, en el orden natural, inalienable. Todos los derechos se pueden perder por la conducta indigna de quien se despoja de ellos"
Sin embargo discrepo de Usted, y de Santo Tomás en el texto que cita, sobre lo de la dignidad. Parece identificar dos cosas que no son iguales:
a) La dignidad del comportamiento moral, que un criminal pierde.
b) La dignidad ontológica, que nadie pierde, ni siquiera un criminal.
Una persona se puede degradar moralmente, pero no ontológicamente. No está en su mano el dejar de ser persona. No está en su mano privarse de su dignidad creatural, pues ha sido creada a imagen de Dios. Y ésta es la raíz de su dignidad.
Bien, y para ser más técnico, el texto de santo Tomás es bien aristotélico, pero no creo que haya entrado en la faz ontológica, es una argumentación de índole teleológica y moral, en la que se enmarca la noción de dignidad. Ni el demonio puede degradar esa faz, no puede dejar de lado su naturaleza angelica.
Me parece que estamos confundiendo el concepto del trascendental "bonum" -que sì procede de la raíz creatural- con el de "dignidad", que dice adecuación de la criatura a su fin perfectivo, es decir, a su naturaleza considerada en sentido dinámico; en definitiva, a su fin último, de que trata la ética.
El bonum no se puede perder, porque evidentemente es de raíz ontológica, procede del esse que Dios le presta a la creatura ; la "dignitas" sí, porque dice ordenación de la creatura a su fin, y al orden universal consecuente.
Esta distinción resuelve el problema del infierno, dicho sea de paso.
Lo que sí es cierto es que en todo hombre hay un "bonum" ontologico indestructible. Pero éste no funda su dignidad, sino su existencia. De lo contrario, el diablo...
Fíjese lo que dice el Catecismo:
357 Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar.
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Este texto, exageradamente aristotélico, es muy peligroso. Si al hombre malo se le puede tratar como a una bestia, no le digo nada qué puede pasar en las cárceles, en los campos de concentración, en las comisarías....
No. Ahí hay que hacer exégesis de Santo Tomás.
En Aristóteles un texto así no me extraña tanto. Era un pagano, genial, pero pagano. Y no tenía elementos, más allá del reconocimiento de la racionalidad, para respetar, y para teorizar el respeto, de la dignidad de la persona humana.
Pues si te puedes extender un poco más en tu explicación, luis, te lo agradecería.
(pongo luis en minúscula porque me gusta poner los nombres tal cual aparecen)
Estoy disfrutando muchísimo con este post. Gracias, Padre Guillermo, por sus posts y por cómo nos modera.
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¿Hay una palabra en castellano para 'post'? ¿'Artículo', tal vez?
Guillermo, saque copia de la discusión y mándela a la Comisión de la CDF y la FSPX, jajaja. Les va a servir.
Pero si Dios - es un modo de hablar - actuase según el texto aristotélico-tomista que ha citado habría aniquilado al diablo, cosa que no hizo, o habría privado a Caín de la condición humana, cosa que tampoco hizo.
Finalidad como consecución de la realización ética, no. O no necesariamente.
De todos modos, en su debate se pone de relieve, y en eso coincidimos, la necesidad de no romper los vínculos entre ontología y moral.
Gracias.
El uso parece imponer "post". Pues démoslo por bueno.
Pues bien, al sostener que la dignidad humana no procede en forma inmediata de la existencia ontologica o el bonum del acto de existir, sino de la adecuación de la conducta del agente a su fin último, de modo que si se vuelve indigno, se pierde la dignidad, el Infierno deja de ser una violacion de una dignidad humana que ha sido alienada por el pecador para ser una consecuencia "condigna" de su opción fundamental, rechazar el bien. Que eso es.
De lo contrario, si se considera a la dignidad humana algo inseparable de la propia consistencia ontologica, lo único que le quedaría a Dios para no violar esa dignidad humana es aniquilar al condenado. Cosa que sabemos que puede hacer, pero que no hace, conforme la Escritura (Sab.)¿Quedó claro?
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luis, tendrías que trabajar con Les Luthiers, jajaja
(ahora sí que Yolanda va a saltar, jajajaja!!!)
a) La dignidad del comportamiento moral, que un criminal pierde.
b) La dignidad ontológica, que nadie pierde, ni siquiera un criminal.
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¿Por qué se necesitaban tantas alforjas para acabar el corto viaje hacia esta distinción que está en la base de todo el pretendido desentendimiento entre el P. Guillermo y luis?
Llegados a este punto, o más bien al tipo de dinámica del post, deja de inetersarme (temporalmente).Ya volveré cuando las cosas sean menos agobiantes. me retiro no sin dejar dicho que en esta discusión tan artificila niego todo lo relativo al no-inocente. El derecho a la vida es inalienable en virtud de la dignidad ontológica, que nadie pierde, ni siquiera un criminal.
Dicho queda, no podía dejar de decirlo.
No, no creo que Dios, conforme el texto de santo Tomás, tenga que aniquilar al diablo. Lo contesto en mi comentario anterior. El diablo no es de ningún modo "digno", porque dignidad dice "adecuación, proporción" con el fin perfectivo de la naturaleza. O en todo caso, es "digno" de castigo, por defectividad.
El diablo no es "digno",sino (ontologicamente) "bueno". Lo mismo dígase del hombre reprobo. Esta distinción entre bonum y dignitas es la clave para distinguir la noción maritaniana de dignidad y la catolica clasica.
Por eso choca tanto santo Tomás, porque tenemos el gusto estragado por la P.C.
Aquí no estamos para "correcciones políticas".
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Padre Guillermo: escribe en el comentario de las 21:38
'Y en esa pretensión absurda consiste el infierno.'
¿Si es 'absurda', por qué la elige el demonio?
...y así, de paso, volvemos al tema de los novísimos y Yolanda no nos deja :)
(pero de verdad que me irritan mucho ciertos tipos de debate que, sin ser maleducados, sin ser siquiera agrios, son repelentes; aprovecho para ver de nuevo Gran Torino, que lo han sacado en DVD)
Asrone, según se deduce de lo que dice Luis, ha debido influir muchísimo. A mí me parece que no tanto.
Obviamente, si no hay que elegir: un derecho inalienable va a ser ineluctablemente violado, uno de los dos debe ser, pues, respetado, ya que no es posible ambos. Eso no es ni siquiera una objeción.
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Sí es una objeción. Basta pensarlo.
Maritain es tan tomista en esta materia de política clasica como yo progre. Supongo que habrá leído las criticas clasicas a su distinción entre individuo y persona, que hace el gran filosofo canadiense Charles De Koninck. O las de nuestro compatriota Julio Meinvielle.
Desgraciadamente, influyó mucho sobre el Zeitgeist conciliar, y sobre su augusto discípulo, Pablo VI.
El texto de santo Tomás es perfectamente clásico y ortodoxo. Sólo que lastima la P.C. y la hipocresía moderna, a la que daña la sensibilidad que a un hombre lo ejecuten limpiamente y lo manden al Cielo en el acto (enseña santo Tomas que el reo que acepta la pena como castigo evita toda satisfacción de ultratumba, como un màrtir) y prefiere ver pudrirse a un hombre durante treinta años sodomizado por sus compañeros de cautiverio. Cuestión de sensibilidades, el castigo es siempre castigo, salvo que creamos en los utopismos (BTW, el encuentro latinoamericano de Pastoral Carcelaria del CELAM se ha convocado bajo el
lema "por una latinoamérica sin cárceles").
Si el cristianismo consiste en disimular la realidad y las verdades naturales, bueno, habrá que disimular.
Influyó para mal, pero todo hay que decirlo, influyó para bien, porque al ver el desastre del Concilio se asustó. Publicó un buen libro, ya viejito y muerta su mujer, que creo que no era buena influencia, "El Paisano de la Garonne", con una crítica feroz al progresismo. Tampoco le gustó la reforma litúrgica, y cuando se publicó el Catecismo Holandés, redactó y prácticamente le hizo leer a Pablo VI el "Credo del Pueblo de Dios", una de las pocas medidas de reacción de este Papa tan indeciso.
Hay un libro de un autor de Uds que leí hace unos años, "El mito de la nueva Cristiandad", de L. Palacios, creo que era un análisis un poco superficial pero interesante.
Son argumentos que pueden impactar, pero que no convencen.
El embobamiento era de cuando era Montini, no Pablo VI. Y que un Papa sea bobo no se lo quita el Papado, de lo contrario los Papas del Renacimiento que mandaban poner en los himnos litúrgicos a sus poetas "Jove" en lugar de Yaveh o "Apolo" de Cristo, quedan justificados por el Papado. Habría que hacer muchas distinciones aquí entre el Papa como Doctor Universal y el Papa como doctor privado.
Juan XXII fue discípulo de un discípulo de Santo Tomás, y cuando erró como doctor privado, siendo Papa, fue por extremar un argumento aristotélico. Asì que no es tan neutro con quién estudia un Papa.
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No, no, no... que no es eso.
No es el tema, me encanta el tema. Es... pues es que no me sale la palabra, o mejor dicho sí me sale, pero quiero buscar otra que no ofenda a nadie. Hay ambientillos que se forman a veces que son peores que la gresca abierta. Al menos me irritan sobremanera y no me tire de la lengua. No es una cuestión de fondo -apasionante- sino de respirabilidad ambiental
Sí es una objeción. Basta pensarlo
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¿Cre que no lo he pensado? Cuando es absolutamente incompatible salvar ambas vidas, la del agresor y la del agredido, no hay dilema. Es cierto que se pueden formular otros dilemas acerca de vidas salvables en situaciones límite, pero la legítima defensa no plantea dilema.
Y aun así, si alguien eligiese no defenderse, también obraría bien (no , si a lo que renuncia es a defender a quienes está obligado a hacerlo) Pero por qué le cuento esto si es una obviedad.
No me ponen Gran Torino estos niños hasta que no acabe el partido de baloncesto... :(
Bueno, pues ya ha dado razones.
Ahora entiendo mejor su posición.
Gracias.
luis, ;)
2ª Razón: el ambiente le parece poco respirable.
Son dos razones, ¿no? Al menos así lo he comprendido yo.
(aunque no soy denso como luis, eso creo.)
No, asrone, no es cuestión de nacionalidad, a pesar de que sabemos que sois os mejores del mundo en todo, pero no es la nacionalidad lo que me irrita, (en serio sos argentino, ¿tantos hay?, ¿por qué hizo Dios tantos argentinos?)
¿Será el quinto novísimo?
jajaja!!!
:)
¡Buenas noches!
Pero dejo la lectura pausada para mañana, pues hoy me resultaría tan cansado como circular por una vía interurbana insuficientemente iluminada sólo con luces de posición y de cruce o corto alcance.
Corto alcance, como el de mis entendederas. Mañana nos leemos.
"""hay muchísima coincidencia entre las posturas, y diferencias de matiz, creo""".
Lo crees porque eres buena persona; pero me temo que esa no es la clave de este estilo de debate.
Te veo muy puesto en tu examen teórico. Lo sacarás con cero fallos a la primera (como yo, jeje)
'Introducción a la filosofía de santo Tomás de Aquino'
de Mauricio Beuchot
http://books.google.com/books?id=yM-snXxKTXoC&pg=PT151&
lpg=PT151&dq=trascendentales+santo+tomas&source=bl&
ots=FFsAhrsnre&sig=ZadquyyZPXHdp0MGJZ3RNbLvBLM&hl=en&
ei=JmCnSqS_DceksAbm-JzuCw&sa=X&oi=book_result&ct=result&
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(y no voy a dar más datos, jeje).
¡Pebeta, qué bien que escribís!
luis duerme ad orientem seguro. Pero eso sí, que no le falte el añadido del respeto, le revrencia y la másl alta consideración. No hay blog que no padezca temor de Luis.
'Duermo panza arriba (ad cenit)' jajaja
Bueno, basta. Que el Padre Guillermo acabará bloqueándome, y con razón.
Puede ser que el P. Morado lo conozca. A mis alumnos a nivel introductorio sigo dándoles Gilson y Coppleston. Pero éste parece bueno y sumario.
Toto corde
http://en.wikipedia.org/wiki/%C3%89tienne_Gilson
y no a éste
http://en.wikipedia.org/wiki/Georges_Gilson
:)
No he leído el libro de Mauricio Beuchot. Las recomendaciones de Luis, Copleston (dudo de si con una "p" con con 2) y Gilson, son excelentes.
A un nivel más divulgativo, el mismo libro de Chesterton sobre Santo Tomás es muy interesante.
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