Reformas litúrgicas
Con el tema de las “reformas” litúrgicas uno termina un poco asombrado de lo que se escribe en artículos, blogs, foros, etc. La autoridad competente para reformar la Liturgia es la Santa Sede y, en el ámbito de sus atribuciones, también las Conferencias Episcopales y los Obispos diocesanos: “Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia” (SC 22). La cuestión es así de sencillita. La Liturgia es el culto oficial de la Iglesia; la Iglesia es un pueblo jerárquicamente estructurado, “ergo” hay unos responsables de “añadir”, “quitar” o “cambiar” en los asuntos litúrgicos.
En el culto divino hay cosas que vienen del Señor y otras que no. O, dicho en términos jurídico-canónicos, hay elementos de derecho divino y otros de derecho eclesiástico. Lo que viene del Señor, lo que pertenece al derecho divino, es irreformable. Todo lo demás no lo es. Pero que no lo sea en sí mismo no quiere decir que cualquiera pueda cambiarlo; sólo puede cambiarlo quien tiene la autoridad para hacerlo.
A veces me da la sensación de que se proyecta sobre lo litúrgico toda la frustración que engendra en los corazones la erosión de la fe en buena parte del mundo: “en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento”, dijo el sabio Papa Benedicto XVI. Y tiene toda la razón.
A fuerza de voluntad queremos conjurar este peligro y buscamos, consciente o inconscientemente, “culpables” de esta situación. Pero, a mi modo de ver, las causas de la misma son muy profundas. A día de hoy, poca diferencia existe, a la hora de evaluar “resultados” – si pudiésemos hablar así – , entre parroquias observantes o menos observantes, entre congregaciones más tradicionales o menos tradicionales, entre seminarios más “fieles” o menos “fieles” a las orientaciones de la Iglesia. Aunque hay excepciones, parroquias donde las cosas se hacen conforme a los cánones están vacías. Y seminarios o conventos similares, también.
Con esto no pretendo ni de lejos insinuar que todo sea lo mismo. No. Las cosas deben hacerse bien. Y por “bien” entiendo, a un nivel muy básico, “en conformidad con lo que manda la autoridad de la Iglesia”. Si Dios, en su plan de salvación, pensó en la Iglesia – como creemos con firmeza los católicos - , parece obvio que tenía que querer que esa Iglesia no fuese una comuna desorganizada, sino una sociedad estructurada, donde algunos tuviesen el deber de pastorear en nombre de Cristo.
Cuando se habla de “reformas”, así en plural, yo me quedo muy tranquilo. No es “difícil” celebrar la Liturgia mínimamente bien. Basta con intentar ser conscientes de lo que hacemos y seguir, con espíritu de obediencia, lo que marcan los libros litúrgicos; es decir, lo que ha dispuesto la autoridad de la Iglesia. Eso sí, siempre se puede celebrar mejor y siempre se debe aspirar a ello. En definitiva, la liturgia terrestre está llamada a ser superada por la liturgia celeste, aun cuando sea un anticipo y una participación de la misma.
Que cada cual haga lo que esté de su mano. Sólo de eso, pienso, Dios le pedirá cuentas. Y Él es el único árbitro de la marcha de la historia. No pretendamos suplirle.
Guillermo Juan Morado.
124 comentarios
Aunque aquellas misas durasen 20 minutos y éstas una hora, está claro quién llama más a los feligreses.
Posiblemente también llegue mucho a la gente la sensación de quien celebra sin ganas y con prisa por terminar y quien celebra con entusiasmo y alegría.
Pero sí, estoy de acuerdo en que, por lo general la fe no va a aumentar ni a disminuir por la reforma de la liturgia. Aunque resulta muy triste asistir a misas donde se celebra de cualquier manera, saltándose a la torera las normas que dicta la Iglesia sobre la liturgia.
Preguntarle si le importe que publique éste u otros artículos suyos. Siempre dejando el enlace correspondiente a su blog.
Un abrazo en Cristo y María.
Finalmente, por muchas "reformas" que se hagan, los que quieran seguir "jugando" a llevar a cabo abusos litúrgicos lo seguirán haciendo si nadie les pone en el lugar que merecen.
Por otra parte, de todo lo que se ha anunciado que se va a pedir (comunión en la boca y de rodillas, mayor uso del latín, etc), ya se puede hacer hoy en día si el sacerdote así lo dispone. Una petición desde Roma para que se incida en esos temas ayudará bastante, pero ni el Papa ni los cardenales de la curisa van a visitar todas las parroquias del mundo para ver si se cumplen sus disposiciones. El papel de los obispos, nuevamente, se muestra como fundamental para que todo mejore. Por ejemplo, para las parroquias limeñas es más efectiva la palabra de su arzobispo, S.E.R cardenal Cipriani, que un documento de la congregación presidida por el cardenal Cañizares.
http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=50&p=3943&more=1&c=1&tb=1&pb=1#more3943
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¿por qué la traducción del "pro multis es mala"? Que pueda ser otra - "por muchos" - no quiere decir que sea mala o equivocada:
"No hay duda, en cualquier caso, sobre la validez de las Misas celebradas con el uso debidamente aprobado de la fórmula que contiene una fórmula equivalente a "por todos", como la Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado ya (cf. Sacra Congregatio pro Doctrina Fidei, Declaratio de sensu tribuendo adprobationi versionum formularum sacramentalium, 25 Ianuari 1974, AAS 66 [1974], 661). Verdaderamente, la fórmula "por todos" seguramente correspondería a la intención del Señor expresada en el texto. Es dogma de Fe que Cristo murió en la Cruz por todos los hombres y mujeres (cf. Juan 11:52; Corintios 5, 14-15; Tito 2,11; 1 Juan 2,2)".
CONGREGATIO DE CULTU DIVINO ET DISCIPLINA SACRAMENTORUM
Prot. n. 467/05/L
Roma, 17 de octubre de 2006
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Pregunto yo: ¿dónde consta oficialmente ese consentimiento?
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¿Cómo se puede decir que una reforma del Misal, aprobada por el Papa, sea una "revolución"?
¿Cómo se puede juzgar la norma por los excesos?
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¿Qué tienen que ver las experiencias erróneas posteriores al Vaticano II con la reforma litúrgica legítimamente amparada por la autoridad de la Iglesia?
1. Independientemente de que la traducción del "pro multis" ordenada por Roma sea la más acertada o no, lo cierto es que en esto las conferencias episcopales han desobecido abiertamente a la Santa Sede y eso es muy grave. Si Roma manda una traducción distinta, hay que obedecer.
2. Hay consentimiento por omisión. ¿Acaso nuestros obispos velan para que no se cometan abusos litúrgicos? Vd. es gallego, ¿qué me dice de las Romaxes? ¿Hacen algo los obispos gallegos para erradicarlas? ¿Y Entrevías? Esto, sólo por poner los ejemplos más significativos.
En las diócesis se cometen a diario cantidad de pequeños abusos (sacerdotes que celebran sin casulla, personas que manipulan el Santísimo sin autorización... y los obispos no hacen nada para evitarlo).
3. La reforma litúrgica de 1969 fue revolucionaria porque supuso una ruptura con la liturgia anterior y un acercamiento al culto protestante. El Cardenal Alfons Stickler, perito conciliar, explica en este artículo las diferencias entre los Misales de Pío V y de Pablo VI:
C:\Users\user\Documents\Perito Conciliar Misa Tridentina.mht
4. Al albur de la reforma de Pablo VI se han cometido los abusos más variopintos, abusos que no se conocían bajo la vigencia del Misal anterior.
1. Sobre el "pro multis":
"«Hoc est enim corpus meum quod pro vobis tradetur». El cuerpo y la sangre de Cristo se han entregado para la salvación del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres. Es una salvación integral y al mismo tiempo universal, porque nadie, a menos que lo rechace libremente, es excluido del poder salvador de la sangre de Cristo: «qui pro vobis et pro multis effundetur». Se trata de un sacrificio ofrecido por «muchos», como dice el texto bíblico (Mc 14, 24; Mt 26, 28; cf. Is 53, 11-12), con una expresión típicamente semítica, que indica la multitud a la que llega la salvación lograda por el único Cristo y, al mismo tiempo, la totalidad de los seres humanos a los que ha sido ofrecida: es sangre «derramada por vosotros y por todos», como explicitan acertadamente algunas traducciones. En efecto, la carne de Cristo se da «para la vida del mundo» (Jn 6, 51; cf. 1 Jn 2, 2)".
Juan Pablo II, Carta del Santo Padre Juan Pablo II a los sacerdotes para el Jueves Santo de 2005.
En las diócesis se cometen a diario cantidad de pequeños abusos (sacerdotes que celebran sin casulla, personas que manipulan el Santísimo sin autorización... y los obispos no hacen nada para evitarlo).
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Cada día se cometen en España delitos. ¿Quiere eso decir que las fuerzas de orden público los amparen? ¿Que los impulse el Gobierno? No tengo nada que decir sobre las Romaxes (no tengo noticia de ninguna celebrada en mi diócesis). Si es lo que sale en algunas fotos, muy mal. Si son eso, nada pueden alegar en su favor. No hace falta ser experto para decir que eso no es lo que debe ser. Y de lo de Entrevías, lo mismo (he escrito sobre ello).
C:\Users\user\Documents\Perito Conciliar Misa Tridentina.mht
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No se puede decir eso de la reforma litúrgica. El Papa Benedicto XVI no dice eso. Y es el Papa.
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La historia de la Iglesia es una historia de santidad y de pecado. De observancia y de abusos. Ojalá que los abusos fuesen invento de estos últimos cincuenta años. No lo son. Basta leer historia.
2. Las fuerzas de seguridad luchan contra los delitos. Los obispos no luchan contra los abusos litúrgicos. Esa es la triste realidad. Si yo voy a mi Obispado a denunciar que un sacerdote celebra Misa sin casulla no me van a hacer ningún caso (si no se ríen en mi cara). Lo de las Romaxes y Entrevías no son más que dos ejemplos llamativos.
3. Aunque los Papas suelen utilizar un lenguaje muy diplomático, Benedicto XVI nada menos que ha rehabilitado el Misal antiguo, para que el Nuevo pueda mirarse en el espejo del antiguo y se aplique en continuidad con él. ¿Le parece poco? ¿Hubiera hecho falta esta medida si no hubiese ruptura litúrgica?
4. Supongo que los abusos litúrgicos habrán existido siempre, pero en los últimos cuarenta años se han disparado. Basta ojear el vídeo que cuelga en la portada de Infocatólica:
http://www.youtube.com/watch?v=ZQPkYwIOCRM&eurl=http%3A%2F%2Finfocatolica%2Ecom%2F&feature=player_embedded
2. ¿Qué margen ha dado la Congregación del Culto para que entre en vigor esa nueva traducción? Dígamelo Usted.
3. Si usted denuncia los abusos litúrgicos en su Obispado, habrá hecho lo que tiene que hacer. El resto, no le compete a Usted. Bueno, si quiere, puede denunciarlos a la Santa Sede. Si le roban debe ir a la policía, no puede ir a matar a los ladrones (por poner un ejemplo).
4. El Papa ha dado un indulto para que, como forma extraordinaria, se use el Misal de Juan XXIII. Nada que objetar, ni en el fondo ni en la forma. Y si lo ha decretado el Papa, a mí, ya sólo por eso, me convence.
5. Puestos a buscar vídeos, los hay de todos los tipos. Busque usted "Inquisición" y verá. Y no todo es TODA la realidad.
En resumen: Llevo 18 años de cura. Tengo muchísmos defectos, pero no tengo conciencia de haber desobedecido nada en lo que a la Liturgia se refiere. Y como yo, muchos.
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A lo que vamos:
se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula pro multis (por ejemplo, "for many", "por muchos", "per molti", etc.) en la próxima traducción del Misal Romano.
Es decir, hasta que no haya que aprobar una nueva traducción, sigue en vigor la que está. Y es muy de sentido común que se haga así. No se va a comprar un Misal cada año.
1. En la Carta de Acompañamiento al Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa Benedicto XVI establece que "las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente... En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo".
En todo caso, hay en la Iglesia muchas cuestiones sobre las que el Papa no se ha pronunciado en calidad de Sucesor de Pedro y, por eso mismo, son opinables. En mi opinión, sí hubo ruptura litúrgica. Creo que los argumentos del Cardenal Stickler son definitivos.
2. Igual que yo los conozco, el Obispo y sus vicarios deben de conocer con más razón los abusos litúrgicos que cometen los sacerdotes. Yo no voy a hacer el primo yendo a hacer una denuncia que estoy convencido no va a servir de nada. Tampoco tengo vocación de policía de la liturgia. Velar por la correcta aplicación de la liturgia corresponde al Obispo, no a mí que soy un simple seglar.
3. La Inquisición es un hecho histórico; las imágenes que se ven en el vídeo de marras son muy recientes.
http://principioscatolicos.blogspot.com/2009/02/carta-del-cardenal-arinze-sobre-el-pro.html
No se trata de un decreto, pero la carta transmite una orden de la Santa Sede.
En cuanto a que Vd. no comete abusos litúrgicos, nunca lo he dudado.
Buenas noches.
Yo creo que la ruptura está más en la actitud pastoral ante los abusos litúrgicos que en la propia reforma aprobada por Pablo VI, aunque reconozco que existen estudios serios que indican que dicha reforma tiene aspectos que pueden considerarse como rupturistas. Claro que también habría que explicar qué se entiende por ruptura.
Sin embargo, lo que es innegable, es:
1) que el Novus Ordo contiene errores (sean abusos, imprecisiones, añadidos extravagantes o malas traducciones), lo cual no impide que se trate igualmente del Santo Sacrificio Eucarístico en razón de que consta de proclamación de la Palabra y de consagración (siempre que concurran materia, forma e intención), mas ello no es óbice para emprender todas aquellas correcciones que día a día se muestran necesarias;
2) que tales errores, en la letra y en el espíritu de la reforma litúrgica postconciliar, han propiciado enormes abusos litúrgicos, con la consiguiente desacralización no solamente del culto divino sino también de muchas otras cosas en la Iglesia. Se ha llegado a desfigurar casi por completo la Santa Misa.
3) El influjo nefasto de tal desfiguración -en no pocos casos sacrílega- es , al menos en mi opinión, más que evidente. Si la Iglesia vive de la Eucaristía (JUan Pablo II), la cual es por excelencia el Misterio de la Fe (Pablo VI), no puede reputarse casual sin riesgo de ofender la inteligencia el hecho de que coincidan en el tiempo desastre litúrgico y profunda crisis eclesial en todos los órdenes. Se trata más bien de algo causal, pues "lex orandi, lex credendi, lex vivendi".
4) No creo acertada su postura, P. Guillermo, de desconectar liturgia y recta marcha de la comunidad cristiana. Dice Vd. que "poca diferencia existe, a la hora de evaluar “resultados”, entre parroquias observantes o menos observantes, entre congregaciones más tradicionales o menos tradicionales, entre seminarios más “fieles” o menos “fieles” a las orientaciones de la Iglesia"...
Tal y como comenta Inmaculada (primer comentario a este artículo), creo sinceramente que la experiencia dice más bien lo contrario. Dado que no se trata esto de fórmulas matemáticas, no siempre se verifica lo mismo en todas partes, claro; el influjo de la circunstancia es extraordinario. No obstante insisto: la Fe, la razón y la experiencia nos dicen que cuanto mejor sea la liturgia, la práctica de todos los sacramentos y la oración, mejor será la comunidad cristiana concreta.
Saludos cordiales.
Dices,sin más argumento,"que hay errores" en el Misal,¿cuáles,en qué página,en qué apartado?,¿te refieres al Misal romano o a su modificación,para España del año 2002?.
Estamos,una vez más repitiendo y repitiendo,para que al final algo sea "tenido por cierto",empieza a parecerse ésto al "tócala otra vez Sam",que como todo el mundo sabe ...¿está o no en "Casablanca"?.
LF
Creo,que un gesto de honradez,una vez más,has dado en clavo:¿qué es ruptura?,por que de inmediato surge ¿quienes son ellos,y de qué autoridad estan investidos,para calificar de "ruptura" el NO,basados en lo que haya dicho éste o áquel?.
Es que si hay que opinar,se opine,pero opinar por opinar,sin medir las consecuencias me parece temerario,por cierto algunas de esas opiniones eran no-católicas y claramente integristas,llevaban al Islam (sumisión) y no al Deus caritas est.
Según ese artículo, no queda otra que volver al Misal anterior a la reforma y punto. ¿Qué hacemos entonces con la Sacrosanctum Concilium? ¿No servía para nada? ¿Se propuso una reforma litúrgica en el CVII porque sí? Esto de hacer "tabula rasa" de 50 años, además de un error, sería una ingenuidad. Es ésa, además, la razón por la cual, sintiéndome tan cercano en diversos aspectos al tradicionalismo, jamás he militado en el mismo: además que de su postura es poco clara (tal vez por ser equívoca o, la menos, no unívoca), de lo que ellos dicen parece quedar en claro casi siempre que de lo que se trata es de hacer como si el CVII no existiese. Y ya está; todos los problemas de la Iglesia se acaban... Resulta evidente que esto no es así, se convovó el CVII porque había una necesidad pastoral de "ventilar" ciertos temas sin cambiar NADA de la doctrina y, aunque podamos estar horas discutiendo si esto se hizo bien o mal o si se cambió doctrina o no (discusión por otra parte apasionante), ello no cambia la inicial necesidad de tales cambios para el bien de la Esposa de Cristo. Ecclesia semper reformanda, para proclamar el Reino de Dios, con el mismo credo, en un mundo cada vez más cambiante.
La cuestión litúrgica sigue abierta con "reforma de la Reforma" o sin ella. Tradición no es arqueologismo, por eso alabo el Misal de Juan XXIII, pero rechazo lo que encierran expresiones como "la Misa de siempre", pues la Santa Misa es, en esencia, el Santo Sacrificio Eucarístico compuesto de proclamación de la Palabra y Consagración. Las Misas del Cardenal Van Thuan en las cárceles vietnamitas o las de cierto jesuita polaco en las prisiones comunistas durante la postguerra mundial son verdaderos Sacrificios Eucarísticos, válidos y lícitos, a pesar de la cortedad del rito seguido sub neccesitatem. Ésa es la auténtica y única "Misa de siempre", expresada en diversos ritos: el ambrosiano, el mozárabe, el romano (ordinario y extraordinario), el de San Juan Crisóstomo, el de pura necesidad o cualquier otro que sea válido y lícito.
Saludos cordiales.
Un rito litúrgico es válido siempre que esté aprobado por la Santa Sede y que, por tanto, no contenga herejías, dos condiciones que reúne la reforma de Pablo VI.
La continuidad con la liturgia anterior es sumamente conveniente, pero no es un requisito para la validez de la nueva.
Ahora bien, que el Novus Ordo sea válido no quiere decir que no carezca de muchas imperfecciones y hasta deficiencias que, aunque en la práctica resulten salvadas por la potestad de la Iglesia (Iglesia suple), conviene revisar a la luz de la tradición.
Ahora, en cuanto creación humana y para peor in vitro, artificial, la reforma es susceptible de un analisis de su mayor o menor felicidad, de su mayor o menor suficiencia. No es un texto del Magisterio. Puede ser suplida, o corregida. Puede constituir, sin ser invalida, una ruptura cultural, hermeneutica y metodologica con lo que se hacía antes en la Iglesia. Y eso lo es, ciertamente. Basta confrontar con los ritos orientales.
No caben dudas sobre la validez. Cuando se habla de ruptura, se habla de :
1) Ruptura metodologica: en los dos mil años de Iglesia, jamás se había "inventado" in vitro un rito. Los ritos son hijos de una evolución secular, viva. San Pío V se limitó a tomar el rito de la Curia Romana y organizarlo un poco, con mínimas modificaciones. Este rito fue fabricado en laboratorio, en un conciliabulo presidido por el señor Bugnini, sin consultas suficientes y con poco respaldo de los grandes liturgistas, a tal punto que hubo que corregirlo ni bien nacido. El mismo Bugnini reconocio que más que reforma, en muchos casos hubo recreación total.
2) Ruptura en sus elementos constitutivos: nunca antes en la historia bimilenaria de la Iglesia, ocurrió que las partes constitutivas de la Misa se inventaran de la nada. El ofertorio, que era una oración de ofrecimiento secular, odiado por Lutero, fue sustituido por una bendición tomada de las berajat judías. Por arte de magia, fue borrado todo rito de ofertorio de los 2000 años y sustituido por otro que nunca estuvo al uso en la Iglesia.
3) Ruptura en los fines. La liturgia siempre fue considerada el culto que Cristo rinde al Padre, con sus miembros unidos a El. Jamás fines extralitúrgicos constituyeron el quid de las reformas. La reforma de Bugnini introdujo, fiel al movimiento liturgico, fines no cúlticos, básicamente el ecumenismo. Por eso Bugnini declaró que se extrarían del antiguo ordo lo que molestara a los protestantes. Por eso, hubo observadores protestantes en el Consilium (la Comisión)
4) Ruptura frente al Concilio: ninguno de los objetivos fijados por la Constitución Sacrosanctum Concilium se cumplieron. La reforma de Bugnini desobedeció al Concilio en cuanto a: a) prohibición de la iniciativa liturgica; b) multiplicación de canones; c) supresión del latín d) mantención de todos los ritos aprobados
hora, todo dependerá de qué entendamos por ruptura. Todo liturgista experto reconocerá los cuatro elementos rupturistas anteriores, y dirá que, efectivamente hubo ruptura, falta de continuidad con lo anterior.
Si por ruptura en cambio se entiende extinción del rito romano, invalidez del sacramento y supresión del Sacrificio Eterno, una de las señales escatologicas que Daniel señala para el advenimiento del Anticristo, la respuesta es negativa.
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En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. (Benedicto XVI, Carta de 7 de julio de 2007).
Este trabajo fue realizado obedeciendo al principio conciliar: fidelidad a la tradición y apertura al progreso legítimo [17]. Por ello, se puede decir que la reforma litúrgica es rigurosamente tradicional «ad normam Sanctorum Patrum» [18]".
Juan Pablo II, CARTA APOSTÓLICA
VICESIMUS QUINTUS ANNUS, 4.
Juan Pablo II, CARTA APOSTÓLICA
VICESIMUS QUINTUS ANNUS, 10.
Supongo que los habrá leído.
La liturgia no es susceptible de un juicio en materia de magisterio ordinario. Es disciplinar, y puede ser mas o menos feliz, mas o menos perfecta. De hecho, Pablo VI corrigió la Institutio que había sancionado, por las protestas de Ottaviani. Si su rúbrica hubiera sido infalible, no la hubiera corregido. Si hubiera sido magisterial, tampoco.
Aquí el argumento de autoridad para pretender acallar la realidad es un poco prepotente, sobre todo porque no hablamos de fe ni de moral. Averigue cómo terminó el fautor de la reforma liturgica (desprestigiado universalmente entre los liturgistas), Anibal Bugnini.
No pretenderán que acepte, contra toda evidencia, que el nuevo Ofertorio no es rupturista, cuando refleja una oración judía -las berajot- que nunca fue empleada en ningún rito latino u oriental. Fue una pura invención de Bugnini, lo que nadie niega. Porque es innegable.
Si los Papas dicen que hay continuidad, la habrá.
Al final canonizarán a Lefebvre y condenarán a Pablo VI.
Un juicio del Papa en esta materia es claro que no es infalible, ni pretende serlo.
Curiosa infalibilidad.
De todos modos, disputar sobre opiniones de expertos llevaría muy lejos. Entre otras cosas, obligaría a tener los textos delante y a citar señalando el número de página. Lo demás sería poco serio.
La Liturgia no es sólo disciplinar, tiene que ver con la fe. No lo olvidemos.
A principios del sesenta, en medio de una revolución contracultural y de liberación doctrinaria, moral, artística y principial sin precedentes en la historia de Occidente, se tomó la decisión de aggiornar a la Iglesia. La iniciativa, buena en sí misma se vio contagiada por el Zeitgeist, y, casi sin quererlo, la Iglesia fue infectada por el virus del pensamiento moderno. Buena renovación y falsa innovaciòn quedaron confundidas, opacando muchos aspectos del magisteiro de la Iglesia, sino en los documentos, en el lenguaje de los mismos y en las ambiguedades. Sin cribar, entraron muchos errores que unas décadas atrás hubieran sido rechazados con espanto. La infección se extendió al punto de querer adaptar con principios típicos de la época, el arte y la ritualidad íntimos de la Iglesia a los principios del mundo moderno: innovación, adaptación a la mentalidad moderna, cierto antropocentrismo,desprecio a la tradición. Por esa fecha, se hacían happenings y eventos contraculturales: el aire del tiempo era ése.
La infección está pasando. Nunca llegó a la cabeza, porque las puertas del Infierno no prevalecerán.Nunca Pedro enseñó el error, aunque pueda haber errado en la oportunidad o conveniencia de ciertas pràcticas, como erró en su momento, y Pablo lo resistió cara a cara (cf. Galatas).
La desintoxicación, como debe ser, la lleva a cabo Pedro. Tomará décadas, pero ya está en marcha.
Los sesenta ya son historia, historia marchita, y amenazan con envejecer documentos que hablan de la Guerra Frìa y la carrera espacial.
El mundo da vueltas, pero la Iglesia permanece. La Tradición viva permanece, y las modas se hacen viejas.
Crux stat, dum volvitur orbis. Semper idem.
Yo no discuto su estudio, digo que no tiene precedentes en veinte siglos de historia del rito catolico el cambio de una parte de la misa por un texto que nunca fue cristiano.
Por otra parte, ¿sabe lo que dijo Bouyer de la reforma liturgica?
Será buena o mala, como le pareció por un momento a Bouyer (muy arrepentido despues, recomiendo leer "La descomposiciòn del catolicismo"). En realidad fue una mala lectura de Bouyer, que no propiciaba esto. Una invención de Bugnini
Al igual que la declaración conciliar sobre la colegialidad, donde mandó añadir una "nota explicativa" al texto (decisión sin precedentes), porque así solo no era aceptable.
No seamos más papistas que el papa. También los papas del renacimiento encararon proyectos liturgicos contaminados del Zeitgeist, baste leer los trabajos de reforma del breviario de los poetas romanos, llenos de estilo pagano. Y gracias a san Pío V se pudo restaurar la buena liturgia.
Yo no he recurrido a la infalibilidad del Papa, simplemente me parece una autoridad más digna de respeto que Luis, o las personas que cita. No digamos de lo sospechosas que me parecen las coincidencias con esos católicos alerta que sacan unas conclusiones tan demoledoras como falsas, o con Lefebvre que está a punto de ser canonizado por los que afirman que hubo una ruptura litúrgica.
Ya he dicho que lo creeré cuando lo diga no un obispo suelto ni un laico sabelotodo sino todos los obispos en unión con el Papa y este lo declarede forma solemne.
Hasta ahora no le he oido hablar más que de continuidad y de la posibilidad de usar las dos formas, antiquus y novus ordo. Pues a eso me atengo.
Y no tienes por qué recurrir como siempre a tergiversar mi forma de pensar para descalificarme. Esos son tus argumentos al final. Siempre lo mismo.
Eso no quita que se pueda opinar. Y que se equivoquen, con lo cual tenemos derecho a instar que se corrijan los errores.
Por cierto, y just for the record, la obediencia no es absoluta, la Iglesia no es una monarquía absoluta, tiene una Constitución que es la Tradición y el Dogma. Un Papa puede cambiar la esencia de los sacramentos, o suprimirlos. Lo dicen todos los teologos catolicos. No digo que éste haya sido el caso, sino que recuerdo la doctrina catolica, no sea cosa que terminemos creyendo, como decía Newman, que un Papa es un dios viviente.
Eadem sententia, eadem sensu: el mismo dogma, en el mismo sentido. Semper idem.
Realmente me sorprende la contumacia de algunos. Lo que me preguntas no hace sino reabrir y reiterar debates que se han tenido aquí una y mil veces, por lo que resulta redundante y hasta exasperante volver a ello. Sin embargo, puesto que a mí lo que me mueve es la caridad (no sé a ti), y deber de caridad es esnseñar al que no sabe, paso a explicarte lo que desconoces y clamas. Para ello hubiera sido suficiente que lo preguntaras con normalidad, sin exordios extravagantes.
He de puntualizar, de manera preliminar, lo siguiente: afirmas que, según yo digo, "hay errores en el Misal". No he dicho eso (tan fácil como leer detenidamente). Digo que hay errores en el Novus Ordo, y los subdivido en abusos, imprecisiones, añadidos extravagantes o malas traducciones. Quizás la sutileza se te escape, pero al hablar de errores en el Novus Ordo me refiero a errores en la reforma litúrgica en sí misma, en su planteamiento y concepción. No aludo por tanto a ediciones concretas del Misal, por lo que toda referencia a páginas o a otras concrecioens sobra por absurda.
Gracias a tu equívoco se me brinda la oportunidad de especificar lo dicho antes. A las categorías de errores anteriormente mencionadas he de añadir las omisiones. Así, voy por partes:
ABUSOS: éste es el punto más flagrante y evidenet para cualquiera. Hasta tal punto y de tal calibre son los abusos litúrgicos, sacrilegios auténticos en no pocas ocasiones, que la Santa Sede ha tenido que emitir numerosos documentos, de distintas clases, para tratar de corregirlos. A modo de ejemplo, las instrucciones Memoriale Domini o Redemptionis Sacramentun. Los abusos, de un amplio abanico, pueden ir desde comulgar porque sí bajo las dos especies hasta consagrar con rosquillas, pasando por dar la comunión en la mano, servírsela por uno mismo, introducir músicas extrañas al culto y hasta antiteas, etc.
Todos estos abusos no son inherentes al rito, esto es obvio. Sin embargo, sí que pueden ser imputados, no a un "Misal" en concreto (insisto en la anterior precisión) pero sí al Novus Ordo en cuanto reforma litúrgica mal planteada desde el principio, al menos en un "caldo" nada bien preparado. Cuando la norma, y no la excepción, es que un rito (el romano ordinario en este caso) sea mal celebrado, algo tendrá que ver el rito, digo yo, aunque tales abusos evidentemente no estén prescritos (a veces tampoco proscritos) por el mismo.
IMPRECISIONES: la doble alusión al "para nosotros" en la liturgia eucarística o la expresión "cena del Señor" son sólo dos ejemplos de la ambigüedad e imprecisión de ciertas fórmulas.
AÑADIDOS EXTRAVAGANTES: la antedicha expresión "cena del Señor", que es de innegable cuño luterano refiriéndose a la Santa Misa, o las nuevas fórmulas del Ofertorio.
En este punto, sin embargo, se lleva la palma el "rito de la paz", lo de darse besitos y abrazos mientras Nuestro Señor, presente real, verdadera y sustancialmente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad sobre el Altar pasa impávido, ahí queda... A tocarse mucho y a adorar poco a Jesucristo, al que acto seguido vamos a recibir en nosotros. Que se espere, ¿no? Al fin y al cabo estamos en la Era de la Humanidad... Afortunadamente nuestro querido Santo Padre ya ha apuntado el remedio en Sacramentum Caritatis: el rito de la paz antes del Ofertorio.
MALAS TRADUCCIONES: esto está archicomentado... El Padrenuestro ("ofensas" por "deudas"), el Credo ("de la misma naturaleza" por "consubstantialem"), el Gloria ("que ama el Señor" por "bone voluntatis") y la fórmula de consagración ("por todos los hombres" por "pro multis").
OMISIONES: es cierto que el Novus Ordo ha introducido, acertadamente en mi opinión, una mejor epíclesis. Mas ello no difumina las omisiones que claman precisamente por su ausencia. ¿Por qué razón, por ejemplo, en ninguno de los ciclos litúrgicos aparece como lectura la prescripciónd de Santiago de que nos confesemos mutuamente nuestros pecados (5,16), o la advertencia paulina del que come y bebe su propia condenación (1 Cor 11, 28)? ¿Será que ya no hace falta confesarse porque ya no hay pecado? Puede que no sea ese el motivo, o puede que sí... En cualquier caso, "pensado bien", poco sentido tiene que dos lecturas neotestamentarias que aluden directamente al sacramento del perdón sean omitidas precisamente en un tiempo en el cual se niega o se silencia su necesidad y eficacia.
Otra omisión elocuente es la de la predicación acerca de los Novísimos en las homilías de ahora: poco se dice sobre el Paraíso (la Salvación, la Redención, el Reino, la Parusía -bueno, esto último... ¿qué es?-), absolutamente nada acerda del Infierno (Satanás, condenación, posesiones), y el Purgatorio ya ni se sabe que exista. Si Cristo viene a salvarnos del pecado y de la muerte, pero ahora ni sabemos que necesitamos salvación, ni existe el pecado y dentro de poco habrá pastillitas para no morirse, ¿a qué vamos a Misa? Además, en caso de duda, Dios es tan bueno que al final todos nos salvamos, ¿no?
Espero que las anteriores consideraciones te sean de provecho, estimado Norberto.
Saludos cordiales.
hace usted referencia en uno de sus primeros comentarios, en torno al "pro multis" de un documento de la CDF del 1974, ya obsoleto en tanto en cuanto ha salido posteriormente un documento de la CCDDS firmado por el Card. Arinze el 17 octubre 2006 donde deja meridianamente claro que lo correcto es "por muchos". No obstante, reconozco que la argumentación que utilizan los que la traducen "por todos" es correcta pero tiene un inconveniente: que debe explicarse continuamente su sentido.
Por otro lado, y siempre teniendo en cuenta el aspecto lingüístico, en latín nunca se ha usado "pro omnibus" en esa frase. Asimismo, me gustaría compartir con usted unas palabras al respecto del Card. Stickler, como usted bien sabe perito conciliar en tres comisiones una de las cuales era la litúrgica que dio lugar a la Sacrosanctum concilium, es decir una "autoridad" al respecto:
"Por su importancia práctica, me gustaría adentrarme con ejemplos en las dos razones recién mencionadas. Un buen amigo me hace enviar el Deutsche Tagepost regularmente. Siempre leo la penúltima hoja, en la que el equipo editorial, muy laudablemente, da a los lectores la oportunidad de expresar puntos de vista opuestos en cartas al editor. Una serie continua de dichas cartas se refería en detalle al "pro multis" del texto latino de la consagración y con su traducción como "por todos". Una y otra vez se referían a la filología, la que muchas veces se transforma en el amo en lugar de ser meramente la ayudante de la teología. Monseñor Johannes Wagner dice en su "Liturgiereformerinnerugen" (1993) que los italianos fueron los primeros en introducir esta traducción, a pesar de que él hubiera preferido la traducción literal de "muchos". Desafortunadamente, nunca he visto recurrirse a un argumento de primer orden contenido en el Catecismo Romano Tridentino, que es a la vez teológicamente decisivo y pastoralmente de extrema importancia. Allí la distinción teológica está claramente enfatizada: el "pro omnibus" indica la fuerza que la Redención tiene "para todos". Si uno toma en consideración, de todos modos, el fruto que resulta de esa salvación a los hombres, la Sangre de Cristo no es efectiva para todos, sino más bien para "muchos", esto es, para aquellos que aprovechan sus beneficios. Es correcto entonces aquí no decir para "todos", puesto que en este pasaje se habla solamente de los frutos del sufrimiento de Cristo, que alcanzan sólo a los elegidos. Se puede aquí encontrar aplicación para lo que el apóstol dijo en Heb. 9 : 28, que Cristo se sacrificó una sola vez por los pecados de ¨muchos¨, y la distinción de Cristo mismo : "Oro por ellos; no oro por el mundo, sino por aquellos que Tú me diste, porque te pertenecen". Todas estas palabras de la consagración contienen muchos secretos que los pastores deben reconocer a través del estudio y con la ayuda de Dios.
No es difícil ver aquí verdades pastorales de extraordinaria importancia presentes en los contenidos dogmáticos de la lengua de culto latina, que inconscientemente (o también conscientemente) quedan cubiertos por una traducción impropia"
Siento la longitud del comentario, pero creo que se debía leer en su totalidad.
Por último, terminar diciendo que los plazos dados por la CCDDS fue de dos años y que ya está a punto de cumplirse el tercero sin haberse realizado la traducción. Lo de excusarse en los Misales que están en las estanterías de las editoriales, perdóneme Padre pero no es correcto teniendo en cuenta que se puede corregir adhiriendo un pequeño papel con fixo o pegamento encima de las citadas palabras. No hay que cambiar todo un Misal para ello.
De todas formas, siempre he dicho que celebrando en latín no existirían estos problemas.
Ver la que se lía con el tema litúrgico y cuán vital os resulta me sigue dejando perpleja. No me extraña en Hermenegildo (tradicionalista puro y a ultranza), por ejemplo, ni en luis (además de tradicionalista, opinador-de-todo). Pero en todos los demás me deja confundida tanta entrega y tanta enegía y tanta dedicación y tanto énfasis y tanto vuelco en la cuestión.
Me temo que según Jesús el Reino de Dios consiste en saber sacar del arcón lo NUEVO y lo viejo.
Eso aparte de que el vino nuevo en odres nuevos.
Pedro y Pablo lo entendieron rápido. Santiago menos rápido. Los falsos hermanos no lo entendieron jamás.
¿Quién sigue la línea de San Pedro y San Pablo?
Me quedo con los Papas mejor que con los Torquemadas infalibles.
La Iglesia no la pueden acaparar unos cuantos.
No se puede consentir que expliquen de forma equivocada en que consiste el novus ordo. La liturgia es la celebración de la fe dicen, pues por eso, que no interpreten equivocadamente los gestos del novus ordo.
Pero descuida que ya estoy harta del tema.
Buenísimo Asun, y ojalá ese celo impropio (porque los Papas no gozan en esta materia de infalibilidad) lo traslades siempre a las materias en que sí son infalibles: dogma y moral.
Me alegro muchísimo.
Supongo que tenemos un nuevo supermegaultraortodoxo infalible en este tal Eusebio.
Siento decirle que el Santo Padre no celebra nunca en italiano sino en latín. El italiano, en las celebraciones pontificias, se reserva para las lecturas, homilía y oración de los fieles ; y no sólo italiano sino alemán, inglés, francés, español, etc.
Dígame, entonces, ¿cuándo ha celebrado en italiano el Santo Padre alguna otra parte de la Santa Misa?
Suelo seguir las celebraciones de Benedicto XVI a través del Canal Telepace, y he hablado con conocimiento de causa.
También en Roma, P. Guillermo, en distintas ocasiones ha celebrado y celebra en italiano. Conocedor de la nota de la Congregación, he estado atento precisamente para ver qué decía el Papa.
Sería interesante saber si los dos misales de inminente aparición (el castellano del Cono Sur y el estadounidense) han recogido ya la modificación. En España estamos a la espera de la traducción de la Editio typica tertia, que data del 2002 y todavía no sale. Se agotó la edición anterior y han realizado una nueva impresión porque no terminan de traducirla. La Comisión Episcopal de Liturgia va muy lenta en esto. Y hay varias modificaciones que, recogidas en la Ordenación General ya traducida, todavía no se aplican, al no figurar en el "cuerpo" del Misal.
pues a mí este tema... mira que he intentado que me enganchara, quye he procurado leeros con más o menos atención, mirar las razones de unos y otros como si me importaran, hasta he procurado tomármelo en serio... pero no. Si de mí dependiera habría pasado absolutamente desapercibido.
Y prefiero personalmente una cierta solemnidad y lo del latín, ya sabéis todos que también; pero antes de celebrar la misa el cura y yo solos, muy sagrado todo, muy solemne y muy en latín, pero solos... me quedo como estamos
todos los que militáis
debajo de esta bandera,
ya no durmáis, no durmáis
que no hay paz sobre esta tierra.
Cuarenta años de persecusión no fomentan el pacifismo precisamente. Cuarenta años de mentiras tampoco.
Y le diré que visto el maltrato de quienes asistimos a misa tradicional, somos bastante pacíficos.
Te "engancharás". A todos nos ha "enganchado" Ratzinger.
Recomendadme una cortito para empezar. Cortito pero enjundioso, eh. Y si va de liturgia, mala cosa para que me enganche. Y lo de las Obras Completas, padre, lo dejo para la otra vida, en la eternidad se me harán más cortas. :)
"El espíritu de la liturgia" es muy bueno para empezar.
Gracias por tu esfuerzo en contestarme,lo de "...esnseñar al que no sabe, paso a explicarte lo que desconoces y clamas...",evidentemente sobra,pues no me conoces,y,esa petulancia no construye.Leído lo que te ha llevado tiempo redactar,"para enseñarme",debo decir que está más o menos bien sed nihil novus sub sole. Me gusta más tu intervención de las 11:10,que por cierto comparto.Bueno,gracias,de verdad,ya seguiremos,la vida da para mucho,y,tu atención en molestándote en contestarme no se olvida.Pax tecum
Lo fundamental es escapar al falso dilema lefebrismo-postconciliarismo, que se desenvuelve en parámetros racionalistas: liturgia intocable versus liturgia inventada. La liturgia es una cosa viva, un organismo que, al soplo del Espíritu, se ha ido desarrollando, desplegando y puliendo a lo largo de los siglos. Ni es una creación estática, mineral, ni es un invento de probeta como el que intentó Bugnini. Como decía Lubac, la Iglesia es una realidad quasi biologica.
La liturgia es una gran sequoia que a lo largo de siglos y siglos se extiende y desarrolla, idéntica a sí misma y sin embargo adquiriendo nuevos matices y desarrollos.
Por eso, la liturgia tradicional es la mas democrática y menos elitista: no tiene dueño, cuenta con el sufragio de decenas de generaciones cristianas. Como Roma, no ha sido hecha en un día, ni por una Comisión de iluminados.
Es como la Iglesia.
luis, yo en Germinans no hago clic ni loca. Si me lo cuenta otro, vale; si no, no me interesa.
Gracias José María, iremos poco a poco.
Con sus comentarios me han tranquilizado de que no lo estamos haciendo mal y de que continuare adorando a mi Dios en mi lengua y como dice San Pablo edificandonos mutuamente.
Sin embargo, si el santo padre mandase volver atras yo lo acataria, para gloria de Dios.
"convertir la liturgia en ropajes de encajes y bordados"
¿Eso saca en conclusión? Por favor, hombre, no sea bruto.
Por ejemplo, decirle, como me decìan a mí, que el rito tradicional estaba suprimido. Tengo una larga lista de mentirosos.
Si la liturgia es defectuosa, pues la culpa no la tiene el mensajero (se llame Monseñor Gambler, Ratzinger, Bouyer, Stickler, Ottaviani, Bacci) sino quienes la hicieron defectuosa.
La verdad es la verdad. Ocultarla por motivos pastorales podrá ser a veces factible, pero a la larga explota -y mal- en la cara.
Yo le sugiero que lea los escritos de Klaus Gamber, de Michael Davies y del cardenal Stickler. Escuche la otra campana.
Toto corde
Que el siervo de Dios John Henry Newman lo libre del ultramontanismo, lo conserve en la ortodoxia, y lo bendiga.
No olvide que cuando Manning pedía "el Times y una bula del Papa, para saber qué hacer, cada mañana", desvariaba.
Asistí a alguna misa tridentina del Padre Leonardo Castellani, que tenía "autorización" para rezarla (era tuerto, de mala vista y anciano).
Y nada más, no me atrae el lefebrismo, me parece que la concepción de la liturgia es muy racionalista, cuando la liturgia es algo vivo. Con el Motu Proprio, volví a la Misa tradicional. Me cambió la vida, y desde hace dos años venimos soportando con mi familia todas las humillaciones posibles para poder asistir. Incluido que el sacerdote nos maltrate (han nombrado capellan de rito extraordinario a un enemigo de la misa tradicional- típico), no nos importa.
Me impresiona el texto, de una belleza inenarrable. El introibo ad altare Dei, que el impío Joyce seguía reteniendo en la memoria, como demuestra en el Ulises... La cortesía para con Dios, los elementos misteriosos (Melquisedec, el Santo Angel, el carbón en los labios- sé que estan en el Novus Ordo, canon I). El pedido final a la Trinidad de que el ministerio haya sido aceptado (suscipe sancta Trinitas...). El ofertorio, desgraciadamente desmantelado por Bugnini, odiado profundamente por Lutero y Cranmer, central para la concepción sacrificial, el hecho de que se hable de las ofrendas como si ya estuvieran consagradas ("hostiam puram, hostiam sanctam, inmaculatam..."), como subrayando la intemporalidad de la acción litúrgica.
La epíclesis tan breve y sin embargo tan certera en la acción, como una bala de plata.
Las rúbricas, esas bendiciones con cruces reiteradas que se "inflingen" a la santa ofrenda... La genuflexión en el Credo, los dos confiteor, las tres repeticiones del Domine non sum dignus.
En fin, soy un enamorado de esa liturgia, de ese texto pulido por generaciones y generaciones, con capas geologicas de cristianos de todas las épocas: el Canon casi apostolico, el ofertorio galicano, la elevación del siglo XI contra Berengario, las preces de León XIII y el exorcismo universal, el último evangelio tridentino... Es como asistir a la gran asamblea de cien generaciones de cristianos.
¿Eso se puede comparar con un rito producido in vitro por cuatro iluminados? Por favor...
Mis hijos pequeños, no más la primera misa, me dijeron: "Papá, aquí es distinto, el sacerdote se dirige a Alguien". Captaron inmediatamente la rúbrica ad orientem. Y siguen el texto con mayor atención que en la vernacula. Están forzados a leer.
O de san Pío de Pietrelcina, que siempre celebró el antiguo rito. O san Jose María Escribá, que les dijo a sus hijos: "Guarden todos los indumentos, porque llegará el día en que volveréis a celebrar el rito tridentino".
OO
Si es tan cierto que ya lo sabías todo, ¿por qué lo preguntas? ¿Eres mentiroso (pues ya conocías todo), cínico (te gusta reírte de los demás) o simplemente intentabas "pillarme" en un renuncio y te ha salido el tiro por la culata?
Saludos cordiales.
A lo mejor quería sacar lo mejor de tí mismo,provocando,eso sí,un poco,pero,siempre,sin intenciones aviesas.Creo,que nos vamos a llevar bien,puede "ser el comienzo de una buena amistad",que sí está en Casablanca...:-)
Por otra parte compartiendo el amor a la Liturgia,que es trasunto del amor a Dios, poco más vamos a discutir sobre ello,aunque podamos diverger en valoraciones,¡solo faltaba!.Pax tecum.
Saludos cordiales.
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