Prioridad de la lógica sobre la historia
Es la historia la que debe obedecer a las leyes de la lógica, no a la inversa.
Por ejemplo, si César cruzó el Rubicón, entonces no es verdad que nunca lo cruzó.
Y antes de que lo cruzase, había solamente dos posibilidades: que lo cruzase o que no lo cruzase. Igual que hoy día hay dos posibilidades: que Trump salga reelecto, o que no.
Antes incluso de que César cruzase el Rubicón, era imposible que a la vez lo cruzase y no lo cruzase.
La lógica no tiene historia. Es la historia la que, sí o sí, tiene que ser lógica, al menos en el sentido de no contradictoria.
Algunos dicen que la lógica es producto de la evolución. Eso es lo mismo que decir que antes de la evolución hiciese surgir la lógica, los dinosaurios, por ejemplo, podían existir y no existir al mismo tiempo y en el mismo sentido. Absurdo total.
Hay proposiciones autocontradictorias que no hace falta para refutarlas otra cosa distinta de ellas mismas.
Como en el célebre chiste en que uno va a ver al siquiatra y le dice: “Doctor, tengo un problema: no puedo decir “desayuno””.
O aquel conferenciante que empezó así: “Yo, antes de hablar, querría decir algunas palabras”.
Un historicismo consecuente, sin embargo, debería sostener precisamente eso, el carácter histórico de la lógica.
El historicismo, recordemos, es la tesis que dice que el ser y la verdad mismos son relativos a la historia. Cada época tiene su verdad, y al final, su ser.
Así Heidegger llegó a afirmar, dicen, una historia del ser (y no solamente de nuestra comprensión del ser, al menos una que fuese distinta del ser mismo).
Pero la historia misma ¿es o no es? ¿Habrá también una historia de la historia? ¿Y así “in infinitum”?
Los historicistas, al menos, sí que tienen una historia.
Respecto de eso, la historia de la filosofía es útil e importante, pero no es esencial.
Por ejemplo, es verdad que Santo Tomás representa un progreso respecto de Aristóteles, en cuanto a que el primero afirma que el acto fundamental en los entes finitos es la forma sustancial, mientras que Santo Tomás va más hondo, y descubre un acto más fundamental que la forma sustancial misma, que es el acto de ser.
Y es verdad, especialmente, que la tesis tomista viene cronológicamente después de la aristotélica, y que representa un progreso respecto de ella.
Y más fundamental, todavía, es que nada de eso es esencial. Lo importante es solamente eso: ¿hay o no hay en los entes de este mundo un acto más fundamental que la forma sustancial?
A esto se puede responder solamente de dos maneras: sí, no.
Y se da el caso, por los principios de no contradicción y tercero excluido, que necesariamente una de esas respuestas es verdadera, y la otra, falsa.
En estos temas filosóficos, que no son, justamente, históricos, la que es falsa lo ha sido y lo será siempre, e igualmente, la que es verdadera.
Y eso es lo que importa, al final.
Ninguna de las dos respuestas trae escrita la fecha de su validez o invalidez. No tiene sentido siquiera plantearlo.
Da lo mismo, al final, cuál vino primero y cuál vino después. Eso, en el fondo, es un ejemplo perfecto de accidentalidad.
Uno no es tomista porque piense que la tesis de Santo Tomás es un progreso. Se es tomista porque se piensa que la tesis de Santo Tomás es verdadera, y su contradictoria, falsa.
Por eso es que en lo esencial, la historia de la filosofía, tan útil y apasionante como es, no existe.
Son todos contemporáneos, siempre: Parménides, Heráclito, Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Descartes, Hume, Kant, Hegel.
Representan al menos algunas de las posibilidades lógicas e intemporales que ha habido siempre y siempre habrá acerca de cómo entender el mundo.
El historicismo es, justamente, una de esas posibilidades lógicas. El único problema que tiene es que es falso, como tantas otras de esas mismas posibilidades lógicas.
Ver así las cosas nos deja solos y desamparados ante la terrible necesidad de pensar, de sopesar argumentos en pro y en contra de las distintas posibilidades.
Ya no podemos recurrir al calendario o al reloj para profundizar en las intimidades del ser y la verdad.
Por eso el Aquinate dijo: “El estudio de la filosofía no es para saber lo que los hombres dijeron, sino cuál sea la verdad de las cosas”.
Por eso, cuando se dice, por ejemplo, que Aristóteles es el fundador de la Lógica, hay que distinguir y precisar mucho. Harvey, por ejemplo, no es el fundador de la circulación de la sangre, y en ese sentido, Aristóteles tampoco es el fundador de la Lógica.
Obviamente, si hablamos de un sistema conceptual en el cual se estudian las leyes del pensamiento humano, ahí sí podemos decir que Aristóteles es el fundador de la Lógica…hasta cierto punto, nada más.
Tampoco es verdad que construir la botella sea lo mismo que construir el agua que llena la botella y que es la única razón de ser de la misma.
¿O es que alguien piensa que se es tomista por admiración personal a Santo Tomás de Aquino? Por supuesto que lo admiramos, como santo y como sabio, pero ¿y si las tesis de Santo Tomás las hubiese defendido Hegel, y con los mismos argumentos de Santo Tomás, e inversamente, el Aquinate hubiese sido el autor de la “Fenomenología del Espíritu” y la “Ciencia de la Lógica”?
Pues que entonces seríamos, obviamente, hegelianos y no tomistas.
La Modernidad consiste esencialmente en mirar el vidrio de la ventana en vez de mirar a través de la ventana.
Por supuesto, eso se llama “nominalismo”: una vez que nos convencemos de que nuestros conceptos no corresponden a nada real fuera de nosotros, no nos queda otra opción que quedarnos mirando los conceptos mismos.
Cuando Berkeley dice, por ejemplo, que es evidente que lo que conocemos inmediatamente son nuestras sensaciones, porque en todo caso ellas hacen de mediadoras entre nosotros y las cosas, ya está todo perdido.
Nunca más se va a poder conocer las cosas, porque para ello haría falta algo que nos hiciese pasar de las sensaciones a las cosas, y ese algo no pueden ser las mismas sensaciones, obviamente. Sería como querer apagar un incendio con nafta.
Pero lo que Berkeley está diciendo ahí, en realidad, es que lo que ante todo vemos es el vidrio de los lentes, o de la ventana.
Y felizmente, no es así.
Tenemos que hacer un esfuerzo especial para mirarnos los lentes, y encima con el riesgo de ponernos bizcos.
Esa tesis tambien lleva a un retroceso al infinito, porque ¿nuestras sensaciones son algo real, son afecciones reales de un sujeto real? ¿No lo son? ¿tenemos entonces solamente sensaciones de nuestras sensaciones?
Es decir ¿vemos realmente los lentes, o solamente las sensaciones que tenemos acerca de ellos, es decir, los lentes a través de los cuales vemos los lentes?
Por eso, si considerada en abstracto la tesis de que lo posterior es mejor en Filosofía resulta simplemente falsa y absurda, considerada en concreto, mirando sobre todo a la historia de la Filosofía occidental y especialmente en su parte moderna, resulta además sarcástica.
Con este panorama, decir que la teología católica debe sustituir a Santo Tomás y a la Escolástica con alguna filosofía moderna es extremar la paradoja hasta su último límite de resistencia.
No, la lógica no es una superestructura contingente excretada por la evolución a manera de simple estrategia adaptativa para consumo de más aptos.
Entre otras cosas, porque si esa estrategia era realmente más adaptativa que su contraria, eso ya estaba gobernado, como no puede ser de otro modo, por las leyes de la lógica.
Si es verdad, porque es lógico, que un ser dotado de razón y de lógica podía hacer frente a ciertos problemas mejor que otro que careciese de las mismas, eso ya era verdad antes de que existiese el primer ser humano.
Al menos en el sentido en que es hoy verdadero el juicio que dice que ya antes de que existiese el primer ser humano estaban dadas las condiciones para que un ser dotado de razón tuviese ventaja respecto de otro que no fuese racional.
Como ahora mismo ya es verdad, porque es lógico, también, que si tuviésemos una tecnología muy superior a la actual los viajes interplanetarios serían algo habitual.
El secreto de todo ello es que la Lógica no es solamente Lógica, o mejor dicho, que en su base fundamental, la Lógica se apoya en la Metafísica, es decir, en la ciencia del ente como tal.
Porque el principio de no contradicción, antes de ser una ley del pensamiento, o sea, parte de la Lógica, es una ley del ente, o sea, parte de la Metafísica.
Es el ente, aquello que es, lo que no puede, por su misma noción, no ser.
Y por eso mismo, aquella parte de la historia que no es ente no es nada, tampoco historia.
La inteligencia, por tanto, no es un invitado posterior a la realidad, sino que la realidad misma se haya transida de inteligencia.
De lo contrario ¿cómo podría ser la primera ley de nuestro pensamiento la que es la primera ley de la realidad?
Sólo así se entiende lo que asombraba a Einstein: que las teorías físicas puedan aplicarse a la realidad. ¿Dónde estudió Matemáticas la naturaleza? dicen que dijo.
Es claro que si la realidad está transida de inteligencia, no se trata de nuestra inteligencia. Nosotros sí somos llegados tardíos a la realidad, y ahí la misma teoría de la evolución está de acuerdo.
El materialismo pretende explicar fácilmente el asunto: la primera ley de nuestro pensamiento es la primera ley de la realidad porque nuestro pensamiento deriva enteramente de la materia.
El idealismo también lo explica fácilmente, sólo que al revés: es la materia la que procede de nuestro pensamiento.
Lamentablemente, tanto el materialismo como el idealismo son absurdos.
Es absurdo que lo más salga de lo menos, como propone el materialismo, haciendo existir sucesivamente, y sin intervención de nada más, a la materia inanimada, a los vegetales, a los animales y a los humanos.
Y es absurdo que nuestro pensamiento cree lo que conocemos, como pretende el idealismo. Al menos el pensamiento, en esa hipótesis, debería ser independiente del pensamiento, ¿no?
Al final lo único razonable es el teísmo: tanto la materia como nuestro pensamiento proceden de la Inteligencia divina creadora y eterna. Y por eso podemos conocer la realidad.
Y eso explica lo que por otro lado es un hecho indudable: la prioridad de la lógica sobre la historia.
45 comentarios
Por ejemplo, si yo trato de responder a la pregunta
¿Soy un buen padre de familia?
No se puede contestar con un simple sí o no.
Hay realidades que no se dejan encasillar por esa lógica.
Los números irracionales tampoco se pueden atrapar con una fracción de números enteros.
La lógica Aristotélica no resulta nada convincente a mis hijos adolescentes.
Saludos Cordiales
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Es la lógica de Aristóteles (es decir, en el fondo, la única que hay) la que nos enseña precisamente que hay proposiciones que no se pueden responder sin más con un sí o un no, sino que hay que distinguir entre más de un sentido de esa proposición, y afirmar uno y negar el otro.
A esa actividad de distinguir se dedicaron asiduamente tanto Aristóteles como la Escolástica medieval, y en realidad, debe dedicarse a ella cualquiera que quiera pensar un poco.
Por eso el principio de no contradicción se enuncia como "es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido". Se puede ser y no ser en tiempos diferentes, o en sentidos diferentes, por eso, hay que distinguir.
Otra cosa es que tengamos dificultades para saber si algo es o no es. Eso puede pasar perfectamente, porque somos limitados. En todo caso, el principio de tercero excluido nos consuela con el hecho de que o bien ese algo es, o bien, no es, no hay otra posibilidad, y además el principio de no contradicción nos informa que tampoco puede ser y no ser a la vez ( y en el mismo sentido, claro).
Los números irracionales no se llaman así porque escapen a la lógica, sino porque no pueden expresarse como un cociente o "razón" entre dos números.
En ninguna parte dice la lógica, que además no es geometría, que una línea deba caber un número entero de veces, o un número decimal finito de veces, o un número decimal infinito periódico de veces, en cualquier otra línea.
Y otro problema con la lógica "de Aristóteles" es que para poder ser convencido o no por ella hay que conocerla.
Saludos cordiales.
1. A lo que no puede responder la Ciencia, que es limitada, puede responder la Metafísica y a lo que no puede responder ni la Ciencia ni la Metafísica está la Teología.
2. "La lógica no tiene historia. Es la historia la que, sí o sí, tiene que ser lógica, al menos en el sentido de no contradictoria." A un sabelotodo que dice que puede dar respuesta a todo con la razón humana y la ciencia si se le pregunta que explique lógicamente la mecánica cuántica solo le cabe que lo acepta por fe, por creer que las cosas ocurren así, incluso en contra del sentido común y la lógica. Por tanto, la historia de la Física no tiene por qué ser lógica.
3. El materialismo está errado de principio a fin. ¿Por qué? Porque no puedo dudar de que dudo y porque el Universo tiene un principio y un final. Ni antes del Universo puede decir nada, ni cuando la materia está en un agujero negro, ni cuando la materia sea si acaso un electrón.
4. El idealismo también está errado, ¿por que? Si es la materia la que procede de nuestro pensamiento, entonces cualquier filósofo de esta disciplina que no coma a ver si con el pensamiento "vive".
5. "Al final lo único razonable es el teísmo: tanto la materia como nuestro pensamiento proceden de la Inteligencia divina creadora y eterna. Y por eso podemos conocer la realidad."
6. El ser humano es materia y espíritu.
7. La materia la gobierna las 4 leyes universales de la Física que puso el Creador. El espíritu no tiene partes, por lo que no se puede medir y su actividad es superior a la de la materia. El psiquiatra o psicólogo que atribuya la actividad del alma a la fuente de la actividad de la materia, lo habitual hoy día, va en contra de la ciencia, la lógica, la historia, el sentido común y de Dios. Por ello, no pueden dar una respuesta al pecado, a nadie pueden hacer felices y mucho menos explicar una posesión diabólica.
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En realidad, la incompletez, que además es de esperar en un "post", no implica incongruencia.
En cuanto a la mecánica cuántica, el lugar apropiado para los caballos que tiran del carro es delante del mismo, no detrás. Por eso, el asunto no es que hay que negar el principio de no contradicción y tercero excluido por algunos experimentos difíciles de entender, sino que al contrario, se debe buscar la forma de entenderlos de acuerdo con esos principios.
De lo contrario, podría ser verdad, al mismo tiempo que es verdad que existe una física cuántica, que no existe una física cuántica, y entonces, todos los problemas habrían quedado solucionados.
Más aún, nada impediría entender la frase "la mecánica cuántica relativiza el principio de no contradicción" como "la mecánica cuántica no relativiza el principio de no contradicción", y así nuevamente se lograría la paz.
Nunca es buena estrategia apologética arruinar la razón para dejar al incrédulo sin argumentos. Eso es serruchar la rama en la que uno también está sentado. Si el principio de no contradicción no vale, nada impide tampoco que al mismo tiempo que es verdad que Jesucristo es Dios, sea falso.
Saludos cordiales.
Opinar lo que opino no es cronolatria, y hasta diría que es sentido común.
Esto tampoco quiera decir que ese autor no nos brinde ayuda para pensar todo lo primero que señalé.
Saludos
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Claro que es posible refutar algo de antemano, precisamente por lo que dice el "post", que las tesis filosóficas son intemporales y que todas las posibilidades están lógicamente dadas desde siempre y para siempre.
Si en el siglo XIII demuestro "A", cuando en el siglo XXV alguien sostenga "No A", quedará inmediatamente refutado por esa demostración del siglo XIII.
Precisamente por el principio de no contradicción.
Porque no se puede demostrar lo falso, y en temas filosóficos, lo que es verdad lo es siempre, y lo que es falso, también.
No puede ser que el hombre sea un animal racional en tiempos de Aristóteles y no lo sea en los tiempos actuales (resistamos en este sentido la tentación que proviene de las apariencias :)).
Supongamos (que no, pero no importa) que alguien demuestra que Aristóteles se equivocó y que la racionalidad es accidental al ser humano.
Bien, pero entonces siempre lo ha sido, y siempre ha sido incorrecta esa definición del hombre, y correcta otra que no incluye necesariamente la racionalidad.
En cuanto a la lógica proposicional, es cierto que es posterior a Aristóteles, pero no tanto, pues la desarrollaron los estoicos, precedidos por los megáricos, siempre antes de Cristo.
Y la conocieron y utilizaron ampliamente los escolásticos medievales, en cuyos manuales de Lógica estaban las dos, la aristotélica y la megárico-estoica.
Lo novedoso de la modernidad es la simbolización de la lógica proposicional, que es otra cosa.
Pero que tampoco alcanza a apartarse, en un 80 % digamos, o más, de los casos, de la lógica tradicional.
Y todavía, en algunos casos en los que sí se aparta, lleva razón la lógica tradicional, como en el caso de los silogismos de premisas universales y conclusión particular, que si hoy se declaran inválidos, es por prejuicios filosóficos, no por mayor exactitud lógica.
En cuanto a las ciencias particulares, no son filosofía. No se pronuncian sobre temas filosóficos, ni pueden hacerlo. Al contrario, son interpretadas siempre filosóficamente, de las dos formas posibles: bien y mal.
Hoy día, por lo general mal, como sucede por ejemplo con la mecánica cuántica.
Saludos cordiales.
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En realidad, la historia no impone nada, porque en la historia está todo, lo que tiene que estar y lo que no tiene que estar, pero está. Para que algo se imponga a alguien hace falta siempre un criterio superior al mero hecho de que algo acontece.
Saludos cordiales.
P.S. Ya se lo extrañaba.
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Muchas gracias! Después que uno se jubila tiene más trabajo antes !! :)
Saludos cordiales.
La cuestión es que el ser humano no tiene la cualidad cognoscitiva para la comprensión de la verdadera dimensionalidad del acontecimiento existencial en el que, precisamente por ello, está inmerso.
Cierto es que la "realidad" parece construida desde la no contradicción, pero ¿será ello una determinación absoluta, o simplemente una determinación histórica, como lo sugiere la física cuántica?
En cuanto al progreso y evolución, ciertamente se refieren al conocimiento y comprensión de la verdad, pudiendo al respecto avanzar hacia atrás y retroceder hacia adelante... Empero la inteligencia humana responde a criterios adaptativos y a construcciones, ahora sí, históricos... Valga decir, sin las señales de humo ni las palomas mensajeras, o sus equivalentes, no tendríamos el móvil; que necesita la electricidad que intrigó al primitivo y despertó la curiosidad de griegos como Tales, seguido por los experimentos de Volta, Gramme , Graham Belll, Tesla etc, hasta concluir en la maravilloso entramado comunicacional del mundo contemporáneo. Eso es progreso. En eso consiste la evolución de la inteligencia, una construcción evolutiva histórica fundamentada en en el descubrimiento de las verdades de una realidad que cada vez aparenta ser menos parecida a que es...
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Si el principio de no contradicción es una construcción histórica, entonces nada impide en la realidad de las cosas que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido, y entonces, como ya señaló Aristóteles en el libro IV de la Metafísica, no se puede lamentablemente pensar, ni tampoco hablar, ni para defender el principio de no contradicción, o la relatividad del principio de no contradicción, o la mecánica cuántica, o para atacarlos, o para cualquier otra cosa absolutamente hablando.
Porque no tiene sentido pensar o decir que algo es blanco si ese algo puede al mismo tiempo y en el mismo sentido ser blanco y no ser blanco.
Con ese criterio no habría forma de enterarse de que existe la mecánica cuántica. Por más esfuerzo que se pusiera en comunicar a alguien esa verdad, y una vez que el destinatario la hubiese admitido, siempre podría esta persona sentirse perfectamente autorizada, gnoseológicamente hablando, a sostener que no hay tal cosa como la mecánica cuántica.
Más aún, el mismo comunicador se vería impedido de hacer esa comunicación, porque para ello debería pensar primero que la mecánica cuántica existe, pero pensar eso no tendría sentido alguno, si la mecánica cuántica pudiese al mismo tiempo existir y no existir.
Si no tengo certeza del principio de no contradicción, a ver quién me convence de que existe la mecánica cuántica, o la mecánica, o algo, en general.
El ver algo sucediendo delante mío tampoco sería suficiente, porque nada impediría, en esa hipótesis, que a la vez lo viese y no lo viese, y que a la vez sucediese y no sucediese.
Precisamente si puede haber gente que cree que niega el principio de no contradicción, es porque es como el aire o el latido del corazón: está tan presente que no nos damos cuenta de su presencia.
Como dice ahí mismo Aristóteles: no es necesario que se pueda pensar todo lo que se puede decir.
Saludos cordiales.
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El punto es que si las tenemos, y en la medida en que las tenemos, no es verdad ni puede ser verdad que no las tenemos.
No podemos tenerlas y no tenerlas al mismo tiempo. No se podía en tiempos de Aristóteles, no se puede tampoco hoy, no se podrá por los siglos de los siglos.
Y se impone también necesariamente esta otra gran verdad: o las tenemos, o no las tenemos.
Tampoco podemos tenerlas un poco, o bastante, o en un 70 %.
Saludos cordiales.
Admirablemente bien explicado. La mejor síntesis que he leído sobre esto.
Al respecto, los modernos tienen una tendencia patológica a identificar inteligencia con astucia.
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Muchas gracias. Desde que en una época se considera a la inteligencia y el pensamiento como algo derivado de otra cosa no inteligente, ya no hay forma de que se acierte en nada.
Saludos cordiales.
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En realidad esa afirmación es de Sartre. Me parece errónea, simplemente porque si Dios no existe, entonces tampoco existe nada más, ni con esencia anterior a la existencia ni con esencia posterior a la existencia.
En efecto, por el principio de razón suficiente, el ente contingente no puede existir si no existe el Ser Necesario (tercera vía).
Saludos cordiales.
Se trata simplemente de que el silogismo categórico, que Aristóteles estudia, dice, por ejemplo, que "Todo A es B, y todo C es A, por tanto, todo C es B", mientras que el silogismo de la lógica proposicional dice, por ejemplo, "Si se da A, se da B; ahora bien, se da A, por tanto, se da B.
La diferencia está en que A, B y C, en el silogismo aristotélico, son términos, como "perro", "hombre", "mamífero", mientras que A y B, en el silogismo condicional, son proposiciones, como "El perro ladra" o "El hombre corre".
Saludos cordiales.
2. Pues explíqueme, porque ningún Físico en el mundo puede hacerlo, el por qué se da la Relatividad general de Einstein y la mecánica cuántica en el Universo si son contradictorias entre sí.
3. Le pongo otro ejemplo, éste en Matemáticas: ¿qué número es mayor el del conjunto de los números enteros o el de los números racionales o irracionales?
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Nada garantiza, en última instancia, que alguna teoría científica como la de la Relatividad o la Mecánica Cuántica "se dé realmente en el universo".
El mismo conjunto de fenómenos puede ser explicado por una pluralidad de hipótesis contradictorias entre sí.
El geocentrismo de Tolomeo explicaba el movimiento observable de los astros y permitía predecir los eclipses.
Esto es así por la lógica misma del método hipotético deductivo. Si de la hipótesis A se sigue B, y B se observa, eso no quiere decir que A se dé en la realidad.
Sostenerlo sería caer en la falacia lógica de afirmación del consecuente: Si A, entonces B. Pero B. Por tanto, A.
No es válido: Si llueve, me mojo. Pero si estoy mojado, no quiere decir que haya llovido, puede deberse a otras causas.
Lo único que los científicos le piden a estas teorías es que de ellas se puedan deducir todos los hechos observables. Y si hay dos de esas teorías que permiten hacerlo, se elegirá sencillamente a la más simple y menos complicada, que fue la razón que llevó a Copérnico a preferir el heliocentrismo.
Que de una hipótesis se puedan deducir todos los hechos hasta ahora observados no quiere decir que esa hipótesis sea verdadera, pues mañana pueden aparecer nuevos hechos observados que no se deduzcan de ella o que incluso la contradigan.
Así que no hay problema en que dos teorías de éstas se contradigan entre sí, fuera de que, si realmente se contradicen, no pueden las dos ser verdaderas.
Y tampoco pueden ser las dos falsas, una tiene que ser verdadera, aunque eso solamente vale para los aspectos de esas teorías que son mutuamente contradictorios.
Y esa es otra cuestión, porque para poder decir que efectivamente dos teorías se contradicen hay que tener muy afinados los conceptos, sobre todo en la parte filosófica.
En cuanto a los conjuntos numéricos mencionados, lamentablemente no existen en acto, sólo en potencia.
Cualquier conjunto actual de números enteros va a tener uno mayor y otro menor, pero eso variará, obviamente, según de qué conjunto actual se trate: el que va de -10 a 10, por ejemplo, o el que va de -20 a 100, etc.
Y lo mismo con los otros números.
Es decir, el conjunto numérico infinito actual no existe, sólo existe la permanente posibilidad de agregar un número más a cualquier conjunto de números.
Saludos cordiales.
¿Cómo conocen los ángeles la historia humana?
Gracias.
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Como dice Santo Tomás en Ia, q. 57, a. 2, el ángel no conoce por especies obtenidas de la experiencia, pues al no tener cuerpo tampoco tiene sentidos, sino por especies infundidas por Dios en la inteligencia angélica al crearla.
Esas especies son como participaciones de las Ideas divinas por las cuales Dios conoce todas las cosas no solamente en sus aspectos universales y comunes a varios, sino también en lo singular y concreto de cada cosa creada por Dios.
Y por tanto, esas especies permiten al ángel tener un conocimiento de los individuos materiales actualmente existentes, tal como son conocidos desde la Eternidad por Dios, o sea, con sus acciones y decisiones, y por tanto, su historia.
Dice el Aquinate:
"Así como el hombre conoce todos los géneros del ser por distintas facultades cognoscitivas, lo universal e inmaterial por el entendimiento, y lo singular y corporal por los sentidos, el ángel conoce ambas cosas por una sola facultad intelectiva. Pues en el orden del universo encontramos que cuanto más sublime es un ser, tanto mayor es su capacidad y a más cosas se extiende. Esto lo podemos observar en el hombre, cuyo sentido común, más sublime que los sentidos propios, y aunque sea una sola potencia, conoce todo lo que conoce en los cinco sentidos externos. Además, conoce cosas que ningún sentido externo conoce, como la diferencia entre dulzura y blancura. Con otras facultades ocurre otro tanto. Por eso, puesto que, en el orden de la naturaleza, el ángel está por encima del hombre, no es admisible decir que el hombre conoce por una cualquiera de sus potencias aquello que el ángel no conoce por su única facultad cognoscitiva, que es el entendimiento. Por eso Aristóteles, como claramente encontramos en I De Anima y en III Metaphys. considera inadmisible que, si nosotros conocemos la discordia, Dios la ignore.
Así, pues, el modo como el ángel conoce lo singular se explica considerando que las cosas proceden de Dios para que subsistan en sus propias naturalezas y también para que estén en el conocimiento del ángel. Además, es evidente que de Dios emana hasta los seres no solamente lo que constituye su naturaleza universal, sino también lo que es principio de individuación, ya que es causa de toda su sustancia tanto por parte de la materia como de la forma. Ahora bien, Dios causa según conoce, porque su ciencia es causa de los seres, como quedó demostrado (q.14 a.8). Por lo tanto, así como Dios, por su esencia, por la que causa todo lo que existe, es la semejanza de todo, y todo lo conoce por ella, no sólo en cuanto a las naturalezas universales, sino también en cuanto a su singularidad; así también los ángeles, por medio de especies infundidas por Dios, conocen las cosas, no sólo en cuanto a su naturaleza universal, sino también en cuanto a su singularidad, por ser estas especies representaciones múltiples de aquella única y simple esencia."
Saludos cordiales.
«El electrón no medido está en múltiples estados potenciales (es posible encontrarlo en un estado o en otro = superposición cuántica) pero cuando decidimos medir su estado actual, toda la potencia se transforma en puro acto teniendo como resultado un solo estado.»
Aquí se están utilizando las categorías de acto y potencia en la explicación de Aristotéles del fenómeno del cambio para explicar concretamente los cambios de estado cuánticos. ¿Encuentra usted la respuesta como válida y coherente?
Gracias.
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Si de lo que se trata es de entender la "superposición cuántica" en términos de una potencia pasiva que puede actualizarse de muchas maneras diferentes, y no a la inversa, entiendo que es coherente con el aristotelismo, más allá de que lo sea o no con la mecánica cuántica y con la realidad.
Digo, si se entiende que simplemente el electrón no existe en acto antes de ser medido, implicando la medición una interacción física que lo actualiza a partir de la potencialidad de la materia.
Digo interacción física, porque de lo contrario se cae en una filosofía idealista en la cual es el pensamiento el que actualiza a la realidad, como me parece que sostiene la interpretación de Copenhague.
Sacaría lo de "acto puro", porque lo contrario de la potencia pasiva es simplemente el acto, y el Acto Puro, al menos en toda la amplitud del término, es Dios.
Saludos cordiales.
Precisamente ha sido ese cuestionamiento a la "concreción" del mundo que se le revela a su percepción, lo que ha movido el devenir del ente pensante llamado humano.
Hoy, aquel homínido pensante conoce que en el microcosmos no existe la direccionalidad histórica ni la lógica que reina en el macromundo. Ello es inobjetable, por lo que el asunto radica en la comprensión del proceso que, partiendo de la indeterminación absoluta, se concreta de manera inequívoca,cierta, direccionada,en la expresión histórica en la que existe...
De allí la crisis de la filosofía, de la ciencia y del conocimiento. De allí la gran crisis existencial humana.
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Relativizar el principio de no contradicción es lo mismo que negarlo. El principio dice que una misma cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. ¿Cómo se lo relativiza?
La única forma sería decir: "Bueno, en realidad, en algunas ocasiones al menos sí es posible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido".
Y así se niega el principio de no contradicción, cuyo único sentido consiste precisamente en negar que algo así sea posible.
El principio de no contradicción consiste en agregarle el predicado "imposible" al sujeto "una cosa que al mismo tiempo y en el mismo sentido es y no es".
"Relativizarlo" sólo puede querer decir sustituir el predicado "imposible" por el predicado "posible (al menos en algún caso)".
Y eso es negar el principio de no contradicción, obviamente.
La negación del principio de no contradicción no se puede mantener controlada en un sector nada más de la realidad o el pensamiento, porque una imposibilidad que admite la posibilidad en algún caso no es simplemente una imposibilidad, y el principio consiste en afirmar esa imposibilidad.
Por tanto, el principio no vale, y si no vale, no vale para ningún caso, es decir, no vale en ningún sector del pensamiento ni de la realidad.
Si decimos, por ejemplo, que el principio de no contradicción vale para el macrocosmos, pero no para el microcosmos, deberíamos llegar a que ambos "cosmos" simplemente no existen el uno para el otro.
No puede haber interacción alguna entre ellos, pues son radicalmente heterogéneos, como que en uno el ser puede identificarse con el no ser, y en el otro no.
No podríamos entonces siquiera conocer el microcosmos, puesto que nosotros estamos en el macro.
No se puede estudiar la filosofía desde afuera, al estilo sociologista, psicologista o historicista. No se puede estudiar las teorías filosóficas como se estudian los totems de las tribus primitivas.
La única forma de hacerlo es defendiendo alguna tesis filosófica, o sea, desde dentro.
Y de hecho siempre se hace así, lo que pasa es que a veces se cree que no.
Al contrario, el primitivismo filosófico de nuestro tiempo (¡y hablamos de "progreso"!!) está en que se dé por hechos indudables las afirmaciones ideológicas que algunos añaden a ciertas teorías científicas, al tiempo que se pone en duda el principio de no contradicción.
Saludos cordiales.
4. Lo que trato de explicarle, que es lo que Ud. afirma en su artículo, es que cualquier sistema racional no es completo por sí mismo necesita de una razón superior que está fuera de ese sistema.
5. Es decir, que para fundamentar una ciencia hay que salirse de ella porque su fundamento no reside en ella misma.
6. Por tanto, un sistema definible, principio de identidad, y consistente, principio de no contradicción, no es completo, requiere de una razón suficiente que está fuera.
7. La Relatividad general se da en la realidad y la mecánica cuántica también, no es solo teoría. Se dan las dos en la realidad y son contradictorias. Y con respecto a los conjuntos de números es más sencillo: los números no existen en la realidad, es una invención humana. Nadie ve por la calle una raíz cuadrada ni un número infinito. Es una herramienta que se ajusta a la realidad cuando expresa de forma abstracta un formalismo matemático de un hecho físico de la Historia de la Física.
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Sin embargo, la filosofía tomista, por ejemplo, es un sistema racional, completo en su orden que es el filosófico, y en ese orden no necesita de nada fuera de ella misma. Otra cosa es que ese orden no alcanza para conocer todo lo real, porque de hecho Dios ha ordenado al hombre a un fin sobrenatural, pero ahí nos salimos del plano filosófico para entrar en el teológico.
Los fundamentos de las ciencias particulares son principios que estas ciencias no demuestran, y que la filosofía estudia, así como estudia sus propios principios, que son los primeros principios del ser y del pensamiento, como el principio de no contradicción, tercero excluido, razón suficiente, causalidad, etc.
Como le dije, lo más que se puede decir es que la relatividad y la mecánica cuántica se verifican experimentalmente, y como ya le expliqué, eso no quiere decir que sean verdaderas ni que en ese sentido "se den en la realidad", más bien, sabemos que en tanto son contradictorias, al menos, no pueden darse en la realidad las dos.
Saludos cordiales.
Naturalmente, en una sociedad que se indigna porque un autobús lleve un letrero que dice: "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva" a nadie le parece convincente que dos premisas lleven a una sola conclusión. La lógica de Aristóteles es fascista.
Por cierto, la música de Beethoven a mi tampoco me parece convincente.
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La única forma de criticar la lógica es recurriendo a ella. Por ejemplo:
"Algo que ha sido superado por la lógica moderna no puede ser eterno. Pero la lógica de Aristóteles ha sido superada por la lógica moderna. Ergo."
"Lo que revela que hay contradicciones en la realidad revela que la lógica aristotélica está superada. Es así que la mecánica cuántica revela que hay contradicciones en la realidad. Ergo."
Saludos cordiales.
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Las proposiciones indecibles son las que no pueden ser dichas. Si tampoco pueden ser dichas mentalmente, no llegan a ser proposiciones, claro está.
Saludos cordiales.
"Y más fundamental, todavía, es que nada de eso es esencial. Lo importante es solamente eso: ¿hay o no hay en los entes de este mundo un acto más fundamental que la forma sustancial?
A esto se puede responder solamente de dos maneras: sí, no."
Otro aspecto (creo que más importante) sería tratar de dar cuenta de lo que queremos decir con "acto de ser".
Si no tenemos claro esto, no tiene sentido afirmarlo o negarlo.
Saludos cordiales
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En realidad, si leemos con atención vemos que para responder con "sí" o "no" a la pregunta que pongo ahí todavía no hace falta aclarar qué es el acto de ser, porque ahí se pregunta solamente si hay o no un acto más profundo que la forma sustancial en los entes finitos.
Saludos cordiales.
Sobre la lógica. Bien, hay elementos de discusión en la lógica moderna, por ejemplo, la lógica difusa o lógicas polivalentes. Pero después, la lógica no es cuestión de opiniones. Avanzó enormemente desde finales del siglo XIX. La mayor parte de la lógica antigua se puede justificar o reformular a través de la lógica moderna, eso es cierto. Pero esta ha ido más lejos, y es superior por donde se la vea.
Saludos
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Obviamente, a Kant lo han refutado los tomistas, basados en la filosofía de Santo Tomás. Eso es lo que hay que hacer con los errores modernos.
En cuanto a la lógica, hay que ver si "superior" implica contradicción con la lógica tradicional, o no. En el primer caso, hay que andar con cuidado, porque los supuestos filosóficos nominalistas y positivistas de los lógicos modernos lo recomiendan. En el segundo caso, cae fuera de la discusión.
Saludos cordiales.
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Es claro que toda proposición debe ser entendida para poder afirmarla o negarla, pero tampoco es posible seguir pidiendo siempre la explicación de los términos, porque eso nos lleva a un retroceso al infinito, ya que cada término va a ser siempre explicado por otros términos.
Ahora bien, incluso no sabiendo qué quiere decir "forma sustancial", es evidente que o hay algo más profundo que ella en los entes, o no.
Es evidente que una de esas proposiciones es verdadera, por razones puramente formales, es decir, por el principio de tercero excluido.
Y es evidente que no importa, finalmente, si la verdadera fue conocida antes o después que la falsa, que es a lo que voy con ese ejemplo.
Saludos cordiales.
Por esos tiempos, un joven empleado de oficina de patentes, relativizó el tiempo, agregando una cuarta dimensión espacial, llevándose con cachos al de Estagira, a Newton, a Galileo y a cuanto contemporáneo se negaba a validar el sacrilegio en contra de la lógica incuestionable, nada más... Y para guinda, dadas las contradicciones surgidas de las experimentaciones, ese empleado se carga el principio de no contradicción, al plantear teóricamente que la luz es a la vez ondulación y partícula, algo absolutamente contradictorio e imposible para el saber humano hasta ese momento. Obviamente esto le valió el Nobel de física...
Dos décadas después, un tesista francés se avocó a demostrar el absurdo teórico de la teoría dualista de Einstein, apostando por la cualidad corpuscular...El resultado fue el premio Nobel por la demostración de la dualidad onda-partícula de la luz...
Newton explicó perfectamente el funcionamiento del macromundo, por lo que "lógicamente" se esperaba una correspondencia "lógica" entre sus principios enunciados y los del micromundo...; empero, "ilógica y absurdamente" no ha sido así. Cómo y porqué desde un micromundo sin concreción ni sentido ni historia ni coherencia, se posibilita el macromundo concreto, coherente y orientado histórica y evolutivamente, es lo que le funde las neuronas a la ciencia y debería siquiera entibiar la de los filósofos...
¿Será el universo y el existir pura lógica, o acaso responderá a algo más?
El teorema de la incompletitud, de Gödel, al fin de cuentas lo que plantea es, algo evidente, la incapacidad de la matemática para explicar la realidad y el acontecimiento existencial que la expresa.
Porque, lo que pensadores y sus escuelas y círculos se han negado a aceptar, es que más allá de la aparente, simple y superficial, existe una lógica existencial incomprendida, profunda y compleja, configurada por una racionalidad superior que construye, concreta motoriza al universo.
He allí la cuestión fundamental de la ciencia y la filosofía contemporáneas: los tropiezos, cada vez mayores, con elementos de convicción hacia la existencia de un plano existencial tan real y vivible como el físico: el espiritual, conformante de una racionalidad superior a la mera apariencia del simplista e insuficiente relacionamiento lógico.
El que tenga ojos que lo vea, y el que posea algo de matteria gris, que lo razone.
Han dicho varios: "En la luz están las respuestas",a la explicación de la realidad y de la lógica que la configura y motoriza.
Y, por supuesto, luz en los sesos es lo que necesitamos para divisar los nuevos senderos de la ponderación de lo real, y desde allí, de nuestra existencialidad.
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Alucino un poco viendo a Lord Kelvin recomendar a Aristóteles, pero bueno, puede ser si hablamos de la lógica.
Una contradicción es la afirmación y negación del mismo predicado respecto del mismo sujeto al mismo tiempo y en el mismo sentido.
En ese sentido, lo contradictorio de "onda" es "no onda", y lo contradictorio de "partícula" es "no partícula".
Onda y partícula no son directamente contradictorias entre sí. Puede ser que lo sean por sus consecuencias lógicas, pero ahí entramos al tema de siempre: cómo interpretar en forma filosóficamente correcta las teorías científicas. Cómo se puede pensar filosóficamente, sin contradicción, esa relación entre onda y partícula. Ésa es la cuestión.
Y además, lo que ya dije: que una hipótesis quede verificada en la experiencia, aún por todos los hechos actualmente observables, no quiere decir que sea verdadera, y ciertamente que donde hay contradicción, de un lado está la verdad, del otro, el error.
Estas cuestiones lógicas no se arreglan con declamaciones retóricas, sino, precisamente, con pensamiento lógico.
Eso de la lógica misteriosa y más profunda que la lógica-lógica es misticismo barato y sin fundamento alguno.
Por lo que toca a Göedel, en todo caso demostró que siempre habrá verdades matemáticas que no se pueden demostrar. Eso no quiere decir que esas verdades indemostrables contradigan a las que sí se ha demostrado.
Y además Göedel, con ese teorema, quería justamente refutar a los positivistas que decían que la matemática era una creación de la mente humana, en forma muy parecida a como hoy día muchos dicen que la lógica es una creación de la mente humana que no responde a la realidad, porque ésta sería contradictoria.
Lo que Gödel quiso hacer fue mostrar que, precisamente porque hay verdades matemáticas que no podemos demostrar, es que la matemática no es creación de nuestra mente, ya que si lo fuese, obviamente que tendríamos total dominio y control sobre ella.
Es decir, Gödel, como también Frege, y como también Einstein (que por eso se peleó con la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica, cfr. "Dios no juega a los dados") era realista.
Saludos cordiales.
1. Pues entiendo que al ser completo en el orden filosófico debería explicar la Resurrección de Jesús de forma racional.
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Exactamente no. La filosofía se ocupa de lo que se puede conocer racionalmente, y por tanto, se mueve solamente en el orden natural. Por ejemplo, existencia de Dios, sus atributos en tanto que Uno (la Trinidad es verdad de fe), sus relaciones con el mundo, el ser humano, dotado de alma espiritual e inmortal, la ley moral natural, etc.
Como enseña Santo Tomás de Aquino, y lo retoman los Concilios Vaticanos I y II, hay dos clases de verdades reveladas por Dios para ser creídas.
Unas, que de suyo son de orden natural, aunque Dios las revela para que todos las puedan conocer fácilmente, con suma certeza y sin mezcla de error, y por eso también pueden ser conocidas con la sola razón, y por tanto, por la filosofía, y que son más o menos las que cité en el párrafo anterior.
Otras, que sólo por la fe en la Revelación se pueden conocer, porque son estrictamente sobrenaturales, comenzando por el misterio Trinitario y siguiendo por todo lo que se apoya en él: la Encarnación del Verbo de Dios, la Redención, la gracia, la Iglesia, los sacramentos, los Novísimos, etc.
Saludos cordiales.
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Con el mismo criterio se podría preguntar: ¿porqué lo viviente procede de lo no viviente?
Y es que ésa es justamente la cuestión, si puede haber una procedencia tal y en todo caso, cómo entenderla.
Sería como preguntar cómo la novela procede de la máquina de escribir.
Sí, está bien, pero el tema son justamente las condiciones que hacen eso posible.
En el caso de la novela, es necesario postular algo más al comienzo, precisamente para que lo más no salga de lo menos.
En ese sentido, la biología moderna apunta al "filum" de los "escritores" como una respuesta plausible.
Saludos cordiales.
Esto es falso!!
En realidad, lo que pasa es que la Relatividad es una teoría clásica y la mecánica cuántica no. De ahí la dificultad para armonizarlos, pero eso no significa que sean contradictorios. Además, la Mecánica Cuántica ha tenido distintos enfoques desde su creación, así que tampoco hay que generalizar.
Por ejemplo, la ecuación de Schrödinger hace rato que ha sido escrita en su versión relativista por Paul Diracc. También, hay mucha investigación promisoria en teorías de gravedad cuántica, tal como Teoría de Cuerdas, que lo que buscan es armonizar estas dos teorías. Hay que recordar que la Relatividad General es básicamente una teoría de la gravedad.
Si la Relatividad y la Mecánica Cuántica fuesen contradictorias en el sentido aristotélico del término no podrían ser armonizadas, pero sí que hay esfuerzo para hacerlo, lo que prueba que no son contradictorias.
Eso lo que pasa cuando uno se entera de las cosas por divulgación y por mala divulgación.
Saludos.
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Exactamente. Saludos cordiales.
Pero entonces, dado que la historia humana está tejida de acciones libres, a medida que estas se van actualizando a lo largo del tiempo, ¿Dios infundiría, según el orden natural, el conocimiento de esas libres determinaciones humanas en las inteligencias angélicas? Pues los ángeles no han recibido dicho conocimiento juntamente con las especies que al ser creados han recibido infusas.
Gracias nuevamente.
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Las especies inteligibles que Dios infunde en el ángel al crearlo son participaciones de las Ideas divinas, por las cuales, supuesta la libre Voluntad divina de crear tales y tales individuos, Dios conoce los individuos de hecho existentes en todos sus detalles y particularidades tanto simultáneas como sucesivas, por eso permiten al ángel conocer no sólo las características individuales de los seres humanos sino también su historia.
Respecto de esto hay alguna diferencia entre los tomistas, dice Billuart, porque algunos sostienen que la especie angélica no sufre cambio alguno al ir dando a conocer al ángel lo que sucesivamente se va dando en el individuo material sujeto al tiempo, sino que todo el cambio está en los objetos conocidos, en los cuales se van haciendo presentes sucesivamente ciertas acciones o pasiones.
Otros sostienen que sí hay algún cambio en la especie angélica por el cual ésta da a conocer al ángel que tal o cual determinación es la que ahora, en el presente, tiene el individuo material. Hablan de una nueva modalidad que afectaría a la especie angélica en dependencia de las Ideas divinas, a medida que Dios va produciendo, como Causa Primera, los cambios en las cosas materiales.
Al hablar de "modalidad", parece claro que excluyen la infusión de nuevas ideas en la mente del ángel por parte de Dios.
Saludos cordiales.
Su aplicación permite que las resoluciones que se dicten resulten "lógicas". Cuando no se cumplen inexorablemente las sentencias tienden a ser "ilógicas", por ejemplo en el sentido que alguien no puede ser homicida y no homicida a la vez.
Traigo este tema de la lógica jurídica para los casos de sentencias o leyes sobre la responsabilidad personal en los abortos, que está, por ejemplo, nuevamente en el centro de la campaña presidencial de USA donde la lógica es posible que termine derrotada.
Recuerdo un profesor de Filosofía que contaba:
La mujer le dice a su marido programador: "Ve al supermercado y compra cinco manzanas. Si tienen huevos, compra 10".
El marido va al supermercado y pregunta al dependiente si tienen huevos. Respuesta: “sí, por supuesto”. “Vale, deme entonces diez manzanas, por favor”.
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Sin duda, la ley tiene que ser lógica, como todo lo demás.
La lógica es además una de las fuentes principales del humorismo, que suele jugar con los dos sentidos de una palabra o frase, como en el ejemplo que Ud. pone.
Bergson, si mal no recuerdo, ha sostenido que el humor surge ante la captación de lo ilógico, por ejemplo, ante el doble sentido de una expresión que lleva a una conclusión incorrecta.
Como en aquel caso en que uno pregunta:"¿Me puede decir la hora?" y el otro responde: "Sí, sin problemas".
Saludos cordiales.
Felicito su disposición de dar a conocer aspectos del conocimiento que no suelen ser difundidos en los medios masivos, y seguramente son tratados cada vez con menos frecuencia, en discuciones académicas.
Sin embargo, pérmitame contradecirlo, en el sentido de que no es absurdo de que lo más pueda salir de lo menos. No afirmo que sea una propuesta del materialismo, pero que sí es posible que así sea.
Para ello basta con tener pluralidad, o multiplicidad, en otras palabras, el mundo de las contingencias.
Y la posibilidad de que lo más puede salir de lo menos, la podemos apreciar en la teoría de conjuntos, de donde sabemos que todo conjunto tiene un conjunto potencia, cuyo tamaño excede al conjunto inicial. Y si se sigue, el conjunto potencia resultante, tendrá un conjunto potencia que lo superará en tamaño, y así sucesivamente.
Coincido finalmente con Leibinz cuando en su Teodicea afirma:
“La infinitud de los posibles, tan grande como sea, no es más que aquella de la sabiduría de Dios, que conoce todos los posibles. Se puede decir incluso que si su sabiduría no sobrepasa extensivamente los posibles, pues los objetos del entendimiento no podrán ir más allá de lo posible, que en un sentido es solo inteligible, ella les sobrepasa intensivamente, a causa de las combinaciones infinitamente infinitas que ella de ellos realiza, y de tantas reflexiones que ella hace allá arriba. La sabiduría de Dios, no contenta de abarcar todos los posibles, los penetra, los compara, los pesa los unos contra los otros, para estimar los grados de perfección o de imperfección, lo fuerte y lo débil, lo bueno y lo malo: ella va más allá de las combinaciones finitas, ella realiza allí una infinitud de infinitos, es decir una infinitud de continuaciones posibles del universo, donde cada una contiene una infinitud de criaturas, y por ese medio, la sabiduría distribuye todos los posibles que ella ha considerado por aparte, en una variedad de sistemas universales, que ella compara entonces entre ellos: y el resultado de todas sus comparaciones y reflexiones es la elección del mejor entre todos esos sistemas posibles”
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Muchas gracias.
El conjunto potencia de un conjunto dado es el conjunto de todos los subconjuntos de ese conjunto. Por ejemplo, si un conjunto tiene tres elementos, contiene tres conjuntos de un solo elemento, y tres conjuntos más de dos elementos cada uno, hay que agregar el "conjunto vacío" y el mismo conjunto que es subconjunto de sí mismo, en total, ocho subconjuntos.
Pero es claro que esos ocho subconjuntos están solamente en potencia en el conjunto de tres elementos mientras la mente no interviene para actualizar esa potencialidad con un razonamiento del tipo que acabamos de hacer, del mismo modo en que la novela está solamente en potencia en las hojas de papel en blanco (siglo XX, aclaro) y la máquina de escribir, mientras no interviene el escritor, que es un individuo en acto, igual que la inteligencia, en nuestro caso, es inteligencia en acto.
O sea que sigue sin salir lo más de lo menos.
En cuanto al mejor de los mundos posibles, del que habla Leibniz, curiosamente es imposible, como es imposible el mayor número. En lo finito siempre se puede ir más allá.
Saludos cordiales.
Ello no implica la negación de la lógica relativizada con que ponderamos la realidad del mundo macro en que existimos, el mismo cuya funcionalidad puede explicarse por por la mecánica newtoniana, a pesar de que la mecánica cuántica está revelando otra lógica funcional intramuros...
He ahí el asunto, si la filosofía prefiere o se conforma con permanecer en la fachada de lo real, a adentrarse en las novedades de la lógica funcional desconocida que se delata.
El fenómeno de la luz nos restriega en la cara los caracteres del micromundo. Sustraída de toda referencialidad temporal, el tiempo para ella pareciese no transcurrir. No siendo ni onda ni partícula, puede ser ambas conforme a fenómenos todavía no esclarecidos, pero en el que juega un rol importante la interacción con el medio concreto, valga decir, el sentido lógico de la realidad pareciera ser una construcción histórica, que, una vez motorizada, determina en sentido, propósito y razón la indeterminación cuántica del micromundo.
Si hacia un orificio se proyecta un fotón, lo atravesará como una partícula, empero, si fueren dos los orificios, los atravesará a ambos a la vez, comportándose como una onda..El cómo y el porqué pregúntenle al hijo de Limbert...
Cosas como la indeterminación y entrecruzamiento cuánticos,, le trastornar la mente a cualquiera que pretenda ponderarlos bajo los criterios de la óptica tradicional... Por eso la gran mayoría han preferido quedarse en la fachada a adentrarse en esos fangos lógicos...
Personalmente hubiese preferido que la evidencia científica respecto de la mecánica dell micromundo le hubiera dado la razón a lord Kelvin, y que la mecánica de Newton y la lógica aristotélica hubiesen sido validas también en él; pero no ha sido así, siendo una realidad inobjetable la crisis cognoscitiva respecto de la realidad, que, como nunca, agobia al ser humano, y determinará su devenir...
Es que la explicación tradicional y sencilla de la realidad y del universo, le hormaba perfectamente tanto al creyente católico como al ateo, en ´sus afirmaciones o negaciones de Dios, merced a un manojo de silogismos y ya...
Ahora, esta locura de realidad de trasfondo, revelada por la mecánica cuántica, a los creyentes nos coloca en aprietos al complejizarnos en extremo la obra y voluntad del Creador, mientras que al ateo le rehuye su pretensión de demostrar la inexistencia de Dios, mas bien desvelándole cada vez más elementos de convicción hacia la imposibilidad de la negación de su existente.. En tal sentido, se debe decir que gracias a la mecánica cuántica y otras evidencias científicas, hoy la fe en la existencia del Dios creador debería ser más firme que nunca...
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La "lógica cuántica" de que habla Ud. es sencillamente imposible para la mente humana, que se orienta necesariamente por el principio de no contradicción. Una lógica contradictoria es pariente cercana del círculo cuadrado e igual de impensable.
Suponga que yo niego cada una de las afirmaciones que Ud. ha hecho en este comentario. ¿Me dará Ud. la razón? En caso negativo, es que Ud. también se guía, necesariamente, por el principio de no contradicción. En caso afirmativo, quedan efectivamente negadas esas afirmaciones, y ahora por nosotros dos.
Así que de nada sirve postular esa fantasmagórica "lógica cuántica", porque aún si existiera, no podría existir para nosotros, que simplemente no podemos pensar lo contradictorio.
De lo que se sigue que en la medida en que realmente podemos pensar la mecánica cuántica, ésta no es contradictoria.
¿O es que se podría ir adelantando algunas de las definiciones, axiomas, reglas de demostración y teoremas de esa famosa lógica contradictoria? Es claro que no, no existe algo así.
Los que hablan de "otra lógica" basada en la contradicción es como si pretendieran estar a la vez dentro y fuera de sus propias mentes. Es como si dijeran: "yo puedo salir de mi propia mente para ir a dar una mirada a esos lugares a los que mi mente, constitucionalmente, no puede llegar".
Eso es obviamente imposible. Es afirmar que la mente a la vez llega y no llega a esos supuestos lugares recónditos y fangosos. O que llega sin llegar, que es lo mismo.
En cuanto a la existencia de Dios, es claro que la única forma de poder afirmarla racionalmente es basándose en el principio de no contradicción. Negado este principio, nada impide que las cosas hayan salido por sí solas de la nada y que se mantengan por sí solas fuera de la nada. Eso no es nada, valga la redundancia, comparado con el hecho de que, en esa hipótesis, pueden a la vez existir y no existir.
Por eso repito que el fideísmo, que además ha sido condenado por la Iglesia, no es ninguna solución. No se defiende la fe arruinando la razón.
Saludos cordiales.
Creo que la diferencia conceptual entre la suya y la mía, es respecto de la consideración, en mi caso, de que el infinito existe realmente, y no es una mera posibilidad o potencia, y que los fenónemos son explicados mucho mejor con el infinito real, que con uno potencial.
Lo segundo está en lo que la Metafísicia Aristotélica y Tomista llaman "en acto", pues todo contingente que es, es a la vez lo que puede ser, sin violar el principio de no contradicción.
Sin lo que es, no es lo que puede ser, simplemente no es nada.
Respecto del mundo observable, se tienen los fenómenos, y estos no son, sino meros procesos de desenvolvimiento o envolvimimiento, de lo que se es, sin dejar de ser, pero sin ser potencialmente, pues ésto último deviene en suplerfuo.
Es sabido que un fotón se comporta a la vez, y no potencialmente, como onda, para un observador, y como partícula para otro, dentro de un mismo experimento.
Un objeto no es sino la composición de sus partes, y estas, de otras, y así, no sucesivamente como meras posibilidades, sino que están todas conjuntamente reunidas a la vez, constituyendo lo que se puede llamar unidad.
Recuriendo al cálculo, lo que podamos identificar como alguna unidad u objeto, limitado, no es sino la sumación de sus partes, o la integración de sus diferencias, o difereciales, infinitésimales, todas a la vez.
Los números que se usan para contar,no son sino el cardinal del conjunto que representan, y auque no exista un último número, existe un cardinal del conjunto al que pertenecen, y los hay mayores aún.
Por ello que el conjunto potencia, es actual, y mayor que el conjunto inicialmente dado, y ese sentido, no es absurdo que lo más pueda salir de lo menos. Pongo como ejemplo la física nuclear, donde se sabe bien que es posible obtener a través de la fusión nuclear más energía de la que se necesita para producir la reacción. Con esa energía libre y limpia, el mundo sería otro y los discursos ambienatalistas y demográficos antinatalistas (pro aborto y eutanasia) no tendrían nínguna excusa a la cual recurrir para continuar con sus mentiras....y maldades.
Finalmente, comparto lo dicho por Leibniz a Foucher: "Yo estoy a favor del infinito actual de tal manera, que en lugar de admitir que la naturaleza le aborrece, como se dice vulgarmente, yo sostengo que es afectada por el por todas partes, para mejor resaltar las perfecciones de su autor. Así es que yo creo que no hay ninguna parte de la naturaleza que no sea, yo no digo divisible, sino actualmente dividida, y por consecuecia, la menor partícula debe ser considerada como un mundo lleno de una infinitud de criaturas diferentes".
Por lo que un infinito actual, o transfinito, es más coherente con la Sabiduría Divina que lo contrario.
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Si el conjunto potencia ya está en acto en el conjunto inicial, entonces no hay nada mayor o menor que nada, sino simplemente un conjunto infinito.
La misma expresión "conjunto inicial" muestra que inicialmente el conjunto potencia, como su nombre lo indica, está en potencia, solamente.
De lo contrario, como ya dije, más que decir que lo más sale de lo menos, hay que decir que desde siempre existe lo infinito, y nada más.
La idea de que algo "sale", en efecto, no es otra cosa sino el pasaje de potencia a acto.
Si toda cosa está actualmente dividida en partes, incluyendo las partes, entonces al final no hay nada. Si un compuesto no tiene partes componentes, no existe, y si todas las partes están a su vez divididas en partes, es claro que esas partes componentes no existen, finalmente.
Cualquier cosa que queramos designar como "parte" se disuelve en esa hipótesis en otras partes más, y así "in infinitum", por lo que tenemos la seguridad de que nunca se podría llegar a las partes constituyentes, o sea, éstas no existen.
Pero entonces tampoco existe el compuesto, o sea, no existe nada.
Además, nosotros mismos somos sustancias, no conjuntos de sustancias (que a su vez serían conjuntos de otras sustancias, "in infinitum", con lo cual tampoco nosotros existiríamos).
Decir "yo" es mencionar una unidad sustancial, un ente, no un conjunto de entes.
Negar la distinción entre potencia y acto nos devuelve al dilema eleático: o bien los distintos entes se distinguen por el ser, o por el no ser. No pueden distinguirse por el ser, porque eso es lo que cada uno de ellos, según la hipótesis, es. No se puede pintar una raya blanca en una pared blanca con pintura blanca.
Y tampoco pueden distinguirse por el no ser, porque no es.
Por tanto, no se distinguen: no hay más que un ente.
La solución aristotélica es que el ente se dice en más de un sentido, por ejemplo, ente simplemente hablando, que es el ente en acto y ente "secundum quid" o bajo cierto aspecto solamente, que es el ente en potencia; y que la potencia es menos perfecta que el acto, y realmente distinta de él, y por lo mismo, puede limitar al acto, y distinguirlo de otro acto.
La composición de los entes finitos, por tanto, no es una composición accidental como la que hay entre muchas sustancias, como por ejemplo en un cuadro de fútbol, sino una composición sustancial entre principios sustanciales, unos como acto y otros como potencia, siendo sustancia solamente el compuesto de todos ellos.
Por eso nosotros mismos, que decimos "yo", a pesar de que somos compuestos, como todo lo finito, somos una sola sustancia, y no un agregado accidental de sustancias. Porque es claro que varias sustancias distintas no pueden ser una sola entidad sustancialmente, sino sólo accidentalmente.
El infinito actual podría postularse como conjunto infinito de sustancias no actualmente divididas, como lo hacía Demócrito, por ejemplo, y entonces las objeciones contra él serían de otro tipo, pero al menos no llevaría a la conclusión de que nada existe.
Saludos cordiales.
Quería comentarle una cosa: he leído que el padre Lagrange sostenía que santo Tomás no se decantó por si podía o no existir una multitud infinita en acto; pero lo cierto es que en la Suma teológica leemos que niega explícitamente tal posibilidad, dándola por imposible por accidente y esencia:
«Porque a toda multitud le corresponde estar en alguna especie de multitud. Las especies de la multitud se reducen a las especies de los números. No obstante, ninguna especie numérica es infinita, pues todo número es una multitud medida por la unidad. De ahí que resulte imposible que se dé una multitud en acto tanto por esencia como por accidente.
Asimismo, la multitud existente en la naturaleza de las cosas es creada; y todo lo creado está comprehendido de algún modo en la intención del creador, pues un agente no obra en vano. De ahí que resulte necesario que todo lo creado esté comprehendido en un determinado número. Luego es imposible que haya una multitud infinita en acto, incluso por accidente.
Sin embargo, sí es posible que haya una multitud infinita en potencia. Porque el aumento de la multitud se consigue por la división de la magnitud, ya que cuanto más se divide algo, tanto mayor es la pluralidad numérica. Por lo tanto, así como lo infinito se encuentra potencialmente en la división continua, pues accede a la materia, como quedó demostrado (a.3 ad 3), así también lo infinito se encuentra potencialmente en el aumento de la multitud» (I, q. 7, a. 4).
En este sentido, no parece descabellado, por ejemplo, negar la posibilidad de infinitas causas accidentalmente conexas para demostrar la imposibilidad de regresión al infinito en las vías de santo Tomás. De hecho, sino le entiendo mal, Dante Urbina defiende exactamente esto en base a la imposibilidad de una multitud infinita en acto al hablar de la primera vía en uno de sus vídeos de su canal de YT.
Por supuesto, entiendo que una multitud infinita en acto es diversa de existir desde la eternidad, que es lo que sostiene como posibilidad el Aquino en su escrito «De aeternitate mundi contra murmurantes».
¿Qué parecer le merece?
Desde ya muchas gracias.
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Muchas gracias.
Dice Santo Tomás en Iª q. 46 a. 2 ad 7:
“A la séptima objeción hay que decir que en las causas eficientes es imposible proceder al infinito “per se”, por ejemplo, si las causas que “per se” se requieren para la producción de un efecto se multiplicaran al infinito, como si la piedra fuese movida por el bastón, y el bastón por la mano, y así al infinito. Pero no se tiene por imposible que “per accidens” se proceda al infinito en las causas eficientes, es decir, si todas las causas que se multiplican al infinito fuesen sino una sola causa, de modo que su multiplicación es por accidente; como el obrero hace accidentalmente muchos martillos, porque se van rompiendo uno tras otro. En efecto, es accidental para este martillo el obrar después de la operación de otro martillo. Y de modo semejante, es accidental para este hombre, en tanto que genera, que sea engendrado por otro, pues engendra en tanto que hombre, y no en tanto que es hijo de otro hombre; ya que todos los hombres engendrantes tienen el primer grado en las causas eficientes, es decir, el grado de generantes particulares. Por lo que no es imposible que el hombre sea engendrado por el hombre al infinito. Sería imposible, si la generación de este hombre dependiese de este otro hombre, y del cuerpo elemental, y del sol, y así al infinito."
Donde hay que notar varias cosas:
1) La imposibilidad de retroceso al infinito es para las causas eficientes "per se" del efecto en cuestión, que por tanto forman una serie "per se" de causas eficientes, no para la serie "per accidens" de causas eficientes.
2) Las causas eficientes "per se" son aquellas de las cuales el efecto se sigue necesariamente, como necesariamente se mueve la piedra si la mueve el bastón, el cual se mueve necesariamente, si lo mueve la mano, de lo cual se sigue necesariamente que la piedra se mueva, etc.
3) Son por tanto causas simultáneas, no temporalmente sucesivas, porque, y aquí entiendo que está el "quid", la acción de la causa y la producción del efecto son siempre simultáneas, no temporalmente sucesivas. La causa causando es necesariamente simultánea con el efecto siendo causado. Y la otra causa causando la acción causal de aquella causa, es por ello mismo también simultánea con el efecto siendo causado. Y de tal modo, que se entiende que la causalidad ejercida respecto del efecto en cuestión no es completa si no se toma en cuenta la acción de esta segunda causa. Por lo cual, si en esta serie se retrocede al infinito, no hay finalmente causalidad completa respecto del efecto en cuestión, lo cual es lo mismo que decir que no hay finalmente causa del mismo.
4) Lo característico, por tanto, de la serie "per accidens" de causas es que la acción causal de cada una de ellas no depende de la acción causal de las anteriores. El hijo no engendra porque su padre lo haya engendrado. En ese sentido, todas esas causas son como si fuesen una sola causa, lo cual no sucede con las causas "per se", que son esencialmente distintas unas de otras y subordinadas entre sí.
5) En la serie "per accidens" de causas, entonces, nada impide que se retroceda al infinito, pues no es ése el orden de fundamentación, digamos, del efecto en cuestión, no es por ahí, dicho de otro modo, que se ha de encontrar la razón suficiente del efecto en cuestión, sino en la serie de causas "per se", que por eso mismo no puede retroceder (capaz que es mejor decir "proceder" o "ir", para no dar esa impresión de retroceso en el tiempo en lo que en realidad sería solamente un retroceso lógico de lo fundamentado al fundamento) al infinito.
6) ¿Lleva esto necesariamente a que la serie de causas “per se” no pueda tener infinitos miembros? Lo que ante todo se excluye es que en esa serie toda causa dependa a su vez de otra, o sea, que no haya una Causa Incausada y por tanto, Primera. Por tanto, no queda claro, al menos, si se excluye también que haya una Causa Primera Incausada junto con una serie infinita simultánea y “per se” de causas segundas causadas. Ahí el número de causas sería infinito, y lo sería actualmente, no en forma sucesiva, y sin embargo, habría una Causa Primera e Incausada, es decir, no habría “retroceso” o “proceso” al infinito en la serie de causas.
7) Esa segunda hipótesis sí podría excluirse si se demostrara que es intrínsecamente contradictoria, y por ejemplo, si demostrara la imposibilidad de la multitud infinita actual. Pero entonces dicha demostración sería necesaria para excluir las serie infinita actual de causas “per se”, en vez de consistir, precisamente, esa demostración, en la imposibilidad de la serie infinita actual de causas “per se”.
8) Es decir, sin que haya duda de que no es posible que todos los integrantes de la serie actual de causas “per se” sean a su vez causados, y de que por tanto hay que afirmar una Causa Primera incausada (eso es lo esencial) parece que todavía habría que responder a la pregunta de si esa serie puede o no puede constar de infinitos componentes, o sea, que constase, concretamente, de infinita cantidad de causas segundas actualmente subordinadas, más la Causa Primera incausada.
9) Un argumento para excluir esta hipótesis podría ser éste: la Causa Primera mueve a algunas causas segundas mediante otras causas segundas, y eso exige que a algunas causas segundas la Causa Primera las mueva inmediatamente, de lo que se sigue que la serie de causas segundas “per se” actualmente subordinadas no puede tener infinitos miembros, pues exige que haya también una “primera causa segunda” o “primera causa causada”. Hay que ver si este argumento es concluyente.
10) Por lo que tiene que ver con la multitud infinita actual, ahí está justamente el problema en los textos de Santo Tomás. Dice por ejemplo en “De aeternitate mundi” acerca de los que sostienen que se puede demostrar que el mundo comenzó a existir:
11) “Addunt etiam pro se rationes quas etiam philosophi tetigerunt et eas solverunt; inter quas illa est difficilior quae est de infinitate animarum: quia si mundus semper fuit, necesse est modo infinitas animas esse. Sed haec ratio non est ad propositum, quia Deus mundum facere potuit sine hominibus et animabus, vel tunc homines facere quando fecit, etiam si totum mundum fecisset ab aeterno; et sic non remanerent post corpora animae infinitae. Et praeterea non est adhuc demonstratum, quod Deus non possit facere ut sint infinita actu.”
12) Traduzco:
13) “Agregan también para su tesis razones que también trataron y resolvieron los filósofos, entre las cuales la más difícil es la de la infinidad de las almas: porque si el mundo existió siempre, es necesario que ahora haya infinitas almas. Pero esta razón no es concluyente, porque Dios pudo hacer el mundo sin hombres ni almas, o crear a los hombres cuando lo hizo, aún si todo el mundo lo hubiese hecho desde la eternidad, y así no quedarían, luego de salir de los cuerpos, infinitas almas. Y además no se ha demostrado todavía que Dios no pueda hacer que haya infinitos entes en acto.”
14) El argumento, como se ve, es que, al ser las almas inmortales, una serie infinita de generaciones humanas llevaría a que en cualquier momento de la misma las almas existentes serían infinitas, y éste ya no sería un infinito sucesivo, como el de los hombres que nacen y mueren, sino simultáneo y actual.
15) Y tras dar las razones de por qué este argumento tampoco sirve para probar que el mundo comenzó a existir, agrega otra: aún no se ha demostrado que Dios no pueda crear una multitud infinita actual, lo cual implica que aún no se ha demostrado que tal multitud sea contradictoria, porque si lo fuese, caería por fuera de la Omnipotencia divina, que para Santo Tomás es la capacidad de hacer todo aquello que no implica contradicción.
16) Por lo cual, se me ocurre que una forma de conciliar todos esos textos es distinguir entre una multitud infinita actual, y una multitud infinita actual numerable. Según esto, lo que Santo Tomás rechaza sería el número infinito, y por tanto, la multitud infinita actual numerable, no la multitud infinita actual no numerable. Porque los argumentos que da contra el infinito actual parece que encerrasen siempre la noción de “número” y que se basaran en ella.
17) Es cierto que esta hipótesis choca con los textos que Ud. cita, donde parece rechazarse sin más la multitud infinita actual como tal. En ese caso habría que pensar en una variación en la postura de Santo Tomás al respecto.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
“Pero que no pueda haber un infinito actual puede suceder por dos razones: o porque el ser en acto repugna al infinito por lo mismo que es infinito, o por alguna otra cosa, como moverse hacia arriba repugna al triángulo de plomo, no porque sea triángulo, sino porque es de plomo. Por tanto, si el infinito actual puede darse en la naturaleza de las cosas, según la opinión media, o si no puede darse por alguna otra razón distinta de la infinitud misma, digo que Dios puede hacer que exista el infinito actual. Pero si el ser en acto repugna al infinito según su propia razón, entonces Dios no puede hacerlo, como no puede hacer que el hombre sea un animal irracional, porque esto sería hacer lo contradictorio. Ahora bien, si ser en acto repugna al infinito según su misma razón, o no, como se ha tocado aquí en forma incidental, se deja para discutir en otra ocasión. Se responde por tanto a los argumentos de ambas partes.”
Weisheipl dice que las cuestiones "De Veritate" fueron compuestas en el período que va de 1256 a 1259, durante la primera estancia de Santo Tomás en París, mientras que la Primera Parte de la Summa fue escrita, según él, entre 1266 y la primavera de 1268 (p. 415).
Se podría decir entonces que para cuando Santo Tomás escribió el texto de la Primera Parte de la Suma que Ud. ha citado, ya había salido de la duda, pero entonces habría que admitir que volvió a dudar del tema al escribir el "De aeternitate mundi".
Saludos cordiales.
“La multitud es requerida “per se”, como se ve en las causas ordenadas y los efectos, de los cuales uno tiene dependencia esencial respecto del otro, como el alma mueve al calor natural, por el que son movidos los nervios y músculos, por los que son movidas las manos, que mueven al bastón, por el que es movida la piedra; en estos casos, todos los posteriores dependen “per se” de los precedentes. Pero la multitud se encuentra accidentalmente cuando todas las cosas que se contienen en la multitud se ponen como en lugar de una sola, sean muchas, o pocas, o más, como si el que edifica hace la casa, en cuya fabricación utiliza muchas sierras sucesivamente; la multitud de sierras no se requiere para hacer la casa sino accidentalmente, por el hecho de que una sierra no puede durar para siempre; y es indiferente para la casa cuántas sierras se usen, por lo que tampoco una de ellas depende de la otra, como era cuando la multitud era requerida “per se”."
Lo que está diciendo ahí Santo Tomás es que la multitud de causas accidentales es como si fuese una sola causa, porque en ese caso la multitud no es esencialmente requerida, por ejemplo, alcanzaría con una sola sierra si pudiese durar para siempre, en cambio, en el ejemplo de la mano y el bastón, es claro que para moverse, en ese caso concreto, quiero decir, la piedra requiere el bastón, y éste la mano, etc., de modo que la multitud ahí es esencialmente requerida, pues esas causas no pueden no ser distintas ni pueden reducirse a una sola.
Saludos cordiales.
¿La admisión de la posibilidad de la perpetuidad del mundo, según "De aeternitate mundi", se referiría sólo a entes necesarios (teniendo en cuenta lo que dice Santo Tomás en la tercera vía (I, q. 2, a. 3): "Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió...)?
Le agradeceré si puede desarrollar algo el tema.
Muchas gracias.
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Lo que pasa es que ahí Santo Tomás está hablando de la hipótesis en que sólo existen entes contingentes, a la cual declara imposible, y así demuestra que tiene que haber un Ser Necesario.
Otra hipótesis totalmente distinta es aquella en la que sí existe un Ser Necesario. Entonces no hay dificultad, dice Santo Tomas, de que este Ser Necesario haga existir a los entes contingentes desde siempre.
Saludos cordiales.
Que luego quieran hacer que eso concuerde con el prejuicio de que lo más no puede venir de lo menos, usando como comodín a Dios (o un "diseñador/escritor" inteligente) es otra cosa.
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Eso, así como está, es tanto como decir que la novela proviene de la máquina de escribir, o que el árbol procede de la semilla. Los datos empíricos deben poder ser pensados en forma no contradictoria.
A veces la experiencia misma nos provee la causa que nivela la contabilidad cósmica, como en los dos ejemplos anteriores. En otros casos no, pero eso no quita la necesidad de que las cuentas cierren, es decir, de que lo más no salga de lo menos, porque eso sería lo mismo que decir que el "plus" que hay al final sale de la nada.
Saludos cordiales.
Como las formas de vida presentes ahora en siglo XXI son más complejas que las anteriores y la civilización moderna es más sofisticada que culturas más precedentes, podemos considerar que cualitativamente lo más sí proviene de lo menos, aunque no es posible que hoy escribamos en un foro digital si hace cinco o seis mil años no se hubiera comenzado con jeroglíficos y escritura cuneiforme, pero no es mensurable cuantitavamente todo el proceso de evolución cultural tecnológica que nos trajo al estado actual.
Ni siquiera es posible una evaluación que nos informe del costo en vidas del relevo generacional perpetuo más los cambios demográficos por guerra, peste y hambre. Si el pasado fuera menos, que sea la causa del presente le da valor prioritario.
Saludos.
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El principio que dice que lo más no sale de lo menos no es una verdad de fe, sino un principio evidente de razón, pues si lo más saliese de lo menos, habría un "plus", que es justamente el que diferencia a lo más de lo menos, que debería proceder necesariamente de la nada, lo cual es absurdo.
Por eso, cuando miramos lo que pasa en la experiencia, debemos buscar explicaciones, cada vez que parece que lo más saliese de lo menos, y esas explicaciones tienen la finalidad de mostrar que de hecho tal principio no ha sido vulnerado.
Si el "más" del estado posterior, entonces, es puramente cuantitativo, deberá explicarse necesariamente por aporte de materia desde el exterior, pues incluso en esa dirección va el principio de conservación de la materia.
O sea que lo más no sale aquí de lo menos, porque al principio tenemos lo "menos" + materia externa = lo "más" posterior.
Y si lo "más" es cualitativo, entonces es una mayor complejidad, o sea, un cierto tipo de orden.
Aquí se enfrenta un dilema: ese orden es real, o es aparente, es decir, es en realidad fruto del azar.
En el segundo caso, volvemos al "más" puramente cuantitativo, del que ya hemos hablado.
En el primer caso, o ese orden es algo nuevo, y representa en efecto un "más" respecto de lo anterior, o ya estaba dado desde el comienzo allí de donde luego "salió".
En el segundo caso, no hay realmente un "más".
En el primer caso, es claro que hace falta una causa explicativa de ese orden que tenga al menos tanto orden y complejidad como ese orden mismo.
Pensemos que aún cuando los escritores fuesen invisibles, deberíamos afirmar su existencia, porque es claro que la máquina de escribir, en sí misma considerada, no tiene nada que explique el orden que luego aparece en la novela.
Y aún si se dijese que el azar es suficiente para explicar el orden de la novela, lo que se está haciendo ahí es igualar el azar con el resultado ordenado final, o sea, nuevamente se está queriendo mostrar que lo más no sale de lo menos.
Y es que efectivamente, en esos casos lo que se está diciendo es que en realidad el orden no existe, es sólo aparente, todo ha sido producido ciegamente por la máquina exactamente del mismo modo en que se habría producido un rejunte incomprensible de letras.
Por lo que tiene que ver con la civilización humana, ahí el "más" está dado desde el principio: la inteligencia y voluntad del hombre .Y nunca la civilización humana va a producir, naturalmente por lo menos, algo que supere esa causa natural.
Saludos cordiales.
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En efecto, hay un más en sentido relativo, comparando los saberes y técnicas de unas épocas con otras, y a veces el más es posterior al menos (no siempre, tampoco, si miramos campos como la filosofía, el arte, la misma religión, la moralidad, etc.)
Pero en sentido absoluto, o sea, mirando al escenario completo, no puede nunca lo más proceder de lo menos.
Por eso la fe en Dios Creador respeta la "contabilidad cósmica", no así el materialismo, en el que todo procede, absolutamente hablando, de la materia inanimada.
Una vez que está Miguel Ángel de por medio, no hay problema en admitir que de unos pobres pinceles pueda salir el techo de la Capilla Sixtina, que sin duda que los supera ampliamente.
Saludos cordiales.
BBC publicó hace años unos temas barrocos, todos de Vivaldi menos uno hecho por inteligencia artificial, que el lector debía reconocer, y sí que todos se parecían mucho en estilo, algo que el programa fue capaz de codificar para luego producir una combinación diferente de las dadas como dato fuente dentro de la regla estilística codificada. Es muy sofisticado y harto interesante pero sigue siendo programación informática que no creo capaz de iniciar la obra del músico partiendo de las experiencias ajenas de su tiempo, el punto de partida de todo creador en arte y ciencia. Y ese contexto previo, si es cualitativamente inferior, por ser base indispensable para toda innovación, más la disposición del individuo, es el más.
Gracias por su respuesta.
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Y sobre todo, que la misma inteligencia artificial, como su nombre lo indica, es obra de la inteligencia humana, de la cual ha recibido todo el poder que tiene.
Saludos cordiales.
En un universo compacto resulta imposible la existencia de sistemas planetarios como el solar, que requieren del distanciamiento caótico de la materia para que las fuerzas ordenadoras posibiliten un planeta como la tierra y su contenido.
Empero, esa "fragmentación" o distanciamiento de la materia del universo, tiene un límite hacia la posibilitación de estructuras planetarias y galácticas como las actuales, hasta el extremo de su inviabilidad absoluta.
Es decir, la existencia del planeta tierra constituye la concreción histórica de expresiones probabilísticas del proceso evolutivo.
De manera que el ser humano está determinado a no ser más de lo que puede ser. De allí la falsedad de su prepotencia existencial, y también la angustia por no poder escapar de los linderos de su naturaleza.
Que alguien nombre algo hecho, creado o "inventado" por el ser humano, fuera de las posibilidades del sistema en el que existe. Incluso su autoextinción resulta una probabilidad perfectamente natural.
Así que la sabiduría llama a hombre a barajar la probabilística hacia la plenitud de su ordenamiento existencial, es la posibilidad y facultad que le conceden la historia y la evolución, no necesariamente ser mejor, sino simplemente seguir siendo posible, siendo esa su responsabilidad.
Miremos nomás al difunto cubriéndole la tierra, al hombre que arriba lo despide, y a la mujer encinta que lo llora... En eso consiste la evolución.
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Un ente puede estar en potencia para que a partir de él se produzca un ente superior, pero solamente a condición de que intervenga una causa en acto que tenga por lo menos tanta perfección como ese ente que se va a producir.
Volviendo al ejemplo de la novela, se puede decir que en cierto modo está en potencia en la máquina de escribir y en las hojas de papel, pero para que esa potencialidad se actualice hace falta el escritor.
O sea, que cuando decimos que lo más no sale de lo menos, estamos hablando el cuadro completo, del escenario total. Así cierra la "contabilidad cósmica", porque "escritor + máquina de escribir + hojas de papel" no es menos que "novela".
Saludos cordiales.
Apreciado Néstor:
Me han planteado dos dudas desde hace muchos días y no sé resolverlas. ¿podría ayudarme? Como no tengo otro medio que este para preguntarle, las escribo aquí:
La primera pregunta es simplemente una en relación con los atributos de Dios. Dios es omnibenevolente, esto implica por tanto que solo puede hacer las cosas de la manera más perfecta posible. Pero si solo puede hacer las cosas de la manera más perfecta posible, eso implica que no tiene elección a la hora de hacer las cosas, no?
(No creo que sea ningún problema, ni tampoco Leibniz. Solo pregunto si uno puede escapar de esta conclusion y cómo uno lo haría.)
La segunda pregunta es acerca del panenteísmo. Estoy bastante seguro que usted no es panenteísta y simplemente teísta. Ahora bien, me parece que el teísmo simpliciter es más cercano al deísmo que otra cosa. Yo estoy simplemente estoy abogando un panenteísmo palamita. No le parece más lógico que el mundo esté en Dios a que sea externo a Dios?
Hasta aquí las preguntadas planteadas.
Muchas gracias.
In Corde Christi
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Lo más perfecto posible es solamente Dios, que no puede ser creado. Para toda realidad finita siempre es posible otra realidad finita más perfecta, y ése fue el error de Leibniz.
"En Dios" o "fuera de Dios" son metáforas que no tienen sentido preciso. Lo que es preciso es hablar de "idéntico a Dios" o "distinto de Dios".
El panenteísmo consiste en decir que el mundo es parte de Dios, lo cual va contra la Trascendencia y la Simplicidad de Dios.
El teísmo no es deísta, porque sostiene que el mundo ha sido creado por Dios "ex nihilo" y depende a cada instante de Dios en su ser y en su obrar.
Saludos cordiales.
Respecto de si "ninguna especie numérica es infinita, pues todo número es una multitud medida por la unidad. De ahí que resulte imposible que se dé una multitud en acto tanto por esencia como por accidente"....bueno, de ser cierta una afirmación así, todo el cálculo infinitesimal se viene abajo.
Y no sólo el cálculo sino la ciencia entera, que en él se basa. Cual es la "unidad" que el cálculo usa para "contar"....el diferencial o "dx"...y cual es el resultado de ese conteo de diferenciales...la integral.
Sin perjuicio de tener conjuntos infinitos, actuales, unos más grandes que otros, como Cantor lo demostró.
Estimado Néstor
Tengo la impresión que su argumentación de que no es posible un número infinito de causas segundas, no tienen otro sustento que la simple repulsión al infinito, no sólo continuo, sino el numerable.
Afirmar a priori de que no es posible, es sólo una petición de principio, que nace de proponer una causa primera, como la propuesta por Aristóteles, y asumida por Santo Tomás. Pero nada, sin embargo, limita la posibilidad de la serie causal, de causas segundas, sea infinita, es más sea compuesta de infinitas series de causas.
Afirmar que de ser infinitas, no serían suficientes o completas para producir el efecto, no es sino recurir a Zenón y su aporía para defender la tesis aristotélica contra el infinito, sin embargo, sabemos que Aquiles alcanza a la tortuga.
Por otro lado, se aprecia que en los ejemplos de causa y efecto que menciona, introduce el tiempo sea para cuando afirma alguna sucesión, o para cuando afirma simultaniedad.Sin embargo, su argumentación decanta en la binaria noción (lógica) de causa y efecto, y nada más donde toda causa precede (ontológicamente) al efecto, y eso es una sencilla y simple verdad.
Finalmente, la dicotomía aristotélica de acto y potencia, no hacen sino diluir la realidad actual en mera posibilidad, asumiendo finita la primera, e infinita numerable la segunda; tan finita la primera, que desaparece en la segunda que no es, sino sólo lo que puede ser. Sin embargo, si que lo que es actualmente, no es también lo que puede ser, simplemente no es nada.
Es así que, el infinito no es algo que potencialmente puede ser, sino algo que actualmente es, y lo es realmente.
En ese sentido, no se haría honor a la Sabiduría de Dios, el suponer una Creación finita actualmente, e infinita potencialmente, pues de ser ese el caso no habría realidad alguna.
Pero la realidad es que la Creación, es, y como fruto de su Sabiduría y Voluntad, no puede sino ser infinita actualmente, y sin caer en panteísmo alguno, pues la infinitud de Dios lo es absolutamente.
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Sobre los fundamentos del cálculo y su interpretación filosófica ha habido grandes discusiones desde el mismo comienzo, justamente Berkeley participó en esas críticas filosóficas, y de hecho, tengo entendido que finalmente se abandonó la idea de los "infinitésimos" para pasar a utilizar la del "límite", que tiene menos implicaciones filosóficas.
En cuanto a los conjuntos infinitos actuales no veo que se haya probado su existencia. El argumento diagonal de Cantor, por ejemplo, me parece más bien una confirmación del carácter puramente potencial del infinito numérico.
Ni Aristóteles ni Santo Tomás rechazan el infinito numérico actual por el tema de las pruebas de la existencia de Dios. Lo que se rechaza en éstas no es simplemente el infinito numérico actual, sino la serie infinita actual de causas subordinadas, y ahí es esencial la palabra "subordinadas", es decir, dependientes causalmente unas de otras.
La razón para rechazar la serie infinita actual de causas subordinadas no es su número infinito, sino el principio de causalidad, porque se entiende que si esa serie fuese infinita, al final el efecto no tendría causa.
Ya que nada que se señalase como causa de ese efecto lo sería suficientemente, al depender a su vez de otra causa anterior que por ello mismo también sería, y con título más principal, causa de ese efecto.
Y por eso es que he arriesgado la hipótesis de que tampoco importaría si esas causas a su vez causadas pudiesen formar un número infinito actual, de todos modos haría falta una causa primera.
En todo caso, si esa hipótesis resulta fallida, sigue en pie que la razón para rechazar la serie infinita en las pruebas de la existencia de Dios no es el número infinito por sí solo, sino el principio de causalidad.
Mas bien el argumento de Aquiles y la tortuga funciona porque Zenón daba por supuesta la división infinita actual del continuo, mientras que Aristóteles la declara imposible precisamente porque el continuo es siempre divisible, pero nunca infinitamente dividido en acto.
En todo caso, tampoco en el argumento de Aquiles juegan un papel el principio de causalidad, como sí en las pruebas de la existencia de Dios.
No se entiende bien lo que dice sobre la causa, el efecto, y la temporalidad. Las causas actualmente subordinadas no son temporalmente anteriores unas a otras en el influjo que ejercen unas sobre otras y todas sobre el efecto final. Se trata solamente de una anterioridad ontológica. Lo contrario sucede en la serie de causas "per accidens", que es la que es temporalmente sucesiva.
Lo que es actualmente (hablando siempre de los entes finitos) puede ser, pero ese "poder ser",a su vez, se divide en dos: el que además también es actualmente, o sea, ya está actualizado, y es eso que la cosa efectivamente es; y el que todavía no es actualmente, sino que sólo puede ser, y esas son las potencialidades no actualizadas de la cosa.
Es claro que de muchas posibilidades contrarias entre sí, cada vez podrá estar actualizada solamente una de ellas, y así, lo potencial será numéricamente superior a lo actual.
Por ejemplo, la pared que es blanca, y que, en tanto que lo es, no puede tener otro color, en potencia sin embargo puede tener todos los colores del arco iris, con perdón.
Saludos cordiales.
" —A escribir de otra suerte —dijo don Quijote—, no fuera escribir verdades, sino mentiras, y los historiadores que de mentiras se valen habían de ser quemados como los que hacen moneda falsa"
" La historia es como cosa sagrada, porque ha de ser verdadera, y donde está la verdad, está Dios, en cuanto a verdad; pero, no obstante esto, hay algunos que así componen y arrojan libros de sí como si fuesen buñuelos"
Don Quijote . Segunda parte . Capítulo III
“La primera ley de la historia es no atreverse a mentir; la segunda, no temer decir la verdad”-León XIII
Estimado Néstor:
Me plantea un amigo estas preguntas. ¿Me puede usted ayudar?
¿Cómo determinar que el Universo es realmente contingente? A mí me parece que si ponemos de lado nuestro libre albedrío (que demuestra la contingencia del Universo ya que podríamos cambiar su estado actual por nuestros actos indeterminados) no queda otro soporte que el indeterminismo cuántico que demuestra que el Universo podría haber sido diferente en otra posible construcción de la realidad. ¿Podría darme más argumentos para la contingencia del espacio-tiempo? ¿Considera que el argumento sobre el hecho de que podamos imaginar otra posible construcción del Universo demuestre que dicho ser es contingente?
Muchas gracias
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Lo contingente se opone a lo necesario y lo necesario es lo que no puede no ser, de donde se sigue que sería contradictorio que no ocurriese lo que es necesario.
Por tanto, es contingente todo aquello que en caso de no darse no implicaría ninguna contradicción.
Pero es claro que no implica contradicción que las cosas ocurran en el mundo de modo distinto de como ocurren.
No hay nada contradictorio en que el Sistema Solar, por ejemplo, tuviese más o menos planetas de los que tiene.
Y si se dice que dadas las leyes naturales y las posiciones iniciales de las partículas todo se sigue después necesariamente, de modo que sería contradictorio con esa hipótesis que las cosas ocurriesen de otro modo, el caso es que las posiciones iniciales de las partículas, su número, son contingentes, podrían haber sido de otro modo.
Y si nos dicen que no hay posiciones iniciales, porque el mundo material no tiene comienzo, y que en todo caso sólo por la fe podemos asegurar que comenzó a existir, el hecho es que de todos modos la misma no existencia de este mundo material tampoco implica contradicción.
Porque la necesidad que se basa en un supuesto no es absoluta, sino condicional, y esa es la única necesidad que en todo caso hay que afirmar para los eventos y entes de este mundo, o sea, que se siguen necesariamente de ciertos antecedentes según leyes. Es decir, si se dan los tales antecedentes.
Eso es compatible con su contingencia en sí mismos considerados, que por otra parte es indudable, porque primero no existen y luego existen, y por tanto, pueden no existir.
Y así el mundo resulta ser un conjunto de entes contingentes, y por tanto, contingente él mismo, como una multitud de ciegos es una multitud ciega.
En efecto, siendo contingentes todas sus partes, una de las posibilidades, absolutamente hablando, es decir, algo que no implica contradicción alguna, es que todas esas partes dejen de existir a la vez, y así el mundo mismo dejaría de existir. Por tanto, puede no ser, o sea, es contingente.
Dicho de otro modo: para que puedan funcionar las leyes naturales necesarias, tiene que existir algún ente natural. Por tanto, la existencia misma de entes naturales no depende de las leyes naturales necesarias, sino que es el presupuesto del que ellas dependen.
Y es una existencia contingente, por el mero hecho de que va precedida de la no existencia, y seguida de ella, es decir, los entes de este mundo comienzan a existir y dejan de existir todos ellos, en algún momento, por tanto, pueden no existir, o sea, son contingentes.
Y por tanto, nuevamente, también el conjunto de todos ellos es contingente.
Saludos cordiales.
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