Consagración al Corazón Inmaculado de María. S. Juan Pablo II. 1984
Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María. S. Juan Pablo II.
25 de Marzo de 1984.
Y por esto, oh Madre de los hombres y de los pueblos,
tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas,
tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal,
entre la luz y las tinieblas que invaden el mundo contemporáneo,
acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo,
elevamos directamente a tu corazón:
abraza con amor de Madre este mundo humano nuestro,
que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud
por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos
¡Oh Corazón Inmaculado!
¡Del hambre y de la guerra, líbranos!
¡De la autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde su primer instante, líbranos!
¡Del odio líbranos!
¡De toda clase de injusticias en la vida social, nacional e internacional, líbranos!
¡De la facilidad de pisotear los mandamientos de la ley de Dios, líbranos!
¡De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, líbranos!
¡Del extravío de la conciencia del bien y del mal, líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos! ¡líbranos!
Oh Madre de Cristo, Aparezca, una vez más, el infinito poder salvador de la Redención: Que éste detenga el mal.
Que en tu Corazón Inmaculado se abra a todos la luz de la Esperanza.
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