Santiago... y cierra
El 2010 que acabamos de estrenar es año Jacobeo. Al caer la festividad de Santiago en domingo, la Iglesia nos propone un especial tiempo privilegiado de gracia que no podemos dejar de aprovechar. El Papa lo ha dicho en su saludo con ocasión de la apertura de la Puerta Santa: “se abre un tiempo especial de gracia y de perdón, de la “gran perdonanza”, como dice la tradición. Una oportunidad particular para que los creyentes recapaciten sobre su genuina vocación a la santidad de vida, se impregnen de la Palabra de Dios, que ilumina e interpela, reconozcan a Cristo, que sale a su encuentro, les acompaña en las vicisitudes de su caminar por el mundo y se entrega a ellos personalmente, sobre todo en la Eucaristía”.
Peregrinar a la tumba del Apóstol es una experiencia más que recomendable para los creyentes, y este año se nos brinda una especial oportunidad: la de conseguir la bula jubilar, y la gracia de la indulgencia plenaria completa. No volverá a repetirse un año Jacobeo hasta 2021. Aprovechando que este año es Año Santo Compostelano, recomendaría a todos que peregrinaran a Santiago, para su crecimiento espiritual personal y también para pedir al Apóstol por España.
Pero no es eso, o no sólo eso, lo que me he propuesto comentar en estas líneas. Todos conocemos, o deberíamos conocer, la importancia que Santiago el Mayor, patrón de España, ha tenido en nuestra historia patria. Ese Apóstol cuyos restos reposan en Galicia ha favorecido especialmente a nuestra tierra desde tiempos muy remotos, y a él se encomendaron generaciones y generaciones de españoles para librarse del yugo del opresor mahometano y reconquistar el suelo que los moros les arrebataron, devolviéndoselas a Cristo.
Acudió Santiago en ayuda de sus hijos predilectos en infinidad de ocasiones. Desde aquella batalla de Clavijo allá por el 844, el Hijo del Trueno no cesó de acudir en auxilio de los españoles cuando para ello era requerido. Se comprometieron formalmente nuestros Reyes en agradecimiento por sus favores con el Voto de Santiago; se fundó en su honor la más importante de las Órdenes Militares que en España ha habido, y vistieron su hábito las más destacadas personalidades de nuestra vida social, política y militar; se puso bajo su protección un nuevo mundo, más allá del Atlántico; glosaron sus gestas nuestros literatos; son cientos las Iglesias dedicadas en España al de Zebedeo, y miles las imágenes del Apóstol en los retablos…
Quiere este articulito, improbable lector, hacerte una llamada. Vive España horas trágicas. El enemigo hoy es quizá el más poderoso de cuantos hayamos conocido. Se está destruyendo, desde sus propios cimientos, la sociedad. La familia es objeto de ataques como nunca se habían conocido. Se ha institucionalizado el asesinato de inocentes, disfrazándolo de derecho. La explotación del hombre por el hombre, sin más límite que la propia codicia de los opresores, es cada vez mayor. Se pervierte a la infancia desde la cuna. El hedonismo, el materialismo y el placer como único motor social son moneda corriente. La Iglesia de Cristo es humillada, escarnecida, de manera pública y sin control…
Esta es la hora, quizás como nunca lo fue, de volver a invocar a Santiago, para que “este gran caballero de la cruz bermeja, que háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo” acuda en nuestro auxilio. Es hora de iniciar un gran movimiento santiaguista en España. De que cada uno de nosotros se encomiende al Apóstol a diario, que le pida en sus oraciones, la hora de portar la Cruz de Santiago grande y bien visible, en cada una de las manifestaciones a favor de la vida o de la familia a las que se acuda, de hacer votos privados y públicos a nuestro patrón. De llevar ofrendas a Compostela. De llenar los blogs y páginas webs de los católicos españoles con las cruces rojas del santo…
Que España sea un reflejo de la imagen de lo que es hoy el Fuerte de Clavijo, quizás en ruinas, pero coronado por una gran cruz del Hijo del Trueno. Y así, con su nombre en los labios y el corazón, defendernos de los ataques, y cerrar, embestir, sin temores humanos, para devolver España a Cristo. Nuestro patrón, estoy convencido, acudirá en nuestro auxilio una vez más.
Amigos: ¡Santiago! y a cerrar. Adelante.
Aquí una imagen que se puede copiar y reenviar por correo electrónico, colgarla en los blogs y páginas, etc.
5 comentarios
Ruega mucho por España, querido Patrón Santiago. Nos hace mucha, mucha falta.
¡Santiago y cierra!¡España!
mienten, pues lo que dicen no es su pensar sino lo que DIOS quiere que digan, SANTIAGO APOSTOL, LA VIRGEN DEL PILAR, EL ESPIRITU DE 12 DE OCTUBRE DE 1492, UN LEGADO INDESTRUCTIBLE.
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