710 - RESISTENCIA DE LOS OBISPOS.

RESISTENCIA DE LOS OBISPOS.

Fuentes: Propias y Life Site 02-05-05; 01-04-05; 22/30/31-03-05; 17-03-05 (Vid. NG 648, 659, 663, 664, 694, 695, entre otros).

Por Juan C. Sanahuja

Perseguido por el homosexualismo

En vísperas del tratamiento por el Parlamento nacional de Canadá, de la ley de redefinición del matrimonio (Bill C-38) que permitiría los llamados "matrimonios entre personas del mismo sexo", sin acobardarse por las críticas e incluso por dos denuncias ante un organismo local de derechos humanos, Mons. Fred Henry, Obispo de Calgary, quien denunciara el año pasado la incoherencia moral del Primer Ministro, reiteró en su pastoral del 1 de Mayo el texto que le causara las críticas y las denuncias:

"La homosexualidad, el adulterio, la prostitución y la pornografía, destruyen los fundamentos de la familia y las bases de la sociedad, por eso el Estado, para preservar el bien común, debe usar su poder de coacción para proscribirlas o ponerles estrechos límites. (…) Como están en juego las raíces mismas de la sociedad, todos debemos oponernos; si bien la institución matrimonial es una, y si se crea la figura de los llamados 'matrimonios entre homosexuales', eso jamás alterará lo que es el verdadero matrimonio".

Tras reiterar este párrafo, agregó en la pastoral del 1 de mayo, "el poder coercitivo del Estado se extiende también al tráfico de drogas, el pago de impuestos, a los curricula de las escuelas, y en el caso del matrimonio el estado prohibe, por ejemplo, el casamiento de consanguíneos", y concluyó "ejerciendo ese poder el Estado tiene la obligación de defender y no de redefinir a la familia, institución fundamental, anterior al Estado".

Denuncia por violación de derechos humanos

Por el párrafo arriba mencionado de su pastoral de enero, en marzo pasado, Mons. Henry fue denunciado por dos activistas homosexuales ante la Alberta Human Rights Commission.

En respuesta a las denuncias, el 29 de marzo, el Obispo contestaba que con ellas "han sido violados mi derecho a la libertad religiosa y a la libertad de expresión. Quienes defienden el llamado 'matrimonio entre personas de un mismo sexo' quieren acallar a la Iglesia, diciendo que manifestarse en contra es discriminar a los homosexuales. No me dejaré intimidar con tonterías sobre si esto es acoso (a los homosexuales). La Carta de Derechos Humanos de Canadá protege mi libertad religiosa. No cambiaré ni una coma, ni una 'iota' de mi pastoral (de enero). Además, como Obispo de la Iglesia Católica no puedo callar. Con estas acciones quieren acallar a la Iglesia, y la Iglesia tiene derecho a hablar. El desafío es no dejarse intimidar"

El obispo, que ha sido calificado de "nazi" y de "fascista" por organizaciones de homosexuales, políticos, medios de comunicación y organismos de derechos humanos, ha cosechado miles de adhesiones y apoyos.

Al parecer lo que realmente molesta al lobby homosexual y a los políticos "progresistas", muchos de ellos católicos de nombre, es que los obispos canadienses, entre ellos Mons. Henry han hecho imperiosos llamados a los fieles y a todos los hombres de buena voluntad a presionar sobre sus representantes en el parlamento exigiéndoles rechazar el proyecto de ley de redifinición del matrimonio. Y aunque lamentablemente los políticos, también los llamados "católicos", se resisten a la presión de sus votantes, más del 50% de sus electores están dispuestos a no volver a elegirlos si votan a favor del proyecto de ley.

Con el obispo a la cabeza

Siguiendo con los hechos que hemos reseñado en otros servicios de NG, destacamos la actitud de Mons. Paul Marchand, Obispo de Timmins, (Ontario), que se unió a las pacíficas demostraciones que la organización pro vida y pro familia, Campaign Life Coalition, realizó reiteradamente en esa ciudad delante de las oficinas del miembro del parlamento Charlie Angus, exigiéndole cambiar de actitud y votar contra el proyecto de ley C-38.

Es de notar que según datos difundidos por el boletín Haz Política, en Canadá se permite legalmente el "matrimonio entre personas del mismo sexo" en Ontario, Quebec, Columbia Británica, Manitoba, Newfoundland y Labrador, Nueva Escocia, Saskatchewan, y Yukon. Ahora lo que se discute es la ley nacional.

En vísperas de una gran persecución

El Arzobispo de San Luis, (USA), Mons. Raymond Burke, escribió en una reciente pastoral que "nos encontramos en vísperas de una gran persecución si como católicos seguimos hablando sobre los temas que se refieren al respeto a la vida humana y a la familia". Burke, que en uso de sus derechos como obispo ha negado la comunión en el territorio de su diócesis a todos los políticos católicos que manifiesten ideas contrarias a la doctrina de la Iglesia en estos temas, dijo que "para un pastor es fuente de mucho dolor negar la Eucaristía, pero sería mucho más doloroso fracasar como obispo y callar, no llamando a los pecadores a la conversión, no protegiendo de abusos a la Eucaristía y no evitando el escándalo de los fieles".

"Las enseñanzas de la Iglesia en estos temas no admiten reducciones, para algunos son políticamente incorrectas, por eso me atrevo a decir, que es claro que vamos hacia una gran persecución", concluyó.

En Filipinas

Mons Jesús Dosado, Obispo de Ozamiz (Filipinas), declaró oficialmente que en su diócesis se debe negar la comunión a todos aquellos funcionarios del gobierno que ejecuten las políticas implementadas en cumplimiento de la ley de "Paternidad responsable" (Bill 3773), que consisten en extender la educación sexual a todos los menores, distribuir preservativos y anticonceptivos hormonales y mecánicos, etc.

La ley incluso, con artera ambigüedad, prevé como método de control de natalidad la enseñanza de los llamados métodos naturales. Estos métodos, divulgados sin el marco ético que la Iglesia enseña, se convierten en un sistema anticonceptivo más, y por lo tanto su uso es inmoral, como enseñaron Pablo VI y Juan Pablo II. FIN, 04-05-05.