427 - ONU: EL MEDIO AMBIENTE: EXCUSA PARA CONSTITUIR UN GOBIERNO MUNDIAL

ONU: EL MEDIO AMBIENTE: EXCUSA PARA CONSTITUIR UN GOBIERNO MUNDIAL

Fuentes: Propias; Earth Negotiation Bulletin, 27-5-01; 7-6-01, Summary the expert consultations on international environmental governance, 28-29 MAY 2001; United Nations Environment Program, UNEP/IGM/1/1, 12-3-01; UNEP/IGM/1/2, 4-4-01; UNEP/IGM/1/INF/1, 30-3-01; UNEP/IGM/1/INF/, 25-04-01; UNEP/IGM/1/INF/2, 5-4-01; First meeting of the open-ended intergovernmental group of ministers, April 2001

Por Juan C. Sanahuja

Las Consultas de Expertos sobre el Gobierno Internacional Medioambiental, se celebraron en Cambridge, Inglaterra, el 28 y el 29 de mayo de 2001. El Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (siglás en inglés: UNEP), organizó este encuentro que estaba previsto en la resolución 21/21 del Consejo de Gobierno del UNEP.

La decisión 21/21 establecida en la reunión del Grupo Intergubernamental de Ministros, tiene como fin comenzar una política comprehensiva orientada al asesoramiento de las instituciones medioambientales sobre los peligros actuales; examinar las opciones para el fortalecimiento de un gobierno internacional para cuestiones de medioambiente, y señalar las etapas de este proceso.

Las consultas se hicieron entre 27 participantes, que incluyeron académicos, especialistas políticos de ONG's y veteranos de los procesos internacionales en negociaciones del medioambiente. Durante el día y medio que duraron las discusiones los participantes examinaron las dimensiones institucionales, financieras y conceptuales para un gobierno internacional medioambiental, y la necesidad de redefinir el rol del UNEP. Las sesiones fueron inauguradas por el director ejecutivo del UNEP; Klaus Töpfer y el presidente de las Consultas de Expertos, Raúl Estrada Oyuela. (Estrada Oyuela fue representante argentino en la Cumbre de Río en 1992. Por oponerse a la imposición del control de natalidad por parte de la ONU y trabar las negociaciones negándose a firmar la Agenda 21, fue relevado por el entonces presidente Carlos Menem y sustituido por la Ing. María Julia Alsogaray, que acordó el programa de acción de Río. En 1993-94, a raíz de la Conferencia de El Cairo, Menem adoptó parcialmente el discurso pro-vida. En 1995, durante la Conferencia de Beijing, Estrada Oyuela era embajador argentino en China, favoreció en todo el plan de acción de las organizadoras feministas de la conferencia, trabó el trabajo de los miembros pro-vida de la delegación argentina y fue reconvenido por el Presidente Menem, esta vez por sostener las ideas a las que se había opuesto en Río. Ahora, como funcionario internacional, parecería que adoptó definitivamente el discurso "políticamente correcto" de la ONU).

Las conclusiones de los expertos fueron incluidas en el informe del presidente del UNEP sobre el gobierno mundial para el medioambiente que se tratará en la preparación de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable del 2002, (Río+10, Sud África 2002). Los expertos concluyeron que "existe consenso de que el UNEP debe ser fortalecido o 'empoderado', tanto en su parte financiera como en la revisión de sus funciones, para hacer frente a los cambios de una desarrollada y creciente red de instituciones del gobierno internacional medioambiental, en su necesidad de perfeccionar la coordinación racional de su organización y el apoyo de los expertos".

En la reunión se destacó la importancia de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable a celebrarse en el 2002, para revisar el documento aprobado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992). "El Consejo de Gobierno del UNEP aspira a que esa Cumbre vigorice el compromiso global sobre el desarrollo sustentable y constituya un evento trascendente para concretar el compromiso de un gobierno internacional que dirija el desarrollo sustentable, sobre las bases de una cooperación internacional al más alto nivel".

Las conclusiones de la reunión recuerdan la resolución 55/200 de la Asamblea General del 20 de diciembre de 2000, en la que se resalta el importante rol del Programa de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente (UNEP) en los próximos 10 años, para revisar y dirigir el progreso de la implementación del documento de la Conferencia de la Naciones sobre Medioambiente y Desarrollo (1992).

El origen próximo de esta idea de crear un gobierno mundial en las cuestiones que afectan a los recursos naturales es la Declaración de Nairobi sobre el rol y el mandato del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente de 1997. Según este compromiso internacional el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente "debe liderar y administrar como autoridad mundial medioambiental la agenda global de medioambiente; promover la implementación coherente del desarrollo sustentable dentro del sistema de las Naciones Unidas, y servir como una autoridad defensora del medioambiente global (…) Recordando las recomendaciones de la Declaración Ministerial de Malmö (mayo 2000), según la cual la Cumbre Mundial del 2002 deberá revisar los requerimientos de una estructura institucional para un gobierno internacional para el medioambiente basado sobre la previsión de las futuras necesidades y para construir una arquitectura institucional que tenga la capacidad de combatir con efectividad un amplio rango de amenazas al medioambiente en un mundo globalizado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente deberá ser fortalecido y deberán aumentarse sus recursos financieros". Hasta aquí la información oficial.

En la guerra del Norte contra el Sur, como llamó Juan Pablo II a la carrera por el acaparamiento de los recursos naturales, se ha dado un paso más. La cúpula de la ONU disimulando sus afanes totalitarios en multitud de reuniones y consensos, está concretando el proyecto de un gobierno mundial para que los países centrales administren en su exclusivo beneficio, según sus opulentos patrones de consumo, los recursos naturales del mundo. Los países del "tercer mundo" son así condenados por la teoría del desarrollo sustentable, que incluye siempre necesariamente el control de natalidad, a un progreso "limitado", a una educación mínima, a la dependencia tecnológica, al subdesarrollo perpetuo, a no salir de la pobreza. Además, se confirma el planteo perverso que apareció en Río en 1992, los países del "tercer mundo" para no invertir sus recursos en su propio desarrollo y en el bienestar de sus propios ciudadanos, deberán pagar. En efecto, son ellos los que sostendrán económicamente esta nueva superestructura dictatorial, creada para impedir su progreso.

Entre otras cosas, en este marco, es imprescindible para los ideólogos del nuevo orden narcotizar a las multitudes postergadas del mundo, eso explica su interés por promover el contenido pseudo-espiritual de la Carta de la Tierra u otros similares proyectos de religiosidad panteísta-relativista, que están en pleno desarrollo y serán presentados en la Cumbre del 2002 como fundamento de una nueva religión universal. FIN, 17-06-01