355 - ONU-CANADÁ: COMISIÓN INTERNACIONAL SOBRE INTERVENCIÓN Y SOBERANÍA

ONU-CANADÁ: COMISIÓN INTERNACIONAL SOBRE INTERVENCIÓN Y SOBERANÍA

Fuentes: Propias; UN Wire, 5-4-00; UN News, 4-4-00; UNCHR Release, 4-4-00; L´Osservatore Romano, 8-4-00; El Mercurio, Santiago de Chile, 15-9-00. Noticias Globales 4, 188, 210, 214, 254, 257, 291, 326, 334, 340, 350, entre otras.

Por Juan Bacigaluppi

El gobierno de Canadá presentó el 14 de septiembre ante las Naciones Unidas, una comisión internacional para resolver el conflicto que plantea el principio de la soberanía nacional y el derecho a intervenir de la ONU, en países donde se estén cometiendo crímenes contra la humanidad. La noticia fue recogida por diario El Mercurio, de Santiago de Chile (15-9-00).

La llamada Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía se constituyó para recomendar a las Naciones Unidas una guía de por qué y bajo qué condiciones se puede y se debe intervenir militarmente en los países. Se estima que esta comisión presentará una escala de medidas de acción que irá desde la presión política y las sanciones económicas hasta la vía militar.

La Comisión fue presentada por Lloyd Axworthy, ministro de relaciones exteriores de Canadá. "Siempre ha habido un sentido de incompatibilidad entre soberanía y obligaciones humanitarias, pero yo creo que si la gente ve lo que pasó en Somalia, Kosovo, Timor Oriental y Ruanda, es claro que estas tragedias no pueden seguir escondiéndose detrás de la soberanía", dijo Axworthy.

Pero el consenso está lejos en este tema, y son precisamente los países en desarrollo los que han demostrado su mayor oposición a la intervención por razones humanitarias ya que estiman que esto podría derivar en una nueva forma de colonialismo.

Según Axworthy, "estos temores son infundados ya que la comisión está conformada, en partes iguales, por representantes del primer y el tercer mundo. Habrá representantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG's), académicos y líderes reconocidos por su defensa y lucha en favor de los derechos humanos.

Lo que realmente preocupa es la interpretación de los mismos derechos humanos. Justamente en el ámbito de las ONG's y en los grupos de especialistas consultados por la ONU, es en donde se dan las interpretaciones más extremistas, que llegan a incluir entre las violaciones de los derechos humanos las legislaciones contrarias al aborto o a los supuestos derechos de las minorías homosexuales.

A este respecto, el ejemplo que puso el ministro canadiense no fue tranquilizador, ya que comparó el trabajo que tiene delante el grupo de expertos que ha reunido Canadá, con la "comisión Brundtland, que hace años fue capaz de tomar dos ideas que parecían igualmente irreconciliables: el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente".

Según Axworthy aquel grupo de expertos "a través de un difícil debate político, fue capaz de producir un concepto nuevo: el desarrollo sustentable".

Pero debemos recordar que lamentablemente fue esa comisión la que impuso la idea en el ámbito internacional de la necesidad del control de natalidad para asegurar el desarrollo llamado sustentable y es, por lo tanto, uno de los orígenes de los llamados derechos sexuales y reproductivos, (Noticias Globales 4, 188, 214, 254, 257).

Axworthy explicó que "la intención de la comisión es hacer lo mismo; es decir, tomar lo que algunos creen que son dos ideas contradictorias, la soberanía del Estado y la intervención en respuesta a crímenes contra la humanidad", y lograr conciliarlas.

Junto al canciller canadiense, estuvieron los dos copresidentes de la comisión, el ex-ministro de Asuntos Exteriores de Australia, Gareth Evans, y el asesor especial del secretario general de la ONU para el Cuerno de Africa, Mohamed Sahnoun. Se interpreta en los medios diplomáticos que la inclusión de Evans en la Comisión, es la respuesta de la burocracia internacional de los derechos humanos a la reciente denuncia de Australia al sistema de derechos humanos de la ONU, (Noticias Globales 350).

Con esta comisión se concreta un claro propósito de Annan, que hemos tratado en otros servicios.

Por no ir más lejos el Secretario General de la ONU, el 4 de abril pasado, hablando en la 56 ª sesión anual Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra, dijo que había llegado la hora de construir un vínculo entre los derechos humanos y el desarrollo, "uno no puede prosperar sin el otro (…) los acontecimientos del año pasado (Kosovo, Timor) me han confirmado en mi convicción que los derechos humanos son inviolables, haciendo caso omiso de las fronteras, y que las soberanías nacionales no podían estar por encima de las obligaciones internacionales de los países".

"Debemos renovar nuestros esfuerzos para asegurarnos que los derechos humanos se establecerán como un componente esencial de las reglas del derecho internacional".

Agregó Annan que "las leyes internacionales de derechos humanos enfatizan que donde se violen los derechos humanos, la comunidad internacional tienen el derecho y el deber de responder y acudir para asistir a las víctimas". Annan reclamó a continuación a los Estados que aún no ratificaron los pactos e instrumentos internacionales sobre derechos humanos, que lo hicieran. Estos pactos y convenciones incluyen la de Eliminación de toda Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y su Protocolo Opcional, que se ha convertido en la bandera de los grupos feministas para el reconocimiento universal de los llamados derechos sexuales y reproductivos, con inclusión del aborto.

El extremismo pansexualista de algunos funcionarios y de muchas ONG's, enquistadas en el sistema de derechos humanos, hace que la creación de esta Comisión de Intervención y Soberanía resulte, al menos, sospechosa. Teniendo en cuenta, además, que junto al gobierno de Holanda, el de Canadá lidera las acciones para la implantación universal de los llamados derechos reproductivos y sexuales, y las propuestas de algunos países y ONG's de extender el ámbito de la Corte Criminal Internacional a los "delitos" contra esos supuestos derechos.

Justamente el 7 de abril pasado, el Santo Padre, en un discurso ante el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, en el que reclamó la globalización de la solidaridad, puso de manifiesto "mi profunda preocupación cuando observo que algunos grupos quieren imponer a la comunidad internacional puntos de vista ideológicos o modelos de vida que defienden pequeños sectores y franjas particulares de la sociedad".

Y en una evidente referencia a las numerosas ONG's que sin más representatividad que poderosas fuentes de financiación, promueven y/o apoyan las campañas de la ONU contra la vida y la familia, el Papa Juan Pablo II señaló que esta presión "quizá sea más patente en campos como la defensa de la vida o la salvaguardia de la familia. Los líderes de las naciones deben tener cuidado para no desbaratar lo que la comunidad internacional y la ley han elaborado trabajosamente para defender la dignidad del ser humano y la cohesión de la sociedad. Este es un patrimonio común que nadie tiene el derecho de disipar". FIN, 29-9-00