28 - EL TRATO A LOS REFUGIADOS POR PARTE DE LAS NACIONES UNIDAS.
Sobre el trato de los organismos internacionales a los refugiados en Africa y a otras personas necesitadas en los Centros de Salud de la OMS, en el Tercer Mundo, véase NG 1.
ARTICULO DE THE OBSERVER de Londres, SOBRE EL TRATO A LOS REFUGIADOS, por parte de las NACIONES UNIDAS
Juan Claudio Sanahuja
Resuminos a continuación un artículo de THE OBSERVER, Londres, 5 de abril de 1998. The Observer no es un diario comprometido con la defensa y promoción de la vida humana, sin embargo confirma las denuncias hechas por las instituciones pro-vida:
LA ONU DICE QUE QUIERE CONTROL DE NATALIDAD SEGURO PARA LOS REFUGIADOS. PERO SE ARRIESGA A MATAR A MUCHAS MUJERES A LAS QUE DICE QUE QUIERE AYUDAR ALGUNOS CREEN QUE LOS TEMAS DE LA SALUD REPRODUCTIVA DE LAS MUJERES, SON UNA EXCUSA PARA JUSTIFICAR EL INTERES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE CONTROLAR LA POBLACION.
Tres organismos oficiales de las Naciones Unidas, en estos últimos meses, prepararon manuales para los trabajadores de la salud encargados de los campos de refugiados, especialmente en Africa. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Fondo para la Población de las Naciones Unidas, publicarán en mayo el "Manual de Campo de InterAgencias: Salud Reproductiva para Situaciones de Refugiados"; y la Organización Mundial de la Salud publicará otro manual titulado: "Servicios de Salud Reproductiva durante los conflictos y desplazamientos"
El texto del primer manual, motivó que las dos instituciones internacionales (organizaciones sin fines de lucro, ONG's) más importantes en el mundo por su trabajo con los refugiados, Cáritas Internacional y Worldvision expresaran serias reservas al Alto Comisionado para los Refugiados. Las organizaciones, Save the children (Salven a los Niños) y Oxfam fueron más allá, pidiendo al Comisionado que retirara sus nombres del documento.
Otras agencias de salud y también médicos que trabajan con los refugiados, dijeron que las recomendaciones contenidas en los manuales son dañinas para las refugiadas y pueden llevarlas a la muerte, ya que las condiciones en que se encuentran los campos de refugiados son propicias para todo tipo de infecciones por falta de condiciones higiénicas.
El manual del Alto Comisionado para los Refugiados, aconseja el uso de contraceptivos químicos o mecánicos (DIU), para prevenir el ambarazo y para la anticoncepción postcoital (abortiva). También aconseja el uso del Aspirador Manual de Vacío, para realizar abortos y para terminar los "abortos incompletos", producidos por los agentes químicos, que no siempre son totalmente eficaces.
La Dra. Carole Collins de Oxfan, que tiene 13 años de experiencia trabajando en campos para refugiados, dijo que el manual indicaba procedimientos que dañan severamente la salud de las refugiadas, como la inserción de dispositivos intauterinos (DIU's), implantes contraceptivos de tiempo prolongado (Norplant y otros) y abortos. La Dra. Collins agregó: "Esto pondrá en alto riesgo sus vidas, ya que los DIU's necesitan ser insertados por equipos especialmente entrenados en un medioambiente aséptico, lo que raramente se encuentra en los campos para refugiados", agregando que, "después de estas inserciones sobrevienen fuertes hemorragias que producen anemias incrementando el riesgo de infección, y si las refugiadas son portadoras de enfermedades sexualmente transmisibles, los DIU's causan mayores infecciones".
Tanto Collins como otros representantes de varias agencias de salud, (-que son abortistas-), aclararon que los abortos quirúrgicos deben hacerse solamente en hospitales y que el uso del Aspirador Manual mataría a las mujeres, usado sin las condiciones higiénicas necesarias. (Este párrafo se entiende en el contexto de The Observer, que no es un periódico pro-vida, n. del ed.).
Sigue diciendo el diario que, otros observadores piensan que el tema de salud reproductiva se ha desarrollado al servicio del interés de los Estados Unidos de controlar la población mundial. Los Estados Unidos tienen el apoyo de personal clave dentro de las oficinas del Alto Comisonado para los Refugiados, como también de gran número de ONG's que colaboraron en la redacción de los manuales.
El Alto Comisionado para los Refugiados, refutó duramente todas las críticas provenientes de distintos médicos y agencias de salud. Kate Burns, la encargada de la Oficina de Salud Reproductiva de la Comisión para los Refugiados de las Naciones Unidas, dijo que "todas las recomendaciones contenidas en ese manual son totalmente seguras, y que no era verdad que las condiciones médicas en los campos de refugiados eran peligrosas, ya que las facilidades de salud con que cuentan esos lugares son increíblemente buenas".
Burns aclaró después, que "los consejos contenidos en el manual para realizar los abortos siguen estrictamente las líneas de acción dadas por la Organización Mundial de la Salud sobre aborto", y que lo que se pretendía con la promoción de este manual y sus contenidos era "aumentar la comprensión sobre los beneficios de la anticoncepción de emergencia, la maternidad segura, la trasmisión de enfermedades sexuales y la prevención del SIDA". Según Burns, la promoción de todos estos conceptos es para beneficio de la salud de las refugiadas y no para perjudicarlas, agregando que el motivo principal para la aplicación del manual, eran las altas tasas de nacimientos que se registraban en esos lugares.
Margaret Fyfe, una trabajadora de salud, enviada por el gobierno británico como observadora a estos encuentros, refutó los dichos de Kate Burns, expresando que en 15 años de experiencia trabajando en campos de refugiados, comprobó que eran lugares altamente peligrosos para la salud. Por ejemplo, no se realiza en ellos ninguna intervención quirúrgica sino que se envía a los enfermos a un hospital cercano. Y agregó, que las mujeres que se habían acercado a ella jamás le habían pedido un aborto.
Numerosas agencias de salud han apoyado lo dicho por Fyfe, agregando que las mujeres que llegaban a los campos lo hacían en un severo estado de malnutrición, sin menstruaciones y por ello con un índice muy bajo de fertilidad.
No llama la atención que tanto instituciones privadas como la Fundación Andrew Mellon, y oficiales como la OMS y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, conocidas por su apoyo al control de la población a toda costa, apoyen con sus aportes económicos este manual y a las agencias de la ONU que lo han elaborado.
Betsy Hartmann, otra experta en políticas de control de población, dijo que el manual demuestra que se confunden los beneficios de salud para las mujeres, con el deseo de reducir la población del Tercer Mundo, porque el Departamento de Estado que apoya las políticas del Alto Comisionado para los Refugiados, tiene desde los años sesenta la preocupación de controlar la población mundial. Se trata en definitiva de la aplicación de lo dicho en la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo, reducir el crecimiento de la población poniendo la excusa de la salud y el empoderamiento de las mujeres. FIN, 10-5-98.