219 - ARGENTINA: SALUD REPRODUCTIVA A NIVEL PROVINCIAL Y MUNICIPAL

ARGENTINA: SALUD REPRODUCTIVA A NIVEL PROVINCIAL Y MUNICIPAL.

Mensaje del Obispo de Posadas, Mons. Alfonso Delgado.

Mientras en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la legislatura estudia un proyecto de ley de salud reproductiva, el municipio de Posadas, capital de la provincia de Misiones, aprobó una ordenanza sobre ese tema. En el mismo sentido, la legislatura de la provincia de Jujuy, sancionó hace pocos días una ley similar, rechazada el año pasado y a pesar de las intervenciones del Obispo de esa diócesis, Mons. Palentini, (vid. Noticias Globales 93). A principios de año, el intendente (alcalde) de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, vetó una ordenanza sobre el tema, aprobada en el Consejo Deliberante de esa ciudad. (Vid. Noticias Globales 216 y 217). Damos a conocer en este servicio, la intervención del obispo de Posadas, Mons. Delgado sobre el tema.

UNA ORDENANZA DIFÍCIL DE COMPRENDER, Texto completo del Obispo de Posadas (Misiones), Mons. Alfonso Delgado (18-7-99).

"La historia de la humanidad muestra lo difícil que ha resultado la lucha por la libertad. Otro tanto ha ocurrido con el respeto y defensa de la vida. (Me refiero a la vida ajena, porque a la propia cada uno procura defenderla como sea).

Para ilustrarlo no hace falta remontarse al genocidio de Herodes, o las guerras que asolaron la humanidad. Basta dirigir la mirada a nuestro anciano siglo XX, que el tango "Cambalache" se encargó de inmortalizar, y al año 1999, para comprender la dimensión de las aberraciones humanas: el holocausto judío en manos del nazismo; el genocidio de otros pueblos, las guerras étnicas, guerrillas y narcotráfico y -sobre todo- la afrenta a la vida por nacer. Se ha podido decir que el mayor genocidio de la historia es la condena a muerte de seres humanos a quienes se les niega el primer derecho humano: el derecho a la vida.

La Iglesia Católica, con profundo respeto hacia todos, seguirá su incansable camino de alentar a la gran familia humana a proteger la dignidad y los derechos humanos de cada persona, especialmente de los más débiles y desprotegidos. Hace pocos días, en las Naciones Unidas, la Santa Sede ha reafirmado una vez más que la vida humana debe ser protegida desde el primer momento en que es vida hasta el final de su ciclo vital.

En Argentina, este principio tiene algún valor, al menos en los papeles, pues tiene rango constitucional por estar incluido en el Pacto de San José de Costa Rica. Hasta parece extraño que haya que reconocer la vida humana desde el instante de su concepción, pero es así. Sin embargo, países poderosos y organismos internacionales como el Banco Mundial establecen como condiciones de su ayuda a países en desarrollo la implementación de políticas anticonceptivas que, de hecho, aplastan el derecho a la vida. Eso sí, venderán su producto con hermosas etiquetas y presionarán de mil modos para que los gobiernos nacionales, provinciales y municipales obedezcan a sus políticas colonialistas.

Es bueno no dejarse engañar y saber que existen métodos de planificación natural que respetan la dignidad de la persona y el valor de la vida humana. Y que hay, también, métodos y medicamentos anticonceptivos que son verdaderamente abortivos. Son los que pueden llegar a impedir o dificultar la implantación del embrión -ser humano ya concebido- en el seno materno. Con disimulado eufemismo, se dice que sólo producen micro-abortos. En realidad, son micro-muertes, es decir muertes de verdad.

Así como sería un genocidio negar el derecho a la vida por ser judío, o por ser blanco o negro, igualmente macabro sería negar el derecho a la vida por el tamaño de un ser inocente. La muerte provocada o inducida del ser más pequeño e inocente no deja de ser la muerte real de una persona, aunque sólo tenga unas pocas horas de ser concebido, o su estatura sea sólo de unos milímetros o de unos micrones.

Entre los sistemas que tienen efectos abortivos figuran los DIU (dispositivos intrauterinos) y muchos de los fármacos anticonceptivos producidos por multinacionales farmacéuticas (entre ellos, los denominados "anticonceptivos de emergencia"). Cualquier profesional honesto y capaz sabe que las cosas son así, aunque haya una gran renuencia a admitirlo o a explicarlo con claridad.

Es triste que el argumento más utilizado para implantar estas políticas sea, presuntamente, el de disminuir el número de "los otros" abortos. Así, por ejemplo, se "fabrican" datos estadísticos y se difunden como ingenuas fotocopias que se insertan en todos estos programas. Así se llega a decir que en Argentina hay casi 500.000 abortos al año. Según estas exageraciones tan poco serias, tendríamos 10 veces más abortos por mujer fértil que el país más abortista del mundo. Así nos venden la historia.

Hace unos días, el Honorable Consejo Deliberante de Posadas, seguramente sin medir todas las consecuencias, ha asestado un duro golpe al derecho a la vida, al promover servicios anticonceptivos que, guste o no guste a sus autores, eliminarán de la faz de la tierra a otros seres humanos por nacer, pisoteando irreversiblemente los derechos humanos de quienes no contaron con una sociedad y unas autoridades que supieran protegerlos. Todo hace pensar que la solución a los problemas humanos debe ir en otra dirección".FIN