119 - ARGENTINA: XIII ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES: SECTARISMO FEMINISTA
ARGENTINA: XIII ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES: SECTARISMO FEMINISTA
Fuente: Propias y AICA
Como anunciamos en el boletín Noticias Globales 105, se llevó a cabo entre el 10 y el 12 de octubre, en Resistencia, capital de la Provincia de El Chaco, el XIII Encuentro Nacional de la Mujer.
Como pasó otras veces en estos años grupos feministas pretendieron adueñarse del Encuentro. El año pasado en la provincia de San Juan ese intento fue frustrado con el apoyo de muchas instituciones católicas y otras no-confesionales y hasta de la Legislatura provincial. Movilización a la que no fue ajeno el Arzobispo de San Juan, Mons. Italo S. Di Stéfano.
Este año en Resistencia, frente a las 10.000 mujeres que convocó el Encuentro, el grupo Mujeres Chaqueñas Autoconvocadas un grupo compuesto por instituciones confesionales y no-confesionales y alentado por el Arzobispo de Resistencia, Mons. Carmelo Giaquinta, presentó a la consideración de las participantes al Encuentro el documento que, seguramente, contaba con una base de consenso más amplia que cualquiera de los presentados en esa reunión y que, sin embargo, fue no sólo rechazado sino vituperado, así como agredidas quienes lo elaboraron.
Damos a continuación el texto publicado en el boletín 2184 de la Agencia Informativa Católica Argentina, del 28-10-98.
Resistencia (AICA): Unas 10.000 mujeres participaron en esta ciudad del XIII Encuentro Nacional de Mujeres, en el que se trataron una treintena de temas, entre otros, mujer y sexualidad, aborto, arte y cultura, feminismo, deporte, educación, lesbianismo y prostitución.
En nombre de 15.700 ciudadanas, en su mayoría católicas, las Mujeres Chaqueñas Autoconvocadas presentaron un documento a favor de la vida humana y la familia que las organizadoras del Congreso decidieron rechazar, inclusive con frases insultantes.
No obstante, las Mujeres Autoconvocadas participaron de las jornadas para aportar un criterio cristiano, apoyadas por el arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta.
Adhirieron al texto de las Mujeres Chaqueñas Autoconvocadas, la Iglesia Bautista y el pastor Juan Ferrando, de la Iglesia de Jesucristo, quien publicó un mensaje en el diario Norte, en el que expresa su preocupación por la forma en que se están manejando en la sociedad algunos conceptos que contraponen a las leyes bíblicas.
El documento de las Mujeres Chaqueñas Autoconvocadas manifiesta textualmente:
Mujeres de los pueblos y ciudades del Chaco, nos autoconvocamos por la necesidad de expresar tanto nuestra visión del papel de la mujer y el hombre en la familia humana, como nuestro res-paldo irrestricto al derecho a la vida de todo ser humano desde el momento mismo de la concepción.
Ante la realización del XIII Encuentro Nacional de Mujeres, en el cual no podemos estar todas presentes, venimos mediante este manifiesto público y con el respaldo de nuestras firmas a decir:
1. Que compartimos con la mayoría de las mujeres del mundo y de las que habrán de reunirse en Resistencia, la necesidad de dialogar con la sociedad toda, para hacer conciencia y solucionar los obstáculos que impiden a las mujeres su plena inserción en la vida social, política y económica de todas las culturas y fundamentalmente de la nuestra.
Baste pensar -como dice Juan Pablo II- en cómo es a menudo penalizado, más que gratificado, el don de la maternidad, al que la humanidad debe también debe su supervivencia. Ciertamente, aún queda mucho por hacer para que el ser mujer y madre no comporte una discriminación y para lograr la igualdad de los esposos en el derecho de la familia. Cómo no recordar -expresa también el Pontífice- la larga y humillante historia de abusos cometidos contra las mujeres. Y nosotras agregamos: ¡Cómo olvidar la degradación sistemática del rol de la mujer y de su esencia dativa y responsable, mediante esta moderna manipulación mediática de los valores!, que hoy promueve masivamente -muchas veces en nombre de una presunta libertad o liberación femenina- una nueva cultura egoísta de la autosatisfacción, de la mera búsqueda del placer y la sensualidad, como pobre finalidad contrapuesta a su natural e histórica esencia, vitalmente generosa, co-creadora recíproca junto al varón, de la vida y la cultura de la humanidad.
Esperanzadamente, aguardamos se condene esta nueva forma de esclavitud de la mujer, que incluso desvirtúa el sentido de la pareja humana, hombre y mujer.
2. No obstante coincidir en la necesidad imperiosa de discutir y hacer conciencia social de la necesidad de estas reivindicaciones, observamos con fuerte preocupación que el temario y talleres de este XIII Encuentro de Mujeres sugieren un cierto direccionamiento de las deliberaciones alrededor de determinados temas que se incluyen con frecuencia. Indicamos en este sentido las prácticas anticonceptivas, la legalización del aborto, y de parejas de personas de un mismo sexo y su derecho a adoptar hijos o tenerlos mediante fertilización asistida, la inclusión en el orden jurídico del concepto de 'género' sustituyendo el de 'sexo'.
De los 31 talleres propuestos: Mujer y salud, Mujer y lesbianismo, Mujer y feminismo, Mujer y sexualidad, Anticoncepción y aborto, Mujer y prostitución, etc., ninguno abordará el tema para nosotras fundamental: Mujer y varón. Es decir, la mujer, compañera del varón. O el varón y la mujer, creados como unidad de dos, que en su común unidad está llamados a vivir una comunión de amor y a transmitirla en los hijos, casi espontáneamente, como dice monseñor Giaquinta, al orden social. El ser mujer y ser varón -expresa el prelado comentando al Papa- nos es dado por Dios no sólo como capacidad para la comunidad, para la comunión de amor, y la procreación en la pareja matrimonial, sino también como capacidad para vivir en sociedad y por lo mismo, de vivir en comunión con el otro sexo, y junto con él construir una convivencia social armoniosa, justa y fraterna.
3. Nuestras íntimas convicciones sobre el derecho a la vida de la persona humana desde el mismo momento de su concepción, nos impide aceptar como posible el crimen del aborto. Paradojalmente, se trata de promover este presunto derecho de la mujer conculcando el inalienable derecho a la vida de otro ser. Con todo vigor subrayamos esta convicción y lamentamos su frencuente inclusión e inducción a un tratamiento positivo en varios de los talleres de este encuentro.
4. La inducción a darle normalidad dentro del orden jurídico a parejas del mismo sexo, lo que conlleva por un lado, el derecho a que éstas puedan adoptar hijos o gestarlos mediante fertilización asistida, y por otro a desnaturalizar el sentido de la pareja humana, hombre y mujer, y por lo tanto alterar el sentido natural de la familia, genera nuestra más franca oposición.
Más allá de la existencia histórica de la inclinación u opción de algunas personas a manifestar su sexualidad de esta manera, e incluso a concretar parejas con otras del mismo sexo, reconocemos que estas pertenecen al marco de la libertad de las conductas privadas garantizadas por el orden jurídico. Incluso creemos que deben contar, como personas, con la contención y comprensión del orden social.
Pero aspirar a que el orden jurídico las reconozca, contrariando el derecho natural: 'pareja humana, miembros de un matrimonio, cabeza de una familia', sería normalizar una anormalidad y, lo que es inaceptable, conculcar el derecho del hijo -a adoptar, o a gestar mediante un método moralmente cuestionable- a vivir con normalidad psicológica el sexo que la naturaleza le dé. Y esto es humana y moralmente inaceptable.
Ningún derecho privado puede otorgarse en desmedro de otro de categoría superior: el de los niños, a la normalidad, a la salud y al felicidad en la plena realización de su propia y particular naturaleza.
5. Finalmente, expresamos nuestro más ferviente deseo de que este foro logre frutos importantes que fortalezcan cualitativamente la vida humana. Expresamos estas nuestras convicciones, desde el respeto, tratando de revalorizar a la mujer como pedagoga social de la vida, como primera educadora de la libertad y testimonio de solidaridad". FIN