San Bonifacio, destructor de falsos dioses
Según el calendario de la liturgia tradicional, hoy la Iglesia recuerda a San Bonifacio, mártir, mártir romano. Sin embargo a raíz de diversas consultas acerca de la posibilidad de rezar con personas de otras religiones, narraremos la vida de su homónimo, San Bonifacio obispo y apóstol de los alemanes, cuya fiesta es en Junio.
San Bonifacio nació en Inglaterra alrededor del año 680. Ingresó a un monasterio benedictino antes de ser enviado por el Papa a evangelizar los territorios que pertenecen a la actual Alemania. Primero como sacerdote y, luego, como obispo.
Bajo la protección del gran Carlos Martel viajó por toda Alemania fortaleciendo las regiones que ya habían abrazado el cristianismo llevando la luz de Cristo a quienes no la tenían aún.
Alrededor del año 723 viajó con un pequeño grupo de personas a la región de la Baja Sajonia donde había una comunidad de paganos cerca de Geismar que, en medio del invierno, iban a realizar un sacrificio humano (donde usualmente la víctima era un niño) al dios Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado.
Al llegar a la aldea, en la víspera de Navidad, Bonifacio se acercó a los paganos y les dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el martillo de Thor, un dios falso”.
El verdugo, levantando el martillo para ejecutar al pequeño niño, intentó dar su golpe pero el Obispo extendiendo su báculo episcopal bloqueó el golpe y, milagrosamente, rompió el gran martillo de piedra salvando la vida del niño.