La propaganda LGTBI o ideología de género, es la nueva moda, una “revolución” subvencionada por El Estado y las grandes corporaciones para adoctrinar a una sociedad ávida de protagonismo y emociones vacías, que se ha convertido en una imposición y es tan eficaz en su labor censuradora que sus detractores son castigados con puño de hierro. La dictadura de los depravados. ¿De verdad queréis que a vuestros hijos les enseñen en el colegio que las niñas pueden tener pene y los niños vagina? ¿Aceptaréis sin condiciones un mundo en el que le pueden quitar a un padre la custodia de su hijo por no concederle un cambio de sexo a sugerencia del psicólogo de turno? Con esto no pretenden más que destruir el orden, el que ha sido y será siempre el centro de la historia: la familia.
2.11.19
Bien por Mons. Pedro Martínez: monaguillOs sí, monaguillAs no
San Luis, pequeña diócesis de la Argentina, ha tenido, en los últimos años buenos obispos católicos: Mons. Laise (que impidió la introducción de la comunión en la mano), Mons. Lona, que trató de continuar en la misma línea, y en estos últimos tiempos, Mons. Pedro Martínez quien, contra viento y marea ha hecho, para los días que corren, una cosa insólita: ha prohibido las “monaguillas” en su diócesis, conforme al derecho canónico vigente.
Bien por Monseñor Martínez, más aún en estos tiempos sinodíticos que corren.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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1.11.19
Ilesa humanidad. Terrorismo y condena a los militares de los años '70 (1-2)
Hace apenas unos días Mons. Santiago Olivera, obispo castrense de la Argentina disertaba en Roma acerca de los juicios de venganza que se están llevando a cabo contra los militares que lucharon contra el terrorismo hace décadas. Puede verse el tema aquí: http://www.quenotelacuenten.org/2019/10/29/monsenor-santiago-olivera-y-la-mentira-de-los-juicios-de-lesa-humanidad/
Se dirá: ¿por qué tocar este tema que hoy casi nadie conoce?
Por tres razones:
1) Porque los más grandes ya se han olvidado del asunto o están indiferentes o adormecidos.
2) Porque los más jóvenes han sido de tal manera ideologizados a partir de la historia que creen que los militares argentinos en la década del ‘70 fueron unos salvajes asesinos que, sin excepción, bebían la sangre de sus víctimas como los aztecas.
3) Porque sólo la verdad hace libres. Venga entonces este fabuloso artículo, en dos entregas, de nuestro ex-director de tesis doctoral, el incansable maestro Don Enrique Díaz Araujo. El mismo es parte de su último libro, Decimos hoy (Buenos Aires 2019, EDA) y puede solicitarse a [email protected] o al wapp: +54 9 11 6133-4150.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
PD: quien desee ver un documental sobre el tema puede ingresar aquí: https://www.youtube.com/watch?v=Vn665XLM6i4
Por el Dr. Enrique Díaz Araujo
(Extracto de “Decimos hoy", Bs. As., Edic. D.A., 2019, cap. XI, pp. 151-184)
¿Qué ha significado la cuestión de la Lesa Humanidad en este país?
Para responder a esa pregunta hay que establecer varios puntos de análisis que ordenaremos cronológicamente de modo sintético.
Tales ítems son los que siguen.
30.10.19
La "terrible" Inquisición. Las primeras reacciones - Video (3-4)
Continuamos publicando algunos vídeos cortos de Que no te la cuenten sobre temas de apologética histórica y cristiana.
En esta entrega: “La ‹‹terrible›› Inquisición. Las primeras reacciones”.
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Capítulos anteriores:
- Cap. 1. La “terrible” Inquisición. Introducción.
- Cap. 2. La “terrible” Inquisición. El nacimiento.
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Dios los guarde y que Él disponga de las mociones.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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24.10.19
De conversiones, de inclusiones y de tiendas (a propósito de cristianismos paganos)
De pluma ajena y a propósito de yerbas amazónicas y cristianismos paganos.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
Por Pierre Laroche
La Iglesia es, ante todo, una realidad de libertad: a ella se ingresa mediante la libertad, porque nemo credit nisi volens, y el resultado de ese ingreso es la consolidación de la libertad, en cuanto que se confiere al creyente la libertad de los hijos de Dios. Hijos de Dios por participación: la filiación divina por participación no es como la filiación natural, sino que está mediada por una decisión responsable y estrictamente personal. Por eso, ningún adulto puede estar incluido en la Iglesia si no quiere estar incluido y por eso los infantes necesitan inicialmente el compromiso vicario y transitorio de un adulto, el padrino, que deberán después rubricar con la decisión personal apenas comiencen a tener uso de razón.
Los paganos están llamados a la Iglesia en cuanto que están llamados a la conversión, es decir, a abandonar la adoración de los ídolos y a aceptar a Jesús, el Mesías, único salvador de todos los hombres, hijo unigénito del eterno Padre, de la misma, única, naturaleza que el Padre, y que con el Padre y el Espíritu Santo es un solo y único Dios, el único Dios verdadero. De la aceptación efectiva del Mesías se sigue necesaria e inseparablemente una serie de conductas concretas, de las cuales cabe señalar, sobre todo y en cuanto inequívoca señal de pertenencia a la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, la aceptación de toda su dimensión sacramental y litúrgica y de toda su dimensión disciplinar y pastoral.
Es por eso que ningún pagano puede ser de hecho incluido en la Iglesia mientras no abandone sus antiguas prácticas y no acepte a Jesucristo a todos los efectos –es decir, mientras no se convierta–. Porque no hay nada en común entre un creyente y un no creyente, como no lo hay entre Cristo y Belial (2Cor 6,14-16). Y porque no pueden estar incluidos si no quieren estarlo. Ponerlos, trágico remedo y vil parodia de conversión, adentro de un recinto (majestuosa catedral, capilla, carpa, tienda, descolorido galpón tercermundista o lo que sea) no significa para nada incluirlos en la Iglesia: antes bien, puede significar la trágica renuncia de la Iglesia a su misión evangelizadora y magisterial, a su noble y heroica misión de anuncio, de invitación, de llamada y de propuesta. Estar adentro de un recinto, real o imaginario, no es lo mismo que pertenecer al cuerpo místico de Cristo.
Asimismo, invocar la imposibilidad de conversión amparándose en presuntas barreras culturales constituye una refinada manera de hipocresía farisaica de la más baja calaña. Curiosa situación: las barreras culturales parecen ser muy fuertes e imposibles de franquear a la hora de aceptar los sacramentos y la moral católicas, pero no para aceptar la coca-cola y el fútbol, la internet y los smartphones, los ordenadores y las notebooks, los jeans y el rock, la música-pop y los vuelos en avión. Hay que ser muy, pero muy muy muy hipócritas, para aceptar esto rechazando aquello.
De carácter semejante es la hipocresía que invoca la profunda e ilustrada labor evangelizadora de la cultura que caracterizó a la vigorosa y pujante Iglesia de los primeros tiempos, para deponer a favor del vergonzante sincretismo propuesto por pastores carentes de toda ilustración y más amigos del aplauso del mundo que del testimonio martirial. Jamás la Iglesia hizo de un ídolo pagano el término ad quem del acto cultual y, cuando asumió lo que podía asumir, lo hizo sin generar equívoco alguno.
La inclusión de los paganos en la Iglesia no puede consistir, jamás y bajo ningún concepto, en que la Iglesia se convierta a los ídolos paganos y termine por ponerlos en el mismo lugar que Cristo –generando, así, confusión en la conciencia de los fieles y endurecimiento en la de los paganos, al esclerotizarlos y fijarlos en sus graves errores y desvíos–. Una iglesia de este tipo es una iglesia apóstata, que habría puesto en acto el divorcio más grave y más profundo de toda la historia de la humanidad.
Pierre Laroche, 24.10.19