Un ideal heroico: «conquistar el mundo para Dios»

Publico esta excelente entrevista que le hicieron a un laico voluntario de la Orden San Elías quien, hace apenas unas semanas, estuvo en Pakistán con el Padre Federico Highton, SE, trabajando por la redención de cautivos por deudas.

No tiene desperdicio

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE

Fuente: Carmelitas ermitañas https://carmelitasermit.org/un-ideal-heroico-conquistar-el-mundo-para-dios/

Un ideal heroico: “conquistar el mundo para Dios”

Omnes Gentes Project es una iniciativa católica misionera ligada a la Orden San Elías que tiene como objetivo anunciar el Evangelio por primera vez a aquellas poblaciones que no conocen a Cristo y, para ello organizan misiones temporales a los lugares más recónditos y alejados de la Fe, con el fin de extender el Reino de Dios y

El Señor ha tenido a bien concedernos el privilegio de conocer este verano a Diego, un joven madrileño de 25 años que, animado por el deseo de salvar almas para Dios, se ha arrojado valientemente a la que quizá haya sido una de las más arriesgadas misiones hasta la fecha: Pakistán.

Diego, ¿Qué le lleva a un joven como tú a dedicar un tiempo de sus vacaciones para ir de misión?

Si soy sincero desde que me convertí, hace 5 meses más o menos, he tenido una gran necesidad de propagar el Evangelio. No creo que seamos conscientes de la suerte que hemos tenido al nacer en esta parte del globo, y no hablo por tener las necesidades físicas más que cubiertas, me refiero al privilegio que supone cada mañana poder asistir a una Iglesia católica, poder vivir cada día la pasión de Cristo, poder recibir confesión, poder rezar públicamente, poder llevar un crucifijo al cuello sin ser perseguido por el infiel, poder vivir en comunidad, poder sencillamente vivir en Cristo.

Después de haber dejado a Dios formar parte de mi vida otra vez, multiplicando su valor exponencialmente, no podía quedarme callado ni quieto, tenía que misionar, y con la ayuda de la Orden de San Elías se me dio la oportunidad para ello. No puedo estar más agradecido a Dios por ponerles en mi camino y poder ayudarles a predicar el Evangelio.

¿Cuál es el propósito de estas misiones “ad-gentes” que lleva a cabo la Orden San Elías?

Bueno, las misiones de San Elías son bastante variadas en localización y forma, ya sea rescatando a familias esclavas en Pakistán, descubriendo nuevas tribus en Laos o edificando nuevos colegios en el Tíbet, buscan difundir la palabra de Cristo por todo el mundo pagano, con valentía, con parresia y, sobre todo, con Cristo.

Hacen una labor verdaderamente espectacular en el mundo pagano, trabajando mano con mano con las parroquias locales (si las hubiera) y tratando de expandir el Evangelio allá donde van. Su modo de obrar es impresionante. El Espíritu Santo obra a través del Padre y de sus acólitos, resultando en acciones y acontecimientos completamente extraordinarios.

¿Has tenido algún encuentro íntimo con Dios en estos días que te haya marcado profundamente?

La verdad que sólo con esta pregunta podría rellenar páginas enteras, sin embargo, trataré de ser breve. Si tuviera que resumir el aspecto místico de la misión (desde un punto completamente personal y subjetivo por supuesto), diría que es la manera que tiene de obrar el Espíritu Santo a través de la gente. Ver rezar a una familia obligada a apostatar bajo tortura, la mujer sufriendo violaciones casi diarias durante los últimos 10 años y los niños en estado de malnutrición y sin ese brillo en los ojos tan propio de la infancia, acongoja a cualquiera. Al principio puede uno llegar a pensar que gente en ese estado dirían de creer en cualquier cosa con tal de salir, pero la realidad no puede estar más alejada. Viven en esa situación por el hecho de creer en Cristo.

Sus miradas se alumbraron cuando pudieron llegar a una iglesia católica, a salvo, sin nadie que los persiguiese. Ver cómo ahora podían rezar a “Mamma María”, besar su escapulario, o realizar la genuflexión ante el Altísimo, no tiene precio. Esa mirada es la que, como católico malcriado y desagradecido del esfuerzo de nuestros padres y abuelos, te cambia para siempre.

Ver obrar tales milagros al Espíritu Santo, al igual que observar cómo los conversos preferían morir con tal de no renunciar a su fe, te une con el Cuerpo Místico de Cristo a unos niveles que no podía imaginar. Es verdaderamente sobrecogedor conversar con estos católicos perseguidos sobre sus conversiones, su fe, sus experiencias. Estoy seguro que muchos de ellos viviendo ese infierno, se ganarán el cielo.

A veces idealizamos las misiones, ¿Cuáles son las pruebas y oscuridades que sufren los misioneros?

Yo diría que la prueba más grande que uno puede sufrir en una misión es la incertidumbre. La incertidumbre de no saber si las acciones del misionero darán frutos. Ahí hay que hacer un esfuerzo y confiar plenamente en el Espíritu Santo y, como herramientas suyas, hacer lo máximo dentro de lo humanamente posible.

Es cierto que puede haber momentos de duda, incluso a la hora de pensar si tú eres la persona correcta para esa obra. Hay que recordar siempre que somos herramientas y que, si Dios ha dispuesto que te encuentres en ese lugar, con esa gente realizando esa acción, es con el fin de alcanzar su máxima glorificación, que es a lo que estamos llamados.

Al mantener esa máxima como misión fundamental, el error se desvanece, desaparece el “yo”, el ego o la incertidumbre, sólo esta Dios, sólo esta Cristo, solo está la conversión de las almas.

 ¿Qué te ha aportado esta experiencia? ¿Alguna anécdota digna de ser contada?

Esta experiencia ha marcado un antes y un después en mi vida. El trabajar con las comunidades cristianas perseguidas, escuchar sus lamentos, consolar sus desgracias y tratar de convertir el máximo número de almas a la religión verdadera, elimina toda posible indiferencia que pueda existir en uno mismo.

Al eliminar esta indiferencia, que no es más que falta de conocimiento y de caridad, uno puede unirse con Cristo de una manera más profunda. Cuando por fin entendí que la caridad es amar a Dios nuestro Señor como único fin, y por ende amar a sus hijos como a nosotros mismos por amor a Dios, la misión era el único camino para mí o, por lo menos, el más obvio.

¿Qué mensaje te gustaría trasmitir a otros jóvenes?

Nada se forjó en la mediocridad de una civilización decadente. Vivimos en una era de hedonismo, lascivia, hipocresía, mediocridad. Cristo nos libera de todo eso a través de Él. Sólo el que le siga y crea será salvo, el que no, se condenará. No sé por qué la juventud no busca ya grandes conquistas, épicas aventuras o sencillamente pertenecer a la historia haciendo algo grande, algo heroico.

Nunca ha sido tan fácil hacer grandes gestas. El mundo pagano tiene sed de Cristo, de verdad, de Dios. La juventud tiene que recobrar ese ideal heroico de querer cambiar el mundo, de combatir el error, de morir por Dios. Tenemos que recobrar la sed de nuestros antepasados de querer conquistar el mundo para Dios y para su mayor gloria.

Creo que el ideal misionero se adapta muy bien, si no es lo mismo, a este ideal heroico. Cristo nos llama a todos a maximizar su glorificación, cada uno con un camino diferente, pero todos con un fin unido. Buscar ese fin debe ser la tarea de todo joven católico. ¿Qué mejor manera de buscarlo que viviendo una aventura de tal magnitud?

Creo que no podría recomendar demasiado la experiencia misionera, sea donde sea. Puede ser en la universidad contra los ideales modernos, con la familia, amigos o en el Tíbet indio. Lo importante es tratar al prójimo como Cristo nos trató, con caridad. El reino de Dios ha de volver y Cristo ha de reinar.

Misionar o morir,

VIVA CRISTO REY

Fuente: https://carmelitasermit.org/un-ideal-heroico-conquistar-el-mundo-para-dios/