Nuestra Señora de la Cristiandad. A Covadonga y ¡cierra España!
Queridos lectores:
Este año se realizó, por gracia de Dios y con enorme cantidad de gente, la 3era edición de la Peregrinación “Nuestra Señora de la Cristiandad” en España.
Por diversas razones apostólicas no pudimos estar (el año pxmo., lo prometemos, con un capítulo de la Orden San Elías llamado “Isabel la Católica", ¡qué va!).
Les propongo a los peregrinos que hayan estado en ésta, o en alguna de las ediciones anteriores, que escriban en un comentario (en no más de diez renglones), su experiencia o recomendación de por qué hay que ir a este acontecimiento único en España.
Luego de publicados, los juntaré en un post y los publicaré con fotos.
Bendito sea Dios que nos permite estos consuelos en la tierra.
Que no te la cuenten.
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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También es lo justo mencionar a los laicos, que es más de lo mismo: gente buena, amigable, y lo más importante: católica.
Recomiendo totalmente ir, con buenas intenciones y promesas a nuestra Santa Madre, y vivirla como Dios manda. Es una verdadera experiencia de Dios.
¡Viva Cristo Rey! ¡Laudate Mariam!
Sacrificio, alegría y oración.
Esperanza, fe y caridad.
Esto es lo que yo he vivido.
Que no te lo cuenten. Vívelo.
- un camino increíble, senderos de montañas y valles, pueblitos pintorescos, iglesias ancestrales... la obra de Dios y del hombre.
- jóvenes, muchos jóvenes, cantando, rezando el rosario, animándose mutuamente a seguir avanzando... jóvenes de rodillas ante el Señor, el Único que merece ser servido.
- papás y mamás con sus hijos caminando juntos, alboroto y ternura... la familia como Dios la quiso desde el principio...
- sacerdotes que se sabe son sacerdotes : confesando en el camino, aconsejando, celebrando el Santo Sacrificio con extrema devoción...
- el amor por la liturgia, porque lo que se ofrece es a Dios a quién se ofrece y Él, sacerdote y víctima, merece lo mejor de nuestra pobreza...
- la conciencia de no estar solos : tenemos una Madre en el Cielo que nos ama, nos sostiene y consuela en este valle de lágrimas y nos espera los brazos abiertos...
- Caridad: una organización perfecta, voluntarios que lo dan todo... siempre con una sonrisa, en silencio, con discreción, por la gloria de Dios y el bien de las almas... saben que la semilla debe despojarse de todo para dar fruto...
- Esperanza : la España de siempre no murió, la España de Santiago, Pelayo, Isabel y Fernando, de Cervantes y el Quijote, de los mártires recientes no murió... ¡vive! porque dónde hubo fuego cenizas quedan... porque España no sabe de imposibles...
- Fe : porque hay que reparar, porque alguien tiene que expiar tanto mal, tanto pecado... y Covadonga es una peregrinación penitencial, expiatoria... dónde se implora al Cielo la Misericordia y se experimenta una grande Paz.
Covadonga representa en una palabra lo que todo buen cristiano anhela : el combate por el Bien y la Verdad.
Deo gratias !
Peregrinar a Covadonga con la Santísima Virgen es un camino que nos confronta e interpela . ¿Cómo respondemos ante las incomodidades y sufrimientos en nuestra vida? . Anima a dejar todo en manos de la Virgen para que sea ella la que dirija nuestro camino hacia Cristo,con incomodidades y sufrimientos, confiados en que todo tiene un sentido. Ofrecido todo damos gracias y Gloria a Dios
Peregrinando y con este encargo vamos a Covadonga. Disfrutando y compartiendo entre hermanos cada paso, cada kilómetro, cada gota de sudor y cada llaga en los pies. Nos acompañan buenos pastores que enseñan rectos senderos, aunque angostos no pocas veces. Pastores que cada día ponen todo su empeño, delicadeza y todo su ser, en una de las forma mas bellas y refinadas de adorar, bendecir y glorificar al Señor.
La peregrinación finaliza en Covagonda, pero se prolonga en el corazón de cada peregrino tras asistir, en un marco incomparable, a la glorificación de Nuestro Señor Jesucristo de una manera extraordinaria.
Si no lo has vivido, ¡vívelo!.
Sin sentirnos superiores a nadie, solo católicos, apostólicos y romanos. Católicos coherentes que quieren plantarse al sinsentido del mundo actual, para volver a poner a Cristo en el centro.
Como voluntaria me ha encantado poder ayudar de esa manera.
Ha sido un regalo ver a tantos sacerdotes con una coherencia ejemplar y a tantas familias y niños tan alegres durante todas las jornadas.
Recomiendo hacer al peregrinación, merece la pena.
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