Cine recomendado: "Cosecha amarga"
Si uno analiza el cine de la segunda mitad del siglo XX, el paradigma hollywoodense es siempre el mismo: los nazis fueron los malos y los yanquis los buenos. No se discute más. El “vae victis!”, de los romanos siempre funcionó (“¡Ay de los vencidos!”).
Sin embargo, como dice Martín Fierro, “no hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte”; y parece que en el cine tampoco.
Sumado a la excelente película Katyn, de la cual ya dijimos algo hace algunos años aquí, han venido saliendo algunas otras como “Hasta donde mis pies me lleven” o “My honor was loyalty” que muestran la otra cara de lo que fue el “paraíso comunista” de la URSS.
Ahora le toca el turno al caso de la católica Ucrania: “Cosecha amarga” un nuevo film canadiense muestra la barbarie y el silenciamiento ideológico que este pueblo devoto de su fundador, San Vladimir, debió sufrir durante el régimen marxista.
Esperemos que la verdad, poco a poco, comience a triunfar sobre los planteos simplistas del relato; porque la historia está llena de matices.
Que les aproveche y,
Que no te la cuenten…
7 comentarios
Ellos fueron los primeros que me pusieron en contacto con la figura del gran metropolita Andrej Sheptytsky-que no se si no está en proceso de beatificación-que otras páginas atacaban sin piedad por la cuestión de las milicias ucranianas. Años después el historiador Timothy Snider acudió exactamente a las mismas fuentes para escribir su libro "Tierra negra" e hizo un elogio del metropolita que confirmó lo que suponía, pero había dejado en barbecho por si acaso.
Y ellos fueron también los que me suministraron un mapa sobre el Holodomor en los que se veía perfectamente que los óblast que quedaron fueran de la URSS-en concreto la antigua Galitzia que estaba en manos de Polonia por la partición del Tratado de Versalles-no habían sufrido hambruna. Cuando hay malas cosechas éstas no conocen fronteras artificiales y era imposible que las tierras colindantes a la Ucrania soviética se salvaran de la hambruna si ésta no hubiera sido provocada artificialmente. Los ucranio-canadienses son, posiblemente, los más documentados en este asunto y, por lo tanto, el que la película sea canadiense va en la misma línea.
He visto los carteles de la agitprop (todavía pueden que estén en internet) exactamente iguales a los de los nazis con respecto a los judíos. El kulak se representaba igual: con su larga barba, la gran barriga , los ojos saltones y las manos rebosando oro. "Matad a los kulaks, matadlos, no son hombres son parásitos" "Tus hijos mueren de hambre, camarada, y los kulaks engordan con tu miseria". Cinco millones de personas, a los que habían deshumanizado previamente, como esqueletos vivientes en la tierra de Ucrania. Pavoroso.
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Páseme el artículo y lo publicamos acá, Palas. PJOR
A los del Holodomor les debo sacarlos a la luz porque hubo mucha malicia en ocultarlos como comprobará cuando le envíe el artículo.
No hubo más que tres testigos ajenos al drama, los tres periodistas: uno no escribió gran cosa, otro se desgañitó gritando sobre lo que había visto y, misteriosamente, lo mataron y otro negó la mayor porque fue el gran tiralevitas de Stalin y con sus mentiras le dieron el Premio Pulitzer.
Se rieron después del historiador Robert Conquest que escribió "La cosecha del horror" (no he podido leerla porque no nunca se tradujo) diciéndole que se sacaba los datos de la manga, y ahora que es una evidencia que ningún historiador puede negar, ya nadie se acuerda ni de los muertos ni de los que pasaron por mendaces durante décadas.
La historia del Holodomor y la de la Cristiada comparten la misma suerte: ocultación, por eso las investigué.
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Pues la esperaré entonces. PJOR
Impresionante. Muestra magistralmente las realidades de la lealtad insobornable y de la traición asquerosa, entremezcladas en un mismo pueblo sometido a una situación límite. Hay una cierta analogía con lo que pasa en la Iglesia.
Lo del patriotismo polaco es real. En mis tiempos de estudiante trabé amistad con un descendiente de polacos de la Pcia. de Misiones cuyo padre, hijo de polacos y nacido en Argentina, se alistó voluntariamente en la aviación inglesa durante la IIGM para liberar a su patria.
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