La Leyenda Negra: un arma nacional y popular contra la hispanidad
Una de las gratificaciones que el profesor tiene en su vida docente es cuando sus alumnos van fructificando las semillas esparcidas.
En esta entrega, comparto el resumen de la tesina que una ex-alumna, la flamante Prof. María Carolina Figueroa acaba de defender al graduarse como profesora en Historia. Se trata de una hermosa defensa de la conquista de América ante el ataque de una obra de divulgación artística del cantautor marxista, Víctor Heredia.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Leyenda Negra: Un Arma Nacional y Popular Contra la Hispanidad
La Llegada de los Demoledores
Prof. María Carolina Figueroa
Introducción
Usualmente se describe la América precolombina como una edad dorada, un verdadero paraíso en la tierra, el que supuestamente terminó por convertirse en un infierno tras la llegada de los colonos. Pues, culpable e intencionadamente se ignora el modo de vida que llevaban los indígenas antes de la llegada de los españoles. Modo y estilo en que el genocidio, la esclavitud, el sometimiento de los más débiles, los tributos agobiantes y los vejámenes en masa, las expropiaciones y deportaciones, los robos y saqueos, las torturas inhumanas y las constantes guerras de dominio eran moneda corriente entre los indios y estaban a la orden del día.
Como sabemos el Padre de la Leyenda Negra fue un hijo legítimo de España, el fraile dominico Bartolomé de las Casa, quien empleó cifras falsas acerca de la matanza de indios para desacreditar la gesta española en América. Él fue también el artífice de la clásica dialéctica españoles malos-indios buenos; pues según el dominico los indios eran seres carentes de pecado original e inclinados al bien, mientras que los españoles eran perros rabiosos que sólo querían exterminar a los indígenas.
Como es sabido, la Leyenda Negra fue difundida primero desde ambientes doctos y académicos, pero con el tiempo se vulgarizó y popularizó, llegando a todos los estratos sociales y culturales. Para ello sus turiferarios se han valido de cuanto mecanismo han tenido a la mano, sin dejar de lado la cultura, pues una de las herramientas utilizadas para tal cometido ha sido la música.
En este trabajo nos hemos propuesto analizar la Obra musical titulada Taki Ongoy. Se trata de un disco compuesto por el cantante argentino Víctor Heredia y editado en el año 1986. El mismo en su momento tuvo gran trascendencia musical, e incluso el año pasado fue reeditado en forma de libro el cual fue presentado por su autor en la mismísima Feria Internacional del Libro.
El disco alterna piezas musicales con narraciones donde se describe el Descubrimiento y Colonización de nuestro Continente como un hecho atroz, en el que los españoles son presentados como sanguinarios asesinos, movidos por un “odio pestilente”, en palabras del cantautor, y una frenética y enceguecedora sed de oro y destrucción; y se muestra a los indígenas como pobres e inocentes víctimas oprimidas en lucha por su identidad y su libertad. Nada nuevo bajo el sol, se repite la ya raída dialéctica españoles malos- indios buenos.
De la obra analizaremos el primer relato, puesto que es el que reúne la mayor cantidad de falacias, las cuales, por supuesto, carecen por completo de fundamento histórico y son presentadas como verdades irrefutables.
Taki Ongoy comienza con el siguiente relato:
“Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestros dioses velaban por nosotros. No había enfermedad entonces, no había pecado entonces, no había dolores de huesos, no había fiebres, no había viruela (…). Sanos vivíamos (…). Pero ese tiempo acabó, desde que ellos llegaron con su odio pestilente y su nuevo dios y sus horrorosos perros cazadores, sus sanguinarios perros de guerra, sus perros asesinos. Bajaron de sus barcos de hierro: (…) nada quedó en pie, todo lo arrasaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, (…). Que se sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y esclavizaron a un continente entero para saquear la plata y el oro y la tierra. De cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con horribles castigos (…)”[1].
El Edén Precolombino
Como podemos ver, el relato describe la situación de la América precolombina como una edad dorada, habitada por indios mansos, sanos y, podemos decir, a la manera lascaciana, carentes de pecado original. Rápidamente digamos al respecto que los apologistas de la Leyenda Negra culpable e intencionadamente niegan que los indios estaban sumergidos en condiciones de vida miserables. El incesto, la sodomía, la prostitución, la desnudez total, la esclavitud, la antropofagia, los sacrificios humanos, el sometimiento de los más fuertes sobre los más débiles, eran prácticas frecuentes en numerosas tribus de América.
En este “Edén” del que hablan los fabuladores indigenistas el aniquilamiento en masa de seres humanos era moneda corriente. Pues bien, que nos disculpen Heredia y los indigenistas si discrepamos con ellos, pues luego de conocer estos datos, no nos resulta tan idílica e ideal la situación de América antes del Descubrimiento.
Situación de la Mujer Indígena
Analicemos ahora la condición de la mujer, un tema tan en boga en nuestros días. Días atrás tuvo lugar en Santa Fe el 31º Encuentro Nacional de Mujeres, y resulta paradójico e incluso gracioso ver que los movimientos que luchan por presuntos derechos de la mujer también enarbolen las banderas del Indigenismo, pues sin lugar a dudas ignoran por completola degradante condición de las mujeres indígenas antes de la llegada de los españoles. Por ejemplo, nos enseña Petrocelli que:
“Los aztecas podían arrojar de sus hogares a las mujeres de mal temperamento, haraganas o estériles (…). Frecuentemente los plebeyos cedían a los nobles sus hijas como sus concubinas. (…) Entre los quichuas, el Inca, cuya esposa, diremos oficial, debía ser su hermana, podía tomar otras mujeres, así como disponer como mejor le pareciera de las vírgenes consagradas al Sol”[2].
El mismo autor cita a Mansilla[3], quien describe la penosa situación de las mujeres ranqueles. En esa tribu la mujer casada se encontraba en una situación de dominio absoluto de su marido, éste tenía sobre ella derecho de vida o de muerte. Por una simple sospecha, por el simple hecho de haberla visto hablando con otro hombre, podía matarla. No era mejor el destino de las ancianas. En esta tribu se creía que “Gualicho”, un espíritu maligno, se apoderaba de las longevas, en especial “de las viejas feas”. ¡Hay de aquella que estuviera engualichada! La mataban. Era la manera de conjurar el espíritu maligno. Bastaba que en el toldo donde vivía sucediera algo, que se enfermara un indio, o se muriera un caballo; la vieja tenía la culpa. Gualicho no se iría de la casa hasta que la infeliz muriera, sacrificio que inexorablemente perpetraba el indio que tenía derecho sobre ella.
Nos parece hipócrita la miopía feminista en este tema, pues acusa de “machista” a la Iglesia, ignorando que le concedió a la mujer una dignidad única, negada por cualquier otro culto, y fue justamente la enseñanza cristiana la que regularizó la condición de las indias y el trato que merecían; nos resulta chocante que quienes supuestamente abogan por la defensa de las mujeres callen de repente y no digan ni una palabra contra el trato que sufrían las indias antes de la llegada de los civilizadores.
La Llegada de los Demoledores
Analicemos rápidamente la acción general de España en el Nuevo Continente. El relator afirma que tras su llegada los colonos no hicieron más que destruir, exterminar a los indios y arrasar con todo vestigio cultural. Digamos al respecto que se trata de una inmensa y maliciosa mentira que las pruebas se encargan de desbaratar.
Morales Padrón lo señaló de la mejor manera al decir que “Nunca un pueblo que domina, siendo superior en todo, se adaptó tanto al dominado”[4]. Lo que la Madre Patria realizó en estas tierras es digno de ejemplo y un caso único entre las potencias colonizadoras, respetó lo respetable, adoptó las costumbres que no se oponían al Derecho Natural y ofreció y plasmó en América lo mejor de sí. Lo que se produjo fue una transculturación que permitió la fusión de las culturas, logrando una simbiosis armónica, expresada en distintas manifestaciones culturales, una de ellas, quizá la más importante, es el Arte Cusqueño que fusiona el estilo del Barroco español con técnicas y estilos quichuas. Éste fue tan importante que adquirió la categoría de escuela por sus variadas características formales e iconográficas y por su gran difusión territorial.
El tan mentado Genocidio español
Abordemos ahora el tema del tan mentado genocidio español. Heredia, sin ningún tipo de escrúpulos arroja la cifra de cincuenta y seis millones de indios exterminados. Nuevamente se emplea la manipulación de números para desacreditar la Conquista y sensibilizar al público. En realidad, las investigaciones mejor fundadas no admiten semejantes cifras. Esto lo dictan la pasión ideológica y el odio a la hispanidad.
El trabajo de investigación más serio y mejor fundado sobre este tema lo ha realizado Ángel Rosenblat. El autor ha utilizado como elemento de estimación fundamental la posibilidad alimenticia que ofrecía nuestro continente. En su análisis fija para la población americana hacia 1492 el número de trece millones y medio de almas. El mismo estudioso agrega que: “Fuera de la zona agrícola, que se escalonaba en una estrecha franja a lo largo de Los Andes, el Continente era en 1492 una inmensa selva o una estepa”.[5] Petrocelli sostiene que Rosenblat fue generoso, ya que como lo atestigua un estudio de la revista Esquiú:
“De acuerdo con la capacidad alimentaria que podía aportar el continente y a las técnicas de cultivo de la época, la totalidad de población de América Latina debe estimarse entre un mínimo de 8 y un máximo de 13 millones. Lo demás forma parte del sombrío delirio antiespañol”[6].
Efectivamente en el siglo XVI se produjo una importante Caída demográfica. Rosenblat estima que “hacia 1570 la población aborigen de Iberoamérica había perdido 2.557.850 personas.”[7] Según estudios serios el mayor decrecimiento de la población indígena fue causado por las epidemias, por el choque microbiano y viral. Así lo explica Vittorio Messori: “Las enfermedades que los europeos llevaron a América (…) eran desconocidas en el nicho ecológico aislado de los indios, por lo tanto, éstos carecían de las defensas inmunológicas para hacerles frente”[8]. Otras causas de la merma fueron enfermedades como la escarlatina, el tifus, el sarampión o el paludismo; las insolaciones; la escasez de comida; los excesos de una vida viciosa como la embriaguez o el uso de la coca; la mestización y las guerras. Pero hacer depender todos estos factores de un inexistente exterminio masivo por parte de los españoles es hacerse eco de una descabellada mentira.
Como se ve, nuevamente, los estudios serios echan por tierra las falacias de la Leyenda Negra, en este caso la del, tantas veces repetido, genocidio español.
¿También arrasaron con las Lenguas?
El fragmento del relato analizado también acusa a España de arrebatar a los pueblos de América las lenguas. Esto constituye una vil mentira y refleja gran ignorancia por parte de los defensores de la leyenda negra. Digamos al respecto que la UNICEF, organismo que no puede ser catalogado de hispanófilo, en 2011 presentó un estudio sobre las lenguas indígenas que se hablan en Hispanoamérica, según el cual “en la región se hablan 420 lenguas (…)”[9] de las cuales más de 20% son idiomas que se utilizan en dos o más países. Este trabajo además destaca “el impresionante número de familias lingüísticas que existen, ya que se logró registrar casi 99 familias”[10].
En Hispanoamérica la familia lingüística más importante es la Arawak, hablada en varios territorios que van desde Centroamérica a la Amazonia. Otra lengua importante es el quechua, hablada por entre 8-11 millones de personas principalmente en Perú, Bolivia, Ecuador y algunas partes de Colombia y Argentina; el Aimara es hablado por más de 2 millones de personas ubicadas principalmente en Bolivia, Perú, Chile y Argentina; y el guaraní es una lengua hablada por más de 2 millones de personas ubicadas principalmente en Bolivia, Perú, Chile y Argentina. Esta última, junto con el español, es una de las lenguas oficiales en Paraguay. En ese país el 90% de la población habla guaraní y español, y cerca del 27% lo habla exclusivamente.
Tras constatar estos datos podemos concluir que en este sentido los cultores de la leyenda negra o mienten, o no han tenido la posibilidad de recorrer el noroeste argentino o nuestro vecino país limítrofe, pues en dichas zonas la supervivencia de lenguas indígenas es innegable.
A estos datos agreguemos que los misioneros no sólo no suprimieron las lenguas de los nativos, sino que además se esforzaron por aprender los idiomas americanos para facilitar la Evangelización.
Al respecto escribía en sus crónicas Motolinía:
“Después que los frailes vinieron a esta tierra Buscaron mil modos y maneras para traer a los indios en conocimiento de un solo Dios verdadero, Sacáronles en su propia lengua de Anáhuac los mandamientos en metro y los artículos de la fe, y los sacramentos también cantados. En algunos monasterios se ayuntan dos y tres lenguas diversas, y fraile hay que predica en tres lenguas todas diferentes.”[11]
¿En qué Creían los Indios?
Por último, digamos algo acerca de la religión de los indios, ya que Heredia presenta como el peor de los castigos que se les podía haber infringido a los aborígenes el sacarlos de la idolatría.
En general los pueblos eran idólatras y existía un animismo generalizado. La religión consistía en atraerse el favor de los espíritus benignos y rechazar a los malignos, lo que se realizaba a través de la magia.
Por otro lado, en muchísimas de las tribus se ofrecían a los dioses sacrificios humanos, y también la antropofagia era una práctica común y socialmente aceptada.
Von Hagen nos explica que “el gobierno azteca se hallaba organizado del principio al fin para mantener los poderes del Cielo y obtener su favor con cuantos corazones humanos era posible conseguir”[12]. A lo largo del año se realizaban sacrificios de todo tipo. Para provocar la lluvia, inmolaban niños porque creían que sus lágrimas tenían la virtud mágica de atraer el agua del cielo. En el sexto mes un niño y una niña eran ahogados al hundirse una canoa llena de corazones de víctimas. Para honrar al dios del fuego los prisioneros de guerra danzaban junto con sus captores; de pronto éstos les arrojaban en el rostro una sustancia analgésica y luego los lanzaban al fuego mientras alrededor de la hoguera se realizaba una danza macabra. Cuando todavía se encontraban con vida, sacaban con ganchos a las víctimas y les abrían el pecho para arrancar sus corazones y ofrecerlos al dios. Además, durante el tiempo dedicado a los dioses de la fertilidad, para sus vestiduras utilizaban pieles de prisioneros recientemente desollados.
Jacques Soustelle, apologista de los aztecas, admite que:
“esta tribu estaba moral y físicamente al extremo de sus posibilidades en sus sacrificios humanos masivos y declara que si los españoles no hubieran llegado (…) la hecatombe era tal (…) que hubieran tenido que cesar el holocausto para no desaparecer”[13].
Los incas también practicaban sacrificios humanos, pero la brutalidad de este pueblo iba más allá, ya que además construían tambores con la piel de los vencidos y quenas con sus huesos.
Los chibchas “ofrecían preferentemente niños, a los que se criaba hasta los quince años en el templo del Sol, para ser finalmente muertos a flechazos atados a una columna”[14], como lo atestigua Morales Padrón.
Tras constatar cuán atroces eran las prácticas religiosas de los indígenas se puede deducir que la situación de América en la época previa al descubrimiento no era tan feliz como los Narra el cantautor analizado. A pesar de que reconocemos ciertas grandezas y aspectos positivos de los nativos de América, y obviamente su condición de Imago Dei, es innegable que la acción que desempeñó nuestra Madre Patria en el Continente fue sumamente beneficiosa para los aborígenes, a los que se les dio una dignidad por ellos jamás pensada, pero lo más grande que pudo legar España a estas Tierras fue la Fe, la posibilidad de los indios de acceder a los méritos de la Redención obtenidos por Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz.
Conclusión
Para concluir con esta exposición sólo nos basta decir que cuando se analizan los hechos del pasado sin prejuicios o tendencias ideológicas, los acontecimientos hablan por sí mismos, la verdad sale a la luz, las pruebas y fuentes históricas echan por tierra las falacias elaboradas por los ideólogos enemigos de la Verdad, y en este caso de la Hispanidad. Y a pesar de que ellos cuenten con numerosas armas y mecanismos para ensuciar la historia, y que a través de la literatura, la música, lo libros y muchas más herramientas difundan el error, la verdad triunfa, y está allí, esperando a ser descubierta. Es misión del historiador buscarla con ardor, y lo es más del historiador cristiano, ya que cuando se la conoce se aproxima a Aquél que afirmó ser el Camino, la Verdad y la Vida.
Prof. María Carolina Figueroa
[1] Heredia, Víctor. Taki Ongoy, Texto en http://www.fmmeducacion.com.ar/Escritos/Letras/takiongoy.htm (10/07/16)
[2] Petrocelli, Héctor. Lo que a Veces No Se Dice de la Conquista de América. Rosario, Santa Fe: Ediciones Didascalia. Segunda Edición, 1992 p. 30.
[3] Mansilla, Lucio V. Una Excursión a los Indios Ranqueles. Buenos Aires: 1977. P. 127. En Petrocelli, Héctor. Op. cit. p. 31.
[4] Morales Padrón, Francisco. Manual de Historia Universal. Madrid: 1962. Tomo V. P. 267. En: Petrocelli, Héctor. Op. cit. p. 69
[5] Rosenblat, Ángel. La Población indígena y el mestizaje en América. Buenos Aires: 1954. P. 121. Citado por Petrocelli, Héctor. Op. cit. p. 52, 53
[6] Sobre la Identidad Mestiza de América. Esquiú. 20 de diciembre de 1987. En Petrocelli, Héctor. Op. cit. p. 55.
[7] Rosenblat, Ángel. op. cit. p. 88, 102 y 105. En Petrocelli, Héctor. op. cit. p. 57
[8] Messori, Vittorio. Leyendas Negras de la Iglesia. Barcelona: Editorial Planeta, S. A., 2004. p. 18
[9] UNICEF Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, citado por Francesca Varda. Lenguas Indígenas de América Latina. http://americalatina.about.com/od/Culturas/a/Lenguas-Ind-Igenas-De-Am-Erica-Latina.htm (14/09/16)
[10] Ibíd.
[11] De Sahagún, Bernardino. Libro de los coloquios y la doctrina cristiana, citado por Iraburu, José María. Hechos de los apóstoles en América. Pamplona: Fundación Gratis Date, 1999. Segunda Edición. p. 101
[12] Von Hagen, Victor Wolfgang, The Aztec: man and tribe. New York: The New American library, 1962. p.162. Citado por Olivera Ravasi, Javier. ¿En qué creían los indios antes de la conquista de américa? http://www.quenotelacuenten.org/2014/01/17/en-que-creian-los-indios-la-llegada-de-los-primeros-conquistadores/ (12/07/16)
[13] Dumont, Jean “La primera liberación de América”, en Verbo. Octubre de 1986. P. 85, citado por Ravasi, Javier. ¿En qué creían los indios…
[14] Morales Padrón, Francisco. Manual de Historia Universal. T. V. Historia General de América. Madrid, 1962. p. 301, citado por Petrocelli, Héctor. op. cit. p.25
21 comentarios
---
Expresión que grafica muy bien el bastardeo de que son capaces quienes no tienen temor de Dios.
"Antes que nadie" de Fernando Paz
"Cuando éramos invencibles" de Jesús A. Rojo Pinilla
Libros que considero importantes para ampliar conocimientos históricos y limar muchísimas asperezas y maldades dichas contra nosotros.
Más aún, ahora su significación hasta ha llegado a ser antitética a la original.
"La conjura silencia contra España" de Alberto G. Ibáñez.
"España" tres milenios de historia de Antonio Dominguez Ortíz.
Gracias P. Olivera por ayudarnos a saber cotrarrestar la mentira con la verdad.
Y gracias a Adriana de Colombia, como te decía en otro sitio: "siempre iluminada por el Espíritu". España siempre tuya.
https://youtu.be/XQA7F_tvsPU
(«The Backbone of History», Cambridge University Press), el cual "destroza" aún más la leyenda negra respecto a este tema,
A continuación el copy-pega de la noticia de este trabajo:
"Nuevas investigaciones confirman la desastrosa salud de los nativos americanos antes de la llegada de Colón. A partir del análisis de 12.500 esqueletos, un equipo multidisciplinar de antropólogos, economistas y paleontólogos documenta el profundo el deterioro sanitario del hemisferio americano mucho antes de 1492
POR PEDRO RODRÍGUEZ
Actualizado 29/11/2002 - 00:41:34
«Descubrimiento de América», cuadro de José Garmelo Alda
WASHINGTON. Pese a las extensas investigaciones sobre el devastador golpe importado de la viruela, el sarampión, la malaria y la fiebre amarilla entre los nativos del Nuevo Mundo, la salud de estas poblaciones indígenas antes de la llegada de Cristóbal Colón no ha sido nunca debidamente documentada a modo de contrapeso contra la tópica Leyenda Negra de los españoles al otro lado del Atlántico. Un vacío de conocimiento llenado ahora por un grupo de cincuenta especialistas norteamericanos que contra las falsas percepciones de «paraísos perdidos» y «felices salvajes» documentan un triste panorama de pésima salud por todo el continente, en declive mucho antes de 1492.
Este demoledor trabajo -a contramano de la miope corrección política imperante en ciertos círculos académicos- demuestra que junto a los patógenos europeos, la salud de estas poblaciones nativas estaba cayendo en picado desde muchos siglos antes de la conquista. Conclusión obtenida en buena parte a partir de los análisis comparativos de 12.500 esqueletos procedentes de 65 yacimientos arqueológicos en América del Norte y del Sur. Una extensa muestra dividida al cincuenta por ciento entre restos anteriores y posteriores a la llegada de los colonizadores europeos y que abarcan desde cinco milenios antes de Cristo hasta el siglo XIX.
Índice de salud cronológico
A partir de un criterio estandarizado, el equipo norteamericano dirigido por los profesores Richard H. Steckel y Jerome C. Rose ha establecido un índice de salud cronológico para todo el hemisferio pre-columbino, cuyas desmitificadoras conclusiones se han materializado en un reciente libro de 654 páginas («The Backbone of History», Cambridge University Press). A su juicio, el momento óptimo en la salud de los nativos americanos se remonta a mil años antes de la llegada de los pioneros españoles. A partir de entonces, no hay más que una espiral de miseria y enfermedad.
En el epílogo de esta elaborada publicación, el doctor Philip D. Curtin, profesor emérito de la prestigiosa Universidad Johns Hopkins, recalca cómo todas y cada una de las evidencias reunidas «demuestran de forma concluyente que aunque el bienestar de los nativos se deteriorara bastante tras el contracto con el mundo exterior, se trataba de una situación muy alejada de lo paradisíaco antes de la llegada de europeos y africanos».
Los investigadores han catalogado sus evidencias en torno a siete indicadores básicos sobre problemas de salud crónicos que pueden ser detectados en esqueletos: enfermedades degenerativas de las articulaciones, salud dental, estatura, anemia, malformaciones, infecciones y traumas provocados por heridas. Una base de datos que según sus responsables sería la más grande de este tipo realizada hasta la fecha.
A la vista de todos estos datos entrecruzados, el equipo liderado por los profesores Steckel y Rose ha atribuido en gran parte el pésimo panorama de salud entre las poblaciones precolombinas al inicial desarrollo de la agricultura y asentamientos urbanos. La arqueología demuestra que los habitantes de América del Sur y Central comenzaron a cultivar la tierra de forma estable hace más de cinco mil años, con la construcción de las primeras ciudades estimada desde hace dos mil años.
Estos avances considerados como básicos en la evolución de toda cultura resultaron una espada de doble filo para los indígenas americanos. El incipiente desarrollo agrícola tuvo el indeseable efecto de limitar la diversidad dietética de estas poblaciones. Deficiencias que, junto a la congestión de asentamientos urbanos, contribuyeron al rápido contagio de enfermedades. La mezcla de comida baja en proteínas y durísimas condiciones de trabajo habría dejado a muchos nativos avocados a una muerte temprana.
Según el doctor Rose, antropólogo de la Universidad de Arkansas, este retroceso también se ha detectado en la zona de Oriente Medio y Asia donde la agricultura en forma estable se inició hace 10.000 años. Pero a su juicio, este conocido fenómeno de desnutrición resulta mucho más abrupto en el Nuevo Mundo. Además, recientes investigaciones sobre momias peruanas han descubierto trazas de enfermedades como la tuberculosis, lo que abre la posibilidad de precoces infecciones con algunos de los males atribuidos hasta ahora a contagios europeos.
Con diferencia, las culturas pre-columbinas con mejor salud eran aquellas no asentadas y menos concentradas. Según los análisis comparativos de esqueletos, estas tribus presentan huesos de mayor altura y menos lesiones asociadas con infecciones. Se supone que su dieta era lo suficiente variada como para evitar problemas como la anemia y desarrollo retardado. Aún así, en estas sociedades móviles de cazadores y recolectadores de frutos silvestres, muy pocos miembros llegaban a cumplir los cincuenta años.
A tenor de este caudal de datos, la esperanza de vida de las poblaciones precolombinas se estima en una media de 35 años. En este «ranking» de salud, la mejor situación se ha detectado entre tribus de nativos que habitaron las costas del actual Brasil unos 1.200 años antes de la llegada de Cristóbal Colón. Su situación de relativo aislamiento les protegió contra enfermedades infecciosas, y al mismo tiempo tenían acceso simultáneo a variados alimentos procedentes del mar y de la tierra. Otras zonas con condiciones aceptables habrían sido las costas de Carolina del Sur y California.
México y América Central
De acuerdo al estudio codirigido por el doctor Steckel, profesor de Economía y Antropología en la Universidad Estatal de Ohio, la peor insalubridad se concentraría en las culturas urbanas de México y América central, muy especialmente entre la civilización Maya. Situación desastrosa también compartida por los Zuñi de Nuevo México, una poco viable tribu de los indios pueblo que presumiblemente habría encontrado un dramático final antes de la llegada de los colonizadores.
El tratado de los doctores Steckel y Rose también se extiende a la salud de las poblaciones europeas y africanas asentadas en el Nuevo Mundo. Como era de esperar, las peores condiciones se concentran con dureza entre los esclavos negros, según demuestran los esqueletos recuperados en plantaciones del Sur de Estados Unidos. A modo de conclusión final, los autores reconocen el gran potencial para la polémica de su estudio, pero insisten en que los habitantes originales de esta parte del mundo «trajeron consigo, o evolucionaron con suficientes patógenos para crear condiciones crónicas de mala salud».
• ABC de Sevilla
•
HEMEROTECA > 29/11/2002 >
El paraíso que nunca existió
El paraíso que nunca existió | Sociedad | Ciencia - Abc.es
www.abc.es › Hemeroteca › 29/11/2002"..
Si ésto es asi, la refutación de la mentirosa leyenda negra en este punto es total, si es que aún puede estarlo más de lo que lo estaba antes de este trabajo tan fundamentado...
•
Tampoco existe leyenda negra sobre Alejandro Magno, que fue el primer gran colonizador, y todo el mundo da por sentado que la helenización fue
un proceso cultural positivo. Es de niños, pero funciona.
El Papa Francisco , canonizó a Fray Junipero Serra , a pesar de todas las oposiciones de las corrientes progres y " indigenistas"....
--------------------
Gracias, El Indalecio: créame que uno escribe a cuatro manos. ¡Es tan vasto el ámbito de la falsificación de la historia! ¡Me lamento tanto de que la Iglesia haya dejado este modo de hacer apostolado, me refiero a la apologética histórica! Pero lo que señala acerca de España y América es prioridad. Palabra. Dios lo bendiga. PJOR
Dejar un comentario