¿Por qué voy a misa tradicional?
Hace días publicábamos aquí una hermosa conferencia acerca de la Misa tradicional y la Misa actual. Presentamos ahora un texto sencillo, escrito hace más de diez años (incluso antes de la promulgación del Motu proprio de Benedicto XVI Summorum pontificum) donde se responden a varios varios interrogantes planteados acerca del por qué de la misa según el modo extraordinario.
Que les sea útil y que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
PS: puede complementarse con este hermoso video
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Por esto voy a la misa latina tradicional
Francis X. Altiere IV[1], estudiante de Harvard
Junio 2003 (publicación original)
Introibo ad altare Dei – “Subiré al altar de Dios.” Así comienza el santo sacrificio de la Misa, tal como ha sido celebrado en el rito romano de la Iglesia por más de un milenio. Contrariamente a los sinceros deseos del aparato litúrgico que en los pasados cuarenta años ha venido asolando a los católicos ortodoxos, la liturgia latina tradicional aún sobrevive. Más aún: no sólo sobrevive, sino que está atrayendo nuevos seguidores y despertando una profunda piedad entre los católicos de todas las edades – muchos de los cuales, como yo mismo, nacieron más que una década después de la imposición de la nueva liturgia. Con el reconocimiento por parte de muchos católicos preocupados de que el lex orandi de la nueva liturgia no es una expresión adecuada de la lex credendi de la Iglesia, ha habido en los años recientes concertados esfuerzos para dar un giro a la pobreza de la vida litúrgica. (Inmediatamente acude a mi mente la “reforma de la reforma“, propuesta formulada por el Cardenal Joseph Ratzinger y el P. Joseph Fessio). En tanto que muchos católicos ortodoxos se preocupan por salvar la Novus Ordo Missae, introducida por Paulo VI en 1969, muchos otros dedican sus energías a la restauración – o al menos a la resurrección – de la Misa latina tradicional.
El nombre de la misa y un poco de historia
Deberíamos comenzar por detenernos en una cuestión particular respecto de la Misa Antigua: ¿Qué significa el nombre? El rito tradicional de la Misa que prevaleció desde los primeros siglos cristianos hasta justo después del Segundo Concilio Vaticano, es frecuentemente llamada “Misa latina” o “Misa Tridentina". Estrictamente hablando, ninguno de estos dos nombres es satisfactorio. Si bien es cierto que la Misa antigua es celebrada en Latín, la nueva Misa también es, técnicamente, una Misa latina – después de todo, es una Misa del Rito Latino (diferente de los ritos Bizantino o Maronita, por ejemplo) y el Missale Romanun de Paulo VI fue escrito en latín. Los Padres Oratorianos, al igual que algunos monasterios, son conocidos por celebrar la nueva Misa, total o enteramente, en latín. Pero, ante el hecho de que la nueva liturgia es frecuentemente celebrada en lengua vulgar (¡y la traducción del ICEL nos recuerda lo que la lengua vulgar puede ser!), no es sorprendente que nadie piense en la nueva Misa como la Misa latina.
Llamar a la antigua Misa “tridentina” es también engañoso. No obstante que la Misa romana sufrió algunas revisiones menores y purificaciones bajo el papa San Pio V y después del Concilio de Trento, en el siglo XVI ("Tridentina” deriva del latín, por Trento), eso no significa que el misal de 1570 fuera un producto nuevo o fabricado. A diferencia de la nueva liturgia, que fue producida casi desde la nada, en 1969, por un comité de “expertos” liturgistas, el misal de Pío V solamente procuraba “la preservación de una liturgia pura” – de hecho, la misma liturgia cuyos elementos principales habían sido codificados bajo el reinado del papa San Gregorio Magno en el siglo VI. Confiables estudiosos de la liturgia, como el P. Adrian Fortescue y Mons. Klaus Gamber, han documentado la antigüedad del rito romano tradicional. La edición más reciente del misal tradicional fue publicada en 1962. Este es el misal utilizado por el clero, como por los integrantes de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, autorizada por la Santa Sede para preservar la liturgia clásica. Los cambios hechos en 1962, como los realizados por San Pio V y por algunos de sus sucesores, fueron menores y orgánicos, y dejaron intacta la integridad del rito latino.
Los católicos de todas las edades deben estar agradecidos al papa Juan Pablo II por la comprensión que ha demostrado hacia los que aún desean la Misa antigua. Aunque el propio Santo Padre ve al moderno experimento litúrgico como una bendición para la Iglesia, ha urgido, no obstante, a los obispos del mundo a respetar el deseo de muchos católicos de realizar el culto de la manera en que lo hacían sus ancestros. De hecho, en su motu propio, Ecclesia Dei, pidió a los obispos que garantizaran “amplios y generosos” permisos para la vieja liturgia, en orden a adaptarse a “los sentimientos que todos aquellos que están apegados a la tradición litúrgica latina". (En el pasado verano, el Papa celebró la misa clásica en su capilla privada de Castel Gandolfo).
Cuando inicialmente, los obispos dieron sus renuentes permisos para la preservación de la antigua Misa latina, muchos pensaron que la medida era simplemente un gesto provisorio para aplacar a sacerdotes y laicos atados al pasado. La idea dominante era que estos anticuados desaparecerían y con ellos la vieja Misa. ¡Qué equivocados estaban! Yo tengo 20 años y desde hace tres años he asistido a la Misa tradicional. Por cierto que en la Iglesia a la que acudo hay gente de edad, sin duda todavía desorientada por los cambios radicales que les quitaron violentamente las tradiciones de su juventud, pero también hay muchos jóvenes. No puede ser simple nostalgia la que atrae a los jóvenes – que nacieron décadas después del Vaticano II – a la Misa antigua. A ese respecto, no es tampoco una consideración estética la que conduce a muchos católicos a estar a favor suyo. Por sobre todo, nosotros preferimos el rito antiguo porque refleja más apropiadamente la creencia de la Iglesia en la Misa como un sacrificio propiciatorio, a diferencia de la nueva liturgia que la enfatiza como banquete comunitario.
Lo estético y cultural
Si bien ningún devoto de la vieja liturgia la prefiere o debería preferirla sólo por su belleza, no hay que negar el valor cultural y estético del rito tradicional. De hecho, en 1971 influyentes figuras de la cultura (incluyendo a no católicos e incluso a no cristianos), basados en fundamentos culturales, apelaron al papa Pablo VI, para que se preservara el viejo rito. En su pedido, publicado en The Times de Londres (15 de julio de 1971), decían que “El rito en cuestión, en su magnífico texto latino, ha inspirado un sinnúmero de inapreciables logros en las artes – no sólo textos místicos, sino trabajos de poetas, filósofos, músicos, arquitectos, pintores y escultores, de todos los países y épocas“. Asistir a una Misa solemne tradicional, repleta de vestiduras de hechura exquisita y con canto gregoriano, constituye, en efecto, una experiencia conmovedora.
La lengua latina y la precisión doctrinal
Pero, como he dicho, no es el valor artístico de la Misa antigua – alimentado en el seno de la madre Iglesia durante 1500 años – el argumento más convincente a favor suyo, sino su precisión doctrinal. No quiero cuestionar la suficiencia doctrinal de la nueva Misa, que habiendo sido proclamada por un papa reinante, constituye, obviamente, un rito válido. Pero el hecho que la nueva Misa sea ortodoxa y sacramentalmente válida no implica que sea una expresión tan perfecta de la fe católica como lo es la Misa antigua. El uso de una lengua “muerta” como el latín desempeña un papel valioso en la preservación de la ortodoxia, desde que el texto de la liturgia está fijado y las palabras utilizadas para expresar la teología eucarística católica no están sujetas a ninguna vicisitud respecto de su significado. En su monumental encíclica Mediator Dei, el papa Pio XII recuerda a los católicos que “El uso de la lengua latina… es un signo manifiesto y bello de unidad, como también un antídoto efectivo contra cualquier corrupción de la verdad doctrinal".
¿Qué es lo que hace al latín una lengua litúrgica ideal y más recomendable que las lenguas vernáculas? Deberíamos notar que casi todas las religiones mayores han dejado de lado alguna lengua particular que, por su relación íntima con el cultus religioso, se ha convertido en sagrada, incluso mucho después de habérsela abandonado en el uso cotidiano. No debemos olvidar que nuestro Señor predicó en una lengua no vernácula – el hebreo. Incluso aunque hace 2,000 años los judíos de Palestina usaban el arameo en su habla cotidiana, conservaban a aquella como lengua sagrada para su culto. Y cuando la Providencia mandó al Príncipe de los Apóstoles, San Pedro, levantar en Roma la diócesis madre de toda la Cristiandad, es sólo por conveniencia que la lengua de la vieja Roma se convirtió, a su debido tiempo, en la lengua de la Iglesia. Cuando un católico escucha la Misa en latín se le recuerda, además de la especial primacía del Pontífice romano, que pertenece a una comunión universal. Como lo explicó el papa Pio XI en su Carta Officciorum Omnium, “la Iglesia – precisamente porque abarca a todas las naciones y está destinada a perdurar hasta el final de los tiempos – requiere, por su verdadera naturaleza, de una lengua que sea universal, inmutable y no vernácula". Es significativo que el Vaticano II que abrió las puertas a la renovación litúrgica, reafirmara que “el uso de la lengua latina debe ser preservada en los ritos latinos” (Sacrosanctum Concilium). El propio papa Juan XXIII, padre del Vaticano II, publicó en la víspera de la apertura del mismo, una encíclica para oponerse al deseo de algunos innovadores católicos de remover el latín.
El actual Santo Padre escribió en su carta del Jueves Santo de 1980, Dominicae Cenae, que “la Iglesia romana tiene una deuda especial hacia el latín, la espléndida lengua de la antigua Roma, y debe manifestarla en todas las ocasiones que se le presenten". Sería tentador hacer de esta línea la base de un silogismo:
- Premisa mayor: La Iglesia Católica debe manifestar su deuda con el latín en donde quiera que se le presente la ocasión.
- Premisa menor: La ocasión siempre se presenta. (El misal de San Pío V presupone, por supuesto, la celebración en latín; y la edición normativa del misal de Paulo VI también está en latín).
- Conclusión: La Misa debe ser siempre celebrada en latín en el rito romano de la Iglesia Católica.
Quizás los actuales católicos estarán en desacuerdo sobre cuánto de lengua vernácula es deseable en la celebración de la Santa Misa, pero sería completamente contrario a la mente de la Iglesia afirmar que la Misa debería celebrarse totalmente en ella. En efecto, sobre este punto, el Concilio de Trento declaró que “Si alguno dice… que la Misa debe ser celebrada sólo en lengua vulgar… sea anatema” (Sesión XXII, canon 9). Es significativo que el concilio haga esta puntualización en un canon dogmático, con el agregado de un anatema, en vez de hacerlo dentro de un decreto sobre disciplina.
Adaptación a los fieles o adaptación de los fieles
En su fenomenal y presciente ensayo de 1966 “The Case for the Latin Mass“, el celebrado filósofo católico Dietrich von Hildebrand pregunta retóricamente “si encontramos mejor a Cristo en la Misa elevándonos hacia Él, o arrastrándolo hacia abajo, hacia dentro de nuestro pedestre mundo cotidiano. Es una buena pregunta, y es una pregunta que muestra una cuestión fundamental acerca del hombre moderno: el antropocentrismo. Desafortunadamente, la liturgia moderna refuerza esta falla básica para la comprensión de la relación fundamentalmente desigual que existe entre Dios y el hombre. El problema con las “liturgias creativas” es que obvian el verdadero centro de la plegaria litúrgica: El fiel debe adaptarse a la liturgia para encontrar a Cristo en la Misa. Se ha dicho bien que en la Misa tradicional, el sacerdote abandona su propia persona en la sacristía y se transforma en un verdadero alter Christus. Siguiendo con exactitud las palabras y rúbricas del misal, hace una oblación de su propia voluntad. No obstante que una ajustada adherencia al texto del nuevo misal eliminaría algún reparo, la tendencia de los celebrantes de dejar su propia marca en la Misa de Cristo es aún pronunciada. Después de todo, la nueva Misa permite al celebrante elegir entre cuatro diferentes “Oraciones Eucarísticas", a diferencia del anterior Canon Romano obligatorio. Esto es para no mencionar la cantidad de otras opciones aprobadas ad libitum (libremente) que tipifica el Novus Ordo.
De cara a Dios, orientación del altar
También el fiel está menos volcado al antropocentrismo en la Misa tradicional. El sacerdote da su cara al altar, más que a la gente – la Misa, después de todo, es la mayor oración que la Iglesia puede ofrecer a Dios. ¿Por qué orientar al sacerdote hacia la congregación cuando la asamblea completa debería dirigir su atención a la sagrada Hostia – la “pura, santa e inmaculada Víctima", en las palabras del misal tradicional? Más aún; la liturgia tradicional también prevenía de la confusión entre sacerdocio y laicado, algo que es muy común actualmente. Todas las lecturas de la Misa eran leídas por el clero – subdiácono, diácono y sacerdote; los representantes oficiales de la Iglesia tenían a cargo todas las oraciones y lecturas de la vieja liturgia. Qué valioso recordatorio para todos nosotros de que Dios ha encargado a la Iglesia la correcta interpretación de la Escritura.
El silencio del misterio
En el rito tradicional, el “silencio” del Canon Romano, oración central de la Misa que contiene la consagración del pan y el vino (que el sacerdote siempre pronuncia sotto voce, en voz baja), nos recuerda que el mundo estuvo silencioso durante la crucifixión. Y, por supuesto, es precisamente el sacrificio del Calvario el que es re-presentado en cada Misa. El crispado sonar de las campanillas atraviesa el silencio, alertando al fiel de la elevación de la Hostia y el Cáliz.
¿Qué hay en la afirmación de que la gente es incapaz de comprender lo que ocurre en la Misa latina tradicional? De acuerdo, pero la gente ¿realmente comprende lo que ocurre en el Novus Ordo? Por supuesto puede escucharla en su propia lengua, pero ¿comprende lo que realmente ocurre en la Santa Misa? Es un hecho bien documentado que solo una minoría entre los católicos actuales cree en la Transubstanciacion –que el pan y el vino consagrados en la Misa se convierten en el cuerpo y la sangre, alma y divinidad, de nuestro Señor Jesucristo. De modo que debemos asumir que muchos católicos, aún comprendiendo el lenguaje de la Misa en lengua vernácula, no entienden realmente lo que ocurre en ella. Ante esto, carece de peso el argumento de que la gente no entiende la Misa en latín. La “comprensión” que de la nueva Misa tiene la mayoría de los católicos, es subjetiva y superficial – lo que no significa que la nueva liturgia sea mala per se, pero demuestra que para “comprender” se necesita algo más que el sólo reconocimiento de la lengua vernácula. (Por supuesto, la catequesis ortodoxa y una predicación sólida – ya sea en una Misa latina o en una parroquia del Novus Ordo – serían de mucho provecho. Obviamente, hay muchos católicos que asisten a la nueva Misa y creen en la Transubstanciación y reverencian profundamente al Santísimo Sacramento, pero en cuanto tal, la liturgia en lengua vernácula no contribuye en nada a crear una conciencia profunda sobre esta realidad).
Comprensión y participación…
Sostengo que los católicos, especialmente los que asisten regularmente a la antigua liturgia, comprenden de hecho la Misa latina. En primer lugar, abundan los misales de mano en latín-inglés que permiten al laico, si lo cree conveniente, seguir las oraciones de la Misa. Otros, sin embargo, estamos espiritualmente formados para seguir las acciones del sacerdote en el altar. Una u otra vía constituyen medios provechosos de participación. En segundo lugar, la lectura de los textos de la Misa, después de haber sido leídos o cantados en latín, lo son nuevamente en la lengua vernácula. Por supuesto, el sermón es siempre predicado en la lengua del pueblo. Ya hemos dicho que la naturaleza jerárquica del rito tradicional de la Misa es opuesto al antropocentrismo moderno. El gran énfasis dado para habilitar a los laicos en la participación activa en la liturgia, constituye un reflejo de este antropocentrismo. No importa que las plegarias de la antigua Misa sean recitadas en latín y algunas veces en silencio – estas oraciones se dirigen a Dios, no a un hombre deificado. No me molesta no comprender cada palabra latina en la Misa: ella se ofrece para agradecer a Dios, para adorarlo, para suplicar Su perdón e implorar su bendición. No se ofrece para pedir por uno mismo o como un entretenimiento.
Aunque la Misa antigua, tan claramente orientada hacia lo divino, no satisfaga a las sensibilidades subjetivas de la congregación, uno no debería pensar que no es instructiva o edificante. Una persona desinformada respecto de la teología católica que participa de una Misa latina tradicional percibiría que algo está ocurriendo – quizás no sepa qué, pero estará encantada con ello. En una ocasión, una mujer católica justificó su decisión de asistir a una iglesia protestante porque ahora, dijo, católicos y protestantes cantan las mismas canciones de modo que ¿dónde está la diferencia? Quizás no sea una falla suya. La liturgia católica ha sido tan desnaturalizada que a muchos católicos no les parece otra cosa que música de aficionados. En el pasado verano hubo una noticia sobre una mujer californiana que se sintió perturbada al enterarse que por años venía asistiendo a una iglesia luterana que pensaba era católica. ¡Qué día triste aquél en el que el sacrificio de la Misa no muestre una apariencia que lo diferencie del servicio protestante! La liturgia tradicional es ciertamente instructiva y nadie podría confundirla jamás con un servicio luterano.
Lo sólido de la antigüedad
La antigüedad sin adulteraciones del rito tradicional romano de la Misa constituye un argumento contundente para que cualquier católico que porque se trata de una realidad y no de una simple cuestión de temperamento, debe poseer un espíritu inclinado a lo tradicional, Lo novedoso, incluso en materia de disciplina eclesiástica y liturgia secundarias, puede minar la estabilidad de la fe. ¿Con cuánta frecuencia escuchamos a católicos contestatarios proclamar que la posición eclesiástica en relación a la contraconcepción y la ordenación de mujeres es proclive a cambiar porque la Iglesia ha experimentado muchos otros cambios dramáticos en los pasados treinta y cinco años? No es desleal, pues, sugerir que la rendición de la jerarquía a las demandas de las innovaciones litúrgicas, como la comunión en la mano y las niñas en los altares – a lo que se opusieron, respectivamente, Paulo VI y Juan Pablo II antes de autorizarlas con reluctancia – socava realmente la autoridad de la Iglesia en otras cuestiones. Sto. Tomás de Aquino señala el deletéreo efecto que la innovación puede tener: “en cierta medida, el mero cambio de la ley es en sí mismo perjudicial para el bien común: porque la costumbre avala en mucho la observancia de las leyes, dado que lo que es contrario a las costumbres generales, incluso en cosas pequeñas, es mirado como grave". (Summa theologiae I-II, 97, 2). Y así, dejando de lado los méritos doctrinarios de la liturgia latina como hemos considerado anteriormente, la real antigüedad del rito tradicional habla fuertemente a su favor. Fabricar ex novo un rito sacramental completo es totalmente ajeno al sentido común de la liturgia católica. El Cardenal Ratzinger, aún no visualizando como una meta la restauración del misal de 1962, está perspicazmente consciente de la ruptura que presenta la reforma litúrgica. En su prefacio a la obra de Gamber, Reform of the Roman Liturgy, describe al Novus Ordo como un producto banal y hecho con prisa".
Conclusiones y perspectivas modernas
La Misa es la suma de toda la vida cristiana y a la luz de las glorias de la Misa tradicional, no debe sorprendernos su actual resurrección – aunque por supuesto nunca había desaparecido. La “crisis de las vocaciones” que afectan a las diócesis en las que la fe ha sido diluida durante décadas, no involucra a aquellas sociedades sacerdotales como la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro y el Instituto de Cristo el Rey, fundadas (respectivamente en 1988 y 1990) para brindar nueva vida a nuestra herencia litúrgica latina. Los monasterios benedictinos tradicionales, como Le Barroux en Francia y el más reciente de Clear Creek en los Estados Unidos, constituyen importantes centros de resurgimiento de la liturgia latina. Bastante más de 150,000 católicos norteamericanos asisten a la Misa latina oficiadas cada semana en sus diócesis, sin mencionar a los muchos más que están esperando la autorización de su obispo. (Una lista completa de todas las localidades en las que son oficiadas Misas tradicional en latín, bajo la jurisdicción diocesana, es accesible en: latinmass.org/directory.html). Permítasenos otra cita del más confiable de los teólogos, Sto. Tomás: “Es absurdo y una detestable vergüenza, que suframos que sean cambiadas esas tradiciones que hemos recibido de los padres de los tiempos antiguos".
Francis X. Altiere
55 comentarios
Siempre ha habido presiones para que la Iglesia se protestantice, pero luego de la IIGM esa presión ha sido asfixiante y además, se ha producido una novedad terrible: se presiona también y sobre todo desde adentro. Y hasta desde arriba.
La Santa Misa Tradicional, como centro y culmen de la Liturgia que es, refleja el espíritu católico con una contundencia y brillo que a muchos molesta. Había que protestantizarla. Había que diluirle su "cerrado fundamentalismo". O como se le ha escuchado a más de un encumbrado insensato, había que "aggiornarla". Y el "Novus Ordo" salió a la luz.
La agresividad inaudita conque se impuso este rito experimental alienta las peores sospechas. Todas las fuerzas que buscaban protestantizar a la Iglesia se unieron para aplaudir el invento y denostar a los tradicionalistas. Muchos sacerdotes pidieron poder seguir celebrando el rito tradicional y se les negó despóticamente. Incluso al día de hoy hay sacerdotes que de buena gana celebrarían el Vetus Ordo, pero temen a la persecución implícita y hasta explícita de fieles, curas y obispos.
La Santa Misa Tradicional está cargada de bellos y recios signos cristianos. Es impermeable a la "creatividad de los showmen" que a veces nos toca sufrir. Es aburridísima para quienes rechazan la Fe, siendo éste uno de sus mayores méritos. Porque para quienes la ven sin prejuicios es encantadora, solemne, magnífica.
Mi preferencia por la Misa Tradicional es simplemente que en ella se percibe la Fe de la Iglesia de una manera para mí mucho más completa, clara, sencilla.
Los díaa feriales se echa algo de menos el leccionario, sobre todo los Profetas. Mo obstante, la Misa es la Fe, la Fe es la Misa, y en el Novus Ordo esta relación es accidental.
Es como la diferencia entre leer a Agustín y las cosaa pastorales de la Conferencia Episcopal Española, poco más o menos.
Lo diré en una frase. Porque ahí contemplo toda la Verdad, todo el Bien y toda la Belleza de la Liturgia, mientras la celebramos en la tierra.
En un principio puede requerir un esfuerzo por el idioma y la complejidad litúrgica, No obstante, se verán recompensados y gratamente sorprendidos por muchas razones, algunas de las cuales son descritas en el post.
No se la pierdan. No se arrepentirán.
Y por cierto, echo muy de menos que los pastores no incidan más en el tema de estar abiertos a la vida, sin el cuál se destruyer el matrimonio, y por ende la familia, pilar básico de la iglesia. Este tema, en mi opinión muchísimo más importante que hacia donde mire un cura o qué misa se prefiera, y parece que está totalmente AMORTIZADO por la práctica mayoría de obispos. No hablan de ello.
El último párrafo comparando a San Agustín con la CEE es de nota.
Enhorabuena.
Por muchas razones y argumentos que me den yo considero que los kikos son una secta con sediones de lavado de cerebro que se llaman dirección espiritual por laicos sin formación y pseufoconfediones públicas que se llaman escrutinios.
Cabezonería la tenemos todos...
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En la misa "tradicional" o "gregoriana" o en "modo extraordinario", o "pre-conciliar", etc..., se nombra siempre al obispo de Roma, es decir, al Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Y esto lo hacen también los "lefebvristas" o "lefebvrianos"; lo aclaro por las dudas y para iluminar nomás. PJOR
En cuanto a lo de secta, pues mire, contamos con el aval personal de todos los papas, en especial de San Juan Pablo II, con unos estatutos aprobados, y felicitados personalmente por nuestra "acogida sin reservas" de la encíclica profetica, humane vite.
Por favor, si no sabe de que habla, por lo menos no lance calumnias.
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alv: hace años que vengo preguntándome lo mismo que ud. Y lo he resuelto. Creo que no es "o"... "o", sino, "y"... "y"; y créame que es un tema de laaaarga reflexión en mí este punto. Dios lo guarde. PJOR
Sacrosactum Concilium advierte que ningun sacerdote quite ni agregue a la liturgia, solo la jerarquía pero siguiendo los criterios de la misma. Ahora, criterios que se alejan de los tradicionales sostenidos por la Iglesia, pero criterios en fin.
Por lo tanto, los elogios por atender a ciertas encíclicas y enseñanzas en materia de moral sexual, no habilitan a ningun catolico a hacer lo que quiera con la oracion publica de la Iglesia.
Yo asistiendo a misa tradicional puedo afirmar y estar seguro que rezo como rezaron siglos atras miles de santos, pontifices, sacerdotes, martires, etc. Ud. asistiendo a un oficio del camino neocatecumenal apenas puede afirmar que tiene 50 años de trayectoria dentro de la Iglesia, es decir, rezan como ud. quieren.
Le contesto con la misma prepotencia que ud. empleo.
Le agrego una frase de Chesterton, el catolico no se saca la cabeza, se saca el sombrero cuando entra a la Iglesia.
Si ud. no quiere atender a razones y argumentos, se esta sacando la cabeza, lo cual es grave.
Además añado, sobre un tema apasionante -la Misa es el centro de nuestra fe -, que desde que descubrí la Misa por el Rito Extraordinario, así como por el Rito Hispano-Mozárabe, supe de veras lo que es el Misterio de nuestra fe- hasta entonces, ay, no lo había descubierto sencillamente porque , y no me quiero entretener, ni generar polémica ,no había asistido nunca a la misma Misa, debido a que el rito de Pablo VI se presta a ser vulgarizada y manoseada hasta extremos dolorosos- ; así como la comunión de los santos y el ver, sentir y hasta llorar por pertenecer a una corriente de almas ininterrumpida desde el Calvario hasta nosotros hoy día, que sufre, es perseguida y da su sangre por Cristo, amén de sentir la gloria de la Iglesia Triunfante. Ya no necesito leer los gozos de San Felipe Neri, del Cura de Ars, o del Padre Pío, y de los afortunados que oyeron misa cantada o rezada por ellos: la vivo , y doy gracias.
Y estoy muy enamorado del rito de Pablo VI, pero sufro mucho por ver las cosas que se ven, y aquí lo dejo.
Este rito me confirmó en la fe, mientras que antes y como adulta estaba perdiéndola en mi parroquia "'moderna", olvidando lo esencial, la misa no es una cena de recuerdo, tampoco una reunión entre amigos, sino mucho más.
Hoy me da mucha pena ver en ciertas parroquias “modernas” este deseo (voluntario o no) de copiar y seguir el mundo en vez de guardar religiosamente el magnífico tesoro que es la liturgia latina de siempre. La ley de oración es también la ley de creencia, y se puede comprobarlo cada día.
Además en nuestra época con, a veces, obligaciones de encontrarse en países extranjeros, el rito extraordinario permite encontrarse en casa en todas las iglesias del mundo (por lo menos cuando tenemos la suerte de encontrar una iglesia que practica el rito extraordinario).
Me parece que en los países en donde la practica religiosa se mantuvo bastante como en España o en Polonia, la necesidad de encontrarse de nuevo con el rito de siempre, no se manifestó tan fuerte y rápidamente que como en Francia por ejemplo, la Francia de Juan Pablo II: ¿Francia que has hecho de tu bautismo?
Diré en conclusión: me parece que la misa de siempre es el futuro.
No quiero que se convierta esto en una diatriba contra el CN sino contra su proclamada impermeabilidad a cualesquiera razones y argumentos para demostrarle que cabezón se puede ser cabezón hasta dónde uno quiera.
Pero es que además alardea usted de una voluntad perversa. Y le explico: aquí lo que se está discutiendo es si un rito expresa, manifiesta, plasma y celebra la Fe de una manera más o menos completa y si por ese motivo es o no preferible. La mayoría de las veces que se examina la cuestión serenamente el resultado es claro y unánime: el Novus Ordo es un empobrecimiento radical e injustificable de la Liturgia católica.
Ahora bien, usted no hace eso, usted lo que hace es acusar a todo el mundo, a diestro y siniestro, de un muy grave pecado, como es la ACEPTACIÓN DE LA ANTICONCEPCIÓN. Y lo hace una y otra vez, metiendo en el saco a obispos, curas y laicos y a todo el mundo sin distinción, en el comentario de arriba y en muchos otros que podemos leerle como si fuera una monotemática obsesión. De hecho le parece que toda la Iglesia es favorable a la ANTICONCEPCIÓN menos los de su secta.
Y ahora respondo en concreto:
1.-NO, los escrutinios no son meros testimonios públicos de las grandezas de Dios en la vida de uno, sino "pruebas" que hay que pasar. En internet se pueden leer miles de experiencias de exmiembros de la secta que lo ponen de manifiesto: violaciones de la intimidad, pseudoconfesiones públicas e inadecuada dirección espiritual por laicos que exigen incluso "obediencia".
2.-Juan Pablo II también llamó a Maciel "modelo para la juventud". La ignorancia excusa.
3.-Hace poco el obispo Scheinder ha mencionado como el CN unta de dólares al Vaticano para obtener su aprobación. ¿Miente el obispo, o acaso es un simple ignorante también, o un constantinista, o un "religioso natural" o uno que "os hace la guerra"?
Entiendo, entonces, que afirma que la misa tridentina es superior a la que se celebra actualmente en cualquier parte. Me puede explicar eso? Dígame, entonces cuando asisto a una misa de mi pueblo, ya no necesariamente del CN, es menos perfecta, o el sacrificio es menos válido?? Estamos todos los que no vamos a misas en latín equivocados o somos imperfectos??
"Por lo tanto, los elogios por atender a ciertas encíclicas y enseñanzas en materia de moral sexual, no habilitan a ningun catolico a hacer lo que quiera con la oracion publica de la Iglesia."
Pero vamos a ver, contamos con unos estatutos aprobados por el santo padre, y por sus ayudantes de distintas congregaciones. Eso de que con la oración hacemos lo que nos da la gana es mentira.
"Ahora bien, usted no hace eso, usted lo que hace es acusar a todo el mundo, a diestro y siniestro, de un muy grave pecado, como es la ACEPTACIÓN DE LA ANTICONCEPCIÓN. Y lo hace una y otra vez, metiendo en el saco a obispos, curas y laicos y a todo el mundo sin distinción, en el comentario de arriba y en muchos otros que podemos leerle como si fuera una monotemática obsesión. De hecho le parece que toda la Iglesia es favorable a la ANTICONCEPCIÓN menos los de su secta."
Pues si, lamentablemente, aparte de personas CN y del opus dei, conozco a pocos pocos pocos pocos que estén abiertos a la vida.(y personalmente, ninguno), y pastores que hablen del tema, se pueden contar con los dedos de la mano. Y si lo repito muchas veces, es porque mientras aquí se discute sobre hacia donde mira el cura o si habla en latín o arameo, los enemigos están a las puertas, y estamos presenciando la destrucción de la familia, pilar básico de la iglesia.
Por otro lado, observo con verdadero pavor, el odio implícito al concilio vaticano II y a lo que representa. Quizá muchos de uds. estarían más cómodos en la FSSPX.
"3.-Hace poco el obispo Scheinder ha mencionado como el CN unta de dólares al Vaticano para obtener su aprobación. ¿Miente el obispo, o acaso es un simple ignorante también, o un constantinista, o un "religioso natural" o uno que "os hace la guerra"?"
Bueno, si quiere le pongo declaraciones de obispos, absolutamente estúpidas o falsas o heréticas, las hay a patadas, y no tienen el más mínimo valor.
El mismo razonamiento se puede usar para cualquier cosa. Cuando algo no te gusta, es que han sobornado al jefe, el argumento es muy viejo. Sí, miente el obispo.
"Y le explico: aquí lo que se está discutiendo es si un rito expresa, manifiesta, plasma y celebra la Fe de una manera más o menos completa y si por ese motivo es o no preferible. La mayoría de las veces que se examina la cuestión serenamente el resultado es claro y unánime: el Novus Ordo es un empobrecimiento radical e injustificable de la Liturgia católica."
Y yo insisto en que no ha sido un empobrecimiento. Y que el novus ordo es igual de válido que la misa tridentina, que lo que otorga dignindad no es la forma, si no los asistentes y el ministro.
La conocí en mi adolescencia, después de leer las Tres Campanadas de San Josemaría y una carta que escribió a los sacerdotes en 1968, en la que el fundador del Opus Dei decía que se guardaran los manipulos y misales, que la Misa volvería (Misa que el celebró hasta el final de sus días).
Comencé por sacar el la librería de mi abuelo un misal de Juan XXIII y hacer la oración con las lecturas en castellano de la Santa Misa y descubrí en profundidad la gran riqueza de la Santa Misa, así como la realidad de que el Rito Tradicional , quienes lo celebran y asisten a el cumplen con mayor fidelidad a lo que está en la letra y en el espíritu de Sacrosanctum Concilium. También descubrí con ello, que en realidad el Novus Ordo no es la Misa del Concilio, la Misa del Concilio es el Usus Antiqur, el Concilio acabó en 1965 y la nueva Misa es del 1968; durante el Concilio se celebró con el Misal de Juan XXIII y los obispos bienintencionados, escribieron la constitución pensando en la Misa codificada en Trento.
En el resto de cosas, comparto con los que asisten al la Misa Tradicional, el juicio sobre el Lex Orandi y Lex Credendi,
También es de anotar que todos los signos, ritos y ceremonias de la Misa Tradicional son mucho mas elocuentes que los de la Misa nueva; así como el silencio es una medicina para esta época tormentosamente ruidosa.
Se trata de una asociación e sacerdotes. Los laicos, estrictamente hablando, no pueden pertenecer a la FSSPX, aunque sí asistir a sus Misas sin ningún tipo de impedimento, cosa que no puede decirse de las del CN, verdaderos encuentros esotéricos.
-"Por otro lado, observo con verdadero pavor, el odio implícito al concilio vaticano II y a lo que representa."
El V-II no representa nada. Es una serie de documentos que intentan dar una respuesta pastoral al mundo de los años sesenta. El V-II está más obsoleto en el tiempo que el Lateranense IV, por ejemplo. Nació con una malformación congénita grave: la cronolatría. Otra cosa es que para ustedes sí "represente" algo... una EXCUSA.
- "Dignidad".
Aquí nadie habla de "dignidad". De lo que se habla es de la Fe de la Iglesia. Pero es que no entiendes el fondo de la cuestión, que es la Fe, NO ES la apreciación subjetiva de una forma de celebración.
Diálogo entre Kiko y Agustín:
- Kiko: “Las ideas sacrificiales han entrado en la Eucaristía por condescendencia con la mentalidad pagana”
- Agustín: "Esta costumbre, transmitida por los padres, la observa la Iglesia entera por aquellos que murieron en la comunión del cuerpo y sangre de Cristo y de modo que, al mencionar sus nombres en el momento oportuno del sacrificio eucarístico, ora y recuerda también que se ofrece por ellos."
¿También es mentira esto?
Ohhhhh.... soy pagano......!!!!!
Mi primer comentario se refirió a los cambios realizados en la liturgia Novus Ordo por el CN, lo cual es otro nivel de discusión que el que se da entre la misa VO y la NO. Los estatutos del camino, hasta donde se, hablan del camino de formación y redescubrimiento del bautismo, no hablan de los cambios liturgicos, que vuelvo a mencionar, no tienen, de iure dentro de la iglesia, autoridad para realizarlos.
Le vuelvo a mencionar, asistí a una misa del camino, seguían el misal romano, pero las rubricas las reinventaban a cada paso.
Otra ocasión, misa de pascua, lo mismo, la celebración se extendió durante horas de la madrugada, rechazando las siguientes disposiciones liturgicas:
el lugar del sacrificio: (se hizo en un aula, teniendo la capilla desocupada)
los cantos liturgicos
las oraciones propias del misal
Eso no es acatar lo que la iglesia dispone, sino hacer lo que uno siente y quiere.
Y debido a que ud. al hablar sobre la liturgia, solo se basa en la autoridad y ni siquiera tiene como criterio la Tradición ni otras autoridades a lo largo de los siglos de cristianismo, considero este debate estéril.
Vamos por aquí, volveremos con el permiso de P. Javier:
Los Cardenales Ottaviani y Bacci escribieron a Pablo VI en septiembre de 1967, manifestando que la «Nueva Misa» representaba, «tanto en su conjunto como en sus detalles, una notable desviación de la teología católica de la Misa tal como fue formulada en la Sesión XXII del Concilio de Trento». Junto con la carta, le presentaron el ahora célebre Estudio Crítico del Novus Ordo Missae, preparado por un grupo de teólogos romanos. En un esfuerzo por desviar las críticas hechas en este documento, el 26 de marzo de 1970 se emitió una Instrucción General revisada —pero no se hizo absolutamente ningún cambio en el texto real del Novus Ordo Missae mismo.
Téngase en cuenta que la primera definición de Novus Ordo Missae era que la "misa es asamblea sagrada", lo cual es falso.
En 1970 se cambió esta "definición", pero no se cambió la estructura ni el contenido de Novus Ordo.
Añado que no es correcto el término "Vetus Ordo". Eso no existió jamás, hasta nuestros días (es como llamar a un "Pablo" con el nombre "Marcos", después de x años de haber sido bautizado como Pablo - en cuestión de nombre, pero el fondo de las situaciones es incomparable). La misa es la misa. Luego definieron "Novus Ordo", pero eso no quiere decir que la misa de siempre es "Vetus Ordo".
Esto no ha existido nunca como tal. Deberían tomar nota y no inventarse términos. Que la Misa salida del Concilio Vaticano II se llame Novus Ordo, no hay porque substituir la ahora también llamada MIsa Tradicional por otro término.
La Misa Tridentina es la Misa que siempre celebró la Iglesia desde el Concilio de Trento. De Vetus nada de nada. Es la Misa por excelencia.
Sí que hay unas pequeñas particularidades, no cambios,
Andrés, esto es de hace unos años:
"La Secretaría de Estado envió el pasado 3 de abril una carta del Santo Padre a Kiko Argüello, iniciador, junto con Carmen Hernández, del Camino Neocatecumenal, confirmando la praxis litúrgica del Camino en relación a la Eucaristía y a la Vigilia Pascual.
En la carta, el Santo Padre confirma que “en lo relacionado con la celebración de la vigilia Pascual y de la Eucaristía dominical, (…) los artículos 12 y 13 [de los Estatutos], leídos pero entero, constituyen, por tanto, el cuadro normativo de referencia”."
Si encuentra a alguien del CN que abuse de los artículos confirmados por la iglesia, le animo a que tome cartas en el asunto para corregir el error, probablemente no malintencionado. Le aseguro que queremos ser hijos fieles de la iglesia. Puede observar los artículos en profundidad en cualquier parte de internet.
"Y debido a que ud. al hablar sobre la liturgia, solo se basa en la autoridad y ni siquiera tiene como criterio la Tradición ni otras autoridades a lo largo de los siglos de cristianismo, considero este debate estéril."
Me baso en la autoridad de la iglesia que es garante de la tradición. No es una opinión particular, ni siquiera papal, está reconocido por la iglesia entera, que interpreta a la luz de la tradición sus decisiones.
Hernio, esto es de la comisión ecclesia dei, en el 2008. Creo que en el 2011 se intentaron acercar posturas, pero imagino que estas recomendaciones siguen vigentes, al no avanzar mucho estas.
"“En tanto es cierto que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X, no constituye en sí misma “adherencia formal al cisma” (cf. Ecclesia Dei 5, c), tal adherencia puede acaecer en un periodo de tiempo en el que uno embeba una mentalidad cismática que lo separe a uno mismo de la enseñanza del Supremo Pontífice y de toda la Iglesia Católica. Mientras esperamos y oramos por una reconciliación con la Sociedad de San Pío X, la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei” no puede recomendar que miembros de los fieles frecuenten sus capillas"
Con lo cual, es válido, pero no recomendable, debido a que pueden inducirte a errores precismáticos. Señor Tulkas, nada que ver con el CN... Bueno, se me olvidaba que nosotros untamos con dinero a la santa sede, y que por eso no tenemos estas advertencias. Los sacerdotes miembros de la fsspx, al, entre otras cosas, negar la validez de la misa del NO, cayeron fuera de la obediencia de la iglesia, les ruego no lleguen a ese extremo de desobediencia.
"Alguien que entrara en la iglesia parroquial de Wittenberg después de la victoria de Lutero, descubriría que se usaban para el servicio divino las mismas vestiduras de antaño, y oiría los mismos himnos latinos de antaño. La Hostia era elevada en la Consagración. A los ojos de las gentes era la misma Misa de antes, a pesar de que Lutero omitía todas las plegarias que presentaban la sagrada función como un Sacrificio. Las gentes eran mantenidas intencionalmente en la oscuridad sobre este punto. 'Nosotros no podemos apartar a las gentes comunes del sacramento, y probablemente sea así hasta que el evangelio sea bien comprendido', decía Lutero. Explicaba el rito de la celebración de la Misa como 'una cosa puramente externa', y dijo, además, que ¡las palabras condenables pertinentes al Sacrificio podían omitirse todas muy rápidamente, puesto que los cristianos ordinarios no notarían su omisión y de aquí que no hubiera ningún peligro de escándalo'."
Si en los años sesenta los católicos - mejor dicho muchos pastores, que al final dieron su visto bueno - hubiesen visto cómo quedará la liturgia dentro de varias décadas, se opondrían decididamente.
Pero nadie que quiere introducir realmente un cambio, lo hace de forma brusca, sino de forma gradual. Especialmente en la mentalidad de los destinatarios del mensaje.
Gracias por la aclaración.
O lo que pone Menka es para agarrarse la cabeza.
Porque parece un culebrón absolutamente impropio de los responsables de algo tan sagrado como lo es el corazón de la Liturgia, la Santa Misa.
Porque si señores cardenales como Otaviani y Bacci le escriben al Papa diciéndole: "Esto contradice a Trento", o una de dos:
O se los refuta demostrándoles que están equivocados.
O bien se abre una deliberación para corregir lo que se debe.
Pero no se hace ninguna de las dos cosas.
Con lo cual lo primero que queda demostrado es que los Cardenales Ottaviani y Bacci NO estaban equivocados. Caso contrario, hubiesen sido debidamente refutados.
Entonces caben ahora dos preguntas: 1.¿Qué es lo que se hizo entonces? Y esta otra: 2.¿Porqué se hizo eso y no lo que se debía hacer?
A la primera pregunta responde bien Menka: se acomodaron los textos para cubrir las apariencias, pero sin alterar un ápice el "producto" Novus Ordo. Lo primero que se cambió fue la definición de Misa, que resultaba herética. La Santa Misa es la misteriosa repetición del Sacrificio del Gólgota y no una mera "asamblea sagrada". Como sí lo es, por ejemplo, un Concilio Ecuménico. (La misa como "asamblea sagrada" es un concepto típicamente protestante).
Pero todos sabemos que por lógica, lo que sigue a una definición es el desarrollo de esa definición. Si cambiamos la definición, entonces -por lógica consecuencia- deberemos cambiar lo que sigue. ¡Pero no se tocó una tilde de lo que sigue!. La conclusión cae solita: fue una mera maniobra para que no quedara en evidencia que todo el desarrollo del Novus Ordo se basaba en un concepto, la "asamblea sagrada", que confrontaba abiertamente con Trento y era funcional a la herejía protestante.
Sinceramente me cuesta imaginar a un Vicario de Cristo viendo y aprobando estas cosas, pero bueno, ahí está.
A la segunda pregunta no la voy a responder porque no lo sé, simplemente. Lo que sí sé es que la pregunta está planteada en términos correctos, ya que no se hizo lo que se debía hacer.
Lo cual me da pie para hacerme una tercera: Si no se hizo en su momento lo que se debía hacer, ¿no será ahora el momento de corregirlo?
La cuestión de la máxima gravedad estriba en la marginación paulatina hasta llegar a la práctica desaparición actual de la Doctrina Sacramental y de la Doctrina de la Gracia Santificante que van implícitas en la Liturgia Sacramental, hasta el punto de que todo se queda reducido al ritual cuando ahora se menciona la palabra Liturgia.
La reforma litúrgica ha sido en sí misma necesariamente tóxica para la Religión Católica que es la única verdadera de la Iglesia de Jesucristo.
Sabían lo que se hacían los reformadores. Henos aquí al cabo de medio siglo en la situación desquiciada de no saber ya gran parte del Pueblo Fiel, aunque la intuye por FE, cual es el contenido sobrenatural y por lo mismo trascendental de la Liturgia en cuanto Liturgia de los Sacramentos, pese a que el Vaticano II formuló una frase feliz sobre el Sacramento del Altar y Comunión como es: Culminación y fuente de toda la vida cristiana; pero que se ha derivado a simple "acción de gracias" comunitaria como lo entienden los protestantes, cuando en realidad Eucaristía, Eu-xaristía en griego, quiere decir Buena-Gracia, la Buena Gracia por conversión de aquellas de nuestras actuaciones vitales diarias de la semana que sean santificables en Gracia de Dios, santificadas por el Espíritu Santo, Paráclito que está necesariamente junto con la divinidad de Jesucristo al unirnos con él cuando comulgamos, Comunión-Común unión.
La auténtica CONVERSIÓN a la que se nos invita y se realiza en la Liturgia Sacramental. Paráclito que quiere decir "puesto junto a" y que no es igual que Parácleto, "llamado en auxiio o abogado" aunque se complementen y hasta se confundan en el uso ambos términos.
Es la Liturgia misma y no tanto los ritos, protocolos o procedimientos.
En España antes o en coincidencia temporal con el rito romano teníamos rito propio, también de origen apostólico no romano, que se conoce como rito mozárabe y es el hispánico previsigótico, visigótico-isidoriano que perduró un milenio, hasta el Concilio de Burgos año 1080 en que por unificación de ritos influida por los monjes de Cluny todavía en plena pujanza tiempos de San Hugo de Semur, el rey Alfonso VI de León y Castilla (época del Cid Campeador) impone el rito romano común.
Se renunció al rito hispánico pero se mantuvo en uno u otro rito, al igual que el ambrosiano en Milán, la razón de ser de una misma Liturgia Sacramental a la que dió forma unificadora el Papa San Gregorio VII partiendo de San Gregorio Magno(gregoriana).
Eso mismo hubiera ocurrido respecto al rito reformable tridentino si en el vaticanosegundista hubiera permanecido el contenido sacral y santificador.
Pero precisamente esta reforma"litúrgica pastoral" y por lo mismo laicizante Novus Ordo, fue para todo lo contrario con su ambivalencia pastoral-dogmática: desacralizar porque los protestantes no admiten SACERDOCIO como Liturgo ni por lo mismo conversión de las obras si conformes al Evangelio, en Gracia de Dios que es inducción e intensidad de vida sobrenatural que nos capacita para la contemplación de Dios en la eternidad.
Y así tenemos que para los protestantes es "eucaristía" la celebración conmemorativa de la Cena de Pascua el Jueves Santo, cuando para nosotros es Santa Misa, aquellas de nuestras actuaciones que llevamos , eso es MISSA, a que nos sean santificadas, SANCTA si son santificables, aptas de conversión en Gracia por el Espíritu Santo, Dios Santificador, Persona Divina actuante en este mundo por y en Cristo Jesús.
Es decir: se creó algo que tiene una "aplicabilidad" católica, algo que es potencialmente compatible con la teología tridentina de la Misa.
Es como comparar El Señor de los Anillos con las obras de Garrigou-Lagrange: obviamente es un libro fundamentalmente cristiano y católico (como el Novus Ordo), tiene una aplicabilidad católica (como el Novus Ordo) pero también se puede leer fuera de estas coordenadas, igual que se puede celebrar el Novus Ordo fuera de las "coordenadas" de la ortodoxia.
¿Para qué entonces la persecución inquisitorial que se hizo a quienes pretendían celebrar la Misa Tradicional?
Persecución que se hizo "sotto voce", cuidando las formas, pero que fue -¡y es aún!- muy acentuada.
Ante la duda, consultar a los Franciscanos de la Inmaculada.
En primer lugar, entre el 60 y el 80 por ciento de la Misa tradicional se suprimió. Comparen el Nuevo Orden de la Misa con el Rito Tradicional, como se encuentra en cualquier misal antiguo publicado durante los últimos 500 años —es decir, antes de 1960, y el Novus Ordo, esto último lo tienen en misas.org en varios idiomas y en latín.
El número de oraciones desaparecidas es asombroso. Están perdidas todas las oraciones dichas al pie del altar (nótese, la Misa Tradicional no se decía sobre una «mesa»), incluyendo el Salmo 42 y el Aufer a nobis . El aspecto personal de la confesión reflejado en la oración Confiteor es reemplazado por un truncado «Rito Penitencial» que hace hincapié en los pecados contra «nuestros hermanos y hermanas». La oración para la absolución (Indulgentiam) se omite.
Ojo con el Confiteor. Antes se decían DOS confíteor (yo me acuso), uno por parte del sacerdote y el otro lo decían (y todavía dicen algunos) los fieles. Esto marcaba claramente la diferencia entre el sacerdocio ministerial del sacerdote, del sacerdocio común de los fieles.
En el fondo, el sacerdote hoy se presenta como el que PRESIDE la eucaristía, cuando en la misa tradicional queda muy claro que es un ministro de Dios, es decir una persona ordenada a la que se confiere el poder de actuar in persona Christi capiti.
Por eso el sacerdote en el Novus Ordo tiene una silla tan eminente, para indicar su función de presidir. En la misa tradicional el sacerdote tiene una silla simplemente para descansar. Hoy en día la silla presbiterial ha sustituido el sagrario, que está colocado no en el centro, sino incluso en dependencias adyacentes a la nave (o el "círculo") principal. Más adelante comentaremos ejemplos de omisión y supresión.
Li que hay que valorar es la misericordia de la Iglesia que tolera el haber introducido prácticas ajenas a la Misa en los años setenta, que es el caso del CN.
El Papa es garante de la Tradición cuando actúa conforne a ella, no en todas sus actuaciones. Que algo se apruebe, o se tolere, no determina que ese algo se transforme en Tradición.
2.-Las peculiaridades de la misa kika se deben a un defecto de Fe/formación de sus iniciadores, que negaban la realidad Sacrificial de la Misa, infravaloraban la Presencia Real y gran parte de la historia de la Iglesia (es decir, de la evolución orgánica de la Liturgia). Política de hechos consumados. Que luego se haya querido reencauzar todo esto dentro de la ortodoxia católica (= catecismo) es normal, ¿qué otra cosa se podía hacer?
2.-Quien dude de la verdad del punto 2 simplemete tiene que leer el sinnúmero de trabajos/artículos que hay en internet sobre la heterodoxia de las catequesis de los "mamotretos". Yo no niego que se les pueda dar una interpretación católica y que puedan ser tolerados, pero lq realidad es la realidad.
4.-Por supuesto que yo deseo la catolicidad plena del CN, así como el cese de sus prácticas sectarias que tanto daño hacwn a muchos de sus miembros.
5.-No me gusta Francisco, nada. Pero resulta que este año las confesiones en la FSSPX son lícitas. El Papa puede determinar la licitud o no de un sacramento..... PERO NO LA VALIDEZ. Ergo resulta que la Penitencia de la FSSPX siempre ha sido válida. Uhmmmm... O el Papa es un soberano imprudente.
Pero... si lo es para esto...
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Tulkas: si puede, envíeme Ud. un correo privado. Querría hacerle una consulta. Gracias. Dios lo guarde. PJOR
“36. § 1. Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular.
2. Sin embargo, como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida, ante todo, en las lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos, conforme a las normas que acerca de esta materia se establecen para cada caso en los capítulos siguientes.
3. Supuesto el cumplimiento de estas normas, será de incumbencia de la competente autoridad eclesiástica territorial, de la que se habla en el artículo 22, 2, determinar si ha de usarse la lengua vernácula y en qué extensión; si hiciera falta se consultará a los Obispos de las regiones limítrofes de la misma lengua. Estas decisiones tienen que ser aceptadas, es decir, confirmadas por la Sede Apostólica.
4. La traducción del texto latino a la lengua vernácula, que ha de usarse en la Liturgia, debe ser aprobada por la competente autoridad eclesiástica territorial antes mencionada.”
El “salvo”, el “sin embargo”, la “mayor cabida” y expresiones semejantes, pasaron a ser la norma. Se dice una cosa y su contraria, así se llega a lo que se quiera.
Veamos ahora el punto 30:
“Eliminación de la primera genuflexión antes de presentar la Hostia a la adoración de los fieles.”
En la Consagración de la Misa Tridentina, luego de pronunciar las palabras consagratorias sobre el pan, el sacerdote se arrodilla porque ahí ya está Dios; luego hay otra genuflexión al cabo de la primera elevación, otra luego de consagrar el vino y una última luego de la elevación del Sanguis, en cuanto se deposita el cáliz en el altar.
Ahora (misal de Pablo VI) el sacerdote se arrodilla (en el mejor de los casos) solamente al final. ¿Por qué? ¿Ya la ha adorado la Asamblea y entonces ahora puede el sacerdote? De un plumazo se ha eliminado tradición multisecular de la Iglesia.
Y no solamente eso, se puede interpretar que es la misma "asamblea" la que tiene que adorar a la vez, en virtud del sacerdocio común de los fieles. Pero entonces, ¿quién celebra la misa? ¿Quién la dice en el nombre de Cristo y en su Persona? Es el sacerdote, como ministro que aplica la potestad que le ha sido conferida por el sacramento de orden.
Más grave es la abolición de la doble recepción de la comunión, primero por el sacerdote y luego por los fieles.
Nadie niega que actualmente el sacerdote comulga primero, temporalmente antes que los fieles. Pero bueno, es pura necesidad física.
En la Misa Tradicional la actuación del sacerdote in persona Christi es absolutamente clara.
Tras el Agnus Dei recita las siguientes oraciones "Domine Iesu Christe qui dixisti Apostolis tuis" - besa el altar - reza "Domine Iesu Christe, Fili Dei viv, qui ex voluntate Patris" y "Perceptivo Corporis tui" - se arrodilla - reza "Panem celestem" y Domine non sum dignus tres veces, y comulga rezando entre medias fragmentos de los salmos 115 y 117.
Seguidamente viene el ritmo de comunión de los fieles que comienza con el Confitero (¿será esta una de las "repeticiones innecesarias de la Sacrosacntum Concilium acaso???), sigue con el "Ecce Agnus Dei" y el triple Domine non sum dignos de los fieles.
Todo lo que sucede en el Altar, todo lo que sucede en la Confesión no depende de la asamblea, ni de la persona del sacerdote, sino de la actuación del sacerdote IN PERSONA CHRISTI.
Sin embargo en el Novus Ordo parece más bien que el sacerdote actúa no IN PERSONA CHISTI sino in pibe colega nostro.
Misal Tridentino:
Lo partió y lo ofreció a sus discípulos diciendo.
“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO”
Misal de Pablo VI:
Lo partió y lo ofreció a sus discípulos diciendo:
“TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.”
En el misal tradicional después de “diciendo”, ¡va el punto! No se trata de una narración (en el de Pablo VI van dos puntos).
Por lo tanto, en el ordinario del Novus Ordo puede dar a entender que se trata de una narración, recordando lo que pasó simplemente en la última cena. Cuando de lo que se trata en la misa es la actualización del Sacrificio del Calvario. Por eso en la misa tradicional estas palabras se pronunciaban con voz cambiada, y de forma separada del resto. Porque es Cristo quien las pronuncia.
Es precisamente lo que cardenales Ottaviani y Bacci (entre otros) advertían de lo que podría pasar en un futuro: que las generaciones de nuevos sacerdotes no sean educadas en el sentido católico de la doctrina de la misa, debido a su vez a los defectos del Novus Ordo.
Esto puede afectar la intención de los sacerdotes. ¿Sabemos lo que eso significa?
La diferencia es abismal. Y por eso en 1 Corintios 11,20 San Pablo afirma que cuando os reunís papa lo UNO,( que decimos comun-Unión comunicándonos con Cristo "comulgando en la Comunión) YA NO ES a a comer la CENA del SEÑOR, contrariamente a lo que han logrado imponer los protestantes e interconfesionales.
Al traducir la palabra griega Anamnesis por recuerdo o rememoración o simplemente como memorial o monumento o escenificación de un hecho pasado, se ha desfigurado el Sacramento del Altar y Comunión vaciándolo de su propio contenido trascendental.que el Señor adelantó, como recoge San Juan 6,26-27:
"Seguro os digo que me buscáis no porque habéis visto el milagro, sino porque comisteis pan hasta hartaros.Trabajad no el alimento perecedero, sino el alimento duradero para la vida eterna, el que el Hijo del Hombre os dará. Porque a éste el Padre lo imprimió Dios"
Ocurre que en la actualidad el socorrer a los pobres de los más pobres materiales ha venido a ser la misión propia de la Iglesia, la salvación intramundana y después ya veremos si hay otra salvación o no, o se deja estar, estas palabras del Señor quedan fuera de sentido y los Sacramentos son ceremonias para iniciados de una interreligiosidad de perfeccionamiento humano supuesto o deseado. Masonismo.
Que por supuesto cuentan nuestras obras personales diarias en conformidad con el Evangelio como delegados de la Providencia que somos cada persona, las válidas de conversión a Gracia de Dios, pero no porque en sí mismas sean ya condignas de Dios y santificadas..
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Que el pueblo fuera ignorante y no participara "activamente" de la Santa Misa, es defecto de formación, no del ritual, pues esta comprobado que bastante claro y elocuente es.
Aca muchos olvidan lo de San Pablo, primero les di doctrina como leche materna y cuando crecieron en la fe les di alimento solido. La misa gregoriana es el alimento solido que el mundo moderno no esta preparado para consumir, pero tampoco pueden ser niños por siempre (entiendase misa gregoriana como también cualquier otra liturgia antigua no reformada bajo CRITERIOS de modernidad)
Criterios para entender bien cualquier aspecto de la reforma y de la liturgia misma pueden ser los de santo Tomas, explicados aqui http: //hjg.com.ar/sumat/d/c83.html (quitar el espacio)
Aunque las cuestiones sobe la eucaristia son mas de 5
O sea, por un lado San Agustín, por otro Annibale. ¡Magnífico!
Un ejemplo excelente de la segunda técnica de supresión —es decir, el uso de la eliminación de una parte del texto — es proporcionado por los cambios hechos en la plegaria Libera nos que sigue al «Padrenuestro».
En el Rito Tradicional se lee: Te rogamos, Señor, que nos libres de todos los males pasados, presentes y futuros; y por la intercesión de la santa y gloriosa siempre virgen María, Madre de Dios, con Tus santos Apóstoles Pedro y Pablo, Andrés y todos los santos, concédenos propicia paz en nuestros días, para que, ayudados de Tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y seguros de toda perturbación…
Ahora se lee: Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.
Notemos que se han eliminado las referencias a la Bienaventurada Virgen, los Apóstoles y todos los santos. Parecería de esto que su intercesión ya no se requiere —probablemente porque ofendería a las sensibilidades protestantes y así frustraría el intento «pastoral» del rito.
Notemos que tanto en la técnica de ambigüedad como en la de eliminación los innovadores no pueden ser acusados de «cambiar» directamente la enseñanza católica —sólo de ignorarla. Este patrón es constante a lo largo de la Nueva Misa: todas las referencias claras a la naturaleza propiciatoria (que expía) e impetratoria (que ruega) de la Misa están eliminadas. Toda referencia explícita al sacrificio inmolativo de una víctima y a la Presencia Real es anulada. El residuo es meramente un «sacrificio de alabanza y acción de gracias», tal como encuentran aceptable los protestantes. Mientras que es verdad que los adultos, bien formados en la Fe católica, pueden tener algún grado de protección de las ambigüedades y supresiones en la Nueva Misa, pero recordando también la conexión muy directa e importante entre plegaria y creencia —bellamente expresada en la famosa y concisa expresión latina, Lex orandi, lex credendi («la manera de orar es - lleva a - la manera de creer»)— debemos preguntar ¿cómo pueden evitar nuestros hijos y la generación actual tener sus creencias religiosas neutralizadas por un rito en el que se ha eliminado la mención de los elementos de expiación y sacrificio?
"El diablo siempre ha intentado, por medio de los herejes, privar al mundo de la Misa, haciéndoles los precursores del Anticristo quien, antes de nada, intentará abolir y abolirá efectivamente el Santo Sacrificio del Altar, como castigo por los pecados de los hombres, según la predicción de Daniel, «Y se hizo fuerza contra el sacrificio perpetuo». (Dan. 8:12)"
Todo el mundo, aunque no tenga más que conocimientos primarios y al menos en los países latinos, que "pro multis" significa "por muchos".
Lo mismo que todo el mundo conoce el significado de "Hello, bye-bye, the end, I love you, etc.", aunque no sepa inglés.
Antes del Concilio todas las traducciones se hacían por las instituciones directamente dependientes de la Santa Sede. Con la reforma litúrgica las traducciones se han encargado a las conferencias episcopales. Se supone que Roma puede intervenir.
Pero Roma no interviene. Se consiente intencionadamente la traducción de "por todos" en muchos países.
"Pro multis", además de ser las palabras literales del Señor (¿dónde están los que exaltan las Escritura?), expresa según la doctrina católica recogida y confirmada por el Concilio de Trento, que la virtud de redención es suficiente para dar la salvación a todos los hombres, pero su efecto se aplica no a todos, porque para la salvación es necesaria la colaboración de los hombres.
Evidentemente que detrás de "por todos" se esconde la doctrina modernista de la salvación universal por el mero hecho de la Encarnación.
Uno de los teólogos principales de esa corriente fue von Balthasar, con su enseñanza del "infierno vacío".
Y promovido a cardenal en 1984.
De los Hildebrand católicos integrales conversos de juventud bastarían las obras "Pureza y virginidad", "El matrimonio"," Liturgia y personalidad" y" La transformación en Cristo".en su lucha permanente de confesar ilustrando en la ortodoxia Católica.
¡Liturgia y personalidad! precisando los contenidos más que llevando la contraria, pero ya era una marea arrasadora el luteranismo descatolizador de la Liturgia con sus similares que marginó cualquier llamada de atención para la sensatez y la objetividad de contenidos solo católicos.
Joseph Ratzinger en "Ser cristiano en la era neopagana, Encuentro, Madrid, 1995,p52" escribía:El gran teólogo de Basilea no había participado en el Concilio. Considerando lo útiles que hubieran sido sus aportaciones. El hecho resulta ciertamente lamentable. Pero tuvo también su lado bueno, pues la distancia desde la que von Balthasar pudo observar el fenómeno del Concilio le proporcionó una independencia y una claridad de juicio que hubiesen sido imposibles de haber participado durante cuatro años en los trabajos conciliares".
Fue precisamente Ratzinger el oficiante en les exequias de von Balthasar que según Juan Palo II "quiere ser la expresión de la alta estima en que la Santa Sede tiene a la persona y obra de este gran sacerdote y teólogo" .En la Oración fúnebre Ratzinger pronunció estas complicadas frases " Sabemos que las almas de los muertos viven en el cuerpo resucitado del Señor. Este cuerpo las salva y conduce hacia la resurrección común. En este cuerpo, que nosotros podemos recibir, estamos cerca unos de otros y nos sentimos unidos unos a otros.
La vida eterna no es la vida que viene después, pues si así fuese, no sería eterna. Es la única y verdadera vida. Vivimos cuando le conocemos. A Balthasar le interesaba el conocimiento que es vida, la vida. Él mismo era un viviente, y en consecuencia, alguien que da, pues la vida crea y se da constantemente"
Y esta contundente aseveración olvidada por los troyanos: " la teología no se alimenta de nuevos descubrimientos, sino de la humilde aceptación:"se entiende que de la Fe de la Revelación.
Precisamente por querer perforar por cuenta propia el Cielo y la esencia de Dios con magnitudes humanistas hegelianas, se genera el confusionismo y el error dialéctico monumental de imponer como palabra de consagración transustanciadora el "por todos" en lugar del equivalente textual griego "por muchos" o "por otros muchos" que son los términos originales de referencia, dado que al menos durante doscientos años la FE de la Revelación se transmitió y se celebró en griego del que aún queda la reminiscencia Kyrie eleison,m Christe eleison, Señor, misericordia,la misericordia implorada a Dios que no es nada novedoso, puesto de moda y omnímoda...
Pero el desvío ha sido tan colosal en cincuenta años que aun cuando el propio Joseph Ratzinger ya Papa encomendó utilizar el "por muchos" y no "por todos", el clero en pleno con sus obispos a la cabeza no han hecho ni puñetero caso.
Y todo por confundir Redención con Salvación por derecho nativo a la salvación gratuita, como la Redención, de personas humanas criaturas de Dios, todos santos y santificados misericordiosamente porque Dios lo perdona todo, perdona siempre y perdona a todos, Como si solo de perdonar se tratara por obligación o sin condiciones..La persona humana consciente de sus actos ya no es responsable preciamente por libre.
La filosofía sin pauta católica los ha desviado de la Ortodoxia católica para irse a la interreligiosa del deísmo nihilista y cínico. El gnosticismo cristiano desde origen siempre fu espiritualismo de la materia.
Los mas avispados en analizar los problemas postconciliares hablan de dos deficiencias graves en el accionar de la iglesia: la perdida de la autoridad y la perdida del lenguaje claro y definitorio.
En la liturgia esto se ha visto en:
1- la falta completa de correccion de abusos liturgicos y la delegacion a las conferencias episcopales de cualquier asunto de esta índole (si bien es cierto que el legislador es el obispo, los obispo ya no legislan avalados por las conferencias episcopales, lo cual genera un vacio de autoridad entre el obispo y la suprema potestad de Roma)
2-la falta de lenguaje claro, a lo que se suma la falta de criterios tradicionales (quod ubique quod ab omnibus et quod semper... al decir de la formula de san Vicente de Lerins). Quien sea crítico y lea Sacrosanctum Concilium no puede menos que alamarse de la vaguedad de las instrucciones en contraste a las mismas rúbricas del misal vigente. Eso es contrariedad, y conozco a muy pocos que lo hayan notado.
Yo veo cada vez con más claridad que lo que se ha impuesto en la cúpula de la Iglesia a partir de Juan "El Bueno" ha sido un giro coperniano voluntarista tendiente a canonizar al mundo. Giro que explica con gran sencillez y precisión todos los desaguisados que padecemos al día de hoy. En particular el tema de la presente entrada: el rechazo surrealista que viene "desde arriba" a la misa de siempre.
Según Juan XXIII, había que estar atentos a los nuevos signos del tiempo, contrarrestar a los que "ven en los tiempos modernos sólo prevaricación y ruina", no confiar más en los "profetas de desgracias, que anuncian acontecimientos funestos".
Con esto inuaguraba la iglesia del optimismo "primaveral", que enmarcó a todo el CVII. Iglesia pro-mundo-mundano cuya cúpula se ha mantenido en el poder de la Iglesia hasta el día de hoy.
Como inmediatamente se comprende, admitir esto plantea graves problemas, porque la Iglesia es UNA. La Iglesia que siempre ha enseñado que los enemigos a batir son el demonio, el mundo y la carne, es UNA. Hoy y siempre, hasta que Cristo vuelva. ¿Cómo se concilia ésto con la existencia de una cúpula pro-mundo-mundano? ¡Menudo intríngulis!
Sea como sea, me temo que mayores rompederos de cabeza vamos a tener si no admitimos que en la alta jerarquía eclesial y desde hace ya más de medio siglo está pasando "algo raro", por decirlo de alguna manera.
Extracto de una entrevista con el difunto P. Almorth sobre el nuevo rito de exorcismo, y tengamos en cuenta que aquí hubo mucho más suerte:
- ENTONCES, ¿QUIERE ESO DECIR QUE EL NUEVO RITUAL ES INUTILIZABLE EN SU LUCHA CONTRA EL DEMONIO?
AMORTH: Sí. Querían darnos un arma sin filo. Se han eliminado las oraciones eficaces, oraciones que tenían doce siglos de existencia fueron substituidas por nuevas oraciones ineficaces. Pero, por suerte, en el último momento, nos dieron un salvavidas.
- ¿CUÁL?
AMORTH: El nuevo Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Jorge Medina, añadió una Notificación, al Ritual, en la que se especifica que los exorcistas no están obligados a usar este Ritual, y que, si así lo desean, pueden pedir la autorización de sus obispos, para seguir usando el antiguo Ritual. Los obispos, a su vea, deben pedir autorización a la Congregación, la cual, como escribe el Cardenal, "la concede gustosamente".
- ¿LA CONCEDE GUSTOSAMENTE?. ESA ES UNA CONCESIÓN MUY RARA.
AMORTH: ¿Quiere saber de donde proviene?. De un intento del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y del propio Cardenal Medina, para introducir, en el Ritual, un artículo -entonces era el artículo 38- por el que se autorizaba a los exorcistas a usar el Ritual anterior. Indudablemente, era una maniobra extrema para defendernos de los grandes errores contenidos en el Ritual definitivo.
Pero el intento de los dos cardenales no tuvieron éxito. El Cardenal Medina, que había comprendido lo que estaba en riesgo, decidió darnos esta tabla de salvación, añadiendo una Notificación por separado.
Se entiende que la fase "interconfesioinal" la dan por consolidada y ahora van a la interreligiosa.
Cómo será que hasta los luteranos después de haber sido obra conjunta decidieron realizar otra traducción más fiel en el 2005. Se nota que los reformistas van a rebasar hasta a los luteranos,
La Religión Católica está cerca de ser tenida por obsoleta y como dicen los propios protestantes la Liturgia Sacramental católica es magia. Como no podía ser menos si no hay sacerdocio y todo es pastoralismo.
se comprende la rabia contra los auténticos mártires resistentes de los Franciscanos de la Inmaculada que llevan sometidos por gentes del comando vaticano al tormento de la Cama de Procusto ya ¡1.174 días!
Leamos a Santo Tomás al respecto (La forma del sacramento de la eucaristía, Suma C. 78, art. 3), y llegaremos a conclusión de que este tema es de lo más grave ocurrido en la Iglesia en este último medio siglo:
"Respondo: Acerca de esta forma hay dos opiniones. Unos, efectivamente, afirmaron que lo esencial de esta forma está constituido por las palabras: éste es el cáliz de mi sangre, y no por lo demás. Pero esta opinión no parece exacta porque las palabras que siguen son determinaciones del predicado, o sea, de la sangre de Cristo, y por ello pertenecen a la integridad de la frase.
Por eso otros, con mejor criterio, sostienen que todo lo que sigue pertenece a la esencia de la forma, hasta la proposición: cada vez que hiciereis esto, que pertenece al uso de este sacramento, por lo que esta proposición ya no es de la esencia de la forma. Y es por esto por lo que el sacerdote pronuncia todas las palabras que siguen con el mismo rito y con el mismo gesto, o sea, teniendo el cáliz entre las manos. Por otra parte, también en Lc 22,20 se intercalan las palabras que siguen entre las palabras de la primera parte, cuando se dice: Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre.
Hay que decir, por tanto, que todas estas palabras pertenecen a la esencia de la forma. Pero las primeras palabras: Este es el cáliz de mi sangre, significan precisamente la conversión del vino en la sangre, del modo que ya se dijo (a.2) en la forma de la consagración del pan. Y las palabras siguientes designan el poder de la sangre derramada en la pasión, un poder que se efectúa en este sacramento y que se ordena a tres cosas. La primera y principal, a alcanzar la vida eterna, según el texto de Heb 10,19: Tenemos plena seguridad de entrar en el santuario por el poder de su sangre. Y para indicar esto dice: nueva y eterna alianza. Segunda, a la justificación de la gracia, que es el fruto de la fe, como se dice en Rom 3,25-26: A quien Dios ha propuesto como medio de propiciación por la fe en su sangre... para que él sea justo y justificador de los que creen en Jesús. Y para indicar esto se pone: misterio de fe. Y tercera, para remover los obstáculos que impiden conseguir las dos cosas precedentes, o sea, remover los pecados, conforme a lo que se dice en Heb 9,14: La sangre de Cristo... purificará nuestra conciencia de las obras muertas, o sea, de nuestros pecados. Y para indicar esto añade: que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados."
Creo que el argumento es así.
En el CVII todos celebraban Misa Tradicional.
Pero en el CVII había herejes modernistas.
Luego, la Misa Tradicional no asegura que no haya herejes.
Sin embargo, es inexacto afirmarlo así. Pues muchos herejes, precisamente, han empezado su camino hacia la herejía dejando de rezar el Oficio Divino y la Santa Misa. Claro que también hay matices antes de esto. Empezando primeramente, por empezar a celebrarla sin devoción, luego con descuidos, luego en pecado, y así...
Y esto pasa hoy. Siempre he visto una relación, que hasta el momento no falla, de ortodoxia y ortopraxis litúrgica, y esto con el Novus Ordus. Suele pasar que quién celebra debidamente la liturgia, luego tiene una ortodoxia doctrinal. Y es que es regla infalible, pues quién cuida de estudiar bien el celebrar la fe en la liturgia, seguro que estudia bien la fe que celebra en la liturgia. Y además, que la misma Liturgia es una catequesis de la fe, y de ella bebemos el depósito de la fe recibido por las Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradición, bajo el amparo del Magisterio Apostólico.
En fin, hay muchos edificios en esta ciudad, y aquí sólo he hablado de uno de los pisos de uno de ellos.
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No. Para nada. Vale el precepto perfectamente. Tema es que las lecturas de la misa tradicional no siempre coinciden con las de la misa novus ordo. Dios la bendiga. PJOR
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