Santa ira
Santa ira
por Juan Manuel de Prada
A veces recibo reconvenciones de hipócritas que reprochan mis palabras gruesas e injuriosas, mis intemperancias y raptos coléricos; aunque, más frecuentemente, los hipócritas, en lugar de decírmelo a la cara, se dirigen a quien puede hacerme más daño. Es cierto que a veces deslizo expresiones agrias en mis artículos; pero siempre van dirigidas contra iniquidades que claman al cielo, o contra los canallas que las conciben y ejecutan, por lo que mucho más escandaloso sería callar. Pero el hipócrita, bajo sus modales suavones y sus afectaciones pazguatas, es siempre un monstruo de iniquidad que desea que las iniquidades queden impunes. Mucho me repugnan los reproches de los hipócritas; pero mucho más todavía me repugna que, para reconvenirme, me digan melifluamente que es «muy poco cristiano» adoptar actitudes arriscadas, porque lo que Jesús deseaba es que fuésemos mansos y pusiésemos la otra mejilla.
Tal sonsonete se funda, naturalmente, en una imagen totalmente tergiversada de Cristo, que cuando exhortaba a la mansedumbre no nos estaba pidiendo que fuésemos unos eunucos con horchata en las venas, ni unos pánfilos miramelindos, ni unos moderaditos inofensivos, sino personas que acatan dócilmente la voluntad divina. Tampoco cuando emplea la imagen retórica de poner la otra mejilla nos está pidiendo Cristo que nos convirtamos en unos seres pasivos que se dejan vapulear por sus agresores, sino que nos recuerda que Dios está con quien recibe una agresión por su causa; y que debemos hacérselo ver al agresor, para que entienda que el daño de su bofetada es ínfimo, comparado con el beneficio de la caricia divina. Que Jesús fue misericordioso y compasivo ante las debilidades del prójimo es algo que está fuera de toda duda; pero que fuese ese ser almibarado y merengosín que pretenden ciertos hipócritas, una especie de paladín del pacifismo más bobalicón y soplagaitas, es falso de toda falsedad. Jesucristo fue el Cordero de Dios, pero también el León de Judá; y de sus rugidos y zarpazos están llenos los Evangelios, que basta leer para que este falso Jesucristo de pitiminí que los hipócritas han construido se derrumbe ante nuestros ojos. Cuando leemos los Evangelios descubrimos, por ejemplo, que Jesús empleaba palabras consoladoras para sanar a los afligidos; pero descubrimos que también empleaba silencios enigmáticos, respuestas irónicas, parábolas terribles, discursos airados y hasta arrebatos coléricos. Jesús, en fin, nada tiene que ver con un predicador capón y melifluo que sonríe condescendiente ante las travesuras de los hombres, a los que mira con plácida benignidad; por el contrario, se revuelve viril y enojado contra los hombres cuando los sorprende en falta, los maldice e increpa con palabras acres, los reprende sin paños calientes y, llegado el caso, se lía a zurriagazos con ellos.
Esta santa ira nos sobrecoge a veces por su ferocidad; pero nos sobrecoge todavía más porque estalla cuando menos lo esperamos. Así, por ejemplo, en el Cenáculo, cuando Pedro se pone suavón y pazguato y lo invita a rehuir la Pasión, Jesús le lanza un anatema brutal (sobre todo teniendo en cuenta que antes lo ha elegido su vicario en la Tierra): «Apártate de mí, Satanás». No tiene empacho Jesús en llorar amorosamente sobre la ciudad que está a punto de inmolarlo; pero tampoco tiene empacho en profetizar que Cafarnaum y Betsaida padecerán mayor condena que Sodoma. A la higuera estéril la maldice, aunque como el mismo evangelista reconoce «no era tiempo de higos». A los mercaderes que se habían instalado en el atrio del templo los expulsa sin miramientos, armado de un látigo. Y a los fariseos les lanza una portentosa filípica, sin recatarse de acribillarlos con las palabras más gruesas e injuriosas: «Raza de víboras, sepulcros blanqueados», etcétera.
Y, en fin, no encontramos en toda la predicación de Cristo ninguno de los tópicos habituales a favor de la paz que tanto gustan de atribuirle los hipócritas. No hallamos en sus palabras ninguna execración de la guerra; y hasta llegó a cultivar cierta amistad con algunos soldados romanos. La paz que repartía a manos llenas entre sus seguidores nada tiene que ver con la paz del mundo, sino con la paz del alma, que se llena de la fragancia de los nardos cuando Dios anida dentro de ella. Y, en fin, Jesús nos advierte sin ambages que no ha venido a traer la paz, sino la espada, y a revolver al hijo contra el padre y a la nuera contra la suegra. Nada más natural, pues, para afrontar tales batallas, que armarse de santa ira. El León de Judá nunca dejó de mostrarse airado ante quienes lo merecían; y reservó sus iras mayores para los bellacos hipócritas.
Juan Manuel de Prada
Fuente: aquí
52 comentarios
Lo qu dice Juna Manuel de Prada es lo que es el SEÑOR!!!!!CUIDADO!!!NO SE CONFUNDAN!!!!!!!!!
PONE la Cara de pedernal y los arenga y nos arenga a los apostoles y a nosotros enferentar la CRUZ, lleno del ESPIRITU SANTO, UN DIOS(Padre PHILIPON!!!!!LA IRA cuando está GUIADA POR LA JUSTICIA, pone en evidencia la Fuerza del alma(PIper)Y En NOSOTROS, SI ESTÄ EL ESPIRITU SANTO!!!!!
Que Dios los bendiga y bendiga a la Iglesia!!!!
Muchas Gracias.
Y también tenemos que preguntarnos con qué tipo de situaciones muestra no su ira sino su acercamiento y compasión: prostitutas, publicanos, adúltera, pescadores públicos, herejes samaritanos...
Es un ejercicio muy interesante y muy cristiano.
Tengo varias de sus obras y suelo guardar muchos de sus artículos.
Me gustaría tener una larga conversación con él.
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Pierre: disculpe, pero realmente no entiendo el por qué de la sorpresa. Quizás algo se me escape. PJOR
En la legión de prostitutas habría de todo, desde las arribistas hasta las infelices, no creo que Jesús reparara en el pecado tanto como en la persona en sí. Suponer que a Jesús le encantaban todos los samaritanos, los herejes, las prostitutas y los pecadores públicos tal como eran es mucho suponer, porque entonces estaríamos obligados a seguir ese modelo que Jesús nos propone. Lo cual es bastante peligroso si se lo toma uno así.
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Chimo: no conozco la revista que ud. menciona. Ahora veré; sea como fuere, "la verdad, venga de donde venga, viene del Espíritu Santo", según Santo Tomás. PJOR
En mi opinión sincera y personal eres de lo mejor que escribe en Infocatolica.
No lo veo a día de hoy posible, pero me encantaría que te asignarán un blog. Y creo que sería bueno para la web. Abriría un poco este portal a las miras de lo que es hoy la Iglesia Universal.
Gracias por tu labor.
Todas las veces que he meditado quedé con cierta insatisfacción, con que "no cerraba" en mi pobre comprensión algunas palabras y actos de Cristo.
Este artículo propone puntos de vista audaces que con una relectura espero ayude a despejar un poco más mi limitada comprensión.
Mientras ronda aun en mi mente "hipocresía", "sepulcros blanqueados"...
Pongamos la situación de Monseñor Romero, el marco ético ya lo tenía, pero el marco real era la situación de El Salvador y su propia persona, que era el obispo. Ante eso la conciencia, viendo lo contingente, delibera y genera una praxis, que es, exactamente, lo que hizo. Sin embargo, en su caso, la Frónesis no consistió en callar sino en dar un paso al frente y hablar. Lo que Monseñor Romero hizo está encuadrado dentro de lo más excelso de la Iglesia Católica, la protección de los desvalidos, pero aplicado a su situación particular, porque en otra situación habría sido distinto. Sin embargo, si tomamos como modelo su conducta particular guiada por la Prudencia nos elevamos hasta la Caridad.
Las personas pueden ser sabios pero eso de nada les sirve si no se comportan como prudentes. El mundo del Ideal puede llevar a la locura pero la frónesis lo evita.
Suponiendo que los de ISIS tengan ideales lo que está claro es que no tienen prudencia de ninguna clase. No estaría nada mal ejercitarse en esa despreciada virtud que procede de la conciencia y rige la Justicia, la Fortaleza y la Templanza. No tiene rango de virtud teologal pero es absolutamente necesaria.
La ira es un desgraciado movimiento del ego herido y la ira santa del Amor que sana por la Gracia de Dios.
La primera busca un bien desordenado y la segunda ordena a los hombres al bien.
No vayamos a justificar nuestra ira si no esta ajustada a santidad.
La Paz de Cristo.
-La ira. Pecados capitales III -
Esta charla, que la puedes encontrar en YouTube ,es muy interesante.
Si no es ira santa, será ira pecadora y si es pecadora ,el orgullo será su cabeza ,aunque el detonante sea la injusticia ,la envidia, el odio, la codicia etc . Porque es el orgullo o amor propio desordenado, el primogénito de todo pecado ,pues dejando de mirar a Dios para mirarse a si mismo, cayo al infierno de las bajas pasiones.
"Guarda a tu siervo del orgullo, que el orgullo no me domine nunca; asi sere perfecto y libre de pecado"(Salmo;19;14)
La Paz de Cristo.
La ira, como defecto, es una tipología que se da con cierta frecuencia entre los vascos y te puedo asegurar que va mucho más asociada a la timidez que al orgullo. El irónico no suele caer en la ira, se defiende con la lengua, y el sarcástico mucho menos.
Tú me hablas desde la Biblia y yo te hablo desde la psicología. Son puntos de vista distintos.
El orgullo es parte de la cotidianidad, el orgulloso se manifiesta continuamente pero me resulta difícil verle caer en un arrebato de ira, más bien es displicente, altanero y va de sobrao por el mundo.
Permiteme que te sugiera ahora esta otra charla:
-El orgullo, pecados capitales I-
Antes te dije que era una charla muy interesante. Pero seria mejor decir que son charlas muy provechosas para el espíritu.
Pero claro, hay que escucharlas.
Obviamente, soy cristiano y considero las enseñanzas espirituales de la Palabra de Dios y de los santos ,y me confirma en ellas el Maestro interior, que es el propio Espiritu Santo, que Cristo nos envio para que nos enseñara todas las cosas en orden a la santificación.
La timidez no deja de ser también amor propio desordenado; respetos humanos; inseguridad, desconfianza, por que nos apoyamos en nuestras propias fuerzas en vez de en Dios. Pensamos en salvaguardar nuestra propia imagen en lugar de buscar la gloria de Cristo. Estamos pendientes de la valoración de los demás y suele estar asociada a complejos de algún tipo.
En todo caso, si vuelves a leer con atención, encontraras que no he dicho exactamente lo que me atribuyes. Por ejemplo; no he dicho que el detonante de todo sea el orgullo, sino que es cabeza de todo pecado ,algo que esta avalado por la doctrina espiritual cristiana.
La Paz de Cristo.
La ira, efectivamente, es un pecado del espíritu pero, en mi opinión, su origen es muy variable y, analizando cada acto iracundo no encuentro el orgullo de ninguna manera.
Completamente de acuerdo contigo, hoy hay muchos que no creen en Dios y han abandonado los sacramentos. La vida sacramental es el eje de la vida del cristiano, ( especialmente se ha abandonado hoy un sacramento esencial que es una verdadera riqueza: el sacramento de la penitencia) pero eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.
Tampoco es Cristo un mesías político, como bien dices, por mucho que muchas ideologías políticas mundanas hayan pretendido apropiarse de su nombre, y utilizar el nombre de Dios en vano con fines políticos (en España sin ir más lejos no hace mucho) Completamente de acuerdo contigo también en esto, y claro que Cristo decepcionarà a muchos pobres que no entiendan su mensaje o que no sean capaces de ver más allá de su pecado. Completamente de acuerdo contigo de nuevo, pero no estamos tampoco hablando de eso.
Cristo ES, porque vive y vivirá por siempre. Pero cuando nos referimos al paso de Cristo por la tierra en el Oriente Medio durante poco más de tres décadas hace 2000 años tenemos que usar el pasado si no queremos cometer un atentado contra la gramática.
Un abrazo en Cristo.
A Pedro le llama Satanás con toda propiedad, porque actúa como el tentador en el desierto. Le acaba de nombrar roca sobre la que construye la Iglesia, por lo que ahora no se dirige a un pobre pescador, sino a un dirigente de la iglesia y las palabras de Cristo vienen que ni pintadas para la jerarquía o cualquier puesto de poder en la Iglesia. Cuando Cristo está ayunando en el desierto Satanás le tienta con lo que luego serían también las grandes tentaciones no sólo de su vida sino de la Iglesia ( lo material, el poder y la vanagloria). Aquí de nuevo el que acaba de ser nombrado Roca de la Iglesia no concibe la misión como entrega y servicio sin límite, hasta la muerte, y por eso actúa como tentador. Como esos jerarcas de principescas maneras que no hacen del servicio la razón de ser de su autoridad y viven envueltos en oropeles y mundanos privilegios ? Tentaciones satánicas).
Igual cuando Cristo habla de que los muertos entierren a sus muertos o de odiar al padre y a la madre se está enfrentando a lazos tradicionales familiares muy arraigados en el pueblo judío. Y no se puede poner la tradición y la sangre por encima de la escucha de la palabra de Dios y su puesta en práctica. De nuevo nos enfrentamos a losas ( en este caso procedentes del mundo de la familia, el pasado y la tradición) que impiden el desprendimiento necesario para el seguimiento de Cristo.
Y no entiende usted lo que quiero decir, en ningún momento digo que a Cristo le parezcan bien los herejes, o que todas las prostitutas son buenas ni cosas por el estilo, no caricaturice lo que digo porque creo que me he expresado con caridad. Simplemente le digo: ¿Me puede citar un solo ejemplo en que Cristo trate bruscamente a un marginado, a un rechazado por los poderes religiosos, económicos o políticos, a un samaritano, a una mujer adúltera o pecadora?
A eso me refiero.
Si decimos que Jesús ama a los pecadores no decimos lo mismo que si afirmamos que ama a los marginados. Podemos hacer un conjunto con los pecadores y dos subconjuntos con "marginados" y "no marginados" pero nunca confundir los términos. "Jesús ama a todos los pecadores pero más a los marginados" sería más exacto.
Lo cual también podría ser objeto de discusión porque no sabemos si Jesús amaba menos a José de Arimatea, que de marginado social no tenía nada, que a Zaqueo.
No, no puedo citar ni un solo ejemplo de tal cosa pero eso demuestra que amaba a aquellos que eran marginales, no específicamente a los pecadores. Me parece que confundir ambos términos no nos lleva a ninguna parte y la Iglesia no lo ha explicado suficientemente bien.
No es que no haya mas vicio que el orgullo, sino que de de ese amor a si mismo por encima de Dios(desordenado), descienden los demás como ramificaciones. Es algo elemental.
Si Dios me manda comer con moderación y yo hago caso omiso y como hasta reventar, estoy poniendo por delante mi deseo desordenado de placer, a la voluntad de Dios. Luego estoy amando desordenadamente(orgullo): a mi deseo antes que a la voluntad de Dios. También se puede tener gula intelectual(ansias desordenadas de conocimiento para mi propia gloria) y espiritual(deseos de recibir sabiduría divina para gloriarme yo y no a Cristo);como vemos, tienen como cabeza el orgullo o soberbia o vanagloria y no puede ser de otra manera, ya que o nos movemos por Amor a Dios y por ese Amor a los hombres, o nos movemos por amor propio por encima de Dios y del prójimo.
Lucifer no será perezoso para el bien , como nosotros, pero será extremadamente diligente para el mal, lo que en el fondo tiene la misma raíz; el orgullo. No tendrá ,porque no tiene cuerpo físico, apetitos desordenados de comer ,pero si ansias de que nosotros lo hagamos desordenadamente, tanto por exceso, como por defecto(anorexia), y el fondo siempre es el mismo; amor propio desordenado o orgullo. Lo mismo con la lujuria
Ya le comnente que el detonante de la ira es variable, pero la ira(desordenada o no santa), siempre tiene como Padre al amor propio desordenado.
Bueno, quizás a nosotros nos cuesta mas identificarlo, dependiendo del nivel espiritual de cada uno, pero los santos lo sabe bien, porque tienen un discernimiento espiritual muchísimo mas agudo que el nuestro y una penetración psicologica muy elevada, al tener una estrecha relación con el Espiritu de Dios y estar su espíritu mejor informado que el nuestro.
La Paz de Cristo.
Por tanto el orgullo ,el ego el yo-sin-Dios, nos hizo caer del Amor y descendimos al infierno, al fuego de las bajas pasiones. Asi pues, todo pecado es la consecuencia lógica de amarme a mi mismo desordenadamente. No por nada el primer mandamiento es Amar a Dios por encima de todo, porque solo en ese orden nuestro ser participa de Dios y de la Vida divina. "El que tiene al Hijo tiene la Vida y el que no tiene al Hijo no tiene la Vida".
La Paz de Cristo
Entenderá que no me haya tomado la molestia en leer su réplica.
Por ejemplo; la envidia es envidia, no orgullo ,igual que un hijo no es el padre, pero desciende de el. La envidia tiene su particularidad propia ,pero no puede dejar de ser hija de su padre y llevar la misma sangre. Creo que son perogrulladas evidentes.
Recuerda que tambien Cristo simplifica toda la ley y los profetas en dos mandamientos; Amar a Dios por encima de todo,y al projimo como a nosotros mismos, es decir, con el Amor que Dios nos da. Porque el hombre cuando es amado por Dios, no necesita amarse a si mismo con otro amor diferente; se olvida de si mismo,para darse a los demas por la gloria de Cristo y eso es amarse a si mismo ordenadamente; amar a Dios y a los demas con el Amor que Dios le da.
Ciertisimamente cuando la mano de Dios esta sobre un alma, esta alma fija los ojos en Cristo ,esta enamorada, y se olvida de si y todo su afan es glorificarLE ,y la gloria de Dios es que le conozcan,y le amen, porque ese es nuestro mayor bien, que es lo que Dios quiere.
La Paz de Cristo.
Y también ama a los enemigos, y por supuesto a los que le siguen. Es que parece que no hemos descubierto las enormes implicaciones del amor de Cristo. Lo grande y gratuito que es su amor.
La Paz de Cristo.
A alguien que dice que Dios ama a los pecadores-siempre que sean una determinada clase de pecadores-hay que decir: ¡Amén! y a otro que diga que todo el mal procede del orgullo también: ¡Amén! Y aquí se acaba todo.
Luiscar: No digas que no has dicho lo que si has dicho. A cualquier explicación que se quiera dar para los motivos de la ira tú contestas igual. Si un tímido tiene un arrebato de ira porque le faltan recursos verbales para defenderse, es orgullo; si alguien muy lastimado por la vida da una mala contestación porque en aquel momento no domina sus emociones, es orgullo; si alguien agarra del cuello a un maltratador, es orgullo, y así hasta el infinito. Y Antonio 1 diciendo que Dios ama a los pecadores sin poder explicar porqué a algunos pecadores les llama sepulcros blanqueados y a otros les sonríe. O niega el pecado original y acota a los pecadores o esa frase es lo mismo que decir que Dios nos ama a todos. Si Chesterton o C.S. Lewis hubieran ido sólo a esas dos frases no tendríamos las obras de los mayores apologetas cristianos del s. XX. El aburrimiento es también parte de la táctica del Maligno para distraernos de Dios.
"Debemos, pues, odiar en los pecadores el serlo y amarlos como capaces de la bienaventuranza. Esto es verdaderamente amarles en caridad por Dios." Santo Tomás. Suma Teológica.
"Tenemos que abrir nuestro corazón con la seguridad de que, aunque somos pecadores, Dios nos ama. Dios no se cansa nunca de venir hacia nosotros".
Benedicto XVI
"Dios ama al hombre así como es, también con sus límites, con sus errores, con sus pecados. Y por esto ha enviado a su hijo, para que tomara sobre sí nuestros pecados. Sed mensajeros y testigos de la infinita bondad y de la inagotable misericordia del Padre."
Papa Francisco.
En cuanto al justo, lo primero que hay que decir es que no sabe que es justo, como el misericordioso tampoco lo sabe. La Gracia obra en ellos de tal modo que su conducta es la única posible, tampoco suelen reparar en lo que hacen los demás. Los que se creen justos son, precisamente, los que no lo son. ¿Se propuso San Maximilian Kolbe dejarnos un modelo excelso de caridad? Nada de eso, su caridad es un misterio y pensar que hubo un momento en que coincidió en Nagasaki con el doctor Takashi Nagai, otra alma caritativa, conforta el corazón.
Los pecadores, es decir todos, somos los amados de Dios pero los santos son los que obran según la Gracia. Por lo tanto el modelo a seguir siempre es el santo y el pecador, cuanto antes deje de serlo, mejor.
Esto no tiene nada que ver con la Redención, gratuito don sin el cual nadie, ni justo ni pecador, puede salvarse por si mismo. Y si esto no es doctrina de la Santa Madre Iglesia que me la expliquen mejor.
El genial De Prada pone el dedo en una llaga de los católicos que supura desde hace mucho, y que bueno sería curar de una vez y para siempre: tomarnos por buenas las definiciones sobre nosotros mismos que nos fabrican nuestros enemigos.
Ellos, que de cristianos ni jota, tienen la audacia de querer enseñarnos a nosotros lo que debe ser un cristiano. Y nosotros, necios como el que más, más de una vez se lo creemos.
Esto me trae a la memoria un episodio que me tocó vivir hace muchos años ha en una finca de mi propiedad. La cual tenía un hilera de frondosos árboles que molestaban al dueño de la finca lindera. Un buen día y amparado en ciertos vínculos familiares, el tal vecino se metió en mi finca y comenzó a tirar uno a uno los árboles con su motosierra. Eso me molestó pero dejé que lo hiciera, en atención a los aludidos vínculos familiares. Y me dije: "Bueno, tendré leña en abundancia".
Pero la cosa no terminó ahí : una vez que concluyó el derribo se apareció en su tractor, cargó el primer árbol caído y se lo llevó a su predio. Y ya volvía con ímpetu para cargarse la larga fila forestal, cuando se topó con la tranquera que yo acababa de cerrarle con candado.
Muy enojado me increpó - seguramente creería que los "vínculos familiares" le permitirían robarme- y como con su perorata no conseguía que yo le franqueara el paso, antes de retirarse se despachó con esta frase a modo de dardo "moral":
"¿Y vos qué clase de católico sos que procedés así?"
¡Y el tipo era un renegado que hacía años no pisaba una iglesia.!
Pero había comprado la versión de que para ser católico, era requisito previo rendir examen de idiota.
Que esto nos sirva para no olvidar que nos movemos en un campo minado por el Enemigo. Evitemos pues creer las insidias de quienes odian a la Iglesia de Cristo, tanto sean los Media, los anticatólicos (los furibundos o peor, los hipócritas), e incluso -y especialmente- los enemigos de adentro.
paparatzinger6blograffaella.blogspot.com/2013/04/joseph-ratzinger-un-gesu-che-sia.html
Joseph Ratzinger: Un Gesù che sia d'accordo con tutto e con tutti, un Gesù senza la sua santa ira, senza la durezza della verità e del vero amore, non è il vero Gesù come lo mostra la Scrittura, ma una sua miserabile caricatura
Un Gesù che sia d'accordo con tutto e con tutti, un Gesù senza la sua santa ira, senza la durezza della verità e del vero amore, non è il vero Gesù come lo mostra la Scrittura, ma una sua miserabile caricatura.
Una concezione del "vangelo" dove non esista più la serietà dell'ira di Dio, non ha niente a che fare con la vangelo biblico.
Un vero perdono è qualcosa del tutto diverso da un debole "lasciar correre".
Il perdono è esigente e chiede ad entrambi - a chi lo riceve ed a chi lo dona - una presa di posizione che concerne l'intero loro essere. Un Gesù che approva tutto è un Gesù senza la croce, perché allora non c'è bisogno del dolore della croce per guarire l'uomo.
Ed effettivamente la croce viene sempre più estromessa dalla teologia e falsamente interpretata come una brutta avventura o come un affare puramente politico.
La croce come espiazione, la come come "forma" del perdono e della salvezza non si adatta ad un certo schema del pensiero moderno.
Solo quando si vede bene il nesso fra verità ed amore, la croce diviene comprensibile nella sua vera profondità teologica. Il perdono ha a che fare con la verità e perciò esige la croce del Figlio ed esige la nostra conversione.Perdono è appunto restaurazione della verità, rinnovamento dell'essere e superamento della menzogna nascosta in ogni peccato.
Il peccato è sempre, per sua essenza, un abbandono della verità del proprio essere e quindi della verità voluta dal Creatore, da Dio.
Da Joseph Ratzinger, "Guardare a Cristo", pag. 76, Jaca Book 1986
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