"Uno sólo es vuestro maestro, el Mesías" (Mt 23, 12)
Es el Evangelio de ayer, XXXIº domingo del TO, del que copio una par de frases: Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno sólo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno sólo es vuestro maestro, el Mesías.
Lo recojo porque me parece que la actual situación de confusión y polémica que se ha generado -y se genera- de unos años a esta parte, es una situación inédita en toda la historia de la Iglesia: es lo nunca visto ni oído. Y la explicación no puede ser sólo que estamos en la era digital. Es una polémica generada en su interior, y está partiendo en dos a la Iglesia Católica: porque la está polarizando y, en consecuencia, está enfrentando y fracturando las dos partes. ¿De intento? Da toda la impresión, porque no hay otra explicación posible: sería y se haría ininteligible.
Las posturas, que se hacen públicas ya no sólo sin ningún pudor sino también con “ganas", podrían concentrarse en estas dos. Una, la que “está a muerte” con el Santo Padre, diga lo que diga, y haga lo que haga; da lo mismo: ” él es la Cabeza de la Iglesia, y puede hacer y deshacer; además, nosotros no somos nadie para juzgarle". Por supuesto, es lo que dice “literalmente” la Doctrina Católica y es la postura “ortodoxa", por decirlo de alguna manera, respecto a lo primero: “es la Cabeza de la Iglesia", y no tengo inconveniente en recojerlo, aunque luego volveré sobre el tema. Respecto a las otras connotaciones o añadidos, ahí hay mucho que matizar. Y lo haré.