L@s «teólog@s» a día de hoy. Pero viene de lejos, ya.
Hoy día, te nombras “teólog@” y ya estás legitimad@, en el amarillismo eclesial o asimilado -tal el del Vidal, “veneno mortal", por irnos cerca-, y hasta en el oficial-eclesiástico, para decir todas las “soplapo…ces” que a uno se le ocurra: por propia iniciativa, o por encargo remunerado.
Ahora aparece una tal Isabel, en la venenosa RD -teóloga se dice, y se lo dicen ahí-, a la que no se le ocurre otra cosa que sacar a relucir, como fruto de sus mejores sueños intrapandémicos o de ingesta necesaria y obligada, que “Jesucristo no fue sacerdote, no ordenó sacerdotes, ni los Apóstoles eran sacerdotes". Por sus pistolas. Y lo firma, oigan. Y se lo publican: sigan oyendo, por fa.
Hay que ser teólog@, pero de los buenos, buenos, tal la Isabel, para llegar a estas afirmaciones tan revolucionarias, tan sutiles y, al mismo tiempo, tan elevadísimas: no tienen precio. O sí; y ha cobrado.
Y tenía que existir RD y el Vidal, “veneno mortal", para que se llegasen a publicar; haciendo honor a su meritoria labor en favor, no ya de la buenísima y altísima teología, de la que es fiero guardián; sino del mejor servicio eclesial; que, en su mano, cual empuñando otra “tizona” está. Y muy bien “estada". Por cierto, reproducción barata en un chino de todo a cien; y nada sofisticada: “bastante” hortera (en honor a su mano izquierda, el Jesús).