Lo han ampliado..., el Infierno.
Me llega de buena fuente que han tenido que ampliar el Infierno de saturado que se encontraba: petao, oigan. ¡Las sardinas en lata estaban anchas en comparación, y por poner un poner!
Era lógico: con la deriva de la Iglesia, antes Católica 100%, y hoy vete tú a saber -da la impre de que va por barrios, o diócesis, u oasis, o a temporadas: ahora estamos de rebajas de enero-, se han disparado los ingresos a perpetuidad, desde hace tiempo: como en un pico, gordo, de COVID al uso. Pico inducido, por supuesto. Como casi todos los que vienen de los poderes fácticos, por lo civil o por lo eclesial.
Y, como no podía ser de otra manera -hay que acoger a todo el que quiere entrar y quedarse definitivamente ahí-, han tenido que hacer una ampliación más que generosa: con miras de futuro; no como las iglesitas que, para ser parroquias, las hacen ahora como cajas de zapatos: esto es amplitud de miras y magnanimidad. Y se está llenando, el Infierno, a un ritmo acelerado: algo que asombra a propios y extraños.
No hay quien lo pare. Los del registro de entrada no dan a basto; y también han ampliado el horario con más funcionarios, que allí son de gratis total.
La causa viene de la interpretación de algunos del CV II, como prácticamente todo el desmadre eclesial, que nos desborda, además de que nos asfixia y nos corrompe, alma y conciencia…, si nos dejamos, claro.
Desmadre, que no sólo resucita todas las herejías habidas y condenadas -antes, estas cosas se condenaban públicamente, para avisos de propios y extraños; vamos, que incluso se publicaban con nombres y apellidos, además de la exposición de los motivos-, sino también de las nuevas que se originan; sin nadie que las denuncie: con honrosas excepciones, que siempre las hay, porque el Señor no nos deja nunca solos ni a solas. Pero son muy pocos los miembros de la Jerarquía fieles a su Vocación y Misión: de esos que hacen honor a su Nómina.
Una de esas herejías, que ahora se ha puesto nuevamente en “el candelabro” -o quizá no ha dejado nunca de estar y, por eso, vuelve a la palestra periódicamente- es lo del Infierno.
Que si existe. Que si no. Que si está vacío. Que si pa’ qué… Y así, todas las vueltas y revueltas que se le ocurran a cada quisqui.
Pues vamos a entrar al trapo, que falta hace.
Lo primero y más importante, desde “lo católico”: fijaos si existe, que ¡es Dogma de Fe! Nadie, en la Iglesia Católica, puede afirmar lo contrario. Si lo hace de modo consciente y con ánimo de negarlo, automáticamente se convierte en hereje: queda fuera de la Iglesia, y no puede recibir ningún Sacramento mientras no se arrepienta, no se le levante la excomunión, y pueda, entonces, confesar y retornar a la Casa del Padre.
Como es obvio: para los no católicos, también existe. Porque aquí, todos, católicos o paganos, pecamos por igual, e igualmente somos juzgados por el mismo Jesús. Sabiendo que no hay más que dos Sentencias Definitivas: o Cielo o Infierno. De aquí, de Dios, nadie escapa, nadie se burla, reza el Salmo. Es lo que hay, y no puede ser de otro modo.
Como ya apuntó Aristóteles, defender la necesidad de Premio y Castigo al final de la vida terrena es de orden natural: por eso pudo postularse ahí y con eso.
La Iglesia Católica, para sostener lo que sostiene como Dogma de Fe, se acoge a las múltiples expresiones que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, aluden al tema.
Unas son explícitas: Apartaos de Mí malditos al fuego eterno, por ejemplo: y es Cristo quien habla. Otras, son “a modo de” parábolas: véase, la del rico Epulón y el pobre Lázaro, que también nos la cuenta Jesús. Y finalmente, las hay estilo alegórico: Allí será el llanto y el crujir de dientes, por poner un poner y sin separarnos ni un milímetro del Señor.
Todas ellas -y otras muchas que se podrían citar: casi 50 si no me engaña la memoria-, no tienen la menor posibilidad de ser minimizadas o tergiversadas; mucho menos, despreciadas: es que son Palabra de Dios, y “no hay tu tía”.
Por otro lado, hay que estar muy crecido en el propio yo-mismo, o en el mundillo al uso -ateo, pagano y, como es lógico, enloquecido-, para pretender que uno tiene la verdad, y Dios y la Iglesia Católica -la auténtica, la Única- se equivocan. “¡Hay gente pa’ to’o!”, que diría el clásico.
O sea: “haberlo, haylo”. Y, habiéndolo, viene la segunda cuestión: ¿está lleno o vacío? ¿Hay gentes que se condenan “por sus pistolas” y van al Infierno -es lo único en lo que hay que hacer incapié para meterse bien dentro y no volver a salir-, o nadie se condena? Cuestión también de larga trayectoria, antigua y hodierna: calentita ella, “de rabiosa actualidad”.
Desde esa interpretación particular del CV II, lo que vengo llamando “la poesía", o “las ensoñaciones", o las “ilusiones personales” -por ser caritativo, naturalmente-, han ido sustituyendo a la Doctrina, al Dogma, a la Gracia, a la Iglesia y, ya puestos, a Dios: “no queda títere con cabeza". Pretenden arrasar.
Y les va muy bien: la descristianización es no sólo el testigo permanente e innegable -tozudo por demás-, de lo que afirmo, porque ahí está; sino también el peaje en almas que se van al Infierno, como tributo de sumisión al Diablo y sus Ángeles.
Llamo “ensoñaciones” y demás, a ese intento de convertir los “sueños” -ocurrencias, impulsos, ilusiones más o menos insanas porque no se confrontan con la Palabra de Dios-, en praxis, doctrina, categoría eclesial, documento al uso y abuso, etc.
Por señalar: ya el CV II nació de “un sueño” de Juan XXIII. Lo dijo así: “He tenido un sueño”. Y a por él.
Un señor arzobispo de este país: “sueño con un tiempo en el que en la Iglesia haya mujeres sacerdotes”. Y se quedó tan contento, el buen señor. Afirmación que tiene la pega de que choca frontalmente con la Doctrina Católica. Vamos, que no es católica esa ensoñación.
Lo último es lo del sueño de un Infierno “vacío". Se agradece -de corazón- que su autor haya dicho que es una “opinión personal”. Les habrá venido bien a los papanatas de todos los tiempos, especialmente a los de los últimos años; que han criado como conejas, por cierto.
Por supuesto: uno puede soñar lo que sea, bien consciente de que “los sueños, sueños son”: nadie en su sano juicio pretende que lo soñado sea realidad neta. Pero tampoco puede pretender que esas ensoñaciones sean “los signos de los tiempos”, o “el soplo del Espíritu”, de cara a reconocer la Voz de Dios en/para su Iglesia, o el mundo.
Porque un “Infierno vacío” choca directa e irremediablemente con la Revelación, recogido en las Sagradas Escrituras. Choca con la Pedicación del mismo Cristo. Choca con el Credo, Símbolo de la Fe donde los haya. Desmiente la realidad cotidiana, aunque no la podamos “ver". Hace mentirosos a todos los que han afirmado que el Señor les ha hecho ver el Infierno, y cómo allí caían las almas de los réprobos; y, como esos videntes no han mentido -véase Santa Teresa de Jesús-, el “infierno vacío” hace mentiroso al mismo Dios…
Pero. además, destituyen de sentido a la Primera Venida de Cristo, con su Pasión, Muerte y Resurrección; y la Segunda ya es “puro vicio". La Santa Misa, queda convertida en un mero ritualismo sin sentido ni finalidad: si la Vida de Cristo no tiene ya sentido, menos lo va a tener la Misa, “Sacramento de nuestra Fe". Los Sacramentos quedan en simbolismos tontos y ñoños, porque lo Sobrenatural ya no existe. Los Mandamientos son para los bobos, los acomplejados, los timoratos, etc.; con lo que hacen realidad la máxima del mundo pagano: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”. Amén.
Por supuesto: si está vacío, no hay demonios. Una herejía más a sumar a las ya señaladas… Y, a partir de aquí, cómo se puede hablar del demonio de la lujuria, de la gula, etc.? Todo está siendo un contradios cada vez más neto y más monumental.
Esto es en lo que queda la progrez, por lo civil y por lo eclesial.
Pero no sé si nuestros Jerarcas se habrán dado cuenta de que al no haber ya Iglesia, ¿qué pintan ellos? Si toda su Autoridad les viene precisamente de Ella, ¿a santo de qué van a poder hablar en su Nombre?
Por otro lado, una vez certificada su Defunción, se acabó el discurso, caso de que quisieran mantener alguno…
Como mucho, se volverán opinadores y tertulianos, digo yo… “¡Nivelón, Marañón!”.
26 comentarios
Ensoñación en el origen de que los documentos del Vaticano II, los más numerosos y prolijos de la historia de los concilios generales, no mencionen nunca el infierno.
PD: si se encuentra con el Padre Ricardo Rovira dele un saludo de mi parte. Gracias.
el infierno equivale a muerte eterna y esta escrito que se vivirs la prueba final , que no hay duda estamos viviendo, cuando las verdades escatologicas las oculta la jerarquia .
" La Iglesia deberá pasar por una" prueba final " que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12).
Este es el versiculo que cita el numeral 675 del Catecismo para advertirnos de la PRUEBA. FINAL Sn Lucas,18.8, cuabdo Jesus nos dice:
"Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?"
Y este es el versiculo de Sn Mt 24 ,12, donde Jesus tambien nos dice lo que ocurrira :
12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
13 Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.
14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Con la globalizacion tecnológica y la inmigración a Europa y
la evangelización llega más rápida y por eso el ataque a la fe desde leyes civiles y desde imposición jerárquica, como dice Beneficto xvi, la Iglesia pierde credibilidad cuando se contagia por errores contra la doctrina., esta es la peor amenza , porque la persecucion no le quita credibilidad a la iglesia .
Como voy a evangelizar a los inmigrantes si luego viene el obispo multicolor y le da la iniciación ?
¿Cómo que los documentos del Vaticano II, los más numerosos y prolijos de la historia de los concilios generales, no mencionen nunca el infierno?
Eso no es verdad. En Lumen Gentium 48 se puede leer:
"Y como no sabemos el día ni la hora, es necesario, según la amonestación del Señor, que velemos constantemente, para que, terminado el único plazo de nuestra vida terrena (cf. Hb 9, 27), merezcamos entrar con El a las bodas y ser contados entre los elegidos (cf. Mt 25, 31-46), y no se nos mande, como a siervos malos y perezosos (cf. Mt 25, 26), ir al fuego eterno (cf. Mt 25, 41), a las tinieblas exteriores, donde «habrá llanto y rechinar de dientes» (Mt 22, 13 y 25, 30). Pues antes de reinar con Cristo glorioso, todos debemos comparecer «ante el tribunal de Cristo para dar cuenta cada uno de las obras buenas o malas que haya hecho en su vida mortal» (2 Co 5, 10); y al fin del mundo «saldrán los que obraron el bien para la resurrección de vida; los que obraron el mal, para la resurrección de condenación» (Jn 5, 29; cf. Mt 25, 46)".
Y los sacerdotes que denuncian les mandan callar.
El NOM ya está dentro de la iglesia para destruirla.
Estoy en shock.
El sacerdote del colegio gritando a los 4 vientos que apoya a Francisco !!!
Pues que debo hacer yo ? Mis hijos pobres no se enteran al ser pequeños.
Pero a mí como madre me ha echado a los pies de los caballos, dudo de ir a las misas. Realmente tengo ganas de decirle cuatro cosas a la cara.....
Rezo por usted. Y hablo con Dios para que me diga que hacer.
Con la Oración, somos omnipotentes. Persevera ahí.
Aunque sea oportuna la observación de Pedro1 sobre la alusión evangélica en Lumen gentium.
No se puede ser "literalista radical": hay q saber y entender lo q se lee
Cristianos corrientes, como yo misma y tantos que leen este blog, han percibido en mayor o menor grado cómo son los demonios. Eso te hace acudir a la Palabra de Dios y creértela de pies a cabeza, vamos, incluso con una formación básica de nuestra religión. Y aunque quisieras que nadie habitara el infierno, sabes que la biblia es Dios que habla a su pueblo y punto y que si entendiéramos del todo a Dios, seríamos Dioses, vamos, de sentido común, entender esto.....
Por lo tanto como cabeza de la Iglesia y sabiendo la importancia que nuestro Padre Dios da a recordarnos que el infierno existe, llevarnos a querer pensar, imaginar, soñar lo contrario, es de una imprudencia y una irresponsabilidad peligrosa monumental que no es digna de un Papa que habla al Mundo....
Lo vería más natural si lo hubiera dicho entre sus amigos cercanos expresado como pensamiento espontáneo en una conversación de sobremesa o mientras toman un aperitivo, por aquello de desahogar el corazón....Ave Maria!!! recemos por el Papa, que estoy segura de que está muy debilitado y acechado, pero no se da cuenta.
Al diablo le gustaría que pensáramos que los sufrimientos y penas del infierno son mentira.....
Por lo tanto llevarnos a pensar que el infierno esta vacío es peligroso....porque es pensar como los demonios no como Dios.....
Lo veo tan claro y cristalino como el agua.....Ave María!!!
Cierto también, debe de ser lo que yo recordaba haber leído: que la palabra "infierno" no se lee en los documentos del Vaticano II.
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Uno de los frutos INMEDIATOS del Concilio Vaticano II fue la elaboración durante varios años del Catecismo Mayor donde en su parte de FE (primera parte del Catecismo e infalible en virtud de Lumen Gentium25) dedica al infierno desde el punto 1033 al 1037 . Donde la palabra INFIERNO sale 10 veces sólo en esos puntos dedicados ex profeso; SALE MÁS LA PALABRA INFIERNO EN EL CATECISMO de 1992 QUE EN EN EL CONCILIO DE TRENTO.
En los cánones del concilio de Trento, la palabra infierno se puede ver UNA sola vez (en el CAN. XXV), y en total 6 veces.
Todos los que de manera pública y falsa habéis achacado los males actuales de la Iglesia al Concilio, e incluso habéis puesto en duda las ultimas canonizaciones de san Pablo VI y San Juan Pablo II, tenéis un futuro muy negro.
Hablar del Catecismo como fruto "inmediato" del CV II es un poco amplio, ¿no te parece? Que van casi 30 años del fin del 1º a la publicación del 2º.
No sé qué tiene que ver el tema del Infierno con lo de las canonizaciones de esos Papas, excepto para amenazar por tu parte: que igual tienes buenos títulos para hacerlo, pero yo los desconozco. Ese tema no ha salido en este blog; mucho menos en el post del que hablamos.
Ojalá que, por la intercesión de San Miguel, sus palabras ayuden a muchos.
Muchísimas gracias por tus deseos. Reza x mí.
El Catecismo Romano, de Trento o de San Pío V , no es de suyo magisterio solemne. Cuando permite conocer la enseñanza constante de la Iglesia, por esa razón pertenece al magisterio ordinario universal, también infalible e irreformable: lo que se ha creído siempre, por todos y en todo lugar.
Tampoco el Catecismo del Vaticano II o de Juan Pablo II es de suyo magisterio solemne.
¿Permite conocer la enseñanza constante de la Iglesia? Poca constancia ya que, para empezar, su primera versión de 1992 fue corregida en 1997. Y después ha sido modificado dos veces sobre la licitud moral de la pena de muerte, en 1997 por Juan Pablo II y en 2018 por Francisco.
En lugar de magisterio ordinario universal, o ni siquiera meramente auténtico, es expresión del nuevo género de magisterio predominantemente pastoral inaugurado por Juan XXIII en el discurso Gaudet Mater Ecclesia de apertura del concilio el 11 de octubre de 1962.
Por cierto, y como opción personal, este Catecismo de la Iglesia Católica tiene poco de Catecismo y mucho de Enciclopedia: es más una suma de citas q otra cosa. Por eso es tan poco manejable. Y después no se han hecho los Catecismos q hubiesen sido pertinentes. En conclusión: seguimos sin Catecismos desde q se retiraron los buenos y excelentes q había. Un acto más de la desasistencia y el abandono de la Jerarquía con las almas; en este caso, los niños, rumbo a la descristianización.
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Si me lo dice alguien que promueve el libro "los dictados de Marga sobre la verdadera devocion"...pues como que no va Padre Abesturi.
Bergoglio tmb habla del infierno....pero dice que "esta vacio", y se conoce y aplica el CVII.
¿Pretendes decir que el Infierno está vacío? En este tema, siempre me viene a la cabeza aquello de un Sacerdote Santo que, refiriéndose a los que negaban el Infierno o lo descalificaban de su verdadero ser y sentido: "Que no se preocupen: ya lo verán". Y se quedaba tan ancho, lógicamente. Y tan Santo, por cierto.
Y por puntualizar: no son "los dictados de Marga...", Sino "Dictados de Jesús a Marga", que no es lo mismo. Claro que, tal como están las cosas, ¿algo se sostiene en pie en "la nueva iglesita moderna y bien compuesta"?
No recuerdo el pasaje evangelico donde Jesucristo le dijo a San Pedro que tenia que dar opiniones.
Tampoco soy un experto en las Sagradas Escrituras, de ahi mi carencia.
Si recuerdo el de confirmalos en la fe.
A seguir rezando.
Sobre las referencias al infierno en los documentos del Concilio Vaticano II.
Además de Lumen Gentium 48, también se hace alusión al infierno en Gaudium et Spes 18. pero en ambos casos se evita utilizar la palabra infierno. Debe ser que ya en los años del CVII estaba de moda no molestar con esa y otras palabra, y ése es el mensaje: no asustar al personal con esas cosas.
Leyendo ambos párrafos, no se entiende qué tiene de malo o inconveniente la palabra infierno.
¿Cómo que se hace alusión al infierno en Gaudium et Spes 18?
Eso no es verdad. Gaudium et Spes 18 dice:
18. El máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desaparición perpetua. Juzga con instinto certero cuando se resiste a aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo. La semilla de eternidad que en sí lleva, por se irreducible a la sola materia, se levanta contra la muerte. Todos los esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sea, no pueden calmar esta ansiedad del hombre: la prórroga de la longevidad que hoy proporciona la biología no puede satisfacer ese deseo del más allá que surge ineluctablemente del corazón humano.
Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, aleccionada por la Revelación divina, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz situado más allá de las fronteras de la miseria terrestre. La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la salvación perdida por el pecado. Dios ha llamado y llama al hombre a adherirse a El con la total plenitud de su ser en la perpetua comunión de la incorruptible vida divina. Ha sido Cristo resucitado el que ha ganado esta victoria para el hombre, liberándolo de la muerte con su propia muerte. Para todo hombre que reflexione, la fe, apoyada en sólidos argumentos, responde satisfactoriamente al interrogante angustioso sobre el destino futuro del hombre y al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una comunión con nuestros mismos queridos hermanos arrebatados por la muerte, dándonos la esperanza de que poseen ya en Dios la vida verdadera".
No hay ninguna referencia al infierno.
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