"Mentiroso y padre de la mentira". Parte Iª
Jesucristo, en su Evangelio, “retrata” de este modo al Demonio: Mentiroso y padre de la mentira. Y lo clava, claro. Va directamente al ADN de este ‘personajillo’, siniestro por demás.
Pero con estas palabras, Jesús no solo lo quiere retratar. Es una adertencia y un CRITERIO para todos nosotros: para que sepamos con quién nos las hemos de ver, y de qué modo podemos y debemos vencerle: con la Verdad. Que es Cristo mismo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Y también lo clava, “retratándose” a Sí mismo.
Es uno de esos grandes Criterios con los que nos ilustra el entendimiento, a la vez que nos arma contra este Enemigo: nuestro único y verdadero Enemigo, porque puede meternos de cabeza en el Infierno. Es lo que tiene ser católico, y creer “en” Dios, y creer “a” Dios, y creer “por” Dios.
Eso sí: si dejamos que nos atrape en sus redes, insidiosas y con gran poder de persuasión, dado que utiliza la mentira para alagar nuestra personal vanidad, y contar así con nuestras personales complicidades: que las tenemos, y nos gusta dejarnos llevar por ellas… Si nos atrapa en su redes, estamos perdidos.
Cuando Jesús nos dice que: No podéis servir a dos señores, mucho antes que al tema de las perricas, se está refiriendo al Demonio precisamente. Lo pilla al instante el dicho castellano: “no podemos tener encendidas dos velas, una a Dios y otra al Diablo”.
Y hemos de tener el valor, si queremos Salvarnos, de apagar la vela al Diablo, que es la que nos hace daño realmente. Y a fondo: hasta lo hondo del Infierno. Para que mantengamos únicamente encendida la vela a Dios, con total sinceridad y “verdad": nunca mejor dicho.
Porque los campos están perfectamente delimitados, con su carga moral y espiritual que les son propias, aparte otras connotaciones: el “partido” de la mentira, es el “partido del Demonio". Y el “partido” de la Verdad es el “partido de Dios". Sin posibilidad de error alguno. El que se engañe en esto, se autoengaña necesaria y miserablemente. Y no tiene mucho remedio.
Para más INRI, y no solo en las “democracias liberales", hemos asistido a la entronización de la MENTIRA, con la consiguiente CORRUPCIÓN, no solo como el “SISTEMA", sino como el ÚNICO sistema: todo el que no se doble ante él, será perseguido sañudamente, y borrado del mapa. NO solo del mapa político, sino del mapa social, cultural, etc.
Es, en definitiva, la instalación de una auténtica y demoníaca “estructura de pecado”, como denunció, profética y certeramente el santo papa Juan Pablo II.
Esto, que los católicos no solo deberíamos tenerlo clarísimo, sino ser, por demás, consecuentes con el tema, es lo que pretendo dilucidar en esta primera parte: porque el tema da muchísimo de sí, tanto a nivel de la propia conciencia -a nivel MORAL-, como a nivel social, político y eclesial, e intentaremos ir a por ello, paso a paso.
Esta es mi DENUNCIA: que los CATÓLICOS -si queremos serlo en plenitud de sentido y en toda circunstancia, pinten como pinten los tiempos y la Kultureta al uso, o el poder político en su entrega a la masonería que “gobierna” en el NOM, es decir, en el mundo- NO PODEMOS SER NI TENER PARTE ALGUNA EN EL SISTEMA.
Porque No podemos servir a dos señores. Ahí está Biden y “los católicos a lo tal” haciendo el ridículo más espantoso ,por decir algo piadoso-, con sus “protestas” de Genuino Católico: pura MENTIRA, pura INCONGRUENCIA, puro PECADO y puro ESCÄNDALO: más falso que Judas.
Sistema que, como primera provisión, tiene el cargarse a la Iglesia Católica -está en ello, con éxito, la verdad-, la única que aún, al menos hasta hace pocos años que levantaba, frente a cualquier poder, la Verdad de Dios, que ilumina plenamente la verdad del hombre y la verdad de sus construcciones.
Y VERDAD, significa MORALIDAD. O sea: LEGITIMIDAD.
Como segunda provisión: el aborto y la Kultura de la MUERTE: legal, para más burla e infamia. Solo en EEUU, desde que se asumió en aborto como “derecho” se calculan que se han matado a más de 65 millones de criaturas. En España llevamos una media de 90.00 al año. Que no es mala vendimia tampoco.
Y la tercera provisión: cargarse a la persona humana desde sus constantes antropológicas, para convertirnos a todos en meros “avatars” de nosotros mismos, y tenernos esclavizados. Lo del COVID y tal ha sido la primera y exitosa puesta en marcha de todo esto. Y el tema no ha hecho más que empezar. Veremos más cosas, y más gordas, si no nos liberamos de todo este mundillo podrido y nefasto.
Seguiremos, que no hemos hecho más que empezar.
5 comentarios
Si Satanás se condenó conscientemente por no querer servir, no por otro ser que le arrastrara a ello, digamos, engañado, por qué damos por hecho, o eso me parece a mí, tal vez erróneamente, que las condenaciones humanas se deben al Maligno y demás espíritus demoníacos? No se deberán igualmente a no querer servir? Entiendo que es un liante y que arrastra a una lejanía del Creador de la que luego pueda ser difícil escapar, pero en última instancia es la persona, no?
Sí, es siempre la PERSONA, creada LIBRE por Dios, aún a riesgo de su CONFENACIÓN: pero se condena el que quiere, y se salva el que quiere: la GRACIA de Dios, por descontado, la tenemos a nuestra disposición, para no caer -"nunca somos tentados más allá de nuestras fuerzas"-; caídos, para levantarnos; y, levantados con la Gracia de Dios, para SALVARNOS.
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