La IDOLATRÍA del ateo. (por García Cuartango, y el ABC).
Estos siguen empeñados en su cruzada personal a favor del Ateísmo: asunto que, además de ser un grandísimo pecado, se sitúa por naturaleza entre lo más ajeno al más mínimo síntoma de intelectualidad… digna de ese nombre, claro. “Personal", en el caso de Pedro, y “pública” o “institucional", en el caso del ABC.
Sí. Es que García Cuartango (ABC, 11-I-2022) vuelve, erre que erre, a manifestarse sin ningún pudor como exponente preclaro del “ateo practicante y proselitista”, que es la modalidad más terrorífica que existe en ese gremio. Y ABC lo acoge materna y amorosamente: es como una gran madre…
Es más, GC lo hace con el orgullo de “viejo converso", de estar bien asentado en el sitio que le corresponde, tras liberarse de “las tinieblas” y “la esclavitud” de la Fe. Cosa que no le discuto. Ya se sabe aquello de que “sarna con gusto no pica"; o de que cada uno se autoengaña con lo que le da la gana…
El buen hombre vuelve a la carga poniendo una vez más en entredicho el que tengamos la capacidad de estar en la realidad de las cosas: no solo de llegar a conocerla, sino incluso -y es por lo que apuesta-, que ni siquiera sepamos distinguir la vigilia del sueño. Es más: da la impresion de que le encanta esa situación: se le ve a gusto en ella.
Es una “gran premisa", fundamentalmente necesaria para poder decir que lo de Dios es cuento: si no sabemos ni que sabemos, ¿cómo vamos a saber de Dios? Me parece del todo lógico… en su terreno.
Pero vamos al grano.
Como muy bien dice, porque le gusta expresarse con poso, serenidad y fondillo, estamos: “ante una cuestión esencial para dilucidar la validez del conocimiento y la posibilidad de entender el mundo”. Cierto: sin Dios no hay forma de aclararse, como él mismo comprueba…
Y apunta, más en concreto: “la pregunta es si el mundo que construyen el cerebro y los sentidos no es más que una proyección de nuestras estructuras mentales, o, como apunta Hofstadter, un bucle”.
¡Él si que está hecho un blucle!: las muchas letras, no digeridas, le han empachado. O le han sorbido el seso. Porque eso no es una pregunta: es una afirmación del todo sin sentido. Y me explico.
Aquí es donde el Pedro se equivoca: lo pille y lo vea como lo más que aceptable, o lo rechace, que es lo que debería hacer. Porque: “la validez del conocimiento…”, Pedro, no es, (ni está, ni reside en) “el mundo que construyen el cerebro y los sentidos”.
Este debate, que ya tuvieron los griegos, se intensificó tras Descartes con toda la filosofía racionalista, idealista y materialista: que es donde acaba todo el lío, cuando se rechaza la filosofía del ser, la única VERDADERA FILOSOFÍA. Puesto que es la única que “respeta el ser de las cosas", y nos lleva a su conocimiento. Todas las demás “opciones” -supueso que lo fuesen que no los son-, NIEGAN a DIOS.
Por esto, todo lo que se salga de “la filosofía del ser” no pasa de una mera y gran “elucubración", sin ton si son. Por poner un poner: lo más “filosófico” de Kant, autor con el que se le cae la baba a Pedro, es la puntualidad con el que los demás ponían en hora el reloj al verle pasar. (Los escándalos farisaicos no me conciernen).
Para aclararle el tema a GC. El cerebro es un órgano y, por tanto, no construye nada: no “piensa"; solo recibe y recoge las aportaciones de los sentidos…, que tampoco piensan: recogen “la información” que les aportan sus objetos propios. Y ni salen de ahi, ni pasan de ahí: porque no pueden: lo demás les supera.
Luego ya sí: el ENTENDIMIENTO, que está en otra dimensión muy por encima del cerebro y los sentidos, “elabora” todo lo registrado por el “conocimiento sensorial", que así se llama, y PIENSA: relaciona, discurre, juzga y “se determina” sobre el ser de las cosas: `esto es así, esto no es así´.
A esto se le llama, porque lo es, “conocimiento intelectual”. Que, de suyo, está abierto a la verdad de las cosas: de todas, de las visibles y medibles, y de las invisibles: que hay muchísimas, y son las que dan la medida de la grandeza de nuestro entendimiento; capaz de “ser” -de poseer, de llegar a ser- “todas las cosas". Ni más mi menos. “Quodammodo omnia”, dijo Aristóteles. Y, con él, Santo Tomás.
Un conocimiento intelectual que solo debe buscar la VERDAD de las cosas, que es su objeto propio: está hecho para conocer el ser, la verdad de todo lo que es.
No está para dedicarse a las ‘elucubraciones intelectualoides’, que solo sirven, si hay buena intención, para hacer poesía, para escribir novelas…, o para traernos a colación a Aquiles hablando con una tortuga como máximo “argumento de autoridad"; lo que ya tiene mérito. Pero NUNCA para SUSTITUIR la VERDAD, el SER, de las COSAS.
Como buen pseudo intelectual, Pedro se maneja muy bien con las citas y sus autores, a los que acude con soltura y fruición: le gusta, “se siente bien” apareciendo como leído.
Pero, en lugar de ver en qué se equivocan -ya que todos los que cita se equivocan, si o sí, porque se salen de la realidad y, por tanto, de la verdad: si él no lo ve, es su problema-, los acoge con cariño y devoción -me atrevería a decir: con “fe"-, por la sencilla razón de que se siente reconfortado, comprendido y muy bien acompañado. Es que, ¡le dan la razón! Y los adopta como el “seno” que nunca debió abandonar.
Le dan la razón… si, como nos dice el mismo Pedro, admitimos que “el pensamiento es el lenguaje” (Wittgenstein)". Cosa que, aunque la diga W, es un error: vamos, que es mentira. Porque el pensamiento NO ES el lenguaje; sino que el lenguaje ES la expresión del pensamiento. Por eso: los mudos piensan. Y también los sordomudos
Por supuesto, con esa premisa no es “ilógica” la conclusión a la que llega W, y que hace suya GC: “las palabras son un límite al conocimiento de realidades como la muerte o la existencia de Dios”.
Claro que seguimos instalados en la Mentira, o en la Ficción: la muerte la vemos todos los días, hablemos de ella o callemos; y esto no es -y no supone- ningún límite. Y la existencia de Dios es tan patente como innegable… si asumimos la gran tarea de PENSAR, que es una de nuestras grandezas como personas.
Pero, si rechazamos PENSAR y lo sustituimos por “elucubrar” -"pedalear", para entendernos-, o por anteponer y dar más valor a los pre-juicios o a-prioris personales que a ir a la verdad de las cosas, entonces estamos a merced de cualquiera que se nos acerque con ínfulas de “sabiduría” unívoca. O de uno mismo, con el que no se discute nunca: haya paz…
GC aumenta los “si", para rematar su argumentario o, al menos, intentarlo; por eso, añade para cerrar el círculo: “si aceptamos que no existe un orden trascendente que explica lo real”. Ya: ¡pero es que sí existe ese orden, alma de cántaro! Y es lo que tú rechazas, como lo han rechazado tantos antes que tú.
Pero es que, además de meterse en un mundo meramente irreal, ese rechazo, como el rechazo de Dios por parte de muchos, no hace “real” que “Dios no existe". Al contrario: ¡se Le puede rechazar… solo PORQUE EXISTE!
De ahí que arse Pedro no le queda sino monta en la gracieta de Aquiles y la tortuga; que debe ser que no tiene nada más alto a lo que agarrarse en su “cerebrito” tan finamente ilustrado: “¿Le importaría contarme qué o quién es Dios?”.
Que preguntar a una tortuga qué o quién es Dios, ya tiene su aquel: como “nivelón” queda bastante bien autorreflejado el buen hombre…
Con lo sencillo que es ir a la Biblia, que recoge exactamente la Palabra de Dios, que ES la VERDAD, sí o sí. Léela, Pedro, te hará mucho bien. Ahí están todas las preguntas y todas las respuestas que, en relación a Dios, se han hecho los hombres a lo largo de la historia, con sus aciertos y errores.
Y, a mayor abundamiento, recoge también las respuestas que nos da Dios a todos esos interrogantes, porque NUNCA nos deja solos. Al contrario.
Empezando -y es la Verdad primigenia y más absoluta- con que, sin Dios, no se puede entender ni el mundo ni nada: tampoco a uno mismo; ya que TODO ha salido de Él, y sin Él no se ha hecho nada. Porque no se pueden entender los efectos despreciando la causa.
Por otra parte, no creo que una persona como tú, que se atreve con Kant, Hofstadter y demás especímenes, le tenga miedo a coger la Bíblia y leerla. Ni me lo imagino…
Pero es que, si además de cubrirte de gloria leyendo a gentes que no te aportan nada serio, porque no te aportan nada verdadero, te lees lo que escribe san Ireneo, uno de los grandes Padres de la Iglesia y el más importante adversario del reinante gnosticismo del s. II, estoy seguro de que triunfarás y saldrás del agujero en el que te has metido tan gratuitamente. Escribe:
“Ya por el mismo hecho de la Creación, el Verbo revela a Dios creador; por el hecho de la existencia del mundo, al Señor que lo ha fabricado; por la materia modelada, al Artífice que lo ha engendrado.
Sobre esto hablan todos de manera semejante, pero no todos creen de manera semejante.
También el Verbo se anunciaba a sí mismo y al Padre a través de la ley y los profetas; y todo el pueblo lo oyó de manera semejante, pero no todos creyeron de manera semejante. Y el Padre se mostró a sí mismo, hecho visible y palpable en la persona del Verbo, aunque no todos creyeron por igual en Él; sin embargo, todos vieron al Padre en la persona del Hijo, pues la realidad invisible que veían en el hijo era el Padre, y la realidad visible en la que veían al Padre era el Hijo”.
Es posible que todo esto te supere, Pedro. Pero no creo que demasiado. Léelo despacio, y con sentido de la realidad, de la Verdad que viene de Dios. Verdad a la que hay gentes que se adhieren, mientras que otros rechazan.
En definitiva, es el eterno “problema” -lo refiere muy a las claras el Señor: el que crea se salvará, el que no crea se condenará- que, en realidad, es el único problema; problema que, por otra parte, solo tiene el que lo quiere tener. Y nadie más.
Para terminar. La Biblia dice también: dixit insipiens in corde suo: non este Deus! Te aconsejo que te salgas de ahí, Pedro. Por tu bien, y por el de los que te rodean.
Porque cuando no se quiere aceptar y creer en Dios, que nos ama con locura, y nos salva -en primer lugar de uno mismo: somos el primer peligro peligro real para uno mismo-, se acaba creyendo en… ¡¡¡una TORTUGA!!! Y, para mayor asombro, se le pregunta por Dios, ¡¡¡por ese Dios que no existe!!! Vamos: de médico especialista.
Todo absolutamente lógico de toda lógica, como se puede ver…
Es lo que he denominado la IDOLATRÍA del ATEÍSMO: porque el ateo, al negarse a reconocer a Dios, queda reducido, lo entienda así o no, a ADORARSE a sí mismo; es decir: a IDOLATRARSE.
También el que dice que adora a una vaca, a un escarabajo o al sol, se adora a sí mismo, sí o sí.
Y el ABC tan contento, perdiendo lectores y perricas, supongo… Eso sí: se le ve y se le nota “moderno", y con ganas de estar en la ola de la infecta progrez.
Con su pan se lo coman. Y que aproveche.
Rezo por ti, Pedro.
27 comentarios
Pidamos por el don de la Fe... y porque acepten y sirvan a Dios.
Padre José Luis:
Felicidades por su excepcional análisis desde el realismo filosófico y teológico. Y además, dicho con gracia
Sus artículos son excelentes aportaciones de las que estamos ávidos quienes somos profesores.
En ese caso las preguntas mismas serían un bucle. Si nuestra capacidad de captar la realidad es un chiste, toda pregunta o razonamiento que podamos hacer es una broma.
Si todo es error, viva el error, cada uno elija el que más le guste, pero no venga con cuestiones de preguntas y dudas y cuestionamientos. porque todo eso ya fue, desde el momento en que aceptamos que nuestra facultad de preguntar, dudar y cuestionar puede muy bien tener la misma validez que las reflexiones de un ebrio o un drogadicto o las frases que repite un papagayo.
¿Defender el ateísmo? ¿Y quién le dijo a este señor que su cerebro, que según él mismo es probable que tenga la misma fiabilidad que un billete de tres dólares, está en condiciones de defender algo?
Si para negar los razonamientos que prueban la existencia de Dios negamos o ponemos en duda la facultad de razonar, no podemos después razonar al favor del ateísmo, ni de nada en general.
Es al revés. No es que tenemos un cerebro (yo el mío no lo vi nunca) y entonces hay que ver si con él se puede pensar, sino que evidentemente pensamos y razonamos y preguntamos, con el cerebro o con el bazo (en realidad con ninguno de los dos), y porque razonamos y pensamos y preguntamos hemos llegado a saber que tenemos un cerebro, aunque no lo hayamos visto.
Saludos cordiales.
"La exclavitud de la fe" menciona. En el Antiguo Testamento Dios libera al pueblo de la exclavitud de Egipto y en el Nuevo Testamento Jesucristo nos libera de la exclavitud del pecado. Lo que nos exclaviza es el materialismo en que vivimos, individualismo no que uno valla a misa o rece.
Por no decir que a pesar de que Dios crea todo para el hombre, le llama a participar de su vida divina, entrega a su propio Hijo para remidirnos.
El hombre tiene libertad para aceptar a Dios, lo que denominamos Fe. La fe es la respuesta del hombre a Dios que acepta su proyecto de salvación.
O tiene libertad para rechazarle. A pesar de todo lo que ha hecho Dios por el hombre.
Todo lo crea Dios para el hombre, le da una dignidad, le pone al frente de lo creado, le llama a participar de su vida divina. No porque el hombre lo merezca si no por puro amor y Bondad de Dios que diría San Buenaventura.
Sobre el tema del cerebro... también los animales lo tienen, no deja de ser una estructura física y sin embargo el hombre es el único ser viviente que tiene capacidad de transcender la propia realidad y algo tan simple como comer se puede convertir en algo tan complejo como es un arte.
El hombre puede elegir ayunar, que comer etcétera. En cambio los animales no. Estos se guía únicamente por sus instintos.
También en el corazón del hombre hay un deseo implícito de Dios. De Verdad, Justicia y Bondad.
Por último, podría comentar muchísimas cosas más... ¿Pero por qué el hombre no se llena con las cosas materiales?. ¿Por qué necesita algo más?.
Decía el papa Benedicto XVI:
"Esta presencia misteriosa de Dios puede ser reconocida en el interior del hombre, porque, como decía Agustín con una expresión muy conocida: «Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».
2. Pero, el problema que tiene el ateo es su propia idolatría: antropocentrismo. Define al hombre como solo materia.
3. Claro, y se encuentra que ni la fe ni la razón le dan la "razón". La fe divina la niega, la fe humana no puede y la ciencia tampoco.
4. Reduce la actividad de la fe humana a actividad física.
5. Y he aquí la contradicción, pues, la historia solo es conocible por fe humana porque no es medible en laboratorio ni se puede reproducir.
6. ¿Qué mundo puede construir el presente cerebro y los sentidos si no es más que una proyección de nuestras estructuras mentales, o, como apunta Hofstadter, un bucle?
7. Y para rematar la faena, ¿qué ateo ha medido el pensamiento en un laboratorio para afirmar que es actividad material? Y recordar que la materia tiene un principio y un fin, donde cualquier filosofía materialista se estrella estrepitosamente. Por favor ateo, nieguen a Dios hecho hombre con datos y testimonios históricos y científicos...propios de su actividad espiritual para buscar la Verdad.
Amigo Carlos: no das ni una, voluntaria o involuntariamente: tú sabrás.
No hay "razones" para NO CREER en Dios, porque NO EXISTEN las premisas o las "pruebas" intelectuales para llegar a esa conclusión. Como no existen los argumentos filosóficos o científicos que lo demuestren. De hecho, nadie los presenta.
Por el contrario, lo que sobran son "razones intelectuales" -filosóficas y científicas- para llegar a demostrar su EXISTENCIA: de entrada, porque la EXISTENCIA de Dios es una VERDAD "evidente en sí misma", en el orden intelectual.
Cuando hablas de "creer o no creer en Dios", lo que estás manifestando es la capacidad que tiene el hombre de negar hasta lo evidente. ¡Si niega, incluso mirándose a un espejo, que un chico sea chico y una chica sea chica..., pues tú me dirás!
Por tanto, el ateísmo, el ateo, es un VOLUNTARISMO de libro -de enciclopedia británica, como mínimo-; porque la "negación de Dios" es un acto de la voluntad, de una voluntad que se quiere alzar CONTRA DIOS; y, para eso, impera al entendimiento a que se calle, porque le dice exactamente lo contrario.
Y por eso mismo es un GRAN PECADO, se sea católico o no.
Para el idealismo (Descartes y, sobre todo, Spinoza) no existe más que el Yo; no existe el mundo exterior, que es una proyección del yo; por eso, para Kant, lo trascendental es inmanente; sólo es real, o científico, o universalmente válido, aquello que encaja dentro del sujeto, de su intelecto (las categorías del entendimiento). Por eso Dios no puede ser conocido.
Este idealismo tiene enormes consecuencias prácticas, no es simple especulación. Sólo tiene consistencia aquello que depende del yo, del sujeto, de su libre determinación. No hay nada exterior que vincule u obligue al sujeto. La apelación a una verdad moral externa se desvanece enseguida.
Eso dicen, pero la VERDAD es más terca q cualquier "iluminacion'. Por eso ni aciertan ni pueden acertar: el error nunca es verdad.
En todos los intentos de pasar del idealismo al realismo se trata de partir de puros pensamientos para desembocar en la realidad independiente del pensamiento, pero es imposible, es como barajar sueños para que se conviertan en realidades.
Lo que de hecho sucede a veces es que como se quiere llegar al realismo, se saca "de la manga" la conclusión relativa a la realidad en sí.
Pero la lógica no permite transformar meras representaciones en cosas independientes de las representaciones.
Y si en el punto de partida no hay meras representaciones, entonces no se está partiendo del idealismo.
Saludos cordiales.
Esto es una salida en falso en toda regla.
Le devuelvo la pregunta ¿que creyente ha medido el pensamiento en cualquier parte o circunstancia sin que este relacionado con un cerebro? ¿hay pensamientos sin actividad de un cerebro que los "piense"? si cree que es asi, ¿puede aportar la prueba?
"lo que sobran son "razones intelectuales" -filosóficas y científicas- para llegar a demostrar su EXISTENCIA:"
En las "razones intelectuales filosoficas" no voy a entrar, con ellas se puede demostrar casi cualquier cosa y su contraria, todo depende de la habilidad epistolar y oratoria de quien las presenta y de la credulidad de sus lectores/oyentes. Pero si que me gustaria, mucho, que me presente usted alguna de esas "razones intelectuales cientificas" que demuestran la existencia de Dios.
"de entrada, porque la EXISTENCIA de Dios es una VERDAD "evidente en si misma", en el orden intelectual."
Esa afirmacion vale para el que se la crea por fe, por fe religiosa, es decir la del carbonero, para nadie mas. Ni demuestra lo que afirma, ni argumenta lo que dice, es totalmente gratuita y sin contenido real.
Alan: no das una. Eres de aquellos que lo mismo les vale negro, que blanco, que azul... Que VERDAD o MENTIRA. Da gusto con gente como tú, que solo os contenta "discutir": has descubierto lo que es un SOFISTA... ¡Modernoooo!
La 'EXISTENCIA de Dios' no es una Verdad de Fe, no es un Postulado de la Fe: es una Verdad de orden RACIONAL. Es más: la Iglesia Católica dice que 'es de Fe que la Existencia de Dios es una verdad de orden racional'.
Ciertamente, es la Primera Verdad en el orden racional, pues funda todas las demás verdades..., aunque no sea la primera que se adquiere. La primera que se adquiere es que "hay cosas..., y no nada". Pero, precisamente por ser la Primera, el ATEO se queda con el antifonario al aire, en el orden intelectual y en el orden moral. Esto ya viene de los griegos, que no tenían nada que ver con la Fe Católica. En esto, no estás ni a su nivel.
El 'CONTENIDO de la FE' es 'la Revelación que Dios ha hecho y entregado a los hombres, y que custodia la Iglesia Católica'. Se recoge, en modo resumido, en El CREDO. El Credo se apropia por la Fe; y la Fe se adquiere con el Bautismo. Pero muchos de sus contenidos, son también verdades al alcance de la razón humana... Cosa distinta es que se llegue a alcanzarlos; y, por eso, se nos revelan también.
Ciertamente, el PENSAMIENTO está relacionado con el cerebro; y, antes, con los sentidos: ya dijeron los griegos que "nihil in intellectu nisi prius in sensu"; pero 'relacionado' no quiere decir "que sea" el cerebro, o "que sea" los sentidos: nada más lejos de la realidad. Quiere decir que el conocimiento intelectual 'comienza' en los sentidos: pero no "que sea" lo que los sentidos nos proporcionan; mucho menos, lo que nos da la gana a cada uno de nosotros: la REALIDAD "mide" nuestro conocer, y no al revés.
Los Primeros Principios del Conocer, tanto en el orden Intelectual como en el orden Moral, precisamente por ser 'Primeros Principios', son INDEMOSTRABLES: se adquieren de un modo evidente; o, por lo mismo, no necesitan demostración: se "ven" a simple vista. Por ejemplo: 'el todo es mayor que la parte'; o 'hay que hacer el bien y evitar el mal'.
Con el Entendimiento para un poco lo mismo: se sabe que se posee 'por sus efectos propios', no porque se pueda 'medir' y 'comprobar' su existencia en un laboratorio; es más: las realidades más altas en sí mismas, son las realidades de tipo intelectual, o espiritual, que no tienen parte alguna con lo físico o lo mensurable. Por ejemplo: en alma, el entendimiento, la voluntad, o Dios.
Por supuesto, todo esto que te digo, lo puedes negar: pero con ello no tendrás ni un ápice de verdad, pues te lo habrás negado a ti mismo.
Y ese es tu problema, no el de los demás.
Si la conclusión q sacas d lo q he escrito es esa, creo q deberías volver a empezar la primaria. Y aprender a leer con reposo, y a explicar lo leído, y cosas así, elementales. Y mientras, hazte el favor d no meterte en lo q t supera, o en lo q no t interesa para nada, o para pretender pasar x algo...
Para encontrar a Dios uno tiene que comprometerse existencialmente en esa búsqueda.
De todas maneras te recomiendo dos libros que a mí me ayudaron:
Introducción al cristianismo de Joseph Rarzinger.
La columna y fundamento de la verdad de Pavel Florenski
Los órganos, que son materiales, no trascienden por eso mismo lo sensible, y así, por ejemplo, las cosas que vemos las vemos según la distancia, posición, iluminación, etc.
La inteligencia, por tanto, porque capta lo abstracto, lo no sensible, no tiene órgano, es una facultad inmaterial del alma humana.
Eso no quiere decir que no dependa de ningún órgano, ya Aristóteles enseñaba que la inteligencia abstrae los conceptos de las imágenes sensibles, que sí tienen órganos, centralizados además en el cerebro, pero para contemplar esos conceptos y luego combinarlos en juicios y razonamientos la inteligencia no depende de órgano alguno.
Saludos cordiales.
Al ateo le han secuestrado su alma y se la han metido en su "almario".
Muchas gracias, Padre
Más aún, como dice Chesterton, la existencia de Dios es de las pocas cosas que se puede demostrar.
Ojo con confundir "no conozco ninguna demostración de la existencia de Dios" con "no se puede demostrar la existencia de Dios".
Esta última es una afirmación demasiado ambiciosa, que supone todo un compromiso filosófico que además es equivocado.
Saludos cordiales.
Sí, hoy celebro mi cumple. Muchísimas gracias.
Y es que siempre, todo ateo, parte de una idea (creaturizada) de Dios, para negarlo, ... y ¡vaya dios que sería ése diosecico!.
Pero ¡claro!, son tan inteligentes, inteligentes, inteligentes, y tan filosóficamente filosoferos, que filosofofean en las degradadas consecuencias del "pienso, luego existo", y se creen que "existe lo que pienso".
¿Adecuación de la percepción a la realidad?
¿Adecuación de la realidad a la percepción?
Ser, o no ser. Esa es la cuestión.
Y como la verdad es una, o Pitágoras tiene razón en su Teorema, o todo triángulo tiene derecho a tener catetos, e hipotenusas, y todo ángulo de triángulo tiene derecho a tener 90º...
- Pero ... con más de un ángulo recto, dejas de ser triángulo...
- Y ¿qué más da?. Mi trío de ángulos tienen todos 90º. ¡Vale ya de privilegios!. Contesta el triángulo postmoderno, etc.
- Pero así vacías de contenido toda la Geometría plana...
Y como los errores son infinitos, como los necios, y cada necio puede aducir infinitas necedades... necias, se nos llenan los abecés de sandeces...
Aunque parezca q incurro en contradicción pienso que cierto ateísmo en su afán por sacar a Dios de la vida de las personas y de la sociedad, nos brinda a los creyentes la posibilidad de hacerlo presente.
Saludos
Amelia
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