Los "equidistantes" (por lo civil y por lo eclesiástico)

Se ha sentido obligado a salir al paso de las tortas que debe estar recibiendo; y defenderse: nada más humano; y no se lo reprocho, faltaría más. Me refiero a Pedro García Cuartango que se ha definido como “equidistante": o sea, lo que antes se señalaba como “ni chicha ni limoná”. Y claro, así le debe estar yendo.

Por supuesto, es una postura que abunda, en especial entre los que se tienen por “intelectuales", tanto fuera como dentro de la Iglesia. En esta, el proceso y la situación es la misma; solo que, en el mundillo eclesial y debido a los temas que están en juego -en concreto, las almas todas-, las consecuencias son infinitamente más graves. Como lo vemos y sufrimos cada día, a cada hora.

Claro que, para todos estos “equidistantes", tal postura les parece que tiene sus “ventajas"; a mi no me lo parece, la verdad: más bien, actúa en su contra. Y me explico.

La “equidistancia” es situarse en “el punto medio” entre lo que se ve o califica como “extremos": “¡nada de extremismos, por fa"!, se deben decir a sì mismos, “que es de mal gusto". Y se sitúan ahí. Aparte que, por otra parte, es la postura menos intelectual y más inmoral que existe; por lo que es muy fácil irse allí.

Claro que también la Iglesia Católica, al explicar la VIRTUD, habla del “punto medio"; pero “punto medio” entre dos extremos esencialmente MALOS: bien por defecto -no llegar al acto virtuoso: se qudan muy lejos-, bien por exceso: pasarse, pretendiendo que Dios es “tonto” (¡perdón, Señor!: lo digo para que se entienda por dónde va el tema): “Dios perdona siempre", etc.

Por ejemplo: la Esperanza, virtud teologal Infusa, se sitúa entre “el exceso de confianza", llamada PRESUNCIÓN, en la propia Salvación -"Dios es tan bueno…"; “no hay infierno", etc.-, y la “desconfianza” -llamada también DESESPERACIÓN- respecto a eso mismo: “El condenado por desconfiado”: todo un clásico.

La Fe, por su parte, nunca se sitúa en el “creer la mitad de lo que se nos enseña en la Iglesia de parte de Dios", ni en “creer a medias", sin pasarse. Porque ninguna de estas dos posturas son “la Fe".

Como la VERDAD: nunca está a medio camino entre el ERROR y la FABULACIÓN; sino en la seguridad de llegar “a conocer las cosas como son"; sin despreciar esta capacidad, que la tenemos y, además, “por naturaleza".

Claro que ¡es tan cómodo que no exista “la verdad"! Así se puede uno instalar donde le dé la gana, sin problemas sobreañadidos. Aparentemente: porque los trae y de qué manera.

Como el BIEN: que nunca está en el punto intermedio entre el MAL y lo BOBALICÓN. Pero, ¡es tan cómodo que no exista nada a lo que podamos llamar BUENO! De este modo, además, hasta podemos decir que tampoco tiene por qué haber Dios: vamos, que no lo hay.

Pero claro: pretender situarse en “la equidistancia” cuando, por ejemplo, se está llevando al matadero a la gente, no es sino una actitud acobardada o cobarde en sí misma.

Pretender situarse en “la equidistancia” cuando se está corrompiendo a los críos -¡y por Ley!, que ya tiene mérito-, y pretender, por añadidura y por sistema, que todo está en orden si solo se corrompe a la mitad de cada clase… Pues como que no, Pedro.

Me da, que si hubieses estado en el lugar del rey Salomón hubieses mandado partir por la mitad al chavalín de arriba abajo, realmente: “¡la mitad para cada una, y a correr!". “Equidistante", oyes.

Además, supongo que no irás al Corte Inglés y pretenderás llevarte un colchón de matrimonio diciendo que vas a pagar la mitad…, pues eres “equidistante". Creo que la cajera y el chico de seguridad no te lo iban a admitir.

Es lo que se llama un “baño de realidad", perfectamente a la mano y bien asequible. Por tanto, ya ves que hay temas en los que la equidistancia ni sirve ni se admite. Por si no te habías dado cuenta. Tampoco en lo referente a la VERDAD y el BIEN, por señalar…

Es lo que tenéis los “intelectuales equidistantes", los que toda la vida se han llamado con propiedad RELATIVISTAS, los que habéis desertado de todo lo que diga razón de “verdad” -el ser de las cosas- y de “bien": el “ser moral” -la carga moral- de todas nuestras acciones, los que no os casáis con nada ni con nadie. Debe ser que os molestan tales “asuntillos"… o que ¿para qué?: ¡con lo bien que se pontifica serenamente, sin despeinarse, sin mojarse, a cubierto… y sin compromiso alguno!

Por esto, cuando después de haber expuesto vuestra “equidistancia", se os dice que así ni van ni son las cosas, os rasgáis las vestiduras (IN)dignamente asombrados -por no decir escandalizados-, de que se os diga que eso no es así. Que las cosas no funcionan así. Que es un error. Que no es correcto, ni intelectual ni moralmente hablando.

Y “fumáis en pipa”, claro. Porque no admitís que las cosas no son como os las planteáis, ni de lejos. Y que, por supuesto, todos los demás están equivocados. Vosotros, los “equidistantes", los “tolerantes", los “relativistas", los que “estáis por encima del bien y del mal", los “bienpensantes", los “estoicos” por postura asumida, sois “lo más de lo más-más".

¡Y pobre del que diga lo contrario! Desde vuestra impostura, siempre le podréis acusar de lo contrario a aquello en lo que os habéis atrincherado: “radical", “intolerante", “blasfemo” y demás, por mor de la kultura y la nomenklatura usus actualis, o “del tiempo"; o por mor de vuestra personal opción… que deja de ser equidistante, claro.

Por otro lado, y por lo que el mismo Pedro escribe expresamente, al final resulta que ni él ni los que son como él, son tan “equidistantes". Curiosamente, siempre “se inclinan” a favor -¿lo adivinan?- ¡del contrario a la Iglesia! ¡Acabaramos, Pascuala, que no debíamos ni haber empezado!

Pero debe ser casualidad. Y debe ser por eso que se enfada el buen hombre cuando se le dice que, alabando al Hans -que teológica y doctrinalmente no hay por donde cogerlo-, ataca, sí o también, a la Iglesia, que es quien ha valorado sus “machadas". Pues, desde su “equidistancia de pega", es que no lo entiende. Y no me extraña.

Es lo que le pasa a uno cuando tacha a Dios, tanto en la realidad -nada menos que su Creador-, como en/para su propia vida -nada menos que su Dios y Señor-: que se queda colgado de la brocha… Y se la pega. Normal.

Sin Dios, “lógicamente” -en esa locura en la que uno se instala: el mayor autoengaño en el que puede meterse tras cavar un buen agujero-, los referentes antropológicos primero peligran; pero, con un poquito más de empeño, acaban desapareciendo más tarde, para acomodarse, ya sometidos y sumisos, a lo que a uno le parece más conveniente en cada momento.

Sin Dios, todos los autoengaños están al orden del día, no solo como hipótesis, sino como la realidad de la propia vida: uno se convierte y vive “como un pulpo en un garaje", porque no sabe ni qué es ni para qué vive: se desconoce a sí mismo, pues ha renegado de su ser y de lo que le da sentido. Es un “zombi".

Que supongo que eso os debe aliviar…, al menos un ratito: “sarna con gusto no pica”.

Pero toda esa “FANTASÍA” o “FABULACIÓN", ya digo que se te arregla al ir a comprar al Corte Inglés, al pontificar en Matemáticas, al estar con tus hijos sin confundirlos o intercambiarlos con los del vecino…, o al encontrarte “de golpe y porrazo” -para cuando sea, oyes, sin prisas-, con ese mismo Dios que uno -tú mismo, por cierto- habías ignorado y tachado alevosamente.

Mal rollo, Pedro. Y lo mismo para todos “los pedros” de profesión o de afición. Que abundan. Incluso muchos están en la Jerarquía Católica o en sus aledaños: pero todos cobrando de la misma cuenta.

Y que están quitándose la careta de la equidistancia, para pasarse ya y definitivamente al enemigo -lo otro ya no les mola, no les llena: ¡se les ha quedado tan pequeño, que les debe parecer hasta ridículo!-, en cuerpo y alma, con hechos y dichos que no son de Cristo. Por acudir a lo último (de momento): por ahí están dando la Comunión a cualquiera. “¡Oyes: eso sí que les mola!".

¡Con lo fácil que es mirar y escuchar al Señor que se muestra semejante en todo a nosotros, menos en el pecado… de la “equidistancia"! Y su ejemplo vale por lo civil y por lo eclesial, por supuesto.

Bastaría con tener en cuenta aquello que dijo e hizo: Yo doy mi vida por mis Ovejas. ¿Si se mira y se escucha a Cristo, hay lugar para la “equidistancia"? O aquello otro: Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Nuevamente, ni rastro de “equidistancia". Lo que hay es COMPROMISO hasta el extremo. Y por Amor.

¿Por qué? Porque nos lleva en su Corazón. Que es lo que han matado todos “los equidistantes de pacotilla", para empezar a hablar.

Pues eso.

8 comentarios

  
Centurión Cornelio
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca".
29/04/21 2:26 PM
  
ana
Al leer su articulo me he acordado de un texto de Alvaro Cunqueiro,creo que se llama De angeles y demonios y relata la historia de un demonio que en la rebelion de Lucifer contra Dios se declaro neutral eso es un equidistante !!
29/04/21 4:59 PM
  
Vicente
Dios es la Verdad verdadera.
29/04/21 9:32 PM
  
hornero (Argentina)
Sobre todo equidistantes de la Virgen.
30/04/21 6:12 AM
  
Manuel Rodríguez Blanco
Muy bien, como siempre.
Gracias, Dios se lo pague.
30/04/21 10:08 AM
  
María M.
La verdad sea dicha que Jesús en su vocabulario decía las cosas como son y acabó crucificado.....Por eso ya tenemos una iglesia que parece que se tambalea, está con fisuras y dividida.

Pido a Dios Guias sabios, rebosantes de Su Espíritu Santo, no "Ciegos guías de ciegos" como se lee en los evangelios....

Rezo por el Papa Francisco para que también él se rodee de personas sabias que le ayuden en su Misión.....hoy mismo leía un artículo en el que el Papa defendía la meditación, pero sin aclarar que muchas de las meditaciones que existen hoy en día se practican en religiones New Age.....que no llevan precisamente a Jesucristo y Su Iglesia.....

Muchas personas que han pertenecido a esas religiones Nueva Era, después de un tiempo se salen muy heridas y nos lo cuentan...

Decir verdades a medias es también ser Equidistante....
30/04/21 11:46 AM
  
Charo
No se puede decir más claro. Muy bueno su artículo.
30/04/21 12:53 PM
  
maru
"equidistante" = igual a "nadar y guardar la ropa, "cambia chaquetas". Ya Cristo dijo que no se podía servir a dos señores" Claro que estos especímenes, hoy abundan mucho, pero hay que huir de ellos porque no son dignos de confianza .
Gracias por su articulo, P. Aberasturi!
30/04/21 4:39 PM

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