Don Juan Antonio Reig Plá
Conozco personalmente a don Juan Antonio, y es persona delicada en las formas y en el hablar. Educado, por definición y carácter. A la vez, llama pan al pan, y vino al vino: como debe ser, pues una cosa no quita la otra. Y por supuesto: no se arredra ante los poderes establecidos, sean mediáticos o políticos, “legales” o ilegales. Tiene otras miras mucho mejores y mucho más ejemplares.
Como es lógico, esta forma de ser y de actuar desencaja y descompone a la progrez civil o eclesial. Pero me da que ese es el problema que las tales tienen con don Juan Antonio: Él no tiene ninguno con nadie, porque es incapaz de tener enemigos. Y menos, mantenerlos: ni siquiera en el tiempo.
Lo último que ha encabritado a este personal es lo de que “están convirtiendo España en un campo de exterminio”. Sinceramente: además de salirle una fase redonda, les ha escocido: porque la VERDAD, cuando se vive para la mentira e instalado en la mentira, la verdad… duele.
Por otro lado, lo que ha dicho es una verdad de perogrullo: una vez convertida España en “un inmenso campo de concentración” -que ya está logrado por parte de los poderes públicos y/o camuflados-, lo siguiente que viene, como nos enseña la historia tercamente, es pasar al EXTERMINIO. Y en eso está la progrez, desde hace ya muchos años.Y es lo que ha denunciado, alto y claro, el señor Obispo. Con razones y números.
Entre el aborto - casi cien mil al año, desde hace años-, el manejo de la pandemia en/con las residencias de mayores y fuera de ellas -¡ni han querido decir los muertos: no las residencias, sino el gobierno de la progrez: ni por aproximación!-, la lucha contra la procreación en el seno de las familias: el habitat natural en el que somos engendrados y venimos al mundo…
Y ahora mismito y aún caliente, como última aportación -por el momento- de la progrez, para que la gente se muera “con dignidad” -o sea: como perros desechados en una veterninaria-, “nos ofertan” la “ley de la eutanasia"…
Es todo un elenco de “leyes progresistas y al servicio de la ciudadanía” -aunque esta, la ciudadanía, no lo vea ni lo entienda así; al contrario: le inquieta sobremanera-, dentro de poco y tal como se están poniendo las cosas, para que haya españoles… va a haber que comprarlos en un “todo a cien” chino. Que venden de todo: y si hace falta y sacan dinero con eso, también “españoles", aunque sean de plástico: “la pela es la pela" (en chino, que no sé cómo va).
Y se ha expresado, don Juan Antonio, en el buen tono amable y suave que le caracteriza y lo define: siempre leal y respetuoso con todos, incluso con los que no piensan como él: y lo dicen… hasta ofendiéndole, y/o llevándole a los tribunales: que ya es llevarle.
Que él perdona de corazón: faltaría más; y también lo dice. Es que es Obispo de la Iglesia Católica: no está instalado en la progrez, ni civil ni eclesial.
Lo mejor de su respuesta pública y publicada -como debe ser-, ha sido cuando, al haber agitado la Constitución ante él para pretender descalificarle -¡como si la Constitución descalificase a alguien!-, les ha contestado ¡con la Constitución! Y los ha barrido.
Les ha hecho un razonamiento -¡un razonamiento!: nada que ver con los insultos de los del otro bando-, tomado literalmente de la propia Constitución. Se ha referido a aquello, tan sañudamente pisoteado por la progrez más infame, de que: “Todos tienen derecho a la vida”.
Expresión que, para cualquier persona normal, no podrida de ideología ni enferma de “mujaidinitis", da la impresión de que quiere decir lo que dice. Pues ¡no señor! Y lo han convertido en el pistoletazo de salida para que España sea un inmenso matadero, como hemos dicho más arriba: “¡a matar, que viene en la Constitución!".
Es la progrez en su expresión más genuina, sin trampa ni cartón: vamos, ¡que se han quedado con las vergüenzas al aire… y eso que por las noches aún refresca!
Y es lo que más les “molesta", por decirlo en fino: que alguien se atreva, con espíritu libérrimo y sin siquiera levantar la voz y menos para insultar, a decir públicamente que “¡van desnudos y sin taparrabos!"…, cuando ellos se creen que van de Benetton.
Por cierto: que les ha señalado que la Constitución es para cumplirla, no para sacralizarla: que no sé si lo habrán entendido; y no lo digo como crítica al señor Obispo, por supuesto.
Una demostración más -y bien a la mano- de que, como el hombre no puede vivir sin lo sagrado, en lugar de respetar la vida, que es SAGRADA en sí mismo, “sacralizan” la Consti. Y pretenden que los demás nos lo creamos. Para, de este modo, llevarnos más fácilmente al huerto.
¡Muy bien por don Juan Antonio!
9 comentarios
Es un monseñor como Dios quiere, no enseña, nos defiende de los que atacan nuestra fe, es un consuelo que tenemos, con lo que está pasando es una esperanza de que la iglesia tiene sacerdotes, obispos, una jerarquía que se mantiene fiel y luchando, gracias a Dios
Seguimos orando para que el Señor os cuide y llame a otros así.
Le agradecería más artículos.
Muchas gracias. Dios le bendiga.
Esta declaración del señor obispo Don Juan Antonio Reig Pla ; debería ser la " línea editorial " de la Conferencia Episcopal , del Vaticano ; y de toda la Iglesia Universal.
Si la opinión del señor obispo resulta estar en perfecta armonía con el Catecismo de la Iglesia Católica ; y no es respaldado por las más altas jerarquías de la Iglesia Católica ; estamos ante un problema eclesial muy grave.
La Historia demuestra ; qué obispos y personas cómo Don Juan Antonio Reig Pla ; son las que han salvado a la Iglesia a través de los siglos ; de qué las puertas del infierno no prevalezcan sobre la Institución fundada por Nuestro Señor Jesucristo.
Demasiados católicos no desobedecen las consignas políticas, si hay que abortar se aborta, si hay que cerrar iglesias se cierran, si hay que suspender procesiones y Semana Santa se hace, pero los botellones, viajes, terrazas, fiestas privadas y demás se desobedece todo lo que se puede, aunque pongan multa, porque creen que es su libertad. El problema es que las consignas políticas las imponen como leyes y ya no se sabe que son y que no son los asuntos que hay que acatar o desobedecer.
Deberíamos organizarnos los católicos para, todos a una, saber que votar, que defender, porque estarán bien las procesiones y romerías, pero mas acuerdo y defensa de lo fundamental nos hace muchisima falta. Estamos perdiendo el oremus...
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