Monseñor Sanz Montes, arzobispo de Oviedo.

Don Jesús es de los que no calla: él, habla. Y lo hace públicamente: saliendo a la palestra, que debería ser uno de los sitios preferidos de todo Obispo que se precie.

Porque, entre otras muchas cosas -y deben llegar a todas ellas; sin intermediarios, o por personas de su entorno cercano, que tienen esa función-, están para HABLAR: desde Cristo, a los hombres, entrando con valentía y honor -el honor de Dios, en el que está el suyo propio-, a los temas que están ahí; especialmente los que se refieren a la Salvación de almas y sociedades.

Este ha sido siempre el papel de la Iglesia, por la voz más que autorizada de su Jerarquía. Dirigiéndose, en primer lugar, a los CATÓLICOS, los hijos de Dios en su Iglesia en medio del mundo, como es lógico; y acabando en “todos los hombres de buena voluntad"; que tambien los hay.

Y don Jesús, se ha despachado. Hablando como Obispo, sin ofender a nadie, sin pretender imponer nada, recordando los deberes de conciencia de todo el mundo; incluso -aunque ya sabemos, pues harto demostrado nos lo tienen-, la de los políticos que no gastan ni gustan de ella; con las lógicas excepciones -caso de que las haya entre ellos; cosa que dudo mucho-, y que se deben contar, fijo, con los dedos de una mano. Y deben sobrar casi todos los dedos.

Enmarca la situación actual con lo que define como “las cuatro pademias", que describe muy acertadamente; para acabar denunciando la inmisericorde, cruel e inhumana Ley de EUTANASIA, que se han mercado estos matarifes incapaces de mancharse las manos: les parece mucho mejor mancharse el “alma"; porque, como “no la tienen” -eso se dicen, y así viven-, tampoco se la manchan. Eso “creen". “¡Animalicos!", como se dice por Aragón.

Todo, en la mejor tradición de los grandes genocidas de la Historia: los nazis y los del “socialismo científico", alias, “marxistas con pedigrí". Y al servicio, bien cobrado, del NOM: o sea, de los masones y sus presupuestos. Por menos de eso no se ponen.

Por supuesto: como no se van a quedar sin su baño de sangre reglamentario -es que “se la beben", dicho sea metafóricamente-, y como los verdugos han dejado de estar en nómina -extinguidos en su día por las complacientes y compasivas “leyes” a favor de los criminales-, contratan SICARIOS -en expresión del papa Francisco-: “médicos” autóctonos o importados -ha de ser todo “científico"-, para dar matarile al personal. ¡Con perricas por medio, siempre hay gente bien dispuesta: aficionados y/o interesados en el tema!

Lo más asombroso de todo el asunto -nueva demostración de que “el sistema” que penosamente sufrimos “es la MENTIRA": “sarna con gusto no pica", dice la sabiduría popular-, ha sido la contestación o réplica que, cual taimada viborilla, le ha soltado la ex ministra de Sanidad -¡más sarcasmos, que aún son pocos, Juana; y estos tragan con todo!-, tratando de cruel e inhumano al señor arzobispo.

Vamos: ¡poco menos que le acusa de sacar él la ley de eutanasia! Y sin poco menos. Por lo visto, no ha leído al señor arobispo; que, por ejemplo, les ha recordado el tema de los cuidados paliativos, a los que, desde el gobierno -¡progre donde los haya!-, se niegan sí o también, por activa y por pasiva. ¡Que… sufran, si no quieren que se les mate!

A la progrez rojelia le ha debido sentar pero que muy mal que monseñor Sanz Montes les haya echado en cara que “juegan a ser Dios"; y, de este modo, se erijan en dueños y señores de la vida y de la muerte… ajenas. 

Asunto, por otro lado, para el que no tienen ningún título. Mucho menos, argumentos; exceptuando la “voluntad política” -"positivismo jurídico", le dicen-, contra los más débiles e indefensos y, por eso mismo, los más necesarios de atención y cuidado.

Por contra, ante el asesino convicto y confeso, todo son respetos, parabienes, favoritismos, gracias, condonaciones, apuestas a su favor, reinserciones, seguro médico, sueldo y, finalmente, puesta en libertad. Son muy “selectivos” estos de la progrez.

Pues para echarse a temblar: si ya se arrogan legislar a favor del ABORTO “de barra libre” -al comienzo de la vida naciente-, y también al final de la vida con la EUTANASIA “modo self service” y/o a domicilio, dos momentos en los que especialmente debería volcarse cualquier gobierno digno de ese nombre, ¿qué les puede impedir que dentro de nada -mañana, por ejemplo; o el día 28-, digan que hay que matar a los que llevan gafas, a los del madrid, a los que juegan a la lotería, a los de vox, a los que hablan castellano…?

Son tan progres-tan progres que, para el honrado y digno enfermo, o simplemente malucho, no digamos si está en trance de entrar en agonía, todo son persecuciones, inquinas, denigraciones, inmisericorde crueldad, maltratos, desprecios, y aniquilación.

Resumiendo, y por acabar. Cuando estos chicos de la progrez de todo signo, rojelios o no, gobiernen o no, den ejemplo de su amor por la muerte ajena poniéndose los primeros en la cola para ser eutanasiados, y se eutanasien realmente, creeré en su buenísima, generosa y altruista voluntad de matar a todos los demás “caritativa, humana y respetuosamente". Mientras, no; la verdad. Y… ya perdonarán, si alguien se ofende.

Así que ya lo saben: a seguir votando, que se lo agradecerán; no “de por vida", sino de por MUERTE segura. Al tiempo.

Y muy bien, una vez más, por monseñor Sanz Montes. Y por los pocos “sanz montes” que hay en la Iglesia Católica de este país, antes España; hoy -cultural y socialmente, pero también en la Iglesia-, “casa de tócame roque". Mejor: “¡mátame roque", que es más esquerosamente progre. ¡Dónde va a parar, Ramona!