L@s «teólog@s» a día de hoy. Pero viene de lejos, ya.
Hoy día, te nombras “teólog@” y ya estás legitimad@, en el amarillismo eclesial o asimilado -tal el del Vidal, “veneno mortal", por irnos cerca-, y hasta en el oficial-eclesiástico, para decir todas las “soplapo…ces” que a uno se le ocurra: por propia iniciativa, o por encargo remunerado.
Ahora aparece una tal Isabel, en la venenosa RD -teóloga se dice, y se lo dicen ahí-, a la que no se le ocurre otra cosa que sacar a relucir, como fruto de sus mejores sueños intrapandémicos o de ingesta necesaria y obligada, que “Jesucristo no fue sacerdote, no ordenó sacerdotes, ni los Apóstoles eran sacerdotes". Por sus pistolas. Y lo firma, oigan. Y se lo publican: sigan oyendo, por fa.
Hay que ser teólog@, pero de los buenos, buenos, tal la Isabel, para llegar a estas afirmaciones tan revolucionarias, tan sutiles y, al mismo tiempo, tan elevadísimas: no tienen precio. O sí; y ha cobrado.
Y tenía que existir RD y el Vidal, “veneno mortal", para que se llegasen a publicar; haciendo honor a su meritoria labor en favor, no ya de la buenísima y altísima teología, de la que es fiero guardián; sino del mejor servicio eclesial; que, en su mano, cual empuñando otra “tizona” está. Y muy bien “estada". Por cierto, reproducción barata en un chino de todo a cien; y nada sofisticada: “bastante” hortera (en honor a su mano izquierda, el Jesús).
Pero ¡alma de cántara! ¡A dónde vas, Isabel! Me da que el confinamiento, y lo que has tenido que tragar en esos meses, te ha sorbido el seso; o se te ha hecho agua. O se te ha acabado de fundir.
Claro que, tal como están las cosas eclesiales, se puede decir esto, como se puede llamar “familia” a las uniones unisexs, como se puede abogar -la Isabel lo hace, faltaría más: ¡que se le iba a escapar a ella el tema!- por las sacerdotas, obispas, cardenalas y demás hierbas.
Se puede decir, se puede escribir, se puede publicar… y ¡NO PASSSSAAA NNNAAAAADDDDAAAA! Pecata minuta, para lo que se lleva en la iglesia esta ya larguita temporada -así se nos está haciendo- de rebajas, rifas y saldos: ¡¡¡que los regalo, oigan!!!
Vamos por partes.
“Que Jesucristo no fue sacerdote”. No sé de dónde se lo saca esta señora. Confieso que no he leído el libro, ni lo voy a leer: por lo que no voy a discutir sobre “fuentes", porque no las hay ni por aproximación; voy a entrarle al herético aserto que formula.
Desde luego, no se lo saca de dónde se lo saca. No de los Evangelios, que dudo haya leído alguna vez; y, si lo ha hecho, los ha despreciado, como buena “teólog@” aggiornata. Es marca de la casa de este “modernismo” que nos ha invadido y comido el alma; y casi es ya franquicia internacional.
Porque claro: si el Jueves Santo, como recogen los Evangelios -Palabra de Dios-, Jesucristo CONSAGRÓ el pan y el vino, y lo dio a comer y a beber como SU CUERPO y SU SANGRE, solo lo pudo hacer si era SACERDOTE.
Para mayor condena y desautorización de lo que escribe esta señora -teólog@, se dice-, la Santa Iglesia Católica -no sé si la Isabel es católica: puede que sí, puede que no-, certifica que Jesús es el ÚNICO y ETERNO SACERDOTE, de cuyo SACERDOCIO participamos todos, sacerdotes y laicos. No sé si incluye a l@s teólog@s puestos al día.
O sea, y por concluir el apartado: si Jesucristo no fue sacerdote, en la Iglesia Católica ni hay sacerdocio ni hay sacerdotes. Con lo cual, se podría haber ahorrado todo lo que sigue diciendo. O sea que, como da la impre de que el tema no le ha quedado suficientemente claro y neto, sigue arremetiendo contra sus propios “molinos": oníricos por toda realidad.
Todo esto viene de lejos, por supuesto. En concreto, desde que se arrumbaron las excomuniones, allá por los primeros años sesenta. Y así estamos: sufriendo la arrogancia blasfema de este personal -o personol o personala o personola… que no sé cómo les gustaría que se dijese-, que sin cortarse un pelo rechazan la Palabra de Dios y, con absoluta soberbia -blasfema también-, la cambian por la suya. ¡Que ya hay que tener tragaderas para aceptar tal pretensión, sinceramente!
“Que Jesucristo no ordenó sacerdotes”. Tampoco acierto a discernir de qué chistera se lo saca la afamada teóloga. De los Evangelios no: insisto con absoluta seguridad. Y de la Fe Católica, tampoco.
Volvemos, nuevamente, al Jueves Santo, que se le ha debido pasar a la entendida y afamada.
Cuando Jesús consagra y se realiza la TRANSUSTANCIACIÓN, remata la inefable ceremonia -lo nuclear de cada Misa-, diciéndoles a los suyos, a los Apóstoles que tenía delante, y solo a ellos: “Haced esto en memoria mía“.
En ese mismo instante, nace la Iglesia y se instaura e inaugura el SACERDOCIO CATÓLICO. Precisamente porque Jesucristo transmite su mismo poder, es decir, su mismo sacerdocio, a los Apóstoles y a los que vendrían después. Y esto, para siempre.
Concluyendo: hay Iglesia, porque hay Eucaristía: de Ella vive. Y hay Eucaristía porque hay Sacerdotes. Y todo esto el Jueves Santo, en la Semana Santa por excelencia.
Y, con esto, está ya contestada la tercera parte: “los Apóstoles no eran sacerdotes”. Que SÍ, chati.
Lo habrá soñado la Isa; y, en sus sueños, serían cabreros de la Sierra de Abajo. O se le habrá olvidado que se siguen diciendo Misas por todas partes, que hay curas, y que nos hay “sacerdotas"… quizá porque no pisa una iglesia desde que hizo la Primera Comunión. Si la hizo.
Con todo lo cual, aún se entiende menos la perra que cogen algunas personas -entre otras, esta misma-, con lo de la “ordenación a go-gó de señoras y señoritas". Si no están ni en la Iglesia; si no creen en el Sacerdocio de Cristo, ni en nada de lo que dice y hace; si no hay sacerdotes…, ¿tiene que haber, sí o también, “sacerdotas"? Deben ser ganas de “fastidiar", como decía aquel del chiste…
¡Están locos estos romanos!
Un último apunte, para rematar yo también la faena: ¿adivinan dónde trabaja -y de dónde cobra, por tanto-, la tal? Universidad Javeriana. Quizá con esto está todo explicado. Sí o también.
16 comentarios
Esto que contiene el artículo no es argumento:
«Porque claro: si el Jueves Santo, como recogen los Evangelios -Palabra de Dios-, Jesucristo CONSAGRÓ el pan y el vino, y lo dio a comer y a beber como SU CUERPO y SU SANGRE, solo lo pudo hacer si era SACERDOTE».
Eso no demuestra que Jesucristo fuera sacerdote..., porque puede que... no consagrara. Hay que argumentar de otra manera que Jesucristo fuera sacerdote.
Por otra parte, por las referencias al «otro artículo», si Jesucristo no fue sacerdote, sobran todas las alusiones a sacerdotas y demás, porque ni los apóstoles lo serían, ni lo serían, ni lo son, sus sucesores, ni nadie.
¿Y puedes explicarme, para que hasta yo lo entienda, cómo podía consagrar sin ser sacerdote? ¿Y puedes explicarme también que diera a comer su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino si no consagró? Y, si no consagró, ¿qué hizo?
Y todo esto que pretendes defender, ¿cómo se compagina con lo narrado del Jueves Santo, y con la Iglesia, y con las Misas, y con el sacerdocio y los sacerdotes?
O lo explicas, o, simplemente porque digas que NO, no basta. Y si no tienes explicación... ¡cállate!
¡Ay Virgencita que me quede como estoy!
Como que está claro en las Sagradas Escrituras que Jesús es Sumo Sacerdote:
Hebreos 4 14 "Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos."
Hebreos 5, 10; ""proclamado por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec."
Génesis 14, 18; ""Entonces Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino, pues era sacerdote del «Dios Altísimo»."
Como que queda claro que el Sacerdote necesariamente consagra el pan y el vino
En casi todas las tradiciones religiosas de casi todas las culturas han existido sacerdotes que ofrecen sacrificios a las divinidades para contentarlas, pedirles perdón, beneficios, etc (incluso sacrificios humanos).
En el mundo judio contemporáneo de Cristo estaban los sacerdotes del templo de la rama levítica que sacrificaban animales en el templo de Jerusalén.
Lo cierto es que Cristo inaugura un nuevo tipo de sacerdocio, distanciándose bastante de los demás (por eso decimos que es sacerdote, víctima y altar), y en este sentido podemos decir que es sacerdote; pero cuidado, ¿un sacerdocio ligado a templos y cultos, cuando llevó una vida itinerante, desligado y despojado de casi todo?
Y es aquí donde las dudas me surgen; Cristo, sacerdote, si, pero un sacerdocio muy distanciado de lo que entendían los judíos como tal, y no digamos otras tradiciones religiosas.
Aunque tambien hay que reconocer que Cristo es judío y participa de lo que es el mundo religiosos judío, fue al templo, a la sinagoga, pero no se identifica con lo que podríamos llamar la "casta sacerdotal levítica" de su tiempo.
El que no gustes a los hombres no te da patente de corso para escribir semejantes chorradas. Me apuesto una piruleta a que ella querría ser sacerdotisa y como no puede le niega la mayor a Cristo-Dios.
No soy joven, pero tampoco lo que se define con torpeza "un hombre mayor" y desde niño me DEformaron con mucha bobada progresista, pero en vez de inocularme el virus, creé anticuerpos y ahora reconozco herejías y estupideces desde lejos.
"Si la perfección se alcanzara mediante el sacerdocio levítico... qué falta hacía que surgiese otro sacerdote en la línea de Melquisedec y no en la línea de Aarón? Porque cambiar el sacerdocio implica forzosamente cambiar la ley; y aquel de quien habla el texto pertenece a una tribu diferente, de la cual nadie ha oficiado en el altar. Es cosa sabida que nuestro Señor procede de Judá, una tribu de la que nunca habló Moisés tratando del sacerdocio. Y esto resulta mucho más evidente si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, que no ha llegado a serlo en virtud de una legislación carnal, sino en fuerza de una vida imperecedera; pues está atestiguado: 'Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec'. De este modo, por un lado, se deroga una disposición anterior, por ser ineficaz e inútil, pues la ley no llevó nada a la perfección, y, por otro, se introduce una esperanza más valiosa, por la cual nos acercamos a Dios. Además, aquí no falta un juramento, pues aquellos fueron sacerdotes sin juramento; este, en cambio, por el juramento que le hicieron al decirle: 'Juró el Señor y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre'. Esto es señal de que Jesús es garante de una alianza más valiosa. De aquellos ha habido multitud de sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer; en cambio, este, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre" (Hebr. 7, 11-28).
"Yo hago nuevas todas las cosas" (Apoc. 21,5)
Y pensar que cuando empecé a decir que habían puesto algo en el agua lo hacía medio en broma !!
Saludos cordiales.
Creo q seria uno d sus mejores entretenimientos, además d un gran servicio a las almas, incluso d las q disparatan y blasfeman.
Me hacen ver que me dan pereza mental las batallas que considero perdidas por la cerrazón de los que no quieren ver. Tengo que corregirme.
Ranher, distintos al oficial. Porque se han alejado tanto del catolicismo y del Evangelio de Jesús, relativizando toda la doctrina católica e imaginando una historia paralela, que nada tiene que ver con nuestra fe, que más que teólogos yo les daba el título de: inventólogos , creadores de novelas, imaginarios de un Dios que no existe, traductores de un idioma que no conocen, o reemplazadores del Espiritu Santo por la propia opinión. Cualquier título de estos les viene mejor que teólogos. De hecho ninguno de ellos llegan a Santos, porque no los guía el Espíritu Santo, sino el espíritu del mundo.
Padre José Luis:
Tengo que decirlo: JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE!!!
Usted me perdonará Padre José Luis, pero si no lo decía, me habría sentido que no lo había defendido. "A quien me reconozca... yo lo reconoceré ante mi Padre"...
Y a Dios gracias en su blog lo puedo decir o más bien gritar, porque dicen que en Internet no se deben poner mayúsculas....
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