«Católico practicante de toda la vida». O sea: el gobernador
Va de políticos. Y también, cómo no, de algunos de la Jeraquía Católica: son bastante amigos, parece. Muy en particular, y vuelvo a los políticos -mi “pasión inconfesada"-, sobre los especímenes que se declaran “católicos” y no se les cae la cara de vergüenza firmando una “¿ley?” del “suicidio asistido". Por sus pistolas.
Como han firmado otras antes, igualmente inicuas, inhumanas, incoherentes e incomprensibles: sin temblarles el pulso. Vamos, que se han lucido como católicos, como políticos y como personas: todo a una, y por el mismo precio. Buen precio, porque bien lo cobran.
Claro que, y volviendo a lo católico: ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Pero estas palabras -Palabra de Dios- ya ni las conocen. O las desprecian olímpicamente. Porque, desde hace ya muchos años y desde la Jerarquía Católica, casi nadie se ha molestado en enseñar a venerarlas. A estos, sí les ha templado el pulso… o les dado taquicardia solo de pensarlo.
Este sujeto en concreto, es gobernador del Estado de New Jersey; y se sacó la ley de la manga porque DOCE -sí, han leído bien: 12- habitantes de NJ se habían quitado la vida echando mano de esa ley, que un juez había detenido temporalmente. Y él se reafirmó en su postura, y la firmó. Y ahí está.
Para mayor escarnio y mofa, o para mejor presentarse como “libre” y “liberado” ante sus “feligreses", de su Fe y su pertenencia a la Iglesia Católica, no dudó en dejar clarisímo que era “católico de toda la vida”. Con un par.
Para muchos “católicos", incluso para “los de toda la vida” -no me cuesta nada creérmelo-, esto es lo más que les queda de “católicos": ni la más mínima querencia o sentimiento. Absolutamente NADA. De pena.
La buena noticia -porque, a estas alturas de la peli, esto es hasta noticia, y buena-, el buen obispo de New Jersey, la diócesis del gobernador, le ha salido al paso recordando la Doctrina católica a este propósito: respeto a la vida, y demás. Muy bien por el señor obispo: otros no llegan a esto, ni mucho menos.
Pero, claro: “¡A buenas horas mangas verdes!”, que diría el clásico. Porque, tal como han ido las cosas -cuando ya la Doctrina brilla por su ausencia en las vidas, las almas y las conciencias de las gentes-, recordar la Doctrina cuando a tantísima gente ya no les dice nada, sirve de muy poco. De casi nada o, realmente, ya de nada.
Porque se les ha dejado vivir como si no fueran católicos -como si la Doctrina no sirviese para nada en la vida real: sin pretender que haya ningún compromiso personal con Ella, o sea: con el Señor-, recordarla vale para muy poco: por eso, ni se sienten aludidos. Para muestra, un botón. Pero los botones son numerosos como las arenas del mar.
Por tanto: bien por el Obispo de New Jersey. Pero su “tiro” se ha quedado corto. Muy corto. Al buen Obispo le ha faltado pegar un puñetazo en la mesa, que despertase corazones y conciencias: EXCOMULGAR al tal gobernador; prohibiéndole, por tanto, el acceso a los Sacramentos, excepto en peligro de muerte. “¡Y que cada palo aguante su vela!”.
Porque a esta situación, que contemplamos estupefactos, cuando no horrorizados, se ha llegado por la BLANDURA de la Jerarquía. En hablar, primero, y en ACTUAR después, en CONSONANCIA a las burradas pasadas y presentes. Que lo necesitan y lo exigen.
Si los obispos, cada uno en su Diócesis, simplemente cuando salió la primera aprobación de la “ley del divorcio", por poner un poner; pero vale para cualquier “ley” (in)humana que solo es abuso de ley; y, en coherencia con su ser católico, no puede aceptarla -mucho menos firmarla y seguirla-, hubiesen declarado EXCOMULGADO a cualquier católico -político o ciudadano, civil o clérigo- que actuase de ese modo, que militase o votase a esos partidos, etc., ¡NUNCA, repito NUNCA, habríamos llegado a estas dolorosas y perversas situaciones!
Y esta actuación, lo mismo vale para el James, que para el vicario general de Essen, para Biden, para Marx… y/o para todo el que lo merezca y se lo haya ganado a pulso… Menos de esto es seguir abonando la confusión y la nadería del “ser católico", que es una VOCACIÓN DIVINA.
Alguno dirá, creyendo tener razón, que, de este modo, “nos hubiésemos quedado sin católicos”. Le puedo ya contestar, con total seguridad, que, precisamente por no haber actuado así, nos hemos quedado sin católicos. A las pruebas me remito. Y también, tal como están las cosas, sin una gran parte de la Jerarquía Católica.
Aparte que, para “católicos” que usan su “supuesto catolicismo” para embaucar al personal y sacarles los votos y las perricas… “para ese viaje no hace falta alforjas”. Esos tienen de católicos lo que yo de bombero; que solo tengo un sobrino que sí lo es. Y gran profesional.
Pero, claro, ¿quién es el guapo -y obispo, además- que se significa de ese modo? Primero, antes sus colegas de reparto. Luego, ante sus propios sacerdotes; más, frente a la prensa canallesca; y ante los propios políticos y sus votantes, etc. ¡De pánico! Totalmente escénico; pero pánico al fin y al cabo.
Lo cierto y verdad es que hay que estar muy convencido -como Obispo- de servir con su Ministerio a la Palabra de Dios y, por tanto, a Dios mismo; para, de ese modo, poder servir con sentido de totalidad a sus ovejas todas, y a toda la gente de buena voluntad. Pero, actuar de esta manera cuesta, claro, porque hay que significarse.
Pero es que así han obrado los SANTOS, obispos o no, costase lo que costase. Desde los Profetas, con san Juan Bautista cerrando el ciclo, hasta los mismos Apóstoles, san Esteban Protomártir, los Mártires -también a día de hoy-, y los Confesores… todos han actuado de ese modo: con la VERDAD de Dios por delante, costase lo que les costase.
Todos han tenido siempre presente el ejemplo vivo del Señor: Yo para esto he venido, para dar testimonio de la Verdad.
Esta ha sido y es la Iglesia Católica… hasta que a gran parte de su Jerarquía, le han podido otros “intereses”. Que es muy probable que nunca lleguemos a conocer.
Jerarquía, por la que rezamos: por obligación personal, coherente, en hacerlo así.
Pero no hay más remedio que poner el remedio. Quienes lo tienen que poner. Con “paños calientes” seguiremos no ya en el pozo, sino agrandándolo y ahondándolo.
Vamos: para no poder salir nunca jamás como esto siga en la misma deriva.
20 comentarios
Si yo dijera que soy abstemio que se emborracha todos los días, que soy atleta profesional de vida sedentaria, que mi pasión son los libros sin haber leído uno en la vida, siempre habría un abstemio, un deportista o un lector que me votase por simpatía.
Pero esto es más serio.
Se nos dijo:
"No tomarás el Nombre de Dios en vano"
Cuidado gobernador:
Está jugando con fuego.
2. La doblez del espíritu del mundo y del "católico": Judas de Iscariote en la Eucaristía (Jn 13)
3. La doblez del nicolaita.
Ahora hay dos pecadores graves:
1. El político por comisión del pecado del suicidio asistido, pecado intrínsece malum per se semper et pro semper in ómnibus locis.
2. Obispo en su doble pecado grave:
a) pecador grave por el pecado de omisión de la emisión de la imprescindible decisión de excomunión
b) pecado grave de escándalo por confusión del Pueblo de Dios, al considerar este pecado de suicidio asistido como tolerado por la Iglesia, al NO emitirse la necesaria excomunión "declarata". Afirma pero NO confirma la Fé de los fieles con la excomunión de un político corrupto que se hace pasar por católico pero es un anticristo.
...
Hay pues dos malvados: el político por comisión y el obispo por omisión y escándalo.
La solución sólo es excomunión.
Lo cual no le ha impedido hacer que, los abortos mal llamados "legales" (no lo son) pasasen de un puñado a 8388 el año pasado.
Y que sus funcionarios ALARDEASEN de ello en la Legislatura de la Ciudad.
Más abortos por habitante que nuestros vecinos de Uruguay que SI TIENEN la maldita ley.
¿ Cómo se llama de manera estricta a "tomarle el pelo" a Nuestro Señor ? ¿ Blasfemia ? ¿ Sacrilegio ?
Lo que tengo claro es el ASCO que me dan.
Pues ya le digo yo que en España está bien claro: la X, la perversa X. Por una X babean y venden nuestros obispos a su madre. No denuncian bien alto y claro, como deberían, las inmoralidades políticas, por conservar la X. Es algo totalmente acordado: "Mira, tú no te metes conmigo y no me das mucha guerra con mis cambios antopologico-sociales y yo te respeto la X. Si acaso sacáis un documento en la CEE, de ésos que no lee nadie, como guiño a vuestros indocumentados y sumisos fieles, y aquí paz y gloria" Y si no, a qué vienen esas risas en actos oficiales entre políticos y obispos (visto con mis propios ojos), e invitaciones a dar conferencias en foros eclesialess a políticos, como el "católico" Fernández Díaz, el de un gobierno proabortista y prohomosexual.
"Soy Doctor en derecho, con una tesis sobre Doctrina Social de la Iglesia, he intentado en muchas iglesias católicas hablar sobre estos temas y a nadie le ha interesado, lo mismo me ha ocurrido con seglares, movimientos catolicos, con partidos como Vox.... lo que la Iglesia enseña sobre estos temas a nadie le interesa. La moral no interesa a nadie, palabra maldita. Es triste."
Hermano: comprendo y me solidarizo con tu frustración y tristeza: parece que la moneda de cambio hoy, en todos los niveles, es la ingratitud e indiferencia hacia lo que realmente tiene valor. Hablar hoy de principios a la gente, incluso la gente 'educada', (o quizás especialmente a la 'gente educada') es tarea propia de émulos de San Juan Bautista: "voz que clama en el desierto". En cambio háblales del fútbol o de la "actriz" de moda y son todo oídos. Un abrazo.
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