Quo vadis..., Ecclesia?
Hay que partir de la base de que la Iglesia, nacida de las manos amorosísimas de Cristo -su Amante Esposo-, es Una, Santa, Católica y Apostólica: porque es Esposa Casta y Fiel. Además hay que añadir que “las puertas del infierno no prevalecerán” contra Ella: porque la asiste -perpetua y eficazmente- el mismo Espíritu Santo. Todo para ser camino de Salvación universal de los hombres.
Bueno, de los hombres… y de los burros, de los que no se olvida el Antiguo Testamento: Homines et iumenta salvabis, Domine! “Tú, Señor, salvarás a los hombres y a los burros". El por qué los nombra, debe ser para que pueda entrar yo también. Que nadie se ría, que lo digo en serio. Y si alguien se quiere apuntar… yo, encantado.
Pero asentado esto, que es nuestra Fe, y que el Señor no puede menos que atender y hacer eficaz, porque nos la ha dado Él mismo, también es perfectamente constatable que el descamino -por decirlo finamente- que se está instalando en sus adentros, es fino: no hay día que no nos asalte algún titular, alguna noticia, alguna declaración, algún despropósito o alguna herejía…, vengan del norte, del sur, del este o del oeste. O incluso de Roma, que debería ser el último sitio de donde nos viniesen estas cosas ya, desgraciadamente, “cotidianas".
Lo más llamativo -por decirlo también suavemente- es que se dicen y se hacen esas cosas, y da la impresión que a nadie le chocan, que nadie se hace cargo, o se toma la molestia de desmentirlas ni, mucho menos, tomar las medidas pertienentes, si fuese el caso. Da la impresión, insisto, de que nadie se inmuta con esas “burradas” -nada que ver con la cita anterior- y, menos que nadie, aquel o aquellos a quienes, en buena lógica, les correspondería hacerlo, pues es lo que los demás, el pueblo fiel, esperamos que hagan. Como se ha hecho siempre en la Iglesia, para bien de sus hijos… hasta hace bien poco, al menos.
Lo digo desde fuera, porque -gracias a Dios- no estoy donde se deciden las cosas: hablo desde lo que se publica, desde lo que se pone en boca de los protagonistas de los actos y de las declaraciones, y desde los clamorosos silencios -y desde los gritos, también clamorosos, que se dan para temas secundarios en el hacer de la Iglesia, o que ni siquiera le corresponden- de quienes deberían hablar y hacer desde la fidelidad a su vocación y misión.
Y digo y afirmo -modestamente- que da la impresión de que muchas gentes de Iglesia, en la misma Jerarquía, se han inficcionado de lo peor de los males que afectan a la sociedad civil; sociedad, por cierto, que se ha desmoronado -se la ha corrompido- desde las mismas instancias que deberían haberla protegido, cuidado y salvaguardado. Y lo ha hecho, precisamente, en la misma medida en que la Iglesia -y su Jerarquía-, ha contribuido a su descristianización, con lo que ha dejado a las gentes -a “sus” gentes- doblemente a los piés de los caballos.
Uno de esos males, quizá de los peores, ha sido el de no querer ver -no querer reconocer- lo que estaba pasando. Ni por qué estaba pasando. Y, de este modo, no hay solucíón posible. No la puede haber siquiera.
Por ejemplo. Se ha eliminado de la predicación de la Iglesia la palabra “conversión": Se ha cumplido el tiempo, está cerca el Reino de Dios, convertíos y creed en el Evangelio. Y si se la sigue utilizando, se la desvirtúa cuando se la desvincula de la palabra “pecado", y de la necesidad de volver a nacer, la necesidad de hacerse “otro", conforme a Cristo, nuestro único modelo.
Por contra, se toma como criterio “moral", lo cuantitativo, es decir, lo numérico tout court. Por ejemplo, se constata que hay gran número de matrimonios rotos, de católicos recasados por lo civil, de gentes que comulgan en pecado grave y ya sin planteárselo de otra manera: comulgan en Misa lo mismo que rezan el Padrenuestro…, y así sucesivamente.
Pues bien. Para atajar eso, se atiende también solo a lo numérico: se eceleran los procesos de nulidad, se admite a la comunión a esos recasados, se sigue sin facilitar la confesión de las gentes y sin formar las conciencias -antes bien, se pone la conciencia personal y su “libre” juicio como único y último baremo moral-, porque lo numérico no forma ninguna conciencia. Y así se va ahondando el vacío espiritual, el caos moral, y la corrupción de la misma Iglesia y de sus instituciones: los Sacramentos, la Misa, la identificación con Cristo, el vaciamiento de su Palabra Salvadora y la Majestad de su Persona. Y se renuncia a formar las conciencias. El peor error. La gran traición. Y se pierden las almas.
Con todo esto el hombre, al no poderse reconocer en Cristo, no puede reconocerse ya en ningún otro sitio: se desconoce para sí y se hace desconocido para los demás. Esta es la tragedia de la sociedad moderna y de la “nueva Iglesia” que se pretende instalar. Y así no hay solución.
Como escribió Simone Weil, que no es que sea teóloga, pero “la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero": “El conocimiento del bien solo se tiene mientras se hace… Cuando uno hace el mal, no lo reconoce, porque el mal huye de la luz".
Lo que significa que el bien se reconoce solo si se hace. El mal, solo si no se hace. Y ya cuando se presenta el bien como mal y el mal como bien -que es lo que está pasando- dar marcha atrás, rectificar, reconducir las situaciones se hace muy, pero que muy difícil.
Tarea para Dios, porque los titanes no existen, me parece.
19 comentarios
Nos han tomado por asalto la ciudadela, entonces la confusión cunde. Herejías ha habido siempre, pero entonces se miraba a Roma, Roma hablaba y "causa finita est". Ahora en cambio, cada vez que habla Roma temblamos... A pesar de lo cual la Iglesia, la Esposa de NSJC, misteriosamente sigue siendo Una, Católica y Apostólica.
Tiempo atrás un sacerdote no tuvo más remedio que hacerse un largo y costosísimo viaje a Roma para solucionar una cuestión grave. Menos mal que antes de partir se le ocurrió consultar a quienes conocían bastante los pasillos vaticanos. Les dijo cuál era la intención del viaje y que se disponía a ir en primer lugar a la oficina que entendía en esas cuestiones.
_¡¡Nooo, ni se te ocurra aparecer por ahí!!. Antes mejor te ahorras el viaje!!.
_ ¿Por qué?
_ Porque allí te van a destruir. Tienes que ir a ver a tal persona, la cual te indicará a qué otra persona debes ver para conseguir la solución que necesitas.
Así lo hizo y efectivamente, consiguió el asesoramiento que necesitaba conforme al Derecho Canónico, obteniendo finalmente de su obispo lo que legítimamente le correspondía.
Dios le bendiga Padre.
Recemos con convicción ya que (Leopoldo Marechal) "“Señor –le dije-, clavo la rodilla y la frente, pero, ¿cómo salir de la noche doliente?” Y respondió: “En su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba “si el alto Amor lo quiere. Pero la Ciencia dijo: En horas de tiniebla no te apresures, hijo.”
Siempre recuerdo un libro que originó una película, Quo Vadis. En el manuscrito se narra el episodio de San Pedro cuando el emperador románo Nerón en el año 64 comenzó una terrible persecución contra los cristianos. San Pedro temeroso de lo que pudiera sucederle huyó de Roma por la Via Apia, pero en el trayecto se encontró con Jesucristo que cargaba con una cruz. Entonce le pregunto "Quo Vadis Domine" ¿A donde vas Señor? y Cristo le contesto: Mi pueblo en Roma te necesita, si abandonas a mis ovejas yo iré a Roma para ser crucificado de nuevo. San Pedro avergonzado de su actitud, volvió a Roma y de inmediato fué detenido por Nerón. Se dice que condenado a ser crucificado dijo que no era digno de morir como su maestro, por lo que los romanos optaron por crucificarlo cabeza abajo. ( La leyenda Aurea o La leyenda dorada, escrito en el siglo XIII, por el monje dominico y arzobispo de Genova, Jacobo de Vorágine o Santiago de Vorágine.) En el lugar de su martirio hoy dia según la tradición se levanta la Basilica de San Pedro de El Vaticano y en la cripta de la Basilica reposan los restos del apostol de Jesús.
Pidamos a San Pedro frente a sus restos en la Cripta que oriente a la Iglesia a ser Cristocéntrica no "otra cosa céntrica".
Let Us Pray.........
Porque,
1°se desdeña hacer luz sobre tres principalísimos sacramentos: matrimonio, Comunión eucarística, reconciliación.
2° Se ensalza a Lutero abrazando a obispesas lesbianas en Suecia y en un documento de dicasterios vaticanos se descuida la Transusbstanciación, calificando recientemente al tremendo heresiarca de "testigo del Evangelio".
3° Se afirma una y otra vez que el Corán no es violento. Cuando un jesuita del Líbano, buen conocedor del asunto, muestra patentemente lo contrario, lo mismo que otros expertos en este tema.
4° Se repite una y otra vez, que el proselitismo es venenoso, sin dar
pautas de evangelización y extensión de la verdad en la misión.
5° Se suspende todo reparo a los desviados escritos de A. Álvarez Valdés, quien, engreído como nunca, sigue expandiendo sus errores y agregando nuevos.
Etc, etc. etc.
¿Es esto misericordia o "laissez faire, laissez passer"?
.alfayomega.es/75133/el-papa-avala-la-interpretacion-del-capitulo-viii-de-amoris-laetitia-de-los-obispos-argentinos
Poco más o menos el cardenal Giacomo Buffi de Bolonia dijo (se refieren a los que escandalizan), hay obispos que parecen asnos y asnos que se parecen a obispos
por favor padre siga hablando y Dios le bendiga
,
El Espíritu Santo lo siga iluminando y la Santísima Virgen María los cubra con su manto a Ud. y a la Iglesia de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Los que gobiernan la barca de Pedro quieren incorporar a los alejados, a los pobres sin recursos económicos (pero muchos de ellos ricos a rebosar de sí mismos y llenos de ideologías y revanchas), a los refugiados, a los hermanos separados, a los enfermos de alma y cuerpo, una Iglesia hospital de campaña que sane y acoja.
¿Donde va la Iglesia de Roma?
Lo van diciendo desde el primer día de este papado. Va a las periferias, a los encuentros interreligiosos, a cambiar las estructuras vaticanas, a proteger a los descartados, no va a juzgar a los disidentes, va a reformar lo actual (pero cuidado con el gatopardismo) para que quede todo como dicen los teólogos de rodillas...
"Los de antes" no sabemos si funcionará una Iglesia así cambiada, no nos dará tiempo a verlo, los que vengan detrás que se las apañen con la ayuda del Señor, nosotros como siempre orando y confiando en Dios, porque deja al demonio enredar para probarnos, nos deja equivocarnos para que aprendamos, pero la barca de Pedro va donde El la lleva.
Rezo porque haya sacerdotes como Vd y también obispos que hablen claro y denuncien lo que pasa.
Quedé atónito cuando al menos dos de las personas que conozco se acercaron a comulgar viviendo en un claro y notorio concubinato (es presumible que de las que no conozco también haya quien comulgó).
Otra: hoy mismo, siendo primer viernes de mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús me acerqué a una Iglesia que tenía tiempo sin visitar, una hora antes de la misa. Dispuse confesarme y pregunté a la secretaría por el sacerdote, me dijo que estaba en una reunión con algún grupo apostólico. Visito al santísimo y participo en el rezo del santo rosario. Terminado éste se me ocurrió preguntar en forma de chiste al joven revestido para ayudar en el altar, que por qué salía sin el padre, me contestó que no habría Misa y solo celebración de la palabra por un seminarista. Ya antes del rosario había observado que el padre se cambiaba de sitio con los cuatro jóvenes con quienes se reunía y se introducían en un pequeño recinto adyacente al templo, a seguir su reunión debe ser.
O sea ni confesión, ni misa un primer viernes de mes. Como punto final me acerque al seminarista y le recomendé: cuando sea ordenado sacerdote, si puede, nunca deje de dar la Santa Misa. Por cierto, el primer cura del que hablo tendrá alrededor de dos años de ordenado, y el último si acaso seis meses.
Pero, pregunto respecto a lo primero ¿Es válido que un sacerdote de la absolución general a los feligreses posterior a la lectura del Evangelio, con solo hacer la señal de la cruz con la Biblia, así sea en Navidad?
Lo que el sacerdote pronunció en voz alta es una frase que dicen ellos de forma secreta después de leer el Evangelio ." per evangelica dicta deleantur nostra delicta". Pero se refiere a los pecados veniales. Ha sido un error pronunciarla tan solemnemente sin ninguna explicación por su parte.
Igual que es un error hacer absoluciones generales sin confesión individual, eso sirve para pecados veniales, no para los graves. Pero esos pecados se perdonan igualmente santiguándose con agua bendita o después de Comulgar. Por desgracia los católicos desconocemos cada vez más nuestra fe y los sacerdotes no contribuyen a formarla y el relativismo que hay en la Iglesia hoy día contribuye cada vez más a que muchos, amparándose en su conciencia hagan lo que les parezca bien, está claro que la Iglesia cada vez es menos Católica ya que hoy día cada sacerdote imparte su propia doctrina vease casos como el P. Masiá, el sacerdote de entrevías, el P. Angel etc
A veces pienso que el problema principal de muchos miembros de la Iglesia es el de estar "desubicados". Es decir, me parece ver que se tiene a Dios como si fuera una tela de fondo, un hilo musical, algo que forma parte de la ambientación requerida, y poco más. No se habla de él, parece que no se piensa en él, no sé si se está con él, y así ves que el lenguaje cambia y el mensaje no llega.
Por ejemplo, la palabra solidaridad se repite hasta la saciedad y la palabra caridad no se menciona nunca, el evangelio parece reducirse a que hemos de ser "solidarios" con los pobres, y la solución para la convulsión que sufre el mundo actualmente consiste en ser más tolerantes, cuando nosotros al menos deberíamos tener muy claro que la verdadera solución para los problemas de esta época y de cualquier otra pasa por ser más santos.
Como Iglesia pensamos mucho en lo que les preocupa a las personas, familias o sociedad, lo que está bien, pero ¿pensamos de la misma manera en lo que le preocupa a Dios? Porque resulta que a Dios le preocupamos tú y yo, y todos nosotros, y todo lo nuestro, y resulta que Él es el único que sabe lo que más nos conviene en cualquier circunstancia de nuestra vida y de él podemos estar seguros que quiere nuestro máximo bien, por lo tanto si alguna solución hay para los males que nos afligen, ésta necesariamente vendrá de él.
Pero ese es el estilo de pastoreo que a muchos les han inculcado y que ellos tienen tan asumido como excelente. Y no sé qué podemos hacer para enderezar esas ramas. Como usted bien dice es una tarea de titanes y no los somos, pero siempre podemos rezar.
En definitiva sólo veo un camino, volver a Dios, pasar largos ratos con él, más oración, más adoración, más vida espiritual, hacernos uno con él, dejar que el modele nuestro corazón haciéndole semejante al suyo. Porque Jesucristo no solo es alguien cuyo estilo de vida debamos imitar, sino que es alguien de quien necesariamente hemos de alimentarnos para dar frutos de conversión, de compasión, de sanación... de santidad.
Y esto vale para todos pues es fácil ver los fallos del prójimo y permanecer ciegos ante los propios. Y a todos nos puede pasar que por estar muy ocupados haciendo las obras de Dios perdamos al Dios de las obras. Por eso cuidemos con esmero el amor primero y así nos cuidamos también de no perder el camino.
Dice otro refrán que "el pescado se pudre por la cabeza".
Y digo yo que, salvo contadas excepciones, el refranero popular no se equivoca. Al menos en esta crisis terminal que hoy vive la Iglesia, no se equivoca.
Y digo terminal porque a través de los siglos la Iglesia ha enfrentado innumerables herejías y siempre salió victoriosa porque los enemigos estaban afuera.
El drama es que hoy los enemigos están adentro, por eso la crisis es terminal. Y todo indica que el desenlace lo veremos en este 2017, cuando se cumplen cien años de la Virgen de Fátima. No creo que sea una casualidad, muy por el contrario, hay graves indicios de que este año ocurrirán cosas extraordinarias, tanto en el mundo espiritual como en el mundo temporal.
Dios quiera que además de testigos seamos también protagonistas a la altura de lo que El espera de nosotros...
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