¿Y cuando se acaben los pobres, qué? Parte I
Se está produciendo en el seno de la Iglesia, y de la mano de una parte de su Jerarquía, porque nada es casual, y menos cuando median personas, una especie de polarización hacia la atención a los pobres, considerados estos en su dimensión más material: los más necesitados, materialmente considerados. Y esta polarización está presente no solo en la predicación, sino especialmente en el quehacer pastoral. A veces da la impresión por lo que se ve y se oye, que no hay nada, no solo más importante, sino -y esto es lo peor- ninguna otra cosa que hacer.
Tanto “exceso” -se quiera o no- produce un efecto negativo, respecto a la Iglesia y, de rebote, hacia los mismos pobres. Como si se diese a entender, por un lado. que ahora, en la Iglesia, se acaba de descubrir al “pobre"; de que antes y hasta ahora nadie se había dado cuenta de que los ha habido, y los hay; y, sobre todo, da la -malísima- impresión de que nunca se había hecho nada efectivo en su favor. La “opción preferencial por los pobres” auténtico grito de “guerra” en algunos sectores eclesiales tras el Concilio Vaticano II, ha rebrotado de un modo tan exuberante, que está colonizándolo todo.
¿Esta “opción preferencial”, tal y como se está presentando y pretendiendo llevarla a la práctica, coloca a la Iglesia donde debe estar? ¿Esta “polarización” por solventar -¡ya, y de una vez por todas!- las necesidades materiales que aquejan, y han aquejado, a las gentes desde siempre, es la Misión “preferencial” que Jesucristo dió a su Iglesia? Y, en caso de que las respuestas a las dos cuestiones sea negativa, ¿a dónde conduce -a la Iglesia- esta “toma de posición” tan absolutizada? Ciertamente, no es tema baladí. Ni para los pobres, ni para la Iglesia. Por eso vamos a entrarle, “despacito y con buena letra".
Lo primero que hemos de solventar, como la más importante cuestión del tema que nos ocupa, es el concepto de “pobre” que brota de los labios divinos y misericordiosos del Señor. Así sabremos cuál debe ser el concepto que ha de tener la Iglesia, la Jerarquía, y los fieles todos.
Porque Jesús habla de los pobres: ¿cómo no iba a hacerlo? ¿Y qué dice? Dice lo siguiente: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 3). Son palabras del Sermón de la Montaña: la Carta Magna de la vida de los hijos de Dios para todas las épocas. Y es el gran sermón de Jesús en su primera predicación, junto al mar de Galilea. Luego no es un tema menor
¿Y qué significa, en Jesús, la expresión “pobres de espíritu"? El papa Francisco, en su Mensaje para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud (2014), lo define perfectamente, fijándose en primer lugar, como no podía ser de otra manera, en el mismo Jesús, que “siendo de condición divina…, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres” (Fil 2, 5-7). Es decir, Jesús se despoja de su gloria, se humilla: primero en el pesebre, y luego en la cruz.
Y añade el Papa: “el adjetivo ‘pobre’ no solo tiene un significado material. Está ligado al concepto judío de anawim, los “pobres de Jahvé", que evoca humildad, conciencia de los propios límites, de la propia condición existencial de pobreza. Los anawim se fían del Señor, saben que dependen de Él”.
¿Tiene esto -lo que dice Jesús, y lo que comenta a propósito de sus palabras el mismo Francisco-, tiene algo que ver con la pobreza “material", que acompaña a tantas gentes en su vida? Da la impresión de que no mucha.
Es más: de entrada, nada, ninguna. Y lo digo porque Jesús aún afirmará algo más rotundo. La ocasión se la brinda Judas -"que era ladrón", dice san Juan- y su escándalo -varias vetas por debajo del mismísimo y desprestigiado escándalo farisaico- ante el -para él- “despilfarro” de aquella mujer que se acerca a Jesús y le unge los pies con un perfume preciosísimio. Comenta Judas: “Podría haberse vendido y ddo a los pobres". Y replica, en público, Jesús: “a los pobres los tendréis siempre con vosotros, pero a Mí, no” (Mt 26, 11). Mientras que “necesidad de Dios” tenemos todos y siempre: porque somos “pobres” -anawim-, necesitados e indigentes de nuestro Padre Dios a todas horas.
Por tanto, ¿solventar las necesidades materiales de los pobres y necesitados es el mandato que Jesús entregó a su Iglesia, para que lo llevase a/por todo el mundo? Para nada. Cuando les transmite a los Apóstoles y, en ellos, a sus sucesores, todo su quehacer mesiánico y salvador, les dirá: “Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado” (Mt 28, 18-20).
Lo dejamos aquí, pero seguiremos, porque hay más cosas que aclarar, lógicamente.
20 comentarios
Pero no podemos descafeinar el Evangelio ni borrar de un plumazo las múltiples referencias de Cristo a la pobreza, también a la material. Y lo que es más importante: sus múltiples referencias a las riquezas ("ay de vosotros los ricos...")
Porque no podemos olvidar que el ser cristiano nos afecta al bolsillo. Que algunos no saben cuántas vueltas darle al Evangelio para descafeinado y seguir viviendo con un altísimo nivel de vida y un estatus espectacular. Ya tienen asegurada la tierra y ahora quieren segurarse el cielo. Y respaldarán las ideologías que permitan la consecución de ambos fines sin escrúpulos de conciencia. Aunque para eso tengan que suprimir o "reinterpretar" párrafos enteros del Evangelio. Del Evangelio y de los padres de la Iglesia. Para muestra un botón:
San Jerónimo:
"Todo rico es un ladrón o heredero de ladrón."
San Cipriano:
"Cuando los ricos no llevan a la misa lo que los pobres necesitan, no celebran el Sacrificio del Señor."
San Juan Crisóstomo:
"-Forzosamente, el principio y raíz de tus riquezas proceden de la injusticia. Porque Dios, al principio, no hizo al uno rico y al otro pobre, sino que dejó a todos la misma tierra. ¿De dónde, pues, siendo la tierra común tienes tú tantas yugadas de tierra y tu vecino ni un palmo de terreno?"
San Basilio:
" Abrís de par en par las puertas de vuestros graneros, dad salida a vuestras riquezas en todas las direcciones. Dime, ¿qué es lo que te pertenece?, ¿de dónde trajiste nada a la vida?, ¿de quién lo recibiste? Así son los ricos: se apoderan los primeros de lo que es de todos y se lo apropian, sólo porque se han adelantado a los demás... Si cada uno se contentase con lo indispensable para atender a sus necesidades y dejara lo superfluo a los indigentes, no habría ricos ni pobres."
Ciertamente que no todo es comer, pero el mismo Cristo hizo evidente que es muy difícil predicar a 5000 hombres con el estómago vacío, porque quizás desfallezcan en el camino.
Ahora, desde una perspectiva de una Europa rica donde nadie se muere de hambre y la pobreza se define como no tener coche del año, es muy cómodo decir que nos importan poco los pobres. Pero cuando uno se enfrenta a la realidad del mundo, donde el pobre mira a Dios en forma de pan, decir que sólo hay que alimentar al espíritu y que el cuerpo se ponga a dieta es arriesgado, por no decir anticristiano.
"OBRAD, NO POR EL ALIMENTO PERECEDERO, SINO POR EL QUE PERMANECE PARA VIDA ETERNA, el que os dará el Hijo del hombre, porque a Éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "LA OBRA DE DIOS ES QUE CREÁIS EN QUIEN ÉL HA ENVIADO".
"En verdad, en verdad os digo:No fue Moisés quien os dio el pan del cielo;ES MI PADRE EL QUE OS DA EL VERDADERO PAN DEL CIELO; PORQUE EL PAN DE DIOS ES EL QUE BAJA DEL CIELO Y DA LA VIDA AL MUNDO".
Entonces le dijeron: "SEÑOR, DANOS SIEMPRE DE ESE PAN".
Jesús les dijo: "YO SOY EL PAN DE LA VIDA. EL QUE VENGA A MÍ, NO TENDRÁ HAMBRE, Y EL QUE CREA EN MÍ, NO TENDRÁ NUNCA SED".
"PORQUE ESTA ES LA VOLUNTAD DE MI PADRE: QUE TODO EL QUE VEA AL HIJO Y CREA EN ÉL, TENGA VIDA ETERNA Y QUE YO LE RESUCITE EL ÚLTIMO DÍA".
Rom 10,14: "Pero ¿cómo invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en Aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán SIN QUE SE LES PREDIQUE?"
Hech 6,2-4: Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: NO PARECE BIEN QUE NOSOTROS ABANDONEMOS LA PALABRA DE DIOS POR SERVIR A LAS MESAS. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; MIENTRAS QUE NOSOTROS NOS DEDICAREMOS A LA ORACIÓN Y AL MINISTERIO DE LA PALABRA..
Jesús prohíbe a los suyos llevar dinero para la misión (Mt 10,9 par.). El grupo vivía de lo que le daban y tenía bolsa común (Jn 12,6; 13,29). Un grupo de mujeres le ayudaba económicamente (Lc 8,3).
La vida del grupo era pobre (Mt 5,3), pero nunca se dice que pasara hambre o necesidad, ni siquiera durante la misión (Lc 22,25). Jesús alecciona a los discípulos remisos a que dejen el dinero (Lc 16,1-3). Los ricos se burlan de su enseñanza (ibid. 14).
El "Reino no se basa en el beneficio individual que hace imposible la subsistencia de los más débiles (Jn 6,5-7 par.), sino en el compartir (Mc 6,33-44 par.; 8,1-10 par.), que asegura la abundancia Mc 6,43; 8,8,19s par.).
En todo caso no se puede descafeinar ni "aburguesar" el mensaje de Cristo, y no se puede mundanizar (amoldar a los criterios del mundo) por muy duro que sea, y en los temas que afectan al bolsillo parece que con lo de la pobreza de espíritu ( que solo aparece una vez en el evangelio, y que no deja de ser una traducción no exenta de complejidad, frente a las múltiples referencia reales a la pobreza y a la crítica de la riqueza en el evangelio) lo arreglamos todo y aquí todo vale. Pues no, el cristianismo tiene implicaciones muy importantes para el bolsillo y sigue siendo un escándalo el hecho de la injusticia social para los cristianos.
Lo que viene a continuación nos gustará más o menos, pero lo dijo Jesucristo y forma parte de su predicación y nosotros como cristianos lo tenemos que proclamara a los cuatro vientos:
"23 Jesús, paseando la mirada alrededor, dijo a sus discípulos:
-¡ Con qué dificultad van a entrar en el reino de Dios los que tienen el dinero!
24 Los discípulos quedaron desconcertados ante estas palabras suyas. Jesús insistió:
-Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios para los que confían en la riqueza! 25 Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que no que entre un rico en el reino de Dios. "
Por último una frase de Clara de Asís:
"Oh bienaventurada pobreza, que a quienes la aman y abrazan les alcanza las riquezas eternas! ¡Oh santa pobreza, por la que, a quienes la poseen y desean, Dios promete el Reino de los cielos, y les ofrece la gloria eterna y la vida bienaventurada! ¡Oh piadosa pobreza a la que, por encima de toda otra cosa, se dignó abrazar el Señor Jesucristo, que gobernaba y gobierna el cielo y la tierra, y que con solo decirlo hizo todas las cosas! En efecto, las zorras tienen su madrigueras -dice-, y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre, es decir, Cristo, no tiene dónde reclinar la cabeza".
PD: Fernández de Córdoba, Eso pregúntaselo a san Jerónimo. Por cierto, Abraham tuvo dos mujeres a un tiempo, supongo que eso les tranquilizará mucho la conciencia a los bígamos hoy.
¿Quién es el rico? El que pone su confianza en las riquezas.
¿Quién es el pobre? El que pone su confianza en Dios.
¿El que vive de un sueldo y paga sus impuestos es un rico porque tiene una casa que ha pagado y puede comer todos los días? Pues yo creo que no, incluso si ha ahorrado dinero para el futuro,
¿Tenemos que atender las necesidades de los demás? Sí. Pero las materiales y las espirituales también, que de esto no se habla.
El problema es que hoy la misión de la Iglesia se quiere circunscribir a esto sólo. Y eso creo que desenfoca. Esto sí, pero otras cosas también, y de eso no se habla. ¿Se habla de la Verdad? ¿Se habla de Dios? ¿Se habla de la Salvación? Noooo
Cómo se está utilizando la desesperación ( producto de la falta de resignación, porque sinceramente mucha gente se cree "pobre" sin serlo, sólo porque el dinero no le alcanza para todos sus vicios ) para fomentar los odios y rencores en España, a la vista está.
Por cierto, yo no soy pobre; mi familia vive de un salario, y nos llega y nos sobra; otros de mi entorno, cobrando más, no tienen nada; y están indignados, claro.
En cuanto a la época de Jesús, sería bueno tener en cuenta que al igual que más tarde entre los calvinistas, entre los judíos había calado la idea de que la riqueza era síntoma del amor de Dios y señal de encontrarse entre sus elegidos, idea que muere en el cristiano hasta que Calvino la rescata, y que tanto ha contribuido al triunfo del capitalismo. Esta idea produce desprecio hacia el pobre, al ser considerado un réprobo. Y esto es lo que combate Jesús, que tenía amigos ricos como muestran los evangelios.
Por otra parte, don Antonio 1, no pone usted un buen ejemplo; Abrahám, con quien comienza la Revelación (que se irá administrando según el designio divino hasta la Encarnación), sigue los usos de su época y el código babilónico (no es seguro que sea el de Hammurabi, podría Abraham ser un poco anterior, la Tradición lo suele situar hacia el 2.000 a d JC) que permitía en caso de esterilidad de la mujer tener un hijo con una esclava de ella, hijo que a todos los efectos pasaba a ser de su ama. Esto nada tiene que ver con un juicio moral sobre la riqueza tan duro e injusto ("Todo rico es un ladrón o heredero de ladrón."), que yo no he comprobado si es de san Jerónimo, pero le creo a usted; grandes santos han dicho grandes burradas. Pero es una frase que haría feliz a Lenin más que a Cristo.
"El problema es que hoy la misión de la Iglesia se quiere circunscribir a esto sólo. Y eso creo que desenfoca. Esto sí, pero otras cosas también, y de eso no se habla. ¿Se habla de la Verdad? ¿Se habla de Dios? ¿Se habla de la Salvación? Noooo "
No conozco ninguna Iglesia o Sscerdote que se circunscriba a lo material y no hable de Dios. Ni uno solo.
Donde pone habitación ponga mundo.
Pero también están las palabras de Pablo: "Aunque repartiera todos mis bienes si no tengo caridad, nada me aprovecha"
¿Cómo es posible repartir todos los bienes y no tener caridad? ¿podría ser a la inversa: no repartir todos los bienes y, aún así, tener caridad?
La cosa es más complicada de lo que parece. Porque hay quiénes no tuvieron bienes y fueron muy afortunados y quiénes los tienen y no lo son. Sólo así podría entender yo las palabras de mi madre cercana a su muerte que se consideraba privilegiada por haber tenido unos buenos padres, un buen marido y unos buenos hijos. "¿Quién tiene eso?" se preguntaba asombrada, "¿por qué Dios me ha concedido tanto?". Y ni una palabra sobre el dinero que nunca tuvo.
Creo que el asunto pobre-rico lo entendemos todos muy bien. Ser pobre no te hace santo ni ser rico un demonio. No está en lo que tengas sino en el uso que hagas de ello, en si tu corazón es pobre y necesitado de Dios o no.
¿Quienes son los pobres a los ojos de Dios? Todos, todos lo somos. Todos estamos necesitados de Sus riquezas, de El. ¿Qué vino a darnos? Su Palabra, Su Verdadero Alimento. Con El viven ya millones de ricos materiales que supieron acogerlo y millones de pobres que también.
En la medida del Amor se nos juzgará, no por nuestras riquezas o pobrezas materiales.
Bendiciones.
Bendiciones.
Yo he conocido "anawim", los “pobres de Jahvé", que, con toda la confianza puesta en Dios, se ocupan de las cosas del Señor, seguros de que el Señor se ocupará de las de ellos”.
Ya he puesto textos bíblicos y de padres de la Iglesia. En breve pondré textos del magisterio de la Iglesia en la materia.
Si no te gusta la frase de San Herónimo te dejo esta de San Juan Crisóstomo, citad en un texto magisterial, La Evangelii Gaudium:
"“No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos»
“San Juan Crisóstomo, De Lazaro Concio II, 6: PG 48, 992D”
Pero ESO es consecuencia de...
Por dar a los pobres NO se es cristiano.
Se es cristiano ANTES por la conversión interior y la devoción a Cristo que se ofrece en cuerpo, sangre, divinidad, y espíritu en el Sacrificio de la Misa. Si es capaz de celebrar dignamente ese Misterio, luego la gracia santificante hará el resto. Si usted a alcanzado ese estado, será Cristo el que a través de usted ayude al hermano necesitado.
Conste que yo no puedo ponerme como ejemplo de nada.
Por lo tanto, lo que quiero decir es que lo fundamental y lo que da fruto es la conversión y ser UNo con Xto. Lo otro es empezar la casa por el tejado.
Estoy sumamente interesado en encontrar la cita original de San Jerónimo que ud. refiere. Me puede indicar dónde la puedo encontrar? Me parece sumamente importante, para definir el concepto de rico al que se refiere.
Por supuesto que hay que tener muy en cuenta las debilidades materiales pero sin prejuicios para predicar Cristo a los pobres y también a los ricos y poderosos, a veces tan o más pobres del verdadero Bien.
Pero hoy la trampa materialista es hacer parecer muy espiritual preocuparse - sólo (adverbio estratégicamente omitido) - con la pobreza material. Nuestra vida material, no olvidemos, es medio, no destino.
No me parece que los que hablamos de saciar el hambre espiritual tengamos olvidado que somos hombres, no ángeles, luego tenemos también necesidades materiales. Sería una alternativa falsa. Y ahí está el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, y del mismo modo el sagrado magisterio de la Santa Iglesia, a nos enseñar la necesidad y el valor de las obras corporales de misericordia. Lo que nos enoja es esa " preferencialidad exclusiva" por la pobreza material, poniendo muy abajo y muy lejos de los ojos, hasta perderse de vista, las grandes necesidades, nuestras y de todos, espirituales. Ilustra mi enojo lo que digo a mi párroco cuando vienen los discursos propagandísticos del diezmo: " si se predicase santidad, santidad, santidad, el diezmo, y todo más, vendría por añadidura ".
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