Decepcionante y trágico.
Decepcionante y trágico. Son los calificativos que, a vuela pluma, me suscita el no-comunicado de la Conferencia Episcopal Española (CEE), con su Presidente al frente y su vocero “el portavoz” de cara a las Elecciones Generales que acabamos de tener en España. El Presidente, ni una palabra al respecto; y su portavoz remitiéndose a anteriores y aviejados comunicados; con el añadido de que “hay partidos y partidos” -¡nivelón, Marañón!-: o sea que cada uno haga lo que le dé la gana, que da igual.
Es deprimente -por no decir ora cosa-, a nivel eclesial y a nivel espiritual, la “ausencia” de la Jerarquía católica española -con honrosas excepciones, que las hay, a título particular-, de su misión de recristianizar la sociedad, formando las conciencias y de luchando por esclarecer e iluminar el papel de los fieles -laicos, sacerdotes y religiosos- en orden a su vocación de ser “la sal de la tierra” y “la luz del mundo", amén de ser “levadura que hace fermentar toda la masa".
Todo esto ha desaparecido del horizonte eclesial; con honrosas y escasísimas excepciones.
Una ocasión de oro la tenían precisamente con las elecciones. En un ciudadano, no hay nada con más carga moral, en orden a implicarse en el bien común de la sociedad, que el hecho de votar. De ahí las alusiones que se han hecho siempre, excepto ahora, por parte de la Jerarquía de animar a “votar en conciencia”; es decir: votar teniendo en cuenta el orden moral -la relación a Dios de nuestras acciones-, que es lo que juzga la conciencia.
Se ve que ya no creen que el aborto sea un crimen; ni que los católicos que están directamente implicados están excomulgados. Se ve que el “bien común” es una categoría que no interesa a la Iglesia ya; es algo “pasado", quasi “tomista". Se ve que las leyes sobre el matrimonio -para cargárselo-, las leyes educativas que destruyen la persona; la corrupción generalizada: no hay político que no esté implicado de un modo u otro; etc., etc… ya no les dice nada a los obispos y, por tanto, estos tampoco dicen nada. ¿Para qué? se deben decir, cauterizándose la conciencia, si aún les queda.
¿O quizá es que se creen que por pasar por debajo de una puerta, por muy “santa” que la hayan bautizado, ya está todo arreglado? ¿Ya están, así, todos salvados? Por lo menos Lutero decía que había que tener Fe, y que habia que amar a Dios: “peca y ama mucho". Ahora nos hemos quedado con la “puerta". Que es como la “fuerza” pero en pellizquito eclesial.
Están tan “metidos” en el “nuevo orden mundial” de la iglesia, tan “implicados” con los que huyen de sus tierras -países musulmanes, por cierto-, con los pobres y los migrantes…, que esas otras cosas, las propias de la Iglesia de siempre, aquellas para las que Cristo fundó SU Iglesia: la salvación de las almas y del mundo, se quedan para después; para cuando tengan algo de tranquilidad. Que están agobiados.
Por cierto, los cientos de miles que huyen hacia Europa no quieren venir a España ni de paso. Por si no se habían enterado los obispos, les doy un dato: España se ha preparado para acoger a no sé cuántos miles de refugiados; pues bien: ¡¡¡no han querido venir ni tres docenas!!!
¿De verdad se creen que una persona hecha y derecha se hace sacerdote, por ejemplo -lo digo por mí, sin ir más lejos- para atender refugiados, por muy dignos de atención que sean? ¿Cristo fundó su Iglesia para que fuese una “Caritas internacional"?
El “Banco de alimentos", por ejemplo, que funciona de maravilla, y que no lo gestiona la Iglesia, es la demostración práctica de que la atención a los pobres y necesitados puede llevarse a cabo perfectamente sin la Iglesia; es más, es lo propio de los laicos (y de instituciones religiosas que lo tienen como carisma propio). Y lo harían más y mejor si se les enseñase a hacerlo en lugar de “sustituirlos” y tratarlos como menores de edad. La Iglesia no está para eso, aunque lo haga, aunque lo haya hecho desde el inicio de su existencia en la tierra…
Está para otra cosa. Quizá les convendría releer el Evangelio, a san Pablo, a Benedicto XVI, etc. Que se les está olvidando.
11 comentarios
Si todos los laícos y sacerdotes (que alguno hay) comprometidos con la Verdad y la Iglesia exigiesen a sus Obispos ser verdaderos pastores la Iglesia rejuvenecería a pasos agigantados. No duden en transmitir esto a sus obispos.
Como joven quiero que se me diga la verdad, sin ambages, sin medias tintas, quiero la felicidad y saber la verdad. No estamos para perder el tiempo y nos atrae muchos más lo frío o lo caliente, pero no lo tibio.
Y el Frente Popular que está a punto de reeditarse en España lo trae el mismo Cristo, por misericordia ("A quienes amo reprendo y corrijo"), para barrer la escoria y dejar la ganga. Ahora, ahora, en la persecución, se van a ver los corazones de todos: quien es realmente católico hasta la muerte (usquem sanguinem) y quién apostata para salvar el pellejo. Sólo tenemos que pedirle a Cristo la gracia de perseverar y estar en su resto fiel. ¡Señor, cuéntanos entre tus elegidos!
La CEE sólo sigue las nuevas directrices de Francisco.
Francisco debe de conocer las consecuencias de este su cambio.
Está para predicar el Evangelio.
Pero en ese Evangelio también está incluido lo de acoger al extranjero. Más si huye de una guerra.
Y si los curas no están para cosas "mundanas" como los bancos de alimentos, tampoco estarán para meterse en política y decir a quién hay que votar. O no?.
Y ya que hablamos de evangelizar, no me resisto a comentar lo mucho que se critica a los curas que viven in partibus infidelium porque no consiguen conversiones.
Y me pregunto si los curas de España han intentado convertir aquí a algún musulmán. Porque lo cierto es que ya prácticamente en cada pueblo y barrio hay musulmanes.
Pero ante la idea de que vengan refugiados musulmanes no dicen precisamente "Bien, una oportunidad de convertirlos", lo que dicen se parece más a "Qué horror que vienen los moros! ".
Y cuando una morita va a pedir a la parroquia, la atienden y aprovechan para hablarle de Cristo, o amablemente la despachan hacia la mezquita "y que te mantengan los tuyos"? .
Por cierto, estas alusiones sembrando el miedo a frentes populares, izquierdas y demás hierbas no vienen a cuento aquí. Es más perniciosa para el catoliismo la derecha que la izquierda: la izquierda habla claro, la derecha confunde y engaña.
Deberías repetir la primaria, y hacer ejercicios de comprensión lectora y de redacción; también, su pizquita de expresión oral y escrita: y una mayor inmersión en el conocimiento del castellano, mínimamente suficiente.
Es que no se te entiende lo que escribes; y creo que es porque no entiendes lo que lees.
En fin, tú sabrás más sobre ti mismo, supongo; pero da la impresión de que sobre lo demás no sabes nada, o no te enteras de nada, o juegas a la contra por sistema.
Tú mismo, oyes, chaval.
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